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viernes, 25 de abril de 2014

Entrevista a Vasco Lourenço

Nos dice un amigo que "si no se cambia todo, no cambia nada".

En ese tenor, en esta fecha tan especial, les compartimos esta entrevista dada a conocer por Gara:


Vasco Lourenço, Presidente de la Asociación 25 de abril | Nacido en Castelo Branco (Portugal) en 1942, el teniente coronel en la reserva Vasco Correia Lourenço es actualmente presidente de la asociación 25 de abril, que agrupa a muchos de los militares que tomaron parte en el golpe de Estado que terminó con la dictadura salazarista. Miembro del Movimiento de los Capitanes, hace cuatro décadas se encontraba en las islas Azores por su participación en el movimiento militar que terminaría derrocando al régimen. Desde hace tres años no participa en las conmemoraciones oficiales ante el veto del Parlamento a que pueda tomar la palabra en la Cámara.

Alberto Pradilla

Prefiere no entrar en cuestiones de memoria, aunque reconoce que le quedó como espinita no haber vivido in situ aquel instante de la madrugada del 24 al 25 de abril de 1974 en el que la radio emitió los primeros compases de "Grandola Vila Morena'' y abrió el camino a la «Revolución de los Claveles». El teniente coronel, ahora en la reserva, pone énfasis en los valores y se muestra muy crítico con la actual política en Portugal, sometida a los designios de la Troika. No obstante, considera que la situación general del país es mejor que la que se vivía durante la dictadura salazarista, aunque aboga por movilizaciones y herramientas democráticas para «recuperar la democracia». Frente a los actos oficiales que pretendían colocar a los capitanes que lideraron la revuelta como jarrones chinos sin derecho a la palabra, Lourenço y sus compañeros convocaron a un acto paralelo en el cuartel del Largo do Carmo. Fue allí donde Salegueiro Maia dirigió los tanques que exigieron la rendición del presidente Marcelo Caetano antes de que este abandonase el país y se exiliase en Brasil.

Ya han pasado 40 años desde que un grupo de capitanes decidieron levantarse y dar comienzo a la «Revolución de los claveles». ¿Qué balance hace de estas cuatro décadas?

Portugal está mejor que como se encontraba entonces. Ahora es un país en paz, un país democrático, con libertad. También se han registrado avances en los campos de la salud, la seguridad social, la educación... La comparación entre el Portugal actual y el del 25 de abril no me sirve, porque nos encontramos en un país mucho mejor. Esto no implica que nos encontremos, de un tiempo hasta esta parte, con que se puede perder lo logrado. Los valores están siendo despreciados. Sufrimos un retroceso y nos encontramos ante una situación altamente preocupante, ya que todo lo conseguido el 25 de abril puede desaparecer, incluida la libertad. De continuar así, probablemente nos encontraremos ante una nueva dictadura y nueva falta de libertades.

Desde el rescate a Portugal se han perdido muchos de los logros sociales impulsados durante la revolución y se han privatizado muchos servicios.

No solo son las privatizaciones, se está destruyendo el propio Estado. Se está transformando todo en privado. Se está destruyendo el servicio de Salud, la educación pública, la seguridad social pública... Todo lo que se ganó con el 25 de abril, el Estado social, así como un intento de equilibrio entre los más ricos y los más pobres. Ahora, los más ricos cada vez tienen más y los que no tienen disponen cada vez de menos. Todo esto es anti-25 de abril y pone en cuestión sus logros.

Entre los éxitos de la revolución más valorados está el derecho a voto. ¿No es algo contradictorio con una política en la que se afirma que no hay alternativa a la agenda de la Troika?

No estamos en democracia. Es cierto que no estamos militarmente ocupados, pero somos un protectorado. Esta es quizás la principal diferencia, pero hemos perdido nuestra soberanía. También es cierto que considero que impondrían una dictadura si pudiesen.

En un momento en el que los logros parecen reversibles, ¿no tiene la sensación de que debía de haberse previsto la opción del retroceso?

Era difícil de prever, era muy complicado. Los portugueses nos convencimos de que era una vía única, que no había posibilidad de retroceso. Cuando voy a las escuelas, pregunto a los alumnos si creen que viven en libertad, y ellos dicen que «por supuesto». Y yo creo que hay que tener cuidado. Porque la libertad no es un bien infinito, no es un bien que dure siempre. Por eso hay que continuar para preservarla todo el tiempo. No preveíamos una situación como esta y por eso no tomamos actitudes contra la involución y para evitar situaciones como las que estamos viviendo. Así que ahora es más complicado. Y va a serlo más. Recuperar las libertades es más complejo.

La misma semana en la que se conmemora el 40 aniversario de la revolución, funcionarios de la Troika visitaron Portugal y ya proponen nuevas medidas de recorte. ¿No es contradictorio celebrar una liberación al tiempo que se aceptan políticas de ajuste?

El FMI tiene sus políticas, pero nosotros tenemos que ser capaces de decir que no.

Cuando plantea «decir que no» a las políticas de la Troika, ¿considera que la receta podría ser salir del euro?

Sí. Creo que el proyecto europeo es un proyecto fallido. Para seguir como estamos, es mejor no continuar. No solo en el euro, sino quizás también en la Comunidad Europea. Y quizás sirva como modelo para otros países europeos, que están siendo dominados por uno de ellos, que ha conseguido lo que no logró con dos guerras mundiales: dominar Europa. Tal vez Portugal ayude a abrir los ojos a los otros pueblos europeos y que estos luchen por la recuperación de valores como justicia e igualdad social. Porque estos no se han destruido únicamente en Portugal, sino en todos los denominados «países del sur».

Resulta paradójico que, mientras ustedes ponían en marcha una revolución tras hacer caer la dictadura fascista, en el Estado español Francisco Franco moría en la cama y se desarrollaba la denominada transición. Ahora, sin embargo, ambos están sometidos a las políticas de la Troika...

La transición española fue posible porque existió el 25 de abril. Se crearon las condiciones para desarrollar una transición democrática y pacífica. Ahora podrían encabezar dinámicas que regresen a la situación previa.

¿Cree que hay poco entendimiento entre los países del sur de Europa que se han visto sometidos a los programas de rescate y austeridad?

Una actitud de ruptura pasa también por un cambio de mentalidad en los países del sur.

Tanto la derecha, que gobierna actualmente, como el Partido Socialista, que firmó el memorándum del rescate, defienden las políticas de ajuste. ¿Es posible que venga el cambio de formaciones como esta?

Todos los grandes partidos están en crisis y ese es uno de los grandes retos para la democracia en Portugal. Tienen que ser capaces de renovarse, porque si no cambian sus posiciones, habrá alternativas y aparecerán forzosamente otras formaciones que ofrecerán soluciones que hasta ahora no se están ofreciendo.

En los últimos dos años Portugal ha registrado las mayores manifestaciones de su historia reciente. ¿Cree que está próxima la ruptura o la población todavía es capaz de aguantar más recortes?

Creo que la ruptura está próxima. No me es fácil argumentar mucho más.

Hoy recibirán la visita, entre otros, del expresidente de Brasil, Lula da Silva. En la última década diversos países de América del Sur han desarrollado políticas alternativas y gobiernos populares. ¿Cree que puede venir de ahí la inspiración para las soluciones?

Pueden surgir de ahí ideas. Lo que no podemos es seguir en la situación actual.

Por ejemplo, Ecuador realizó una auditoría de la deuda, que es uno de los grandes lastres para el sistema económico portugués...

La deuda debe de ser transformada. No podemos estar trabajando para pagar los intereses. Tiene que haber una solución.

El paro y la emigración que ha provocado es otro de los grandes retos para Portugal.

Sí, la emigración no se arregló desde el 25 de abril de 1974 y sigue siendo un problema. Lo que no podemos es compararnos con la situación que había hace diez o quince años. Tenemos que comparar con cómo estábamos hace cuatro décadas. Y en esa comparación queda claro que hoy en día estamos mucho mejor. Es cierto que estamos peor que hace 20 o hace 30 años. Pero comparando... Estamos claramente mejor.

Los militares que participaron en el 25 de abril no estarán en los actos oficiales. ¿Se sienten escuchados?

No nos dejaron fuera, sino que tomamos la decisión de no ir. De todos modos, en este tiempo de falta de esperanza, el 25 de abril continúa siendo un factor agregador a nivel nacional, en el conjunto de la población. Por eso nuestra posición ha ganado cierto peso en los últimos meses. El 25 de abril fue muy positivo y una de sus características fue la de la lucha por los valores y no por los intereses.

¿Qué significa ahora escuchar "Grandola Vila Morena''?

Es una señal de esperanza y de liberación. El 25 de abril fue un acto de liberación y "Grandola'' es también un instrumento de lucha por un mundo mejor. No solamente se escucha en Portugal. Significó transformar y es un símbolo de la lucha contra la tiranía.

¿Ve necesario otro 25 de abril en este momento?

Se trata de algo único. Lo que sería necesario es otro acto de liberación, de otra manera. Habrá que utilizar instrumentos democráticos, porque es la única manera de evitar una confrontación violenta.






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