Vaya vaya, resulta que Aznar y su camarilla de criminales anduvieron muy activos la mañana del 11 de marzo de 2004. No solo se preocuparon por engañar al gobierno alemán en ese entonces al frente de la coordinación antiterrorista para Europa, a la ONU y a los delegados en Bruselas de la Unión Europea, no, ahora resulta que extendieron su área de propagación de propaganda hasta el Cono Sur, y como siempre, lo vascos fueron usados como moneda de cambio.
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Embajador chileno ante la ONU revela las presiones que recibió para culpar a ETA de los atentados del 11-M
Heraldo Muñoz, embajador de Chile ante Naciones Unidas, revela en su libro "Una guerra en solitario" las presiones que recibió del gobierno de Aznar para que el Consejo de Seguridad de la ONU culpara a ETA por los atentados en Madrid.
La administración del ex presidente del Gobierno español José María Aznar presionó el 11 de marzo de 2004 para que el Consejo de Seguridad de la ONU condenara explícitamente a ETA, relata Heraldo Muñoz, embajador de Chile ante la ONU, en su libro Una guerra en solitario.
Muñoz señala que el 11 de marzo de 2004, tras ofrecerle las condolencias de Chile a la embajadora española Ana María Menéndez, ésta le comunicó que el Consejo de Seguridad llamaría a consultas de emergencia en las que los españoles pedirían una resolución. Según explica Muñoz, fue una sorpresa para todos los integrantes del Consejo que la delegación española insistiera fuertemente en culpar al grupo terrorista ETA.
A pesar de la reticencia de muchos de los países integrantes, como Chile, Brasil, Rusia y Alemania, por ejemplo, acordaron que buscarían el consenso, teniendo en cuenta que sería impensable un voto dividido frente a un asunto tan delicado. Finalmente, "los rusos continuaron oponiéndose a la mención a ETA, pero los alemanes cedieron. La delegación rusa entregó una propuesta de compromiso: agregar al párrafo que condenaba los ataques terroristas una frase que decía, 'presuntamente cometido por ETA'.
Menéndez explicó que no tenía 'ningún margen de flexibilidad'. 'Tengo instrucciones de Madrid', insistía, mientras se paseaba agitada por los corredores del Consejo con su teléfono pegado a su oreja. Los rusos se rindieron. Al lograrse un acuerdo pleno nos trasladamos al salón principal para votar. La condena a ETA fue unánime... Pero las últimas noticias indicaban que se había descubierto un vínculo entre Al Qaeda y las explosiones", relata Muñoz en su libro: "Una guerra en solitario".
El embajador chileno en Madrid, Enrique Krauss Rusqué, que tiene vinculaciones familiares con vascos, defendió la misma tesis del PP ante las cámaras de la televisión chilena.
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