Un blog desde la diáspora y para la diáspora

martes, 31 de diciembre de 2024

La Falsa Españolidad

Cerramos el año compartiendo este texto no sin antes aclarar un par de puntos; que lo de ETA no fue disolución sino desmovilización y que no habría tantos vascos celebrando la oficialidad del seleccionado de Pelota Vasca de la CAV de existir ese españolismo que vende el tal Izarra.

Adelante con la lectura del artículo de opinión publicado por Naiz:


¿Los vascos abandonan el sueño independentista y se sienten españoles?

José Díaz | Licenciado con Honores en Política Internacional, Universidad de Stirling (Reino Unido)

El 26 de noviembre de 2024 se publicó un artículo en El Mundo cuyo titular rezaba "Los vascos abandonan el sueño independentista, también se sienten españoles" cuya autoría se atribuye a Josean Izarra, Jefe de Sección y Delegado de El Mundo en el País Vasco.

A esto quisiera responder lo siguiente: Sr. Izarra, teniendo en cuenta el sesgo ideológico y político de su línea editorial, con este titular tan aventurado, españolista y con aires de constitucionalista, apunta usted bien alto al Premio Sájarov o tal vez al Premio Princesa de Asturias que le queda más cerca y como fiel súbdito. Probablemente, hubiera tenido más papeletas al Premio Sájarov si hubiera tenido el valor y el coraje de haberlo publicado en los años 80 o 90.

No obstante, cualquiera que conozca de cerca la cultura política vasca, sabe perfectamente que lo que usted sostiene en esta publicación, no es más que una proyección psicológica de cosecha propia en el mundo de sus ideas, pero que objetivamente distan mucho de la realidad social, cultural y política actual de la que usted habla. Su planteamiento es una distopía en toda regla. En todo caso, podemos hablar de una normalización y pacificación en el ámbito de la política vasca, sin duda alguna. Ese siempre fue el quid de la cuestión, sobre todo para la izquierda abertzale en su amplio espectro.

Sr. Izarra, resulta cuanto menos desacertado por su parte sostener que los vascos renuncian a la independencia cuando a la vista queda que la hegemonía nacionalista vasca entre jeltzales y abertzales, con especial mención al auge de EH Bildu, pone en jaque su argumento. Por extensión, también es cuestionable que se sientan tan vascos como españoles como usted argumenta. No dudo que los haya al igual que usted, siempre los hubo y estuvieron representados en el seno del Partido Popular del País Vasco y organizaciones afines, pero de ahí a autoproclamarse mayoría social vasca, hay un gran trecho.

En cuanto a la independencia, siento la necesidad de corregirle. Que quede claro que la independencia jamás ha sido un sueño para los vascos, siempre se ha planteado como una aspiración política basada en el derecho a la autodeterminación de los pueblos y, dentro de cuya realidad social, cultural e histórica, se aspira a la configuración territorial de Euskal Herria en el horizonte político.

No se confunda usted, Sr. Izarra. Que Euskadi Ta Askatasuna (ETA) haya renunciado a la lucha armada y se haya disuelto, no implica un desistimiento de la voluntad popular vasca hacia un proceso de autodeterminación para Euskal Herria. Aquí hay que reconocer que en esta cuestión, Patxi Zabaleta estuvo muy adelantado a su tiempo al abogar por vías únicamente políticas. Puede incluso, Sr. Izarra, que la normalización y pacificación que se respira en estos momentos no sea el resultado del relato de vencedores y vencidos promulgado por Estado español. Tal vez deba usted reconocer el papel esencialmente determinante que ha jugado la izquierda abertzale, sentando las bases de esta nueva era en la política vasca. Y que la disolución de ETA atiende más bien a una lógica estratégica, pragmática y política en la coyuntura actual. De lo contrario, repetir eso de que ETA ha sido derrotada por la democracia española y el Estado de derecho resulta algo insustancial y presuntuoso, además de toda una imprecisión política que no se corresponde con la realidad ni con los hechos.

Estoy convencido de que sus palabras encuentran afinidad y simpatía entre sus correligionarios, además de su línea editorial. Su técnica es reminiscente a la de Joseph Goebbels entonando su mítica frase «una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad». Pero, lamento decirle que no es así. Desde mi prisma, su publicación en El Mundo sosteniendo que «los vascos abandonan el sueño independentista y se sienten muy españoles» puede hacerlo parecer verdad, aunque no sea para nada cierto. Y creo que ambos los sabemos.

En todo caso, Sr. Izarra, usted lo que percibe es una nueva era en la que tanto usted como muchos vascos pueden expresarse libremente sin temor alguno a represalias en este nuevo capítulo marcado por la ausencia de la violencia política. Lo que no quita que la voluntad popular del pueblo vasco haya disminuido ni haya sufrido un desgaste. Reitero que el auge de EH Bildu es un claro indicador de una tendencia política al alza que reafirma su aspiración política y reivindicación histórica por un proceso de autodeterminación mediante la configuración de los siete territorios que conforman Euskal Herria (sin renunciar a Navarra). Es una aspiración política y territorial legítima y respetable si así lo determina la voluntad popular del pueblo vasco.

La cultura política vasca tiene su propia idiosincrasia y le puedo asegurar que está en las antípodas de la cultura política del Estado español. Personalmente, no le encuentro ningún distintivo honorable a la cultura política del Estado español. La Constitución Española de 1978 no vale ni el papel en la que está impresa y que la Jefatura del Estado dependa de la Corona me resulta anacrónico, antidemocrático, además de ser herencia directa del franquismo.

Váyase haciendo a la idea, Sr. Izarra, que la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca y su horizonte político es y seguirá siendo Euskal Herria como fruto de una incansable lucha nacional exclusivamente por vías políticas. La mayoría social vasca reivindicará de forma democrática su voluntad hacia el reconocimiento de Euskal Herria como pueblo y como nación; y respetando además su derecho a decidir a pesar de los obstáculos que supondrán el Estado español, la Constitución y el ordenamiento jurídico.

Por una Euskal Herria libre y social, en defensa de lo público, los derechos humanos, el Euskara y la cultura vasca; y por una transición hacia una economía ecológicamente sostenible y justa.

 

 

 

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La Z Jeltzale

Los jeltzales y su glosario de términos vascos.

Aquí lo que al respecto nos comparte Naiz:


Euskal Herria, Euskadi o Euzkadi, en el diccionario interno del PNV

Con el fin de «unificar criterios y clarificar controversias» sobre las «denominaciones» de «conceptos básicos de nuestros objetivos políticos y nuestros marcos geográficos de actuación», el EBB ha enviado a sus bases un anexo a las ponencias con una «cuestión de estilo», una especie de diccionario.

Iñaki Iriondo

Divididos entre dos estados que durante siglos no han dudado en reprimir nuestra identidad, separados en tres ámbitos político-administrativos, somos un país singular que no tiene consensos sólidos ni siquiera sobre su nombre, himno y territorio.

En las bases para el Nuevo Estatus de 2018 se dejó sin nombre el «sujeto jurídico-político» resultante. Las denominaciones han sido objeto de agrias discusiones y contradicciones: el máximo órgano del PSE se llama «Comité Nacional», EH Bildu habla ahora en sus escritos de «Gobierno Vasco» y medios afines al PNV usan «Lakua»,  porque es más corto para titular. Y no olvidemos que hasta nos hemos peleado sobre si era Errenteria u Orereta.

En este contexto, el Euzkadi Buru Batzar (EBB) del PNV ha acompañado la remisión de sus ponencias a las organizaciones municipales de un «Anexo 4» titulado «Cuestión de estilo», para «unificar criterios y clarificar controversias» sobre las «denominaciones» de «conceptos básicos de nuestros objetivos políticos y nuestros marcos geográficos de actuación» en la redacción de enmiendas.

La «z», en la intimidad

Recogemos aquí, de forma literal, algunas de las denominaciones que el EBB fija a sus bases:

Euskal Herria-Pueblo Vasco-País Vasco: Entiéndase como comunidad natural, como territorio desde el Ebro al Adour, donde se asientan los vascos y las vascas. Comunidad identitaria que tiene el euskera como lengua propia. Euskal Herria NO es un concepto político sino cultural, geográfico y social.

Euskadi: Proyecto político del conjunto de los siete territorios históricos cuya voluntad es formalizar una entidad jurídico-política propia. Dicha terminología se utilizará con grafía homologada por Euskaltzaindia –‘s’– para todas aquellas comunicaciones públicas representativas del Partido Nacionalista Vasco.

Euzkadi: Proyecto político del conjunto de los siete territorios históricos cuya voluntad es formalizar una entidad jurídico-política propia. Denominación formulada por Sabino Arana como nombre del país, del Estado, que aglutine a la ciudadanía vaeuskalsca. Dicha terminología se utilizará con grafía sabiniana –‘z’– para todas aquellas comunicaciones internas del Partido Nacionalista Vasco y en menciones de carácter histórico.

Nación Vasca: Comunidad social situada en un territorio concreto –Euskal Herria– cuya población se identifica con una identidad y una voluntad diferenciada propia como rasgo de su nacionalidad.

Territorios Históricos-Territorios forales. (No provincias): Son cada uno de los territorios que históricamente han formado y forman Euskal Herria. Es decir, Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa, Nafarroa Beherea, Lapurdi y Zuberoa. En el caso de estos tres últimos, se engloban en lo que denominamos Ipar Euskadi.

Comunidad Autónoma Vasca (CAV), Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) o Comunidad Autónoma de Euskadi (CAE): Ámbito jurídico-administrativo conformado por los territorios históricos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa surgido del Estatuto de Autonomía de Gernika.

Comunidad Foral de Navarra (CFN): Ámbito jurídico-administrativo conformado por el territorio foral de Nafarroa surgido por la Ley de Amejoramiento del Fuero de Navarra.

Mancomunidad de Aglomeración del País Vasco (Communauté d’agglomération Pays Basque – Euskal Hirigune Elkargoa): Ámbito jurídico-administrativo  conformado por los territorios históricos de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.

El «Anexo 4» precisa que estos «matices de estilo se aplicarán al conjunto de las ponencias-textos, una vez finalizado su debate, sin necesidad de enmendar individualizadamente cada documento».

 

 

 

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domingo, 29 de diciembre de 2024

Sin Posible Explicación

Les compartimos este artículo de opinión acerca de la oficialidad del representativo de la CAV de pelota, mismo que ha sido publicado en las páginas de Naiz:



Finalmente, la Federación Internacional de Pelota, reunida en asamblea general ordinaria en Iruñea, aceptó ayer la demanda histórica de la Federación Vasca para ser integrante de pleno derecho en este foro. En principio, en base a la Ley del Deporte estatal, este paso debería abrir la puerta a la homologación de la selección vasca de pelota vasca, valga la redundancia. Porque en esa redundancia se resume gran parte del absurdo que supone que las y los deportistas vascos no pueden representar a su pueblo de forma oficial en competiciones internacionales. Ni siquiera en el deporte que inventaron sus ancestros, la pelota vasca.
 
Demanda social, trabajo discreto y eficaz

Según quedó claro tras la reunión, la asamblea no acabó realmente ayer. Se anuncian impugnaciones y la delantera la toma UPN erigiéndose en representante de la Federación Española. Lo hace hablando de politización; el chiste se cuenta solo.

Por eso, conviene primero celebrar la decisión, luego ser cautos y, sin duda, seguir trabajando para que la selección vasca pueda competir en el Mundial de Pelota que se celebrará en 2026 en Argentina.

Hasta la noticia de ayer, el escepticismo se había adueñado de parte de la afición vasca. Especialmente tras lo sucedido en la asamblea general extraordinaria celebrada en México D.F. en julio de 2023. Entonces se iba a debatir y votar la petición que ha prosperado ahora, pero las presiones españolas lograron sabotear ese intento. Una vez más, representantes españoles dilataban y neutralizaban lo que previamente habían acordado con representantes vascos.  

En este caso, en 2022 PNV y PSOE pactaron la oficialidad de las selecciones vascas de pelota, herri kirolak y surf por ser deportes con gran «arraigo histórico y social» en Euskal Herria. La Ley del Deporte recogió este acuerdo planteando el prerrequisito de participar y tener el beneplácito de las federaciones internacionales –o haber sido miembro de las mismas antes que la española, como en el caso del surf–.

Las maniobras para anular ese pacto surtieron efecto el año pasado en México, pero ese error se ha podido revertir. El nombramiento de Lorea Bilbao como vicepresidenta de la Federación Internacional ha sido un acierto. Como lo fue la reactivación de la demanda de la selección vasca, con docenas de pelotaris de ambos lados del Bidasoa como protagonistas.

Parece ser que el presidente de la Federación Internacional, Xavier Cazaubon, ha atendido los argumentos que defienden que, en el caso de un deporte minoritario y en un contexto tan competitivo entre disciplinas, bloquear la participación legítima de los y las deportistas vascas con su selección es malo para el deporte y para su desarrollo internacional.

Un juego muy serio

No obstante, sigue habiendo obstáculos y riesgos. Reducir la selección vasca a la autonómica de la CAV es un problema del que los partidos abertzales son conscientes y que preocupa a los y las deportistas y a la sociedad civil que les apoya. Deberán gestionarlo con inteligencia, perspectiva política y a tiempo.

Porque la otra parte sigue jugando, y no lo hará de forma limpia. El deporte lo politizan, en el peor sentido de la palabra, quienes niegan a los y las deportistas su decisión libre de competir bajo la bandera con la que se identifican y quienes tapan su ideología supremacista con excusas burocráticas.

Euskal Herria es una nación, sus deportistas deben tener el derecho a competir en su nombre, su ciudadanía a animarles, y los deportes a enriquecerse con esa aportación. El«fair play» deportivo tiene su traslación al juego democrático, y quien no lo acepta suele hacer trampas para no responder a las preguntas más sencillas: ¿Por qué vosotras sí y nosotras no?





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sábado, 28 de diciembre de 2024

Posible Oficialidad para la Pelota

Allá cuando se iniciaba la publicación de este blog había un fuerte impulso por la oficialidad de la selección vasca de pelota, el deporte inventado por los vascos en el cual los vascos solo podían competir integrando seleccionados ajenos, entiéndase el español y el francés. La delegación mexicana lideró la negativa a que esto sucediera. Hoy, parece ser que el seleccionado de la CAV será admitido, ya veremos si lo pueden integrar jugadores y jugadores de las otras cuatro herrialdes.

Pues bien, les compartimos esto que recién ha publicado Naiz:


Puerta abierta a la oficialidad: la Federación Vasca, admitida en la Internacional de Pelota

La asamblea de la Federación Internacional de Pelota reunida este sábado en Iruñea ha aceptado al fin una demanda de largo recorrido: la inclusión de la Federación Vasca. Ello abre una puerta a la oficialidad, con el Mundial de 2030 en el horizonte, que se celebrará en Euskal Herria.

Ramon Sola

Iruñea ha sido escenario este sábado de un paso decisivo que abre camino a la oficialidad de la selección de Euskal Herria en un deporte inequívocamente vasco pero en el que siguen imperando los estados: la pelota.

La Federación Internacional de Pelota, reunida en asamblea general ordinaria en Iruñea, ha aceptado la demanda de la Federación Vasca para ser incluida en este foro. Teóricamente, ello debe dar paso a la posibilidad de una selección vasca, puesto que así lo faculta la Ley del Deporte estatal en estos supuestos.

Habría que ver cómo se resuelve el componente territorial, de modo que no solo los pelotaris de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa la integren sino que también puedan hacerlo los de Nafarroa Garaia, Nafarroa Behera, Lapurdi y Zuberoa.

La decisión ha sido saludada por los congregados en el exterior del Hotel Iruña Park, donde se ha celebrado la asamblea. Pero han recordado precisamente que «falta conseguir eso: queremos jugar como ‘Zazpiak Bat’». También han subrayado que «esta es una victoria de la ciudadanía vasca» en su conjunto, que ha presionado de modo insistente en favor de esta oficialidad.

El horizonte más factible parece el Mundial de 2030 que tendrá como sede Euskal Herria (al que ya apuntaba Patxi Gaztelumendi, de Gu Ere Bai!, en esta entrevista hoy en Gaur8), aunque antes hay otra cita mundialista de este deporte, en Argentina en 2026. La cita de 2030 será concretamente en Bizkaia.

Reunión tensa y temor a recursos

Aunque no ha podido participar en la reunión al no ser todavía la Federación Vasca miembro de la Internacional, su presidente, Gotzon Enbil, ha revelado algunos datos desde el exterior. En declaraciones a ETB, ha explicado que le consta que la sesión ha sido algo tensa y ha mostrado su temor de que pueda presentarse algún recurso con la intención de paralizar o dilatar en el tiempo la decisión.

Al parecer, los representantes de la Federación Española han abandonado la reunión en señal de disconformidad, lo que se interpreta como un modo de dar cobertura a estos eventuales recursos posteriores.

Antes de la votación que ha derivado en la aceptación de la Federación Vasca se ha producido otra para realizar ajustes estatutarios.

Por encima de todo ello, Enbil ha calificado lo ocurrido de «gran paso» aunque matizando que es precisa cierta «cautela» a la espera de cómo continúe el proceso.

Movimientos desde el portazo en México

El antecedente inmediato de esta solicitud es lo ocurrido en la asamblea general extraordinaria celebrada en México D.F. en julio de 2023, cuando se iba a debatir y votar la petición de la Federación Vasca para incluirse en la Federación Internacional de Pelota. Las presiones españolas hicieron su efecto y el punto fue retirado a última hora del orden del día, alegando que suponía «romper la unidad del mundo de la pelota».

Ello dejaba en agua de borrajas el acuerdo anunciado por el PNV con el PSOE en octubre de 2022, por el que se afirmaba que la puerta quedaba abierta para la aceptación oficial de las selecciones vascas de pelota y surf, en cuanto disciplinas deportivas con especial «arraigo histórico y social» en Euskal Herria. La Ley del Deporte consiguiente incluyó un artículo que establecía que «las federaciones deportivas podrán participar directamente en el ámbito internacional si la Federación Internacional correspondiente contempla su participación (...) o bien en el caso de la que la Federación autonómica hubiera formado parte de una federación internacional antes de la constitución de la federación española correspondiente».

Tras lo ocurrido en México, el presidente de la Federación Internacional de Pelota, Xavier Cazaubon, utilizó un discurso duro en su visita a Iruñea con motivo del Mundial sub-22, calificando la demanda de oficialidad de «disco rayado» y dando el tema por zanjado. En la inauguración, el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, defendió la legitimidad de la reivindicación.

El cuadro post-México se completa con otros dos movimientos en la línea de impulsar la oficialidad: la entrada de Lorea Bilbao, exdiputada de Deportes de la Diputación de Bizkaia, como segunda vicepresidenta en la Federación Internacional; y el paso adelante dado en junio pasado por un amplio grupo de pelotaris vascos de ambos lados de la muga que anunciaron en Hendaia su decisión de no competir con la selección española ni la francesa porque «la nuestra es Euskal Herria».

Satisfacción del PNV

El PNV ha celebrado la decisión y ha considerado que da sentido a la vía que abrió con el acuerdo con el PSOE en torno a la Ley del Deporte estatal. Cree que su implementación posibilitara a los pelotarios vascos «vestir la camiseta de Euskadi y desfilar bajo la ikurriña» en competiciones internacionales.

La formación jeltzale ha asegurado que existe «un clamor popular» en favor de la oficialidad de las selecciones vascas y, «atendiendo a ese clamor», se ha comprometido a seguir contribuyendo a «desbrozar el camino hacia la oficialidad al mayor número de disciplinas deportivas posibles».

Así, el partido liderado por Andoni Ortuzar ha recuperado las palabras pronunciadas por el diputado jeltzale Joseba Agirretxea en el Pleno del Congreso donde se modificó la Ley del Deporte y ha advertido de que sus aspiraciones «no están plenamente satisfechas».






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Egaña | Narrativa a la Carta

Les dejamos el comentario con respecto a la irresponsable actitud por parte de los jelkides durante el DDR de ETA, mismo que nos comparte nuestro amigo Iñaki Egaña en su perfil de Facebook:


Narrativa a la carta

Iñaki Egaña

Toca cerrar el año y las reflexiones se acumulan con una fuerza que impide la serenidad. Quizás por aquello que repetía nuestro José Bergamín, somos sujetos y, por tanto, las lecturas son subjetivas. Si fuéramos objetos, aunque algunos lo parezcan, las composiciones serían objetivas. El que llaman espacio-tiempo, incluidas las dudas que pueda generar la relatividad de Einstein, siempre corre hacia adelante. Y dicen los físicos que, a pesar de lo cuántico (término del año de Naciones Unidas para 2025), jamás podremos volver al pasado, ni siquiera en una sociedad tecnológica hiper avanzada. La llamada paradoja del abuelo o miles de paradojas similares que lo convierten en lógicamente imposible. Por ello, sin la eventualidad de modificarlo, únicamente nos queda la contingencia de interpretarlo.
Así que cuando el contexto presente recoge diversas interpretaciones, es inevitable que al sumergirnos en el pasado, las divergencias se agranden. Ahí tenemos a académicos y no tanto marcar unas pautas sobre nuestros antepasados y sus intenciones políticas y sociales que, según la posición actual, puedan colar más o menos. Hubo épocas cercanas en las que las crónicas sobre los separatistas y los rojos estuvieron tan extendidas que al salir de casa nos mirábamos los cuartos traseros para comprobar si era cierto que nos colgaba una cola de lagarto.

Hoy, afortunadamente, estamos acercándonos a la verdad y el discurso de la maldad está más ubicado en foros y centros propagandísticos con una credibilidad cercana al cero Celsius, la del agua congelada. La mentira es un arma política de gran efectividad, también considerada como marketing político. Dicen que fue Joseph Goebbels el padre de la misma en la modernidad, aplicando las normas que hoy conocemos: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad; si no puedes negar las malas noticias inventa otras que las distraigan; la propaganda efectiva se esconde en un pequeño número de ideas que deben repetirse incansablemente…
Sin embargo, esos relatos trampeados no son exclusividad de nuestros enemigos atávicos. Hay, asimismo, sectores susceptibles de ser compañeros de viaje que marcan un relato lejano a lo realmente ocurrido. Por intereses coyunturales, evidentemente, pero también por una razón que está en la matriz de su naturaleza política. Me ha llegado la reflexión con ese reciente trabajo publicado por los Artesanos de la Paz a cuenta del desarme de ETA y saliendo al paso de una versión sobre el mismo que el Gobierno de Gasteiz hizo pública en octubre de 2019.

Cinco años después, con una paciencia que sorprende, los Artesanos han desmontado aquel informe repleto de falsedades, omisiones e interpretaciones maliciosas. Digo que sorprende, al menos a mí, porque ya simultáneamente al desarme, algunos movimientos del Gobierno de Urkullu estaban dirigidos notoriamente a poner palos en las ruedas de un movimiento civil que actuó con gran madurez. Cualquier observador lo pudo detectar. Aquella inclinación a torpedear el modelo de desarme no estuvo relacionada con el interés que pudo tener el “Deep state” de mantener una guerra de baja intensidad para cohesionar su feudo y criminalizar aún más a la disidencia vasca, sino con algo mucho más prosaico, el protagonismo. La famosa reunión de los tres lehendakaris (Iñigo Urkullu, Uxue Barkos y Jean-René Etchegaray), fue el paradigma de la prepotencia del de la CAV.

Puedo citar algunas de las partes que ahora se han desvelado en primera persona. En 2018 publiqué el libro “El desarme. La vía vasca”, construido con documentos y contexto, pero también cimentado en decenas de testimonios de agentes políticos y sociales, artesanos, actores internacionales, responsables gubernamentales, interlocutores de la organización armada… Recogí decenas de grabaciones, en off y en on, oficiales y oficiosas. Y tejí un trabajo que devolví antes de su publicación -lo habitual- a quienes me habían proporcionado su testimonio, para comprobar si había errores. Los artesanos, en particular Txetx Etcheverry y Mixel Berhokoirigoin, me sugirieron evitar las interpretaciones que dejaban en mal lugar al Gobierno de Urkullu y a su asesor Jonan Fernández, entonces secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación. Ejercieron de diplomáticos porque creían que un buen final no debía ser empañado con las complicaciones previas. Así lo hice. El trabajo original quedó aligerado en su edición final. Pero, la nobleza no es patrimonio universal y Jonan Fernández e Iñigo Urkullu depositaron en Gogora una versión embustera que ahora queda en entredicho.

Y aprovecho el depósito para citar otro tema que me enerva. Y es que ese Gogora que ahora ha dejado el PNV en manos del PSOE navega con un relato grotesco. En su intento de mantener esa “equidistancia”, sus antiguos responsables metieron en el mismo saco de víctimas del fascismo a las esperadas, pero también a los verdugos que luego fallecieron en la contienda que ellos habían provocado: cuneteros navarros, legionarios italianos, nazis alemanes… sin fotografía para que no sea visible la cruz gamada de sus uniformes, al contrario que el resto de víctimas. Es decir, de manera intencionada.

Y es que, en ese interés en agradar a la derecha montaraz, de arreglar presupuestos, de proteger a los suyos y sus empresas clientelares, el relato tiene también su importancia. Que se lo pregunten al sustituto de uno de aquellos tres lehendakaris del desarme. Dicen que Imanol Pradales ha modificado las formas, es probable. Pero es únicamente un juego de malabar. Una continuidad de un relato de marketing político. Porque si son capaces de seguir la trayectoria del contexto, comprobarán que las puertas giratorias están más activas que nunca, que los asesores del lehendakari de la CAV son centenares, que los “jubilados”, sus familias y sus hijos, encuentran acomodo en decenas de sociedades públicas y privadas. “Es la narrativa, amigo” que diría Rodrigo Rato. ¿O Andoni?

 

 

 

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viernes, 27 de diciembre de 2024

Sare | Acelerar, para Culminar

Les compartimos esta misiva publicada en las páginas de Noticias de Navarra por parte de Sare en la que se expone la necesidad de atender el tema pendiente de los represaliados políticos vascos que tras años de la culminación del desarme de ETA continúan siendo machacados un día sí y otro también por las instituciones españolas.

Adelante con la lectura:


Acelerar, para culminar

Mikel Mundiñano Larraza, Beñat Uribe-Etxeberria, Eñaut Landa, Xabi e Iñaki Bidaurre, Naikari Iturbe, Ion Marauri, Bego Atxa y Joseba Azkarraga | Miembros del Elkargune de Sare Herritarra

El tiempo, la distancia, y el mirar a lo que está sucediendo en el mundo, ayudan a ponderar en su justa medida la dimensión de los cambios operados en la vida política y social vasca en los últimos quince años. Que en medio de una escalofriante escalada belicista a nivel planetario que oscurece con los más negros nubarrones imaginables el horizonte de la humanidad entera; el que un conflicto de profundas raíces históricas como el vasco haya encontrado un sólido cauce de canalización política y haya sido capaz de eliminar de la ecuación muchos de los factores que durante décadas han sido fuente de trágicos y multilaterales sufrimientos, hay que ponerlo en valor.

Sobre todo, para tomar consciencia de que los cambios de los que hoy “disfruta” la sociedad vasca no son cambios que hayan caído del cielo. No. Los factores generadores de sufrimiento que han ido paulatinamente desapareciendo de la ecuación política vasca han ido despejándose gracias al encomiable esfuerzo de muchas personas y agentes que, durante todos estos años, han sido capaces de salir de sus particulares “zonas de confort político” para explorar en espacios de colaboración no sólo con las y los diferentes sino también, y, sobre todo, con los y las contrarias. Espacios capaces de concebir soluciones colectivas e imaginativas a problemas largamente enquistados. Un ejercicio éste no exento de riesgos, y muy poco agradecido muchas de las veces. Sobre todo, por parte de las respectivas “hinchadas”, más acostumbradas a buscar razones que retroalimenten su arsenal argumentario que a comprometerse en vías de acuerdo que siempre obligan a dejar pelos en la gatera.

Cierto que en el caso vasco los pasos dados en el camino hacia las soluciones han contado con el apoyo abrumadoramente mayoritario de la sociedad vasca, que ha ido muy por delante incluso en su voluntad de superación de los problemas, señalando siempre el camino a agentes políticos y sociales. A la vista del camino ya recorrido, no cabe duda de que la sociedad vasca no solamente avala, sino que desea y exige un último esfuerzo colectivo para eliminar definitivamente de la ecuación política vasca los factores que a día de hoy siguen generando sufrimiento. En particular, las políticas de excepción que están ralentizando de forma exasperante e injusta los itinerarios de reintegración social y vuelta a casa de las presas y presos de motivación política y desterrar para siempre la utilización que del dolor y sufrimiento algunos hacen de las víctimas de todas las violencias. Las víctimas, de manera individual no están pidiendo venganza. Nos están diciendo a todos, respaldo y reconocimiento de su dolor. Y es eso lo que nos comprometemos a seguir haciendo.

Creemos que es momento de señalar a quien sigue empecinado en poner palos en la rueda de las soluciones. Es momento de decir alto y claro que las presiones para bloquear lo que debiera ser una dinámica normalizada de excarcelaciones no responden a las necesidades de ninguna víctima. Es una evidencia constatada que un avance en cualquiera de los temas de la agenda de resolución repercute positivamente en los demás. Porque da seguridad y confianza a los agentes que deben dar los pasos. Los impulsos de bloqueo obedecen pura y simplemente a intereses políticos partidistas. No es de recibo que sean precisamente quienes no han puesto nada de su parte para que las cosas cambien quienes exijan más y más condiciones a quienes desde hace ya tiempo avanzan en posiciones constructivas y de empatización con los demás sufrimientos. No es de recibo que quienes encendieron la mecha de la guerra global en las Azores, quienes mintieron de forma ignominiosa tras el 11-M, o quienes desaprovecharon oportunidades como la ventana diplomática abierta en Oslo, pretendan erigirse ahora en “tutores morales” del proceso de soluciones. Como artífices de aberraciones jurídicas como la Ley 7/2003, verdadera cadena perpetua encubierta, o de la ya felizmente superada Ley 7/2014 que ha privado a las y los presos vascos el acceso a las prerrogativas de cumplimiento de condenas vigentes en toda la Unión Europea, debieran ser ellos los primeros en hacer autocrítica y ofrecerse para allanar el camino a un escenario de paz y convivencia definitivos.

La sociedad vasca no está ya para más excusas ni para más dilaciones. Urge diligencia en el desmantelamiento de las políticas de excepción todavía vigentes. Se trata ni más ni menos que de adecuar el ordenamiento jurídico a la demanda mayoritaria de la sociedad. Se trata de ejecutar la ley atendiendo a criterios profesionales, sin privilegios, pero también sin discriminaciones. Se trata de culminar cuanto antes el camino iniciado hace ya quince años. Será una victoria colectiva. Una victoria a ofrecer a las generaciones venideras y también, en un momento crítico, al mundo entero. El 11 de enero lo volveremos a reclamar en las calles de Bilbo.





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sábado, 21 de diciembre de 2024

El Mensaje de Feli Ordeñana

Naiz enriquece una jornada dedicada a la memoria de José Miguel Beñaran 'Argala' con este artículo publicado por Egin en el que se recogen las palabras de su madre, Felicitas Ordeñana.

Lean ustedes:


La madre de 'Argala': «José Miguel sí podía haber sido un buen político»

En el tercer aniversario de la muerte de José Miguel Beñaran 'Argala', 'Egin' publicó una entrevista realizada a su madre, Feli Ordeñana. Recuperamos el documento íntegro con Artefaktua.

Feli Ordeñana: «Mi hijo y otros luchadores muertos han tenido una voluntad de que Euskadi sea libre y eso hay que respetarlo»

En las primeras horas de la mañana del 21 de diciembre de 1978, en la localidad de Anglet, José Miguel Beñaran, 'Argala', se dirigía a su coche, un R-5 anaranjado. Momentos después de accionar la llave de contacto, al iniciar la marcha, hace explosión un potente artefacto que produce la muerte inmediata del militante de ETA. Como de «impresionante» fue calificada la escena que ofrecía el cuerpo mutilado de 'Argala' y el coche destrozado por las primeras personas que se acercaron al sitio. El atentado contra 'Argala' tuvo lugar justo al día siguiente de cumplirse el quinto aniversario de la muerte del entonces jefe del Gobierno español, Luis Carrero Blanco. Las organizaciones ultraderechistas OA y BVE reivindicaban horas más tarde la paternidad del atentado a 'Argala'.

Cuando llegamos a Arrigorriaga, Feli Ordeñana, madre de José Miguel Beñaran, ya tiene lista la porrusalda y nos recibe abiertamente y sin prisas. «Es que, sabes –nos comentaría–, a la una viene mi hija de trabajar y la comida tiene que estar preparada, porque a las dos empieza las clases de euskara en Basauri». En los primeros intercambios de impresiones, Feli ahondaría en la precipitación con que hoy la juventud consume la vida, «queréis estar en todos los sitios y no puede ser...», por lo que finalmente no da de sí lo suficiente, tendríamos que inventar un «nuevo día» que nos permitiera no consumir sino «vivir la vida» con desahogo y sin premura. Al hablar sobre el euskara, Feli aclararía resuelta que ella lo hablaba: «Parece que cuesta mucho aprenderlo, que es muy difícil, pero yo lo hablo, aunque es distinto al que se enseña ahora, la gramática es diferente, pero a mí, si me hablan despacio, me entiendo perfectamente con todo el mundo; con los guipuzcoanos también».

Nos sonreiríamos con complicidad al mirar los papeles que se habían quedado olvidados encima de la mesa, conscientes de que tendríamos que abandonar la fluidez y espontaneidad con que habíamos iniciado nuestra conversación, para entrar en el tema que nos ocupaba a iniciar la entrevista en torno al tercer aniversario del atentado que costó la vida de su hijo José Miguel. El rostro sonriente de 'Argala', en una fotografía tomada junto a Monzon, colocada en una parte de la habitación, nos acompañaría durante la conversación.

«Nos ha tocado sufrir mucho por la política»

«Hay días que me desespero cuando pienso en la muerte que tuvo José Miguel y otros como él. A veces piensas que no sabes si merece la pena que se den vidas tan jóvenes, que se entregue todo, cuando escuchas los comentarios que hacen algunos. No lo digo por todos, porque ya sé que hay gente concienciada y luchadora, pero no puedes evitar que te dé rabia cuando sientes ese desprecio. Claro que no voy a pedir que los quieran si no están de acuerdo con sus ideas, pero mi hijo y otros luchadores muertos han tenido una voluntad de que Euskadi sea libre y eso hay que respetarlo».

Feli Ordeñana insistiría a lo largo de la conversación en que ella no se consideraba política y que nunca le había gustado: «Quizás sea porque en la familia, ya desde la guerra, nos ha tocado sufrir mucho. Siempre hemos estado envueltos por el miedo, las detenciones, la cárcel, vives angustiada porque te machacan, la derecha siempre vence». Al comentarle si estaba desesperanzada de la situación política que atravesamos, Feli manifestaría que «cada vez lo veo más difícil. La derecha puede mucho, ya lo vimos en la guerra, y ahora, poco a poco, van a lo mismo. Veo cada vez más difícil que esto se pueda arreglar, por mucho que hagan. No sé, cada vez está más cerrado, más duro. A mí me gustaría que vencieran los que han sido conscientes de la lucha del pueblo vasco, pero lo veo muy negro... Hace tres años parecía más fácil, pero la derecha se está afianzando cada vez más. Estoy desilusionada, ya te he dicho que yo no entiendo de política, pero hablo de lo que estoy viendo. Dicen que los militares no pueden dar ahora un golpe de Estado, pero lo cierto es que al rey lo mismo le da que manden los militares o Calvo Sotelo. Les tenemos por todos los sitios y están deseando barrer a Euskadi y todo lo que representa. Ahora quizás les convenga mantener esa imagen de democracia, si hay alguna, de cara al exterior, pero los golpes, aunque no sean de estado, a los de HB se los están dando por todos los lados, tanto los comunistas como los del PNV, EE o desde Madrid. Entre todos, cómo no los van a poder, como yo suelo decir, es que las van a comer por sopa. Y es que las cosas como son, los únicos que hoy siguen en la brecha son los de Herri Batasuna».

«José Miguel era muy avanzado en ideas»

Recordando el pensamiento político de su hijo, Feli señalaría que «José Miguel sí podía haber sido un buen político. Tenía muchas ideas, era muy avanzado en política y pienso que sus teorías hubiesen sido muy buenas para Euskadi. Ahora no lo sé, pero hace cinco años, cuando comenzó todo este proceso, creo que sí hubiesen servido. Hubiera sido muy bueno, porque tenía mucho interés, siempre estudiando, siempre con libros y pensando en los pobres, en el obrero. Todavía recuerdo cuando antes de marchar de casa, a los pocos meses de morir mi marido, él tuvo que hacerse cargo del negocio que teníamos, de venta de pisos. Él lo pasaba muy mal vendiendo las casas a las familias trabajadoras, sufría mucho y creo que, de no haber tenido que marchar, no habría seguido. Era muy humano, sentía mucha pena de las familias necesitadas, y no sé lo que pensarán algunos al leer esto, igual dicen, sí, muy humano y estaba en ETA, pero es verdad, era un chico muy sensible, con buenas ideas y de una gran humanidad».

Siguiendo con los recuerdos, Feli nos contaría cómo ella no sabía nada de la actividad política de su hijo. «Claro, como yo siempre le decía que no me gustaba la política, pues a mí no me contaba nada. Alguna vez le solía decir: mira que por mucho que queráis no se va a poder arreglar nada en España, conozco bien a los ricos, qué clase de gente es –bueno es que yo estuve sirviendo muchos años en sus casas, nos aclararía– y no hay nada que hacer. Él solía responderme, 'ay, ama, cómo eres, di Euskadi Sur...' Y tenía como mucha esperanza de poder cambiar esto. Era un chico muy resuelto, de carácter muy abierto y aunque a mí no me contaba nada, en la calle ya hablaba. Recuerdo un día que me encontré con un amigo de mi marido y me dijo: vaya hijo que tienes. Yo pensaba que era por los estudios y le contesté que sí, que era muy listo y le iba muy bien, pero resultó que no, que él me lo decía por otra cosa...»

«Voy a volver a casa montado en caballo...»

«Nueve años estuvo sin volver por casa, yo iba mucho a verle a Francia, bueno, a Euskadi Norte, y me solía decir: 'ama, el día que vuelva a casa voy a besar el suelo, voy a ir montado en caballo'. Yo ya le decía, sí, muy elegante eres tú, vas a venir en caballo por los montes de Navarra... Tenía mucha ilusión por venir, pero creo que nunca hubiera podido volver, aquí nunca le hubieran perdonado de lo que le acusaban. Él me decía que era una pesimista cuando se lo comentaba, pero no, no tenía tan fácil la vuelta, ni los que han quedado, tampoco».

«El día que se marchó –proseguiría Feli–, yo estaba recién operada y nunca supe por qué se marchaba. Es verdad que aunque no me contaba nada, yo ya intuía que algo se traía entre manos, pero jamás quise intervenir en su vida privada. A mí me hubiera gustado que hubiese terminado tranquilamente la carrera de Sociología, y ya lo intenté, mi ilusión era esa, pero los hijos nunca te hacen caso, y las cosas se quedaron a medias. Aquella mañana le vi con ojeras y pensaba que había dormido mal, luego ya no le vi más. A los pocos días de la muerte de Carrero nos llevaron a comisaría a mi hijo mayor y a mí, aunque nos hicieron los interrogatorios separados, los dos debimos decir lo mismo, no sabíamos nada, y recuerdo que al salir el policía me dijo: 'Es bastante inteligente usted...'».

Volvemos al presente y charlamos sobre los actos que se han preparado este año, en el tercer aniversario de su muerte en atentado en la localidad de Anglet. «Seguramente, este año nos harán como el pasado, pensarán que vamos a poner la placa y no nos dejarán entrar en la plaza, claro que para ellos es mucha deshonra tener su nombre allí. No sé qué les importa a ellos que nos reunamos en la plaza, pero cada año pasa lo mismo, impiden cualquier concentración popular».

Cuando nos marchamos, Feli comentaría que llevan diecisiete años viviendo en la misma casa, pero que siempre han estado en Arrigorriaga. «Ahora vivimos los tres, Maite y Pablo, mis hijos, y yo, nos hemos quedado poquitos y hay días en que la casa se te hace muy grande...»




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El Legado de 'Argala'

21 de diciembre, una fecha muy particular en el calendario de la resistencia vasca.

De su importancia nos habla este artículo de Naiz para el que se ha recurrido a la invaluable hemeroteca de Egin.

Adelante con la lectura:


'Argala', una muerte que legó un país vivo

Los servicios secretos de la dictadura franquista acabaron con la vida del histórico dirigente de ETA antes de que alcanzara la treintena. Días antes de su muerte, 'Argala' soñó con un pueblo organizado y, sin saberlo, ese fue el legado póstumo que dejó a Euskal Herria.

Maddi Txintxurreta

A José Miguel Beñaran (Arrigorriaga, 7 de marzo de 1949-Angelu, 21 de diciembre de 1978), de niño, no le inquietaba especialmente la cuestión nacional vasca. De hecho, víctima del adoctrinamiento franquista en las aulas, se consideraba a sí mismo un patriota español y partidario del dictador. Sin embargo, las referencias de sus padres, estos sí abertzales, y las emisiones nocturnas de Radio Pirenaica, lo acercaron a la cuestión vasca, al principio desde un interés pueril, y más tarde, cuando rondaba ya la mayoría de edad, se acercó tanto que pudo ver la verdad sobre aquello que le intentaron meter en la cabeza en la escuela.

Cuenta la periodista Mertxe Aizpurua en el libro 'Argala. Pensamiento en acción' (2019) que en los viajes de ida y vuelta en tren que realizaba 'Argala' a la academia Luco de Basauri, donde estudiaba entonces, coincidía con Josu Urrutikoetxea e hizo amistad con él. Comentaban, en voz baja y ayudados por el traqueteo del tren, los sucesivos acontecimientos que tenían que ver con ETA, organización que comenzaba a causar furor entre la juventud vasca.

Ambos entrarían pronto en ella, entre 1968 y 1969. «Curiosamente –recoge la biografía de 'Argala' que Aizpurua, ahora diputada de EH Bildu en el Congreso español, publicó cuando era periodista en GARA–, en un cruce casual y sin que ninguno de ellos llegue a saberlo, los dos han facilitado el nombre del otro como persona proclive a ser captada por la organización».

El final del año 1968 y el inicio de 1969 estuvieron marcados por varias detenciones de militantes de ETA, que derivaron en el sumario 31/69 que a su vez dio lugar al Proceso de Burgos. El resultado de estas operaciones policiales, afirma Aizpurua en el libro, «supone que la práctica totalidad de los cuadros de ETA en el sur de Euskal Herria está detenida o ha huido al norte». Varios militantes, incluidos 'Argala' y Urrutikoetxea, quedaron huérfanos en medio de un clima de represión que el régimen recrudeció en 1970.

Paradójicamente, fue la denuncia popular masiva que se concentró en torno al Proceso de Burgos la que fortalecería el músculo de la organización con nuevos militantes. ETA, entonces dividida entre los partidaros de la V. Asamblea y los de la Sexta, quería responder a la artimaña represiva de Franco y, de hecho, 'Argala' y otros compañeros comenzaron a excavar un túnel junto a la cárcel de Burgos para lograr la liberación de los dieciséis procesados. Una pared de hormigón armado impidió avanzar en la excavación y frustró la huida de los prisioneros, aunque a 'Argala' le vendría bien la experiencia en cavar túneles.

Los últimos años

En efecto, 'Argala' fue uno de los integrantes del Comando Txikia que participó tres años después en el atentado contra el presidente del Gobierno antidemocrático español Luis Carrero Blanco; fue quien tuvo la idea de cavar el túnel que daría muerte al almirante en una acción que hizo tambalear los cimientos de la España franquista. Dos años después moriría el dictador y comenzaría en el Estado la mal llamada «Transición».

Que un grupo de vascos y vascas armadas que había provocado hasta el momento una única muerte premeditadamente –la del torturador Melitón Manzanas– y no había actuado fuera de Euskal Herria consiguiera ejecutar el atentado, burlando a las Fuerzas de Seguridad de la dictadura, era insultante para los integrantes de los servicios secretos (SECED) que el mismo almirante se había encargado de renovar. Por ello, los responsables del SECED se pusieron en marcha con un claro propósito: venganza. La cuenta atrás para la muerte del militante de ETA ya había comenzado.

El de Arrigorriaga se encontraba exiliado en Ipar Euskal Herria cuando en 1976 fue detenido por la Policía francesa y confinado en la isla de Yeu junto a otros refugiados vascos, donde se casó con su compañera Asun Arana. Un vídeo que en su día publicó GARA y que ahora recupera Artefaktua muestra la salida de algunos refugiados, entre ellos 'Argala', de Yeu en febrero de 1977.

A su vuelta a Euskal Herria, participó activamente en las conversaciones de Txiberta, auspiciadas por Telesforo Monzón. Sin embargo, la muerte ya le respiraba en la nuca. El día después del quinto aniversario del atentado contra Carrero Blanco, con la ayuda del grupo paramilitar que luchó contra la independencia de Argelia, el 21 de diciembre de 1978 mataron a 'Argala' en Angelu cuando detonaron la bomba que previamente colocaron bajo su coche.

Unos días antes de su muerte, Beñaran grabó un mensaje dirigido a su pueblo natal, que vería la luz después de que a Arrigorriaga le arrebataran a su querido paisano. Ignoraba que lo que transmitiría con ese mensaje, como la plegaria por que el pueblo vasco se organizara, se convertiría en su legado póstumo. Esta es una de las frases que destaca del texto: «Yo sé, por experiencia, que a los militantes de ETA no les gusta la violencia. Me conocéis un poco a mí, por lo menos algunos, sabéis cómo era cuando vivía ahí, y sabéis que tampoco me gustaba. Esta misma es la situación de todos los militantes de ETA, pero se ven obligados a luchar».

'Egin' no pudo informar del deceso del histórico militante de Arrigorriaga: sus trabajadores estaban en huelga. Y, por ello, el bertso que Xabier Amuriza dedicó a José Miguel Beñaran 'Argala' se publicó en la edición del 27 de diciembre de ese año, al día siguiente de que se celebrara el funeral en la localidad vizcaína. Así despidió el bertsolari a 'Argala':

Abenduaren hogeita bata
hura berri kriminala
goizean entzun genuenean
bota zutela Argala.
Oraindik gure historia da
luzea eta zabala
uste duenak Euskadi bere
mutilarekin hil zala
bizirik utzi zuen herriko
oihua jaso dezala.




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Egaña | Anorexia Intelectual

Desde Facebook traemos a ustedes este texto de nuestro amigo Iñaki Egaña en el que, con palabras que silban en el aire como dardos, nos traza una certera semblanza del ideario españolista, mismo que de paso le dedicamos al victimista Baltasar Garzón.

Lean por favor:


Anorexia intelectual

Iñaki Egaña

Con el paso de la novela a la gran pantalla, la excusa para su recuperación está servida. Ha desfilado más de medio siglo desde que Gabriel García Márquez la escribiera y, sin embargo, en el año de la biogenética y el susto de la inteligencia artificial generativa que comparece, la creencia de Úrsula Iguaran parece vigente. Su marido José Arcadio Buendía era también primo próximo, por lo que los lazos de consanguineidad ponían en tela de juicio una descendencia benigna. Algunos antepasados, también con lazos familiares cercanos, habían tenido hijos con cola de cerdo. Los de Buendía, decía la madre de Úrsula, serían iguanas. Y así, durante años, la pasión amorosa de la pareja no tuvo final carnal, por esa angustiosa sospecha que de hacerlo concebirían una descendencia reptiliana. Hasta que una noche, José Arcadio y Úrsula aceptaron que serían padres de saurios y abrieron la espita, copularon como lo habían hecho durante milenios sus predecesores. Y para su sorpresa, cuando nacieron José y más tarde Aureliano, comprobaron que ni tenían cola de cerdo, ni escamas anchas como las iguanas. Todas sus partes eran humanas.

Hay otro libro, más antiguo aún, compuesto de relatos fantásticos propios de mentes modernas como Jorge Luis Borges o H. P. Lovecraft, cuyo autor parece ser que fue un pastor huido por un crimen horrible y casado con una tal Séfora. Vivió en esa época de transición entre el Bronce y el Hierro, y le apodaban con el apelativo de Moisés (Moshe) que quiere decir “sacado de las aguas”. El libro, escrito en sus partes más antiguas en hebrero y arameo, nos arrancaba de las dudas sobre el origen de la humanidad. En el capitulo del Genesis se cuenta al detalle que en la primera jornada Dios creó el día y la noche, luego el mar, los ríos, los árboles, y así sucesivamente hasta llegar al hombre y la mujer, en el sexto día. Los libros de religión en la enseñanza concertada describen como aquel cosmos natural estuvo a punto de perecer pero se salvó in extremis al refugiarse en un barco una pareja de cada especie animal, junto a una familia humana Se guarecieron de una lluvia colosal durante 370 días, salvando a la humanidad y a la fauna. El Currículo aprobado y avalado en 2015 por la Conferencia Episcopal española nos describe en este doctrinario estas historias y también la estancia de Jonás en las tripas de una ballena antes de alcanzar Nínive y a Sansón, hijo de una madre estéril, con una descomunal fuerza que residía en sus cabellos.

Historias similares a estas han recorrido el pasado y el presente de la humanidad. Con cierta lógica por cierto. Sin redes wifi, sin telecomunicaciones, con el papel restringido a quienes habían dejado de ser analfabetos, las noches se hacían largas, en el fondo de una cueva hace miles de años, frente al fuego del hogar más recientemente. La tradición oral, que sirvió también para ahondar en la circulación de la cultura y en la difusión tecnológica, nos hizo humanos en Sangri-La, Obaba, Macondo y Caramablú. De ahí surgieron asimismo Maeloch, Breogan, Aitor y Amaia. Adán y Eva. Fueron parte de un mundo fantástico pero también fanático. El húngaro Ignaz Semmelweis fue ingresado en un psiquiátrico por proponer que los microbios causaban enfermedades. Giordano Bruno fue quemado vivo en la hoguera por sostener que el sol era una estrella más en el firmamento. Hoy la referencia de aquellos pioneros, sin embargo, son Louis Pasteur o Stephen Hawking. Sabemos que hay un nonillón de microrganismos y que nuestro sol forma parte de una diminuta galaxia (un cuarto de billón de estrellas) que en unos pocos miles de millones de años chocará con su vecina, Andrómeda.

¿Desapareció realmente aquel mundo arcano y fanático? Hace bien poco el ex candidato a lehendakari y ex ministro del Interior del Gobierno de Aznar se acogió a la enmienda sectaria y se ciscó en la ciencia. Para Jaime Mayor Oreja la evolución es una patraña. La arqueología, la historia, la ciencia, la biología, la física, la paleontología, la química… son supuestos saberes. La verdad está en los libros sagrados y en la alquimia. La Tierra fue creada en la noche anterior al domingo 23 de octubre del año 4004 antes de nuestra era.

El hecho no dejaría de ser anecdótico si descartáramos la identidad del portavoz de esa asamblea de majaras reunida en el frenopàtico, siguiendo la estela de la canción de Kortatu. Porque Mayor Oreja no fue un hechicero colmado de peyote. Fue el jefe supremo de las fuerzas policiales en nuestro país, durante cinco años, con poder real. Sustituido por Mariano Rajoy, aquel del “me gustan los catalanes porque hacen cosas”, antes de apalearlos en una consulta democrática. Jorge Fernández Díaz, que también fue ministro del Interior, concedió la medalla del Mérito Policial a la Virgen Santísima del Amor por compartir con la Policía los valores de “dedicación, desvelo, solidaridad y sacrificio”. Los tres han tenido muchísimos galones.

La derecha siempre ha estado reñida con la cultura y la ciencia. El factor religioso fue importante, pero otros aspectos, entre ellos las relaciones de poder, que en la época colonial sirvieron para justificar decenas de holocaustos, también jalonan sus bases ideológicas. Se puede ser un ignorante, un zoquete y dirigir un país, una empresa. Ejemplos como los de Reagan, Trump, Milei, Bush hijo o los tres ministros del Interior citados son paradigmas. A pesar de esa constante, el filósofo mexicano Fernando Buen Abad Domínguez escribía hace unas semanas que el nivel intelectual de la derecha es el más bajo de las últimas décadas: “Festejan con orgullo su miseria intelectual, patente e incontestable, en sus medios de comunicación, sus famélicos y falsificadores noticieros y en la “farándula mediática” que fomenta narrativas baratijas como si fuese un triunfo moral para despolitizar a las masas”. Y a este llamado retroceso civilizatorio le ponía un nombre: “anorexia intelectual de la derecha”. Tal cual, Mayor Oreja (a), “El anoréxico”.

 

 

 

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miércoles, 18 de diciembre de 2024

El Victimario Victimista Garzón

Lo que nos faltaba, el promotor de la tortura como método de castigo preferido en contra de los defensores de los derechos civiles y políticos del pueblo vasco así como el arquitecto de lo que hoy se conoce como lawfare en contra de muchas instituciones vascas y catalanas... se dice víctima de lo que él mismo coadyuvó a crear.

Y no olvidemos por ningún momento que dejó escuela en las patéticas figuras de Fernando Grande Marlaska, Carmen Lamela, Eloy Velasco y tantos más.

Lean esto que nos informa Spanish Revolution:


Baltasar Garzón y el sistema judicial actual

El exjuez denuncia el uso político de la justicia y anuncia una batalla legal por recuperar su puesto

Han pasado 25 años desde que Baltasar Garzón, desde la Audiencia Nacional, logró que Augusto Pinochet fuese detenido en Londres. Aquel caso, que marcó un antes y un después en la aplicación de la justicia universal, demostró que los crímenes de lesa humanidad no quedaban amparados por las fronteras nacionales. Sin embargo, hoy esa idea de justicia parece tambalearse ante la realidad política y judicial de un mundo en conflicto.

El caso Pinochet enseñó que la impunidad puede romperse, pero los avances son frágiles. En países como Ucrania o Palestina, los crímenes de guerra parecen quedar atrapados en un limbo jurídico. La jurisdicción universal, diseñada como el último refugio para las víctimas, choca contra muros políticos. El Tribunal Penal Internacional emite órdenes de arresto, pero los líderes de las potencias occidentales deciden arbitrariamente qué dictadores merecen persecución y cuáles deben ser protegidos.

Garzón no duda en señalar esta hipocresía. Lo hace en una entrevista en El País. Estados Unidos, que nunca ha reconocido al Tribunal Penal Internacional, aplaude las órdenes de arresto contra Putin, pero ignora las emitidas contra Netanyahu. Francia, Alemania o el Reino Unido, países que impulsaron la creación del Tribunal, ahora lo socavan cuando los intereses estratégicos lo demandan.

“La justicia universal fracasa cuando se politiza, pero no por ello debemos dejar de aplicarla”, insiste Garzón. Casos como el de Hissène Habré, el dictador chadiano condenado en Senegal, muestran que es posible avanzar, aunque cada paso implique una lucha titánica contra intereses económicos y políticos.

El sistema judicial español y el fantasma del 'lawfare'

Más allá de las fronteras, Garzón dirige ahora sus críticas al sistema judicial español, un terreno que conoce de cerca y que, según él, está lejos de ser independiente. “Hoy tengo mis dudas, más que razonables, sobre el sistema judicial español”, afirma el exjuez, quien fue expulsado de la carrera judicial en 2012 tras ser condenado por prevaricación en el caso de las escuchas ilegales en la trama Gürtel.

El término ‘lawfare’, que describe el uso del derecho como arma política, define bien su experiencia personal. Garzón recuerda cómo fue sometido a tres procesos judiciales, en los que las estructuras políticas y judiciales conservadoras, según denuncia, actuaron coordinadamente. En 2021, el Comité de Derechos Humanos de la ONU reconoció que su condena fue arbitraria y carente de previsibilidad penal, pero esto no le ha permitido recuperar su posición.

“Cuando te centras en la persona y no en los hechos, caes en el derecho penal del enemigo”, explica Garzón, aludiendo a un sistema donde la investigación parece perseguir al individuo, como en el caso reciente de Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez.

La instrumentalización del derecho no solo es evidente en los casos mediáticos, sino también en las investigaciones prospectivas que, según Garzón, carecen de base jurídica sólida. “Hay decisiones judiciales que siempre van en un mismo sentido, y eso no es casualidad,” señala con dureza.

Una lucha personal por la justicia

A sus 69 años, Garzón no abandona la batalla. Ha anunciado que reclamará al Tribunal Supremo la restitución de su condición de juez, argumentando que su expulsión fue el resultado de una interpretación jurídica que, con el tiempo, ha demostrado ser válida y sustentada por principios internacionales.

Para Garzón, su lucha personal no es solo una cuestión de honor, sino un reflejo de un sistema judicial que, en sus palabras, “se enfrenta a una deriva peligrosa, donde la justicia se utiliza como arma en lugar de como herramienta de equidad.”

Sin embargo, la vida lo ha llevado a reinventarse como abogado y defensor de causas internacionales. Desde la defensa de Julian Assange hasta su compromiso con el bufete Guernica 37, Garzón sigue siendo una figura polarizante, capaz de generar tanto admiración como rechazo, pero siempre comprometido con sus principios.

La justicia no puede depender de quién esté en el poder ni de los intereses geopolíticos del momento. Ese sigue siendo el gran reto.

 

 

 

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martes, 17 de diciembre de 2024

Obstáculo Jelkide al Desarme

Mientras que Madrid continúa machacando al colectivo de presos políticos vascos, dificultando así al máximo su proceso de reinserción, se revela el lamentable papel jugado por los jelkides a lo largo de todo el DDR de ETA, lo que pone su manifiesto su posicionamiento con respecto al proceso de paz auspiciado por el propio pueblo vasco.

Lean lo que nos informa Naiz:


Los Artesanos revelan actas del desarme frente a las «distorsiones y falsedades» de Lakua

El Ejecutivo Urkullu cuestionó con insistencia el diseño del desarme finalmente acordado por Artesanos de la Paz y Gobierno francés, maniobró vía presiones y filtraciones y mostró más confianza en el Gobierno del PP que en los activistas vascos. Es lo que se desprende de las actas hoy reveladas.

Ramon Sola

Siete años después del desarme de ETA, una rueda de prensa convocada por Bake Bidea ha destapado este lunes las actas de las reuniones de los Artesanos de la Paz con el Gobierno de Iñigo Urkullu con el objetivo de «aclarar» cómo se produjo, desmontar las «falsedades» y reivindicar su labor. Detallan obstrucciones y desconfianzas y señalan al entonces lehendakari y a Jonan Fernández.

El paso ha sido dado por Txetx Etxeberri en una comparecencia en Baiona, en la que se ha revelado el contenido de hasta diez reuniones entre los Artesanos y la representación de Lakua en torno al 8 de abril de 2017, fecha en que se produjo el desarme de ETA complementado con la jornada de adhesión social de Baiona. Los artífices de aquel paso histórico rompen así el silencio mantenido desde que en 2019 Lakua hizo público un documento oficial que «nos dolió porque distorsiona los principios políticos y éticos de nuestro compromiso» y además «contiene falsedades hirientes». En aquellos diez contactos, Etxeberri representó a los Artesanos de la Paz junto a Mixel Berhocoirigoin.

Matizan que no lo han hecho antes por varias circunstancias: la voluntad de no replicar «en caliente», los fallecimientos de tres de los Artesanos (Mixel Bergouignan, Michel Tubiana y Mixel Berhocoirigoin) y el juicio este año a otros dos (el propio Etxeberri y Beatrice Molle-Haran, que también ha estado presente en la comparecencia de hoy).

Llegado el momento propicio para esclarecer las cosas, reprochan al relato de Lakua que incurra en «una reescritura falsa e interesada» de varios aspectos y momentos de aquel proceso. En primer lugar, sobre los hechos de Luhuso que el documento de Urkullu define como «fracaso». Frente a este relato, los Artesanos sostienen que aquel intento incipiente «desbloqueó inequívocamente la situación e hizo cambiar la actitud de los gobiernos francés y español», como muestra el mensaje del entonces ministro de Interior, Bruno Le Roux, apenas dos meses después a través de la senadora Frédérique Espagnac, «comunicando que su gobierno había decidido permitir el desarme».

Gobierno español y Gobierno francés

En paralelo, Etxeberri desmiente que Lakua tuviera relación con el Gobierno francés y pone como prueba una entrevista de ‘Sud-Ouest’ al primer ministro Bernard Cazeneuve, en la que este elogia el trabajo de José Bové o François Dufur, intermediarios de los Artesanos, y subraya que «yo confiaba en ellos, que me aseguraban que la totalidad del armamento sería restituida».

En aquellos meses, siguen los Artesanos, el equipo de Urkullu insistió en la tesis de que el Ejecutivo francés no facilitaría el desarme. Llegado el 8 de abril, sin embargo, ocurrió lo que habían predicho los activistas por la paz y no lo que sugería Lakua: no hubo detenciones, ni enfrentamientos con la Policía, ni la operación fracasó.

«Aunque pueda parecer sorprendente, tuvimos una relación mucho más sencilla y constructiva con el Gobierno francés que con el Gobierno Vasco», dicen. Y recuerdan en este punto que el ministro Matthias Fekl y el prefecto Eric Morvan acudieron a París en abril pasado para testificar en favor de Molle-Haran y Etxeberri mientras que Lakua «no envió ningún mensaje de apoyo o simpatía».

También en la relación con el Gobierno español hubo discrepancias entre estas dos partes. Los Artesanos detallan cómo Lakua contactó con el Ejecutivo Rajoy para trasladarle detalles de lo que iba a ocurrir el 8 de abril, delatando cierta obsesión en intentar mover su posición, cuando se sabía absolutamente contraria a facilitar el desarme. «A fin de cuentas, parece que el Gobierno Vasco creyó más al Gobierno español del PP que a sus interlocutores de los Artesanos de la Paz», lamentan. Se produjeron asimismo filtraciones a la prensa que se atribuyen al Ejecutivo de Gasteiz.

En el momento final previo al desarme del 8 de abril de 2017, Lakua trasladó tres demandas de calado: adelantar ocho días el acontecimiento, supuestamente para limitar el tiempo de presión mediática y política una vez que la fecha se había anunciado; eliminar la presencia de observadores, que los Artesanos veían necesaria para evitar un «esquema de vencedores-vencidos»; y desligar la entrega de las armas de la concentración de Baiona, en un intento aparente de invisibilizar la imagen del apoyo ciudadano. Los Artesanos rechazaron las tres.

«Mentiras inaceptables»

Dentro de lo que ya tildan como «mentiras inaceptables» de la versión registrada por Urkullu en 2019, los Artesanos citan la afirmación de que inicialmente el 8 de abril se planteaba como una manifestación festiva: «Nunca se sopesó algo así. Siempre contemplamos, y así lo manifestamos, una movilización social digna y respetuosa hacia las víctimas y los sufrimientos de cada bando». También niegan tajantemente que en Luhuso pretendieran inicialmente destruir o lavar las armas: «En ningún momento».

Profundizando en este extremo, la versión de Lakua quiso remarcar que su participación se atuvo siempre «a la legalidad». Los Artesanos precisan que había un punto en que ello era imposible: parte del arsenal estaba en viviendas, lo que abocaba a que sus ocupantes fueran detenidos si se facilitaba la localización a las autoridades. Los activistas eran «muy conscientes de ello, pero no nos resignamos, porque preferíamos un desarme que no se atuviese completamente a la legalidad, a que no hubiera ningún desarme». En coherencia con ello, decidieron recuperar ellos mismos ese armamento y llevarlo a lugares cuya localización sí pudiera ser transmitida a los jueces sin consecuencias.

Los Artesanos concluyen de todo esto que Lakua pretende «atribuirse un rol y una aportación que no tuvo en el éxito de este proceso». E insisten en que el desarme llegó a buen término contra la impresión del Gobierno Urkullu de que se trataba de un plan «poco realista, irresponsable y abocado al fracaso».

Etchegaray en su defensa

Uno de los episodios más curiosos y significativos de todo este proceso es la reunión celebrada en Arkauti entre los tres lehendakaris vascos el 6 de abril, a solo dos días de la jornada trascendental de Baiona.

Siempre según el relato de los Artesanos, en ella el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, presenta un documento para que sea firmado por Uxue Barkos y Jean-René Etchegaray además de Iñigo Urkullu. Y Etchegaray muestra su estupefacción al ver que no aparecer una sola mención a los Artesanos de la Paz.

Se sientan a hablar a las 20.00 y en cuatro horas no se llega a un consenso, por lo que las negociaciones continúan el día 7. Finalmente, Lakua acepta incluir una mención muy vaga a «la implicación de la sociedad en su contribución a este fin». Para más inri, los Artesanos denuncian que en el documento de balance de 2019 se incluiría la versión inicial y no la final; es decir, la que no aceptó el presidente de la Mancomunidad Vasca.

En la reunión previa entre ambas partes del 22 de marzo, ya se constata una  «fuerte tensión» puesto que el representante de Lakua –al que no se identifica– expone que los Artesanos «están organizando una verdadera farsa. Están desconectados de la realidad y les guía una ideología activista, una obsesión por la participación (ciudadana)».

En esta escalada de tensión, presiones e incluso amenazas de retirada de su implicación por parte de Lakua, en una nueva reunión entre ambas partes, el 30 de marzo, el representante del Gobierno espeta a los Artesanos: «¡Vais hacia el precipicio y el fracaso de toda la operación!». Y prosigue: «Os lo hemos dicho desde el principio. Lo que va a hacer el PP [en alusión a un acto convocado por la derecha española en Gasteiz contra el de Baiona] es una de las consecuencias de lo que vais a hacer y de vuestra estrategia comunicativa (…) El Gobierno Vasco no estará presente el 8 de abril». El Ejecutivo Urkullu considera que esa jornada «lavará la imagen de ETA».

Las desavenencias continúan incluso tras el desarme. En una décima y última reunión del 12 de mayo de 2017, un mes después, para hacer balance del proceso, Lakua no solo elude reconocer el éxito, sino que acusa a los Artesanos de tratar de imponer «un relato» en este sentido.

Pese a ello, los hechos son los que son, apuntan los artífices representados este lunes por Etxeberri: «El desarme pudo llevarse a cabo, de manera total, ordenada y segura. No se instaló ningún control policial en las carreteras de Iparralde en la mañana del 8 de abril. No hubo detenciones ni incidentes ni citaciones a la Policía o la Justicia en días posteriores. El canal de comunicación organizado entre los Artesanos de la Paz y París funcionó perfectamente y ambas partes cumplieron todos los compromisos asumidos, lo que permitió trabajar en nuevos avances».

 

 

 

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lunes, 16 de diciembre de 2024

La Presencia de Harold Good

Naiz ha dado a conocer información antes no revelada del proceso de desarme llevado a cabo por ETA con el invaluable apoyo de la sociedad vasca así como de observadores internacionales.

Uno de estos últimos, el irlandés Harold Good, se encontraba cerca del lugar en el que fueron arrestados en la localidad de Luhuso quienes más adelante serían conocidos como los Artesanos de la Paz.

Lean ustedes:


Harold Good estaba en las inmediaciones de Luhuso para dar fe de la destrucción del armamento

Harold Good, uno de los protagonistas del proceso de paz de Euskal Herria, ha revelado que estaba en las inmediaciones de Luhuso el 16 de diciembre de 2016, esperando a acudir al día siguiente a la casa de Beatriz Molle-Haran para dar fe de la destrucción de parte del arsenal de ETA.

Maddi Txintxurreta

El reverendo metodista Harold Good fue una de las personas que facilitó el desarme del IRA en Irlanda y, a partir de 2005, se implicó de lleno en la resolución del conflicto en Euskal Herria. Sus aportaciones como hombre de paz son sobradamente conocidas, pero en el libro de memorias que ha publicado recientemente junto al periodista Martin O’Brien, titulado 'In Good time. A memoir', desvela algunas cuestiones que hasta ahora eran desconocidas para la sociedad vasca. Una de ellas es que el 16 de diciembre de 2016 estaba en las inmediaciones de Luhuso, aguardando a que amaneciera para acreditar como testigo independiente la destrucción de parte del arsenal de ETA, loable tarea que la operación policial evitó.

Hecho el spoiler, merece la pena navegar en las memorias del religioso irlandés y comprender su visión sobre el proceso vasco del que fue protagonista. Por tanto, veamos cómo llegó Harold Good a la situación de encontrarse atemorizado en un caserío de Lapurdi, sin comprender aún que aquel día sería crucial para, finalmente, poder levantar los pulgares el día del desarme.

De un premio, un puente

Mucho antes de que Harold Good se implicara en la causa vasca, otro sacerdote irlandés, Alec Reid, hurgaba en el camino a la paz con viajes a Euskal Herria y conversaciones con líderes de ETA. Era reservado y cuidadoso, tanto con su labor en Euskal Herria como con el conflicto en Irlanda del Norte. Junto con Good, fue una figura clave para encaminar la historia de su país hasta diciembre de 2005, cuando ambos sacerdotes dieron fe del desarme del Ejército Republicano Irlandés.

Ese acto histórico, con el que tanto ganó Irlanda, fue precisamente lo que acabó con la privacidad de Good y Reid. Todo cambió para los religiosos irlandeses, ya no pudieron esquivar el foco mediático, pues todo tipo de medios de comunicación internacionales quisieron contactar con ellos para saber más de los búnkeres del IRA. «Pero no había tanto interés sobre ello en ningún lugar como en el País Vasco», apunta Good.

Fue en diciembre de ese mismo año cuando los reverendos recibieron «la llamada potencialmente más significativa de todas», rememora el de Derry en su libro. Venía de la oficina del lehendakari Juan José Ibarretxe y les anunció que se les entregaría el premio René Cassin. El reconocimiento fue la excusa para que Good visitara por primera vez Euskal Herria y, ya en Bilbo, comprobaría aquello por lo que tendería un puente constante con este país: sus ansias de paz.

Pocos meses después, en marzo de 2006, después de que ETA anunciara un alto el fuego permanente, varios ciudadanos y ciudadanas gritaron «eskerrik asko!» a Good y Reid cuando estos paseaban por Bilbo. «Si bien muchos ciudadanos de España y algunos de dentro del propio País Vasco no habrían compartido estos sentimientos, ese día me sentí como si estuviera caminando con un héroe nacional», confiesa Good, que halaga al compañero que respondía a los vítores alzando el pulgar. El reverendo metodista atesora este momento con tal cariño que lo mencionará en su discurso del 8 de abril de 2017 en Baiona, cuando el desarme se convirtió en un hecho.

Pero no nos adelantemos, la historia no llegó rodada a aquel día, hubo de pasar hartos obstáculos por el camino. De hecho, en una reunión que mantuvo Good con el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrios, el irlandés confirmaría que no todo el mundo compartía la hoja de ruta que arduamente defendía su compañero Reid. Le transmitió su voluntad de facilitar una conversación entre el partido que para entonces ya había caído a la oposición en Madrid, y un representante destacado del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda. No era ningún experimento: según revela en el libro, ejerció de canal de comunicación entre el DUP y Sinn Féin y facilitó reuniones secretas en su casa entre Martin McGuinnes (Sinn Féin) y Jeffrey Donaldson (DUP), cuando la DUP mantenía la política de no hablar con la formación soberanista. Esos encuentros ayudarían a crear el histórico gobierno codirigido por el unionista Ian Paisley y McGuinnes.

«Le expliqué que [el DUP] era un partido que compartió y comprendió la renuencia del PP a comprometerse con representantes de una organización proscrita, pero que estaba dispuesto a compartir algunas experiencias positivas recientes derivadas de su compromiso con el Sinn Féin», cuenta Harold Good. Después de la reunión, le remitió una carta donde enfatizaba sus opiniones y la propuesta. No recibió respuesta por parte del representante del PP.

La cerrazón del PP continuó intacta cuando, con Mariano Rajoy, regresó a Moncloa en 2011. Good, religioso con dilatada experiencia en resolución de conflictos, no solo en Irlanda y Euskal Herria, también en Colombia con las FARC, señala que el Ejecutivo español, «profundamente conservador, no estaba interesado en un compromiso serio con ETA, incluso después de haber declarado un alto el fuego, había prolongado el conflicto».

Miedo a ser detenido

Good no estuvo involucrado en la primera acción para el sellado de armamento que ETA llevó a cabo en febrero de 2014 y que el Gobierno español calificó de ejercicio teatral. Sin embargo, después de haber aceptado ayudar en la resolución del conflicto «de cualquier manera que pudiera» y de haber visitado Euskal Herria varias veces, confiesa que no le sorprendió en absoluto cuando finalmente le llegó la invitación y se encontró una vez más en un avión a Euskal Herria. «Pero esta vez fue a Biarritz, en la región vasca del sudoeste de Francia, con la que yo estaba menos familiarizado», detalla.

Sí le sorprendió que le fuera prohibido llevar consigo su teléfono móvil o cualquier otro dispositivo electrónico que pudiera ser rastreado. Quien sería su anfitrión en su corta estancia en Lapurdi le entregó un móvil con un número diferente para que su identidad estuviera protegida. «Me llevó a una cómoda casa rural con un dormitorio bien escondido al que me devolvería después de la finalización del acto», cuenta el reverendo protestante. Estaba previsto que aquel acto, que pretendía ser un hecho irrevocable tras el final de la lucha armada de ETA, se realizara a la mañana siguiente.

«Se me explicó que muy temprano a la mañana siguiente, en presencia de un pequeño pero representativo grupo de ciudadanos locales honrados, junto conmigo y otro sacerdote como testigos independientes, se llevaría a cabo la destrucción física de armas de miembros de ETA que iban a ser llevadas a esa discreta ubicación rural», revela Harold Good. Habla, evidentemente, del acto de destrucción de armas el 16 de diciembre de 2016 en Luhuso, que acabó con la detención de cinco artesanos de la paz: 'Tetx' Etxeberri, Mixel Berhokoirigoin, Beatrice Molle-Haran, Michel Bergougnan y Stéphane Etchegaray.

Sin embargo, el anfitrión de Good recibió una llamada urgente aquella noche: «Lo que se desplegó entonces fue un drama tan bizarro como inútil. Un grupo combinado de Policía antiterrorista francesa y española se había desplegado en el caserío en el que se iba a proceder al desmantelamiento y había detenido a ese grupo de ciudadanos respetados y de confianza».

Detenidos los artesanos de la paz, la destrucción del armamento que Good debía supervisar nunca ocurrió. Y, a pesar de que permaneció en la casa en la que había sido alojado, el irlandés tenía miedo de que los policías fueran a por él. «Me convencí de que no era lo suficientemente importante como para ser un hombre buscado, mientras temía que todos los vehículos que pasaban pudieran ser las fuerzas de seguridad que venían a arrestarme. ¡Apenas dormí nada!», recuerda.

Ningún policía vino a buscarlo, no vio que los vehículos disminuyeran su velocidad sospechosamente, ni aporrearon la puerta de la casa donde se encontraba. Harold Good pudo subirse en Biarritz al avión que lo llevaría de regreso a su país.

Pulgares arriba

Good intuía que, después de lo ocurrido en Luhuso, el desarme definitivo no tardaría en llegar. No se equivocaba. El día escogido fue el 8 de abril de 2017, gracias al trabajo de los artesanos de la paz, que cumplieron su acuerdo con ETA y además lograron el compromiso del Gobierno francés de no entorpecer la operación.

Llegado el día, cómo no, el arzobispo viajó a Euskal Herria. Conoció al enconces arzobispo Matteo Zuppi, ahora cardenal y mediador del Papa por la paz en Ucrania y candidato a sucederlo en el cargo. Coincidió con integrantes de la Comisión Internacional de Verificación (CIV), entre ellos Ram Manikkalingam, con experiencia en el conflicto de Sri Lanka, y con su amigo Chris Maccabe.

Fueron él y Zuppi los encargados de recibir los archivos y carpetas que contenían inventarios del armamento y de entregárselo a Manikkalingam, el presidente de la CIV. «Pensé en el día en que el Padre Alec había susurrado en mi oído –recoge Good en su libro–: 'El último arma sale de la política irlandesa'. ¡Cómo se habría regocijado también en este momento!».

En el memorable discurso –improvisado, confiesa– que ofreció ese día ante 20.000 personas en Baiona también se acordó de su compañero Reid, que falleció en 2013. Contó cómo varias personas le agradecieron su labor tras el cese del fuego de 2006, y cómo Alec Reid les respondió con los pulgares arriba. «Me agrada pensar que hoy está mirándonos a todos nosotros con los dos pulgares hacia arriba», expresó. Asegura que nunca olvidará que, en ese momento, 20.000 personas respondieran con este mismo gesto. «¡40.000 pulgares arriba por Alec!», celebra; 40.000 pulgares apuntando a la paz en Euskal Herria.




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