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domingo, 20 de octubre de 2002

El Españolismo Invade Donostia

En este artículo de La Jornada que reseña la manifestación que el españolismo ha llevado a cabo en la localidad vasca de Donostia se compilan todos los mantras vascófobos habidos y por haber.

Desde el mismo título de la misma ya se deja ver claramente la intención al hablar de "nacionalismo obligatorio".

¿Es necesario que se aclare cuál ha sido realmente, a través de varios siglos, la nacionalidad que realmente ha sido impuesta a sangre y fuego por los españoles?

Más adelante se habla de "nacionalismo excluyente" cayendo en una obvia contradicción. Primero han hablado de "nacionalismo obligatorio", o sea, un nacionalismo que se impone por igual a todos y a todas. Pero después se habla de "nacionalismo excluyente". ¿En qué estamos entonces? ¿Es "obligatorio" para todos o es "excluyente"?

Ya después se meten de lleno en el revisionismo negacionista, afirmando que "se quiere crear de la nada un estado que nunca existió".

Vamos a aclararle el panorama a los "intelectuales amenazados".

Los estados tal como se conceptualizan hoy en día fueron creados en el siglo XVII, estamos hablando claro del Estado-Nación. ¿El Tratado de Westphalia les suena?

Pero sería hasta el siglo XVIII que se consolidarían como tales.

Es precisamente por ello que fue necesario recurrir a otro termino para definir a los pueblos que fueron divididos por fronteras impuestas por las grandes potencias militares de la época, esas a las que eufemísticamente los españolistas denominan "estados democráticos vigentes".

El término al que nos referimos es el de nación histórica y entonces los vascos si que han gozado de una organización política y territorial centenaria, desde el Ducado de Vasconia hasta el Reino de Navarra pasando por el Ducado de Pamplona. Con y sin ocupación - sea romana, vikinga o visigodos - ha habido una continuidad que nos remonta a la llegada de los cartagineses a la península ibérica.

Por último, el españolismo recurrió a la más sucia de las acusaciones haciendo eco del infame juez estrella Baltasar Garzón, la de la limpieza étnica, esa que los españoles practicaron durante siglos en las islas de los Guanche - hoy Canarias - en América desde el norte hasta el sur, en África e incluso en Oceanía, sin obviar, claro está, en la propia Europa, principalmente en Euskal Herria y Andalucía.

Hoy mismo el estado español se encuentra embarcado en una cruzada etnocida contra el pueblo vasco, de ahí los ataques al euskera y la criminalización de sus derechos políticos.

Nos dicen que "se ha ocasionado el exilio de cientos de personas bajo permanente amenaza" sin tomar en cuenta que desde las Guerras Carlistas hasta la fecha miles de vascos han tenido que dejar su tierra, obligados al exilio por razones económicas y políticas. ¿De dónde más creen los españolistos que surgimos quienes integramos la diáspora vasca?

Y bueno, la cereza en el pastel la ha proporcionado el ideólogo de la derecha de nombre Fernando Savater quien, justo cuando se está aplicando la reformada Ley Orgánica de Partidos Políticos para criminalizar e ilegalizar a Batasuna sale con la memez de que en el País Vasco no existe "pluralismo real".

Así que, aclarado lo anterior, aquí el artículo de marras:


Masiva marcha en San Sebastián contra ETA y el "nacionalismo obligatorio"

Ministros del Ejecutivo español y miembros del PSOE, entre los asistentes

Armando G. Tejeda y Gara | Corresponsales

Decenas de miles de españoles y vascos se manifestaron hoy en San Sebastián contra el grupo armado ETA y el llamado "nacionalismo obligatorio", y para pronunciarse en favor de la Constitución española de 1978 y del Estatuto de Guernika.

La convocatoria, hecha por el colectivo Basta Ya, fue apoyada por el gobierno español del conservador José María Aznar, por su Partido Popular (PP) y por la oposición socialista, pero no asistió ningún dirigente de los partidos que integran el Ejecutivo de Vitoria -el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Eusko Alkartasuna (EA) e Izquierda Unida (IU).

El colectivo organizador, formado por dirigentes políticos e intelectuales amenazados y familiares de víctimas de la organización armada, reunió en la capital guipuzcoana a decenas miles de españoles y vascos, 150 mil personas según los organizadores, que marcharon en medio de impresionantes medidas de seguridad, encabezados por una pancarta con el lema "Constitución y Estatuto sí. Nacionalismo obligatorio no".

La iniciativa de la protesta partió del colectivo en reacción a la propuesta de pacificación del presidente vasco, Juan José Ibarretxe, quien pretende crear un nuevo marco de relación entre el País Vasco.

Con gritos de "libertad, libertad", o "Ibarretxe y (el presidente del PNV, Javier) Arzalluz al Tribunal Penal", los manifestantes se pronunciaron contra el "nacionalismo excluyente" y por una pluralidad política.

A la protesta acudieron los ministros de Justicia, José María Michavila; de Interior, Angel Acebes, y de Exteriores, Ana Palacio, junto a dirigentes socialistas como Trinidad Jiménez, Juan Fernando López Aguilar y Patxi López, así como representantes de distintos colectivos de víctimas del terrorismo, sindicatos y organizaciones pacifistas.

Al final de la marcha se leyó un manifiesto en español, euskera y francés, en el que se señaló que desde hace más de un cuarto de siglo, "el País Vasco soporta una plaga terrorista insólita en la Unión Europea, que ha producido más de 800 víctimas mortales y miles de heridos, secuestrados, extorsionados, etcétera".

La aspiración independentista de ETA y del llamado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) fue calificada por los manifestantes, la mayoría nacionalistas españoles, de "proyecto delirante que pretende crear de la nada un Estado que nunca existió a partir de pedazos arrancados a estados democráticos vigentes y contra la voluntad de la mayoría de sus ciudadanos".

Es, añadieron, "como un Frankenstein político en la Europa contemporánea: y como el otro monstruo, desdichadamente, deja su camino sembrado de cadáveres".

El colectivo denunció que una de las primeras consecuencias del histórico conflicto es la imposibilidad de expresar abiertamente las ideas políticas, lo que también ha ocasionado el exilio de cientos de personas que no soportaron vivir bajo permanente amenaza y vigilancia, argumentos similares a los planteados hace unos días por el juez de la Audiencia Nacional que acusó a Batasuna de fomentar una limpieza étnica.

"Gracias a esta limpieza étnica, la hegemonía del nacionalismo se ve cada vez más consolidada. La única oferta de paz que los nacionalistas gobernantes hacen consiste en exigirles que acepten tal hegemonía uniformizadora, como precio al final de la violencia que ellos se encargarán de pactar con ETA", se expuso en el manifiesto.

"Nos negamos a aceptar ese planteamiento de nacionalismo obligatorio o sentencia de muerte. Reivindicamos un País Vasco plural en el que tengan los mismos derechos nacionalistas y no nacionalistas, el cual existirá cuando ETA sea política y socialmente derrotada", agregaron.

Tras la marcha, hubo intervenciones ante los congregados. El filósofo Fernando Savater, uno de los más entusiastas de la protesta, rechazó que en el País Vasco exista un "pluralismo real". 




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