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martes, 20 de agosto de 2002

Txillida en México

El fallecimiento de Eduardo Txillida ha inspirado una serie de textos en La Jornada, aquí les presentamos este que nos habla acerca de su presencia en México:


Chillida visitó México sólo una vez, pero cumplió su sueño de traer sus esculturas

Después de una década de esfuerzos, se presentan 86 obras del artista donostiarra

Merry Mac Masters

Exhibir en México fue un deseo que el escultor vasco Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) cultivó durante años. Antes de su retrospectiva que ahora se presenta en el Museo del Palacio de Bellas Artes, en dos ocasiones se intentó traer obra del artista a tierra nacional. Sin embargo, como la curaduría sería especial, ese hecho elevaba de manera significativa los costos, ya que se trata de esculturas muy pesadas. Por ejemplo, Puerta de la libertad II pesa más de seis toneladas.

Después de más de una década de esfuerzos, una muestra antológica de 86 obras, que el artista vasco realizara entre 1951 y 2000, proveniente de la Galerie Nationale du Jeu de Paume, de París, y después de una primera escala en territorio mexicano, en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), fue inaugurada en Bellas Artes. Gracias al esfuerzo conjunto, que permitió dividir los gastos, aquel deseo de Chillida se hizo realidad.

La instalación de las piezas de mayor peso fue por demás espectacular. Transportar La puerta de Omar Khayyam al primer piso del inmueble implicó tres horas de trabajo y una grúa con capacidad para levantar cinco toneladas en envión. Para efectos de la muestra se hicieron ''minuciosos estudios estructurales de las salas que componen el museo, para que las esculturas pudieran estar allí sin ocasionar ningún problema a la arquitectura del Palacio (de Bellas Artes)", dijo en su momento la directora del museo, Mercedes Iturbe.

Contacto con la civilización maya

Eduardo Chillida hacía sus obras tridimensionales para interiores con el propósito de que fueran colocadas en el piso. Nunca las imaginó con bases que las sostuvieran. Como en el Museo del Palacio de Bellas Artes eso no era posible, se solucionó el problema con arena para que diera la sensación de que la escultura reposa sobre una superficie de carácter natural.

La asistencia a la exposición Eduardo Chillida registra a la fecha más de 52 mil personas, si se considera que del 17 de julio al 13 agosto la admiraron 47 mil 345 visitantes.

En rueda de prensa efectuada en vísperas de la apertura de la retrospectiva de Chillida en Bellas Artes, se habló de su única visita a México hace casi 20 años. Como solía viajar la familia completa, entre hijos y nueras, eso parecía más bien un tour organizado por alguna agencia. La comitiva manifestó particular interés por la zona maya, experiencia que repercutió en la obra de Chillida, en especial en sus llamadas ''tierras chamotas", barro de doble cocción.

El descubrimiento de la ''tierra chamota''

Chillida empezó a trabajar el barro en París en los años cuarenta, pero no le gustó porque consideraba que era un material que se deshacía en las manos. La sensación era desagradable, decía. No obstante, en los años ochenta descubrió una tierra en el sur de Francia con la cual podía trabajar por su abundante contenido de minerales. Una escultura hecha con ''tierra chamota" tiene casi el mismo peso que una elaborada en hierro.

Durante la inauguración de la muestra de Chillida en Bellas Artes, el pasado 6 de julio, Luis Chillida, hijo del escultor vasco, dijo que su padre era ''una persona que nunca ha tratado de hacer lo que no sabe. Su obra se basa en las preguntas que se hace él mismo y que intenta plasmar mediante un lenguaje que es la plástica y que es el contraste entre lo lleno y lo vacío, lo positivo y lo negativo. Siempre han sido contraposiciones''.

En Bellas Artes, ayer se colocó una ofrenda floral en honor del artista.

Las cenizas de Chillida serán depositadas en un espacio que él mismo eligió en el museo que lleva su nombre, según informó su hijo Luis. 




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