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lunes, 3 de noviembre de 2025

Éxodo de los 'Niños de la Guerra'

En el portal de Público se están dando a conocer reportajes acerca de la Revolución Española (mal llamada Guerra Civil) y en la edición de hoy se ha mencionado a las infancias de la Generación Gernika.

Aquí la información:


El éxodo de los 'niños de la guerra' ante el horror y el hambre

Ana Martínez Rus, historiadora y profesora de la Universidad Complutense, es la autora del tercer capítulo de la serie en el que narra el exilio de los menores tras el golpe de estado militar.

Ana Martínez Rus

Los civiles y, en particular, los niños fueron las principales víctimas de la Guerra Civil Española. Desde el principio fue prioritario para los gobiernos de la República alejarlos de la primera línea de fuego para evitar las secuelas físicas y psicológicas. 

Aparte de las colonias en el Levante español se organizaron evacuaciones fuera de España en las que participaron varios países y organizaciones internacionales de ayuda humanitaria bajo el lema: Salvad a los niños de España. Fueron los primeros exiliados del conflicto armado. En Europa, Francia fue el país que más niños españoles acogió con cerca de 20.000 menores, mientras que a Bélgica llegaron en torno a 5.000 niños y a Inglaterra alrededor de 4.000; cerca de 3.000 a la Unión Soviética; y Suiza acogió unos 800 niños. Fuera de Europa, México recibió 455 menores, los llamados Niños de Morelia.

Las imágenes de las 288 cintas que la Corporación Hearst grabó durante la Guerra Civil para los noticiarios de los cines de Estados Unidos son de gran calidad y tras su digitalización en la Universidad de California, cuentan con una extraordinaria nitidez. Estas grabaciones son inéditas en España ya que solo las vieron los ciudadanos que acudían a los cines propiedad de Hearst, representan un documento excepcional y una fuente de primera magnitud sobre el sufrimiento del pueblo español y las consecuencias de la contienda en la población.

Exilio y separación de las familias

La infancia sufrió las consecuencias de los bombardeos que provocaron la evacuación a lugares menos expuestos y más salubres, aunque conllevó la separación de las familias, cambios en la educación y una vida cotidiana marcada por la escasez, el miedo y el sufrimiento. El primer destino fue la costa mediterránea, pero meses después los bombardeos eran constantes y el territorio español ya no era seguro para garantizar la vida de esos pequeños, optando por la salida al extranjero. 

Madrid tiene el triste récord de ser la primera ciudad europea donde la población civil fue bombardeada sistemáticamente. Tras el fracaso del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 en Madrid la conquista de la capital se convirtió en un objetivo prioritario para el bando sublevado. La ciudad fue asediada desde el norte por las tropas del general Mola y por el sudoeste por las del general Franco. Los intentos del ejército rebelde por tomar la capital fueron frenados por la defensa llevada a cabo por los madrileños, quienes, apoyados por los voluntarios de las Brigadas Internacionales, acuñaron lemas como el famoso Madrid será la tumba del fascismo o ¡No pasarán!, que tenía su origen en la batalla de Verdún de la Gran Guerra.  

Contra todo pronóstico, Madrid rechazó el avance de los rebeldes hasta prácticamente el final de la contienda, convirtiéndose así en un símbolo de resistencia internacional. Pero pagó un alto precio ya que cuando el ataque frontal a la capital se detuvo en Ciudad Universitaria gracias a la resistencia republicana, el ejército rebelde realizó bombardeos masivos y precisos cuyos objetivos no eran militares, sino civiles. Estos ataques fueron efectuados por los aliados de la Alemania nazi y la Italia fascista. Durante el mes de noviembre de 1936, Madrid se convirtió en la primera capital del mundo en la que las fuerzas aéreas fascistas italianas y nazis alemanas experimentaron la estrategia del terror aéreo sobre la población civil. 

En el documental se ve una colonia infantil en Madrid en septiembre de 1936 visitada por el diputado comunista francés y vicepresidente de la Asamblea francesa, Jacques Duclos, según la descripción, pero también podría ser perfectamente el pedagogo Lorenzo Luzuriaga ya que se parecen bastante. También se identifica perfectamente a Victoria Kent, responsable de la creación de guarderías y refugios para niños al inicio de la contienda. En junio de 1937 fue nombrada secretaria de la embajada de España en París del gobierno de la República para el cuidado de las evacuaciones de refugiados, especialmente los niños, a medida que caían los frentes republicanos. Entre sus tareas estaba la de buscarles asilo en Francia.

Lejárraga acompaña a los niños evacuados

Otra diputada republicana, María Lejárraga, fue destinada a Bruselas para ocuparse de los niños evacuados. En las imágenes se observan bebés y niños de corta edad en cunas bajo la atenta mirada de enfermeras, así como de otros niños de más edad bañándose en una piscina entre risas y levantando el puño. Esas primeras colonias abiertas en la capital, instaladas en colegios y otros edificios públicos, perseguían recoger a los huérfanos hambrientos y desorientados que recorrían sus calles. Constancia de la Mora y Concha Prieto también trabajaron en orfanatos y refugios seguros en Madrid para los niños huérfanos desde la Junta de Protección de Menores antes de trasladarse con ellos a Alicante. En Valencia también se organizaron numerosas colonias para niños como las que dirigieron Ángel Llorca y Justa Freire.  

El Ministerio de Instrucción Pública creó el Comité de Refugiados con la misión de evacuar a la población civil de los frentes de guerra hacia otras zonas. La Junta de Menores, establecida el 17 de octubre de 1936, inició una campaña de evacuación de la población infantil hacia ciudades menos castigadas y aún bajo control republicano. El objetivo era trasladar al mayor número posible de niños para alejarlos de la guerra y de la escasez de alimentos, que tantas víctimas habían causado en los primeros meses. Se establecieron en colonias escolares o bien en familias de acogida a través de las corporaciones municipales de destino. La otra opción fue la evacuación al extranjero, tras el agravamiento de la situación militar y el peligro que corrían los niños.

Posteriormente otras ciudades de la zona republicana como Bilbao sufrieron intensos bombardeos con los mismos fines de atemorizar a la población civil para conseguir la rendición. Así vemos en las imágenes a mujeres, ancianos y niños correr despavoridos hacia los diferentes refugios de la ciudad vasca o de las afueras. Muchas mujeres mientras están en el refugio dan el biberón a los niños o hacen labores como tejer lana. También se distingue a la ciudadanía rebuscando entre los escombros tras los bombardeos para ver si podían reaprovechar algunos enseres, así como hombres y mujeres cavando trincheras, y llevando cestas de escombros. 

La evacuación a Francia en barcos

La intensificación de los bombardeos impulsó la salida de los niños a Francia en diferentes barcos. En la grabación podemos observar la triste despedida de los padres en el muelle antes de embarcar, donde muchos progenitores lloran y se secan las lágrimas mientras agitan los pañuelos. Era lógica la angustia que se refleja en los rostros tras separarse de sus pequeños ante la incertidumbre de cuándo volverían a verlos. Muchos niños mayores llevan de la mano o en brazos a sus hermanos más pequeños. Las niñas tienen lazos o diademas en la cabeza y los niños pequeñas chapelas. Además, portan hatillos, pequeñas maletas y mantas. También van muy abrigados por el tiempo y porque era otra manera de llevar el mayor número de prendas para el viaje y la estancia. Igualmente se puede apreciar la marcha de personas ancianas y de bebés con sus madres. En la travesía les acompañan maestros, enfermeras y sacerdotes. Una vez que llegaron a Biarritz en el desembarco se aprecia cómo llevan una tarjeta identificativa colgada al cuello, y son recibidos en una amplia sala donde se les reparte un plato de comida antes de pasar a vacunarlos. A pesar del desarraigo muchos sonríen y posan para la cámara que los filma, aunque también se observan miradas perdidas y serias, incluso se ven a niños con heridas en la cabeza. El buque Habana fue el primero en zarpar que llevó niños a Francia y al Reino Unido. Algunos de los que llegaron a Francia fueron posteriormente trasladados a la Unión Soviética.

En enero de 1937 el Gobierno Vasco hizo un llamamiento para que las familias inscribieran a sus hijos de entre 5 y 12 años para que fueran evacuados lejos del conflicto.  La evacuación de la población más vulnerable se inició en marzo de 1937 con destino a Francia, siendo los puertos más utilizados los de Ondarroa y Bermeo (Bizkaia). 

En la primavera de 1937, después de los bombardeos de las ciudades de Durango y Gernika, las autoridades vascas aceleraron las gestiones con Reino Unido, Francia, Bélgica, México y la Unión Soviética para poner a salvo al mayor número de niños, acordando la acogida de los niños como refugiados en sus respectivos países.

Las evacuaciones más masivas de niños vascos se realizaron desde el puerto de Santurtzi (Bizkaia), desde donde partieron un total de 17 expediciones en las que fueron trasladados gran parte de los casi 38.000 niños evacuados durante la guerra. La primera expedición con destino a Francia partió del puerto de Santurce el 6 de mayo de 1937 y los refugiados viajaron a bordo de dos de los barcos más utilizados para este tipo de traslados, el vapor Habana y el yate Goizeko Izarra, propiedad de Ramón de la Sota, empresario vinculado al PNV. Asimismo, salieron más de mil niños asturianos, cántabros y vascos desde el puerto de El Musel en Gijón en septiembre de 1937 con destino a la Unión Soviética. 

La mayoría de estos niños volvieron tras la contienda, siempre que fueran reclamados por sus padres. Algunos no regresaron porque nadie los reclamó ya que los progenitores habían muerto o estaban en la cárcel.  Tampoco volvieron los que se marcharon a la Unión Soviética, que además tuvieron que padecer las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Muchos fueron repatriados en 1956 y 1957 junto con los veteranos de la División Azul.

 

 

 

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