Desde su sección Opinión traemos a ustedes este texto inspirado en el Foro Social Mundial que ha publicado La Jornada:
Globalización solidaria
Emir Sader | Integrante del consejo de redacción de la revista Teoría y Debate, del Partido de los Trabajadores de Brasil
El primer Foro Social Mundial de Porto Alegre representó la ruptura con la tentativa de imponer un "pensamiento único" a la humanidad. Se abrió un espacio de elaboración de alternativas, que rompía el esquema entre "globalización y Estado nacional". Comenzaba a definirse ahí un proyecto de globalización alternativa, solidaria, para disputar hegemonía en el plano internacional con el neoliberalismo, que ya mostraba señales de agotamiento.
El segundo foro representó la ruptura con la tentativa de encerrar las alternativas de la humanidad entre dos fundamentalismos belicistas -entre Bush y Bin Laden-, desplazando el debate entre los adeptos y los críticos del orden económico neoliberal. Refutando apresurados editoriales que declaraban el fin de los movimientos antiglobalización liberal, dando por establecida su asimilación a movimientos "terroristas", Porto Alegre testimonió cómo la fuerza del movimiento de globalización alternativa sobrepasó también ese obstáculo y demuestra un vigor que revela que vino para quedarse.
La presencia de 80 mil personas de 150 países, su pluralismo, la paz que reinó, el clima de fiesta y confraternidad, la fuerza y la diversidad de las contribuciones teóricas y políticas, ya sería suficiente para confirmar el éxito de Porto Alegre. Mientras tanto, en Nueva York, el Foro Económico de Davos -con un militar estadunidense, Colin Powell, como su estrella- trataba de ajustar las cuentas con su hija legítima, la desagregación de Argentina bajo el impacto de las políticas impulsadas por las instituciones patrocinadoras de Davos. Del lado de afuera hacían la fiesta, acosados por la policía, 30 mil manifestantes que protestaban.
Antes de iniciar oficialmente el foro, algunas definiciones hechas por el consejo internacional -compuesto por cerca de 60 redes de movimientos y organizaciones, que asumió a partir de ahora la dirección de los foros- permitieron aclarar mejor su naturaleza. Fue aprobada la resolución de que anualmente se realizaran foros, lo que significa definirlos como un proceso de elaboración de un proyecto de mundo alternativo al neoliberalismo. En segundo lugar, se definió que el foro será siempre denominado Foro de Porto Alegre -como el económico es el Foro de Davos-, incluso cuando se realice fuera de dicha capital, lo que deberá acontecer en 2004, en alguna ciudad de la India. En 2003, el tercer Foro Social Mundial se realizará de nuevo en Porto Alegre, por decisión del consejo internacional, contradiciendo la propuesta original del comité organizador, compuesto mayoritariamente por ONG brasileñas, que pretendía que no hubiese foro centralizado en el año que viene.
El principal evento interno del segundo foro fue una conferencia denominada "Un mundo sin guerras es posible", abierta por la intervención más importante, la de Noam Chomsky, cuyo alcance dio el marco general en que se realizó y que tuvo en su centro la crítica a los proyectos imperiales estadunidenses y su carácter belicista. En seguida fueron presentadas propuestas de paz para Palestina, para Colombia, para Chiapas y para el País Vasco, por comités de paz de esos países, presididas por premios Nobel de la Paz -Rigoberta Menchú, Adolfo Pérez Esquivel y el director general de Médicos Sin Fronteras-, que al final de la conferencia realizaron una mesa redonda sobre la paz y la guerra en el mundo de hoy.
Veintisiete mesas redondas compusieron la programación oficial, sobre los más diferentes aspectos del mundo contemporáneo -del comercio a la identidad cultural, de la soberanía a la discriminación racial y de género-, en un mosaico que confirma que es en Porto Alegre -y no en Davos- que la humanidad discute sus grandes problemas en el nuevo siglo.
El primer foro había constatado un consenso básico entre todos los diversos y múltiples movimientos y organizaciones presentes: la condena a un mundo en que todo se vende y todo se compra, y el rechazo a que el mundo sea una mercancía y que esté a la venta. Sindicalistas, ecologistas, feministas, todos en fin, encuentran en ese rechazo el horizonte negativo para su lucha. El primer foro afirmó que "Otro mundo es posible". El actual comenzó a definir los caminos de ese nuevo mundo y las formas de luchar por él.
Un balance de las propuestas y su calidad tendrá que esperar que los materiales sean colocados a disposición de todos -en el sitio www.forumsocialmundial.org.br-, por su cantidad y diversidad. A partir de ese acceso será posible realizar una fotografía del estado actual de elaboración de alternativas. Un seminario del consejo internacional se realizará en abril, probablemente en Barcelona, para definir los rumbos futuros de los foros, incluido el formato del tercero de ellos, a ser inaugurado el 30 de enero en Porto Alegre.
De cualquier forma, se consolida el espacio del Foro Social Mundial como el único de trascendencia internacional independiente de la influencia determinante de Estados Unidos y orientado a la construcción de un modelo alternativo de mundo: solidario, humanista, internacional.
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