Desde la página Energías Renovables traemos a ustedes este artículo acerca de un muy particular caso de éxito de la tecnología desarrollada en Euskal Herria:
El proyecto Monbasa, liderado por el centro vasco CIC energiGUNE, en colaboración con Tecnalia (Bizkaia) y las empresas Gencoa (Reino Unido) y Nanospace (Suecia), ha sido destacado este mes de octubre como “caso de éxito en el ámbito de la investigación” en el portal Strategic Energy Technology Information System (Setis) de la Comisión Europea, que recoge periódicamente las principales actividades desarrolladas en I+D a nivel continental. Según ese medio, en 2023 se lanzarán 700 nanosatélites a nivel mundial, frente a los 88 que se realizaron en 2013, lo que demuestra el potencial del sector. La importancia de las baterías es fundamental, además, si se tiene en cuenta que la reducción de peso de cualquier elemento del satélite puede suponer un ahorro de 50.000 euros por kilo en el lanzamiento.La plataforma de información de la Unión Europea ha destacado este mes el proyecto liderado por el centro vasco -y en el que también participa otro miembro del Basque Research and Technology Alliance, Tecnalia-, debido al “enorme potencial para Europa” que pueden aportar baterías más pequeñas pero más potentes, especialmente en aplicaciones para el espacio. El artículo, titulado A tiny battery solution with huge potential for Europe, está incluido en el apartado “Success stories” del canal de comunicación oficial de la CE. El texto -informa CIC- hace un detallado repaso por las diferentes fases de actividad de Monbasa, que se desarrolló entre junio de 2106 y mayo de 2018, y que contó con una contribución de casi un millón de euros por parte de la UE (frente a un coste total estimado en 1,2 millones). Como punto de partida, el artículo señala que “una investigación pionera sobre baterías de estado sólido está abriendo el camino para baterías más pequeñas pero más potentes que conducirán a aplicaciones espaciales mejores y más seguras”.En este sentido, la información hace suya las palabras de Miguel Ángel Muñoz Márquez, investigador de CIC energiGUNE y responsable del proyecto Monbasa, respecto a la importancia creciente de los nanosatélites y, en consecuencia, en la necesidad de contar con unidades de energía seguras, fiables y con el menor peso posible. “El almacenaje de energía es crucial para hacer pequeñas mejoras en las propias capacidades de los nanosatélites”, asegura Muñoz. El resultado, según el autor del artículo, es que ahora “Europa vuelve a estar en la carrera para liderar este sector de expectativas multimillonarias”. Cabe destacar que, además de CIC energiGUNE como líder del proyecto, también participa otro miembro de la Alianza Vasca de Investigación y Tecnología, Tecnalia, lo que pone de manifiesto -explican desde CIC- el potencial de esta organización en este ámbito de actividad.CIC EnergiGUNE explica el proyecto Monolithic Batteries for Spaceship Applications, Monbasa«El proyecto Monbasa se basa en la mejora de nuevas técnicas de procesado que permiten el uso de electrolitos sólidos integrados en una batería de Li-ion de alto voltaje. Este hecho posibilitará que dichas baterías sean también compatibles con las técnicas que se utilizarán para fabricar una nueva serie de microsensores, y que ya se están empezando a integrar en los satélites más avanzados. Una de sus grandes ventajas es que Monbasa rompe con los problemas de fiabilidad que la tecnología Li-ion, basada en el uso de electrolitos líquidos tóxicos e inflamables, había generado hasta ahora.Con el planteamiento y el uso de los electrolítos sólidos integrados en una batería de Li-ion de alto voltaje, se pretende demostrar que con las técnicas de procesado se pueden conseguir baterías sólidas de Li-ion con una mayor densidad energética que las actuales basadas en electrolitos líquidos. Estas baterías mejorarán el funcionamiento en el vacío del espacio exterior, así como el intervalo de temperaturas, pudiendo operar en un intervalo mayor y además, gracias a sus componentes sólidos sin presencia de líquidos, estarán dotadas de una robustez capaz de soportar las vibraciones y aceleraciones de la fase de lanzamiento».El artículo publicado en el portal de la Unión Europea recuerda que se prevé que en 2023 se lanzarán 700 nanosatélites a nivel mundial, frente a los 88 que se realizaron en 2013, lo que demuestra el potencial del sector. La importancia de las baterías es fundamental, además, si se tiene en cuenta que la reducción de peso de cualquier elemento del satélite puede suponer un ahorro de 50.000 euros por kilo en el lanzamiento.En cualquier caso, aunque el campo de aplicación más inmediato de este tipo de baterías será el de los nanosatélites, la vista también está puesta -informa CIC- en otros campos como el IoT (Internet of Things) y la Industria 4.0.Miguel Ángel Muñoz Márquez, responsable del proyecto Monbasa: “no tenemos una bola de cristal para predecir cuantos costes seremos capaces de reducir frente al coste total, pero lo que es seguro es que seremos muy competitivos, y eso es interesante para cualquier fabricante de baterías”.Sobre CIC energiGUNEEl Gobierno vasco define su centro CIC energiGUNE como "la iniciativa estratégica en investigación en almacenamiento energético del departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras". Esta iniciativa cuenta con el respaldo de la Diputación Foral de Álava y del Ente Vasco de la Energía (organismo dependiente del Ejecutivo vasco), y también está respaldada -informa el Gobierno- por las principales empresas del sector de la energía y del almacenamiento de Euskadi: Iberdrola, Cegasa Portable Energy, Sener, Siemens-Gamesa, Ormazabal, Idom, Solarpack, Corporación Mondragón y Nortegas.El Gobierno vasco presenta CIC energiGUNE como "el laboratorio de referencia para almacenamiento de energía en el sur de Europa, puesto que dispone de instalaciones únicas entre las que destacan sus infraestructuras de prototipado y testeo para almacenamiento eléctrico (incluyendo baterías para estado sólido en automoción) y almacenamiento térmico". El CIC -informa el Gobierno vasco- cerró el ejercicio 2018 con "más de 500 publicaciones científicas de alto impacto, participación en más de 35 proyectos industriales durante el periodo, además de 9 proyectos europeos dentro del marco Horizonte 2020 traccionando más de 120 millones de euros de Europa".
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