Retomamos el tema de los policías españoles infiltrados en los movimientos sociales con este artículo publicado por Gara:
El «caso Mayka» y el policía infiltrado en Euskal Herria se viraliza 25 años después
El eco mediático que han tenido los casos de infiltración policial en los Països Catalans, y también Euskal Herria, ha devuelto a primer plano la muerte de la joven Mayka Pérez Márquez en Madrid en el año 2000. Los indicios apuntan a que fue víctima de su pareja, un agente infiltrado de la Policía española que quedó impune.
Marcel PenaMaría del Carmen Pérez Márquez, Mayka para sus allegados, falleció el 19 de mayo del 2000 en su piso de Madrid, como consecuencia de un disparo en la cabeza que se realizó con el arma de Andrés F., su pareja. Se trataba de un agente de la Policía española que había estado infiltrado en el movimiento libertario catalán y formaba parte de la llamada Brigada Antiterrorista en Gipuzkoa. Aunque el hombre declaró que Mayka se había suicidado, la familia defendía una tesis muy distinta, que apuntaba al crimen machista.
Desde el momento de la muerte de Mayka, existieron dos versiones sobre qué había ocurrido. Por un lado, la versión oficial, a partir de la declaración de Andrés F., hablaba de que la joven se había suicidado tras discutir con su novio; y por otro, la que defendía la familia y vecinos, apuntaba al homicidio o «asesinato», ya que era conocido que Pérez era víctima de malos tratos físicos y psicológicos por parte del policía. Prueba de ello es que, la noche del crimen, vecinos de Vallecas intentaron linchar al sospechoso mientras era protegido por agentes de Policía. Incluso el propio Andrés F. confirmó a la familia que él había sido el autor del disparo mortal, según afirmaron los propios allegados.
Tal como detallaron la hermana de la fallecida, África Pérez, y el abogado de la familia en el programa “Las claves del crimen” -del canal Tribunal TV (ya desaparecido)- titulado «¿Suicidio o Asesinato?» y dedicado al «caso Mayka», Andrés F. actuaba de forma controladora con su pareja, quien intentó dejarlo en varias ocasiones. Según informó el letrado Jaime Sanz de Bremond, los peritos dejaron escrito que el sospechoso se lavó las manos antes de la prueba de la parafina, que se utiliza para buscar restos de pólvora, alegando que las tenía llenas de sangre, y que la ropa no se analizó hasta tres días más tarde.
Además, la familia pensaba que el carácter de Mayka no correspondía con el de una persona con tendencias suicidas. De hecho, la mujer tenía hechas las maletas para abandonar el domicilio, propiedad del hombre. ¿Por qué iba a recoger todas sus cosas, perfectamente organizadas en bolsas, si su intención era quitarse la vida?
Previamente, Andrés F. había estrellado en dos ocasiones el coche que conducía con Mayka de copiloto, lo que, según el abogado de la familia, prueba su «carácter intemperante». Como consecuencia del último de los siniestros, en el momento de su muerte Mayka todavía llevaba un collarín cervical. En otras discusiones, el policía había sacado su arma reglamentaria y amenazado con suicidarse.
Sanz de Bremond apuntaba que Andrés F. actuó de manera extraña tras la muerte de Mayka, que supuestamente presenció in situ. A continuación, el hombre llamó en primer lugar a la Guardia Civil, 45 minutos después del disparo. Tiempo suficiente para alterar la escena del crimen, más si cabe para un agente de Policía. La familia acusó públicamente a los cuerpos policiales de «querer encubrir los hechos», incluyendo la manipulación del arma del crimen la misma noche de la muerte.
El programa completo de “Las claves del crimen” sobre el «caso Mayka» puede consultarse en el canal de YouTube de Jaime Sanz de Bremond (@SanzdeBremond).
¿Quién es Andrés F.?
En el momento de los hechos, Andrés F. se encontraba trabajando en Euskal Herria, como confirma África Pérez en la entrevista con Paco Pérez Abellán. «Él llevaba un periodo más largo del habitual en el País Vasco y, entonces, había venido unos días de vacaciones. Es decir, no estaba trabajando. No entiendo por qué tenía el arma cargada», explicaba la hermana de Mayka.
Según la cuenta de X @undercover_25_, que se ha vuelto viral tras recuperar el caso 25 años después, actualmente Andrés F. vive en la provincia de Málaga y sigue trabajando como policía. Anteriormente, había formado parte de la Brigada de Información de la Policía española en Catalunya, infiltrándose en el movimiento libertario bajo la identidad de Ángel Grandes Herreros, hasta que fue descubierto. Esto no impidió que, después de abandonar Catalunya, fuera destinado a la denominada Brigada Antiterrorista de Gipuzkoa, con sede central en el cuartel de Intxaurrondo de Donostia.
A pesar de los intentos de la acusación, liderada por el letrado Sanz de Bremond, Andrés F. tan solo declaró en el juicio del «caso Mayka» como testigo, sin llegar a estar acusado. Un año después del crimen, el juez decidió archivar el caso por falta de «indicio racional alguno que permita atribuir a persona determinada» la muerte de la joven.
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