Un blog desde la diáspora y para la diáspora

sábado, 3 de diciembre de 2005

Por Hablar Euskera

Este relato es simplemente estremecedor.

El que despues de leer esto se pregunte aún por que es que los vascos quieren ser independientes es un verdadero imbécil.

Sin más comentarios, aquí lo tienen:

Regresaba ayer del euskaltegi y "paré" en el bar de siempre, estaba atendiendo la barra la esposa del dueño, una señora de unos 55 años, vio mi carpeta y mi diccionario y me preguntó:

--- ¿Aprendes euskera?

--- Bai, al menos lo intento, le contesté...

--- Joe, al menos lo intentas siendo argentino, yo nunca pude siendo de aqui. ¿Sabes porque casi no hablo euskera? Solamente lo poco que escucho aquí en el bar, te cuento:

"La familia paterna es de un baserri de Irún y la materna de uno de Oiartzun, cassseros... cassseros... muchos de mis tios murieron sin hablar erdera. Resulta que mis padres tenían un puesto de venta en el mercado de la Bretxa (Famoso y conocido mercado del centro de Donostia, aun existe aunque ya hay un Mac Donals instalado), y cuatro años despues de finalizada la guerra "alguien" los escuchó hablando en euskera en el puesto y los denunció; a mi padre lo llevaron a la carcel y lo encerraron durante cuatro años, sin juicio ni derecho a defensa ni nada que se le pareciese y a mi madre la raparon le dejaron solamente un mechon de pelo arriba de la cabeza donde debía llevar atada una cinta pequeña con los colores de la bandera española y la hacian comparecer cada dos días en el cuartel de la Guardia Civil donde le daban de beber una botella de aceite de ricino, luego debia regresar hasta su casa caminando porque le estaba prohibido subir a ningun transporte público porque llevaba aquella cinta en la cabeza, como consecuencia, camino a la casa se defecaba encima invariablemente porque ni pensar que alguien le dejara entrar a una casa.... eso ni loco.

Cuando mi padre regresó de la carcel, donde el aceite de ricino se lo daban en el calabozo y en la semana le daban un cubo de agua para que limpiara el piso, se abrazó con mi madre, lloraron juntos y se juramentaron que nunca nadie de la familia que pudieran tener sufriría lo que ellos por hablar euskera y alli callaron el idioma para siempre y nos inculcaron de pequeños ese miedo que aun tenemos todos los hermanos, aunque ya mis hijos y un nietito lo hablan".

Apuré mi txikito y sali, las tripas se me revolvian.

¿Hacen falta más palabras?, Creo que está casi todo y tal cual me lo contó.


.... ... .

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