Continuamos dando seguimiento a lo que significa para el estudio del euskera el hallazgo en el sitio arqueológico navarro de Irulegi con este artículo de Naiz:
«La pieza de Irulegi viene a ratificar que los vascones escribieron en su lengua»
Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza | Expertos que han estudiado la inscripción de la mano de Irulegi | Como descubrimiento «importantísimo» y «extraordinario» califican la mano de bronce de Irulegi los expertos que han analizado su inscripción: Javier Velaza, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Barcelona, y Joaquín Gorrochategui, catedrático de Lingüística Indoeuropea de la UPV/EHU.
Pello GuerraLos catedráticos Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui no ahorran calificativos a la hora de poner en evidencia la importancia del hallazgo de la mano de bronce de Irulegi, que «viene a ratificar que los vascones escribieron en su lengua».
Velaza destaca que constituye «el primer documento indudablemente escrito en lengua vascónica y además en un signario que probablemente es también específicamente vascónico». Y la sorpresa que supone cuando se transcribe el texto, comprobar que «la primera palabra, que es ‘sorioneku’, tiene una lectura e interpretación clarísima e inmediata desde la lengua vasca. Y eso da pie a interpretar el texto como vascónico. Es verdad que el resto de las palabras no son tan inmediatamente comprensibles y hay que establecer hipótesis, pero es evidente que a partir de la lectura de la primera línea, no cabe duda de la lengua en la que está escrito el texto».
Además, el hallazgo de Aranzadi es un descubrimiento «importantísimo», ya que «hasta hace pocos años, creíamos que los antiguos vascones no habían hecho nunca uso de la escritura para escribir su propia lengua. En los últimos años, hemos tenido algunos hallazgos, algunas evidencias de que tal vez habían conocido una cultura epigráfica, si no muy extensa, sí al menos existente».
En este sentido, «la pieza de Irulegi viene a ratificar que los vascones escribieron en su lengua y que lo hicieron utilizando un sistema gráfico que además fue una adaptación propia de un sistema importado. Eso es extraordinariamente importante y nos hace reconsiderar una buena parte de las cuestiones que creíamos en torno a la cultura y la sociedad de los antiguos vascones».
«Me dio un vuelco el corazón»
En similares términos se expresa Joaquín Gorrochategui, catedrático de Lingüística Indoeuropea en la UPV/EHU, quien recuerda que cuando vio por primera vez el texto de la pieza, «me dio un vuelco el corazón, porque entendí la primera palabra, pero me siguió dando más vuelcos todavía cuando las tres líneas que vienen después me resultaron, y me siguen resultando, oscuras todavía».
Pone el acento en que se trata de un texto «que ha salido en una excavación regular, perfectamente llevada en Irulegi, es decir, en el corazón del territorio vascón. Está escrito en una cronología bien conocida también, escrito en un sistema paleohispánico, es decir, no en escritura latina, como están los pocos testimonios vascónicos de tipo onomástico que conocemos».
Gorrochategui lo califica de «extraordinario», sobre todo porque no esperaba que se encontrara algo así, ya que «estábamos casi convencidos de que los vascones eran analfabetos en la antigüedad, de que aprendieron a escribir muy poquito del ibero para acuñar algunas monedas y después ya adquirieron la escritura de los romanos y, por consiguiente, el alfabeto latino».
Por lo tanto, la inscripción «nos lleva al mundo anterior a los romanos. Es verdad que el texto procede precisamente del choque entre los romanos y los vascones del momento, pero lleva a su lengua, a su escritura, a su mundo. Es la maravilla que es un texto de ese mundo» y está convencido de que «dará mucho para comentar y qué hablar durante muchos años».
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