Vivir para ver y ver para creer, resulta que los españolazos se han empachado con su propia pieza de propaganda hakuna matata a lo "todos somos españoles y nos amamos los unos a los otros" conocida en el ámbito cinematográfico como Ocho apellidos vascos.
Hilarante si no fuera por la peligrosa virulencia en las declaraciones.
Aquí lo que nos informa El Plural:
Edurne Uriarte, en ‘ABC, dice que es como “reírse de la violencia machista” y Zarzalejos la ve “una torpe banalización de ETA y su entorno”Cecilia Guzmán‘Ocho apellidos vascos’ no ha gustado a una parte del mundo abertzale que no encaja bien que los espectadores se rían a costa de la kale borroka y ETA. No ha gustado tampoco a la derecha mediática. Edurne Uriarte, en ‘ABC’, a tacha de excesiva y asegura que es como si nos riéramos de “la violencia machista”.Los extremos se juntan frente a una película necesariaLos extremos se juntan. Es una curiosa casualidad que la derecha más conservadora coincida en este asunto con el mundo abertzale más extremista. El filme, de Emilio Martínez-Lázaro, es la película española más vista de la historia, ha adelantado a la superproducción Pompeya, recién estrenada, y a éxitos como el de Lo imposible o un exitazo como Titanic. Supera ya los 43,5 millones de recaudación. Viendo estas cifras parece, cuanto menos, bien acogida y, podría decirse más, necesaria.Reírse de la violencia machistaSin embargo, para Edurne Uriarte es como si nos riéramos de la violencia machista. “Cosa que suscitaría un amplio debate” y “ganaría más bien la negativa a reírse de esa tragedia”. Le molesta que “casi nadie ha puesto pega alguna a que Ocho apellidos vascos haga humor de la kale borroka y con ETA. Más bien al contrario, llevamos un mes celebrando su éxito”.Contra los que ahora se ríen y antes miraban para otro ladoUriarte critica que el director del filme haya puesto “en duda que los españolistas más exaltados admitirían una parodia así”, de la misma manera que los vascos tienen disposición a reírse de sí mismos. “Como si los españolistas fuéramos, para este director, los españolistas y no los radicales violentos”, apunta la columnista de ABC.“La categoría ética –apunta Uriarte- no se demuestra con las risas en la sala de cine, sino con el valor exhibido por tantos políticos, policías, guardias civiles… cuando los etarras mataban… en lugar de ser divertidos personajes de una película”. Uriarte reprocha que muchos de los que ríen hoy en los cines miraban hacia otro lado, por si acaso les caía un golpe, un insulto o una bala, que era lo que caía entonces en lugar de chistes”.Zarzelejos lo ve una "banalización de ETA y su entorno"Es la misma visión de José Antonio Zarzalejos, en su columna habitual en El Confidencial, que ve “comprensible que a los abertzales proetarras no les haya gustado; igualmente, tampoco a las víctimas del terrorismo”, ni a los vascos, en general, añade, porque es “una torpe banalización de lo que suponen ETA y su entorno, realidades sociales ambas que están muy lejos de haber desaparecido en sus aspectos más trágicos de la memoria –incluso del presente– de los ciudadanos del País Vasco”.Una película inoportuna a la que no hay que tomarse en bromaInstalado en el pasado, reciente, es cierto, pero pasado, Zarzalejos escribe: “No veo que sea compatible Bolinaga en libertad con la carcajada desinhibida de 'Ocho apellidos vascos'. El exdirector de ABC cree que la película es “inoportuna y extemporánea”, que “no ha pasado tiempo suficiente”. A su juicio, “quedan muchísimos más para que podamos creer (y reírnos) de que los abertzales radicales que corean al protagonista por su impostado vigor independentista y borroka son una especie de imbéciles inocuos”.Zarzalejos se permite advertir de que no hay que “tomarse a broma” 'Ocho apellidos vascos'. “Si lo hacen –subraya- cometerían, sin saberlo, un serio error”.
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