A la voz de Francesco Cossiga se han sumado muchas más, todas, en defensa de la asediada formación política vasca Batasuna.
Ya nos podremos imaginar la furibunda reacción por parte de Aznar, solo con tomar en cuenta la forma tan virulenta con la que ha reaccionado en contra de la Conferencia Episcopal Española por respetar el planteamiento de los tres obispos de la CAV en favor de una salida dialogada al conflicto político.
Esto es lo que nos reporta La Jornada:
Rechazan varios líderes mundiales la ley para ilegalizar a Batasuna
El texto redactado por el escritor Alfonso Sastre advierte que nada soluciona proscribir las ideas
Armando G. Tejeda | CorresponsalUn nutrido grupo de 68 dirigentes de diversos países, entre ellos el premio Nobel de la Paz 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel; el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, y el ex presidente italiano Francesco Cossiga, se sumaron a una condena expresa a la eventual ilegalización de la coalición vasca Batasuna, considerada el brazo político de ETA, la que podría ser disuelta tras la entrada en vigor de la nueva ley de partidos políticos creada ad hoc por el Ejecutivo español, el presidente conservador José María Aznar.
El texto rubricado por estas personas, procedentes de diversas profesiones, fue redactado por el escritor vasco Alfonso Sastre, en el que se advierte que "la historia demuestra que ninguna cuestión moral, social o política ha sido jamás resuelta poniendo fuera de la ley una ideología política determinada, sino que cada vez que ha sido así esto ha dado lugar a guerras interminables o periodos más o menos prolongados de pacificación que han sido parodias de la paz y de la democracia".
El pronunciamiento público fue refrendado además por el pintor catalán Antonio Miró, Pete Cenarrosa, secretario de Estado de Idaho (Estados Unidos); Jaume Asens, presidente de la Asociación Catalana por la Defensa de los Derechos Humanos, la escritora Isabel Clara Simo y el filósofo Luis María Xirinacs, entre otros personajes.
Reticencias en Euskadi
Esta llamada de atención al gobierno nacional y al Partido Socialista Obrero Español, responsables de la redacción y aprobación de la ley, se suma a las reticencias mostradas a esta medida desde el propio gobierno vasco, la mayoría de las fuerzas políticas de Euskadi, sindicatos, diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional y asociaciones pacifistas como Elkarri, que convocó para el próximo sábado a una manifestación en Bilbao que será secundada por una buena parte de estas instituciones.
Las firmantes del pronunciamiento sostienen, además, que "ven con alarma cualquier intento de interdicción ideológica y política, movidos por el temor fundado a que ello provocara un serio agravamiento de la situación en el País Vasco", por lo que insisten en que "en este tipo de situación lo deseable es extender el campo de la vida política y nunca limitarlo, y menos mediante la supresión de una de las opciones sustentadas por una parte significativa de la población".
Mientras tanto, el presidente del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV, gobernante en el País Vasco), Xabier Arzalluz, también se refirió a la legislación que pretende proscribir a la coalición Batasuna, al señalar que el presidente José María Aznar "plantea una solución para Euskal Herria que es la misma que propusieron en el pasado Cánovas y Franco", aunque "no puede utilizar la estrategia que usó Francisco Franco de fusilar y eliminar a nuestro pueblo".
El líder político vasco concluyó que la ley de partidos políticos, que rechazan las centrales sindicales Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, es "una jugada política de Aznar, que se ha subido al caballo de Santiago pero no sé en qué va a quedar al final esa ley".
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