En este blog tenemos bien claro que la celebración del Aberri Eguna puede resultar contraproducente en lo que respecta a los derechos históricos del pueblo vasco pues la utilización de la ikurriña, símbolo que se ha ganado su lugar en la lucha anticapitalista y antifascistas, no deja de ser de nuevo cuño comparado con el abolengo que trae consigo la bandera roja del antiguo reino de Nabarra.
Es por ello que les compartimos este texto publicado en Noticias de Navarra, creemos que contribuye en gran medida a poner dentro de contexto la larga lucha del pueblo vasco por su autodeterminación.
Adelante con la lectura:
Nafar Herria, gure aberria. Navarra, nuestra patria
Gorka Azpiroz Razkin, secretario de Comunicación de Geroa / Nafarroako Sozialberdeak Europan; y Gaizka Navarlaz Burgos, presidente de Gazteok BaiMucho se ha hablado, se habla y se hablará, sobre lo navarro, lo vasco o vasconavarro, especialmente cuando nos centramos más en lo que nos separa que en lo que nos une. Sea como fuere, y en cualquiera de los casos, es un hecho que es Navarra como territorio histórico lo que nos une a todos los navarros y navarras, y no podemos olvidar su pasado como reino independiente y aglutinador de los diferentes pueblos que componen Euskal Herria, el pueblo del euskera, del lingua navarrorum, bajo el nombre, escudo y bandera del Reino de Navarra, monumentos como el castillo de Amaiur o la batalla de Noain, y por tanto queda clara la conexión, que no anexión, entre sus territorios.
A este respecto, y en clave histórica, pues muchos desconocen el origen de la dicotomía entre navarros y vascos, rescato un interesante párrafo del libro Síntesis de la Historia de Navarra de Luis Mª Martinez Gárate que dice así: "Hasta 1200 los vascos tenían una estructura política, el reino de Navarra, a través de la que estaban representados internacionalmente, como describe el peregrino Picaud. Los habitantes del reino eran lingüística y culturalmente vascos. Tras la conquista, la parte occidental del reino pasó a ser políticamente Castilla. Sus habitantes seguían siendo vascos, pero políticamente eran castellanos. La parte oriental, igualmente vasca, seguía siendo independiente bajo el nombre de Navarra. Al igual que sucede en todas las partes y épocas del mundo, el nombre político tiene mayor fuerza que el étnico o lingüístico. Por ello, los pobladores de la Navarra independiente siguieron llamándose "navarros", y los conquistados por Castilla, como no asumieron llamarse "castellanos", fueron en adelante "vascos". "Por ello podemos decir sin miedo a equivocarnos que Navarra es culturalmente vasca y políticamente navarra.
Reivindicamos hoy coincidiendo con el Aberri Eguna, nuestra patria, Navarra, Nafar Herria. Una Navarra sujeto político, nunca objeto político. Una Navarra soberana dentro de Euskal Herria y Europa, o, dicho de otra manera, una Navarra parte de los territorios de habla y cultura vasca que decide por sí misma qué quiere ser, dónde quiere estar y cómo quiere estar dentro de ese espacio común europeo.
Navarra es el conjunto de sus personas, Nafar Herria. Ciudadanía activa, protagonista, participativa. Una Navarra viva. Nafarroa Bizirik, que es también la continuidad histórica de nuestras anteriores generaciones y lo que nos legaron, con sus aciertos y desaciertos: la cultura y nuestras lenguas, nuestro autogobierno y la mirada a Europa y al mundo. Nafarroa Bizirik son nuestros pueblos. Su herrigintza, auzolan y su visión comunitaria, nuestro equilibrio territorial entre lo urbano y el mundo rural vivo, y todo esto puesto en valor más aún si cabe durante estos meses de pandemia.
Nafar Herria. Navarra, sin cosificar, es el país de sus personas: iguales sin distinción de origen, género, color, edad, religión, orientación sexual ni ideología. El país de quienes viven en Navarra, y también de quienes sienten su navarridad viviendo fuera. De quienes somos capaces de soñar y construir un futuro juntos y de quienes somos capaces de entender y respetar la diversidad y pluralidad de Navarra, empatizando, negociando y mediando con un objetivo común: el bien común. Defendamos la pluralidad y riqueza cultural como marco de convivencia, porque Navarra/Nafarroa habla y siente sus lenguas como propias al mismo tiempo. Impulsando el euskera con firmeza al tiempo del respeto a quien lleva otro ritmo, porque solo desde la propia convicción y el respeto mutuo se puede poner en valor un bien propio y común, y avanzar en su normalización.
La defensa del autogobierno como escenario de trabajo para el progreso y la equidad y cohesión social de sus gentes. Un autogobierno dentro de una Unión Europea que, de 27 socios tiene 31 Haciendas, y Nafarroa es una de ellas. En este marco Navarra debe apostar por el cambio de modelo, y ser ejemplo de un desarrollo económico a favor del desarrollo social, de un desarrollo sostenible en términos energéticos, medioambientales, económicos y sociales.
Esta es nuestra patria. Nafar Herria, Euskal Herria. Navarra, Nafarroa. Nafarroa Bizirik.
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