Este texto acerca de lo sucedido en el BEC en Barakaldo ha sido publicado en Gara:
Basque Exhibition Centre
El BEC no fue al final Batasuna Exhibition Centre, ¿o sí?
Lo que sí fue seguro es Basque Exhibition Centre. Otegi le puso la etiqueta. Y Jon Maia remarcó que Euskal Herria es un río que va al mar, ¿cómo se frena eso?
Batasuna Exhibition Centre. La denominación que puso un cronista de este diario cuando el Congreso Nacional concitaba el interés de todos hizo fortuna. Pero ayer se mejoró, porque en el BEC estaba toda la izquierda abertzale, pero había aún más gente. Así que Arnaldo Otegi acertó al rebautizar el acto desde el estrado: «Esto es Basque Exhibition Centre».
Bastaba echar un vistazo a esa especie de patio interior abarrotado para constatar que quien pensara frenar a Euskal Herria con un auto judicial se equivocó. Si anteayer eran muchos, ayer fueron más. Y a eso se refirieron los promotores de la cita cuando, al presentar las intervenciones, recordaron que detener los ríos es un imposible: «Ezingo dute, ezingo dute, ezingo dute», repitió el presentador por tres veces.
La metáfora volvió a brotar de boca de Jon Maia. «Ibai bat gera ta itsasora goaz poliki-poliki/ eta itsasoari hormak jartzea alperrik izan da beti». Para entonces todo ese caudal había ido a parar, gota a gota, hasta esa especie de gigantesco vaso abierto en el interior del Basque Exhibition Centre.
Hubo que esperar a que todo el mundo aparcase el vehículo en las inmediaciones y tomase asiento o encontrase un sitio en las barandillas superiores, más repletas que las de La Concha un domingo de agosto. Un río que producía un rumor creciente, expectante, en el que se intuían las ganas de oír, de saber, de participar. De hecho, cuando sonó ‘‘Xalbadorren heriotza’’ se alzó un coro espontáneo. Los organizadores instaron a dejar libres las escaleras por motivos de seguridad, pero nadie se quería perder detalle del acto, así que sus llamamientos cayeron en saco roto.
Basque Exhibition Centre fue incluso World Exhibition Centre por un momento. Un mundo nuevo, rebelde. El público se puso en pie para ovacionar a quienes llegaron desde muy lejos para participar en un congreso político y han terminado descubriendo cómo se trata a la disidencia vasca en Europa Occidental. A los sones del ‘‘Bandera Rossa’’ llegaron banderas de un buen número de países solidarios con Euskal Herria. Y es que «los Vascos no somos el único pueblo oprimido por los satélites del Imperio», recordó el presentador. Y el representante del Sinn Féin volvió a hacer rugir al público cuando concluyó con una frase cargada de futuro, en gaélico:«Nuestro día llegará», prometió.
En las sillas se acomodaban simpatizantes de Batasuna fundamentalmente, pero escucharon con respeto y agradecieron la aportación de sus rivales políticos que se mojaron para expresar su solidaridad ante el atropello. Jon Idigoras habría visto con satisfacción esta exhibición vasca, desde arriba. Y, por lo que contó Otegi, no se habría sorprendido:«Cuando ya se nos iba, me dijo:‘Ronaldinho, kriston herria dugu’». -
«San Vicente-raino Bide Eginez»
Los lemas en favor de Batasuna estaban totalmente vetados. Algunos periodistas afinaron la vista, pero lo único que hallaron fue una gran pancarta que decía:«San Vicente-raino Bide Eginez». Más abajo se aclaraba que en esa dirección hay unas fiestas populares y participativas. Por si las moscas.
La Diputación perdió un buen negocio
Miles de abertzales llegaron al BEC esperando dejar el coche en los amplísimos aparcamientos de la instalación, pero estaban cerrados. La Diputación de Bizkaia no sólo eludió alquilar el pabellón, sino también abrir los parkings. Los afectados se consolaron pensando que se perdió un buen negocio.
Ambientación internacionalista
Los representantes internacionales invitados al Congreso primero y al acto político por los derechos finalmente se sintieron como en casa. Fueron aclamados en el estrado, recibidos con sus banderas, y escucharon ‘‘La Internacional’’, en euskara, así como ‘‘Bandera rossa’’y temas antifranquistas.
Helicóptero y control de alcoholemia
La Ertzaintza se hizo notar en las inmediaciones, y sobre todo en el aire por el helicóptero que sobrevoló el acto, pero sin acercarse. Puestos a no molestar, tampoco parecía el día más propicio para poner un control de alcoholemia en el peaje de Altube dirección Bilbo poco antes de la cita.
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