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sábado, 25 de enero de 2025

El Quid de la Sede

Cuando Jordi Évole se sentó a entrevistar a Josu Urrutikoetxea en lo que después se convertiría en el documental conocido como 'No me llame Ternera', el propagandista catalán se despachó a gusto con la gran mentira del relato españolista; que tras la muerte de Franco la democracia había llegado al estado español, claro, con la intención de dar a entender que con la muerte de Franco y la supuesta llegada de la democracia dejaba de existir la razón de ser de ETA.

Pues bien, para desmayo de Évole, el PP a nivel estatal ha decidido no concederle la razón pues insiste en que un edificio comprado por vascos en París, mismo que fue incautado por el franquismo, pertenece a Madrid.

Desde Naiz, aquí lo más reciente con respecto al edificio en París que fuese la sede del gobierno vasco en el exilio:


Sede de París: para el PP es de España; para el PP vasco, de Lakua; y para el PNV, suya

El PP ha conseguido instalar un debate a nivel estatal sobre de quién es la sede que ocupó el Gobierno Agirre en París, no sin contradecirse, porque afirma una cosa en el Congreso y otra en Euskal Herria. Mientras, el PNV se reivindica como legítimo dueño afirmando que la pagaron sus militantes.

Ramon Sola

El acuerdo entre el PNV y el Gobierno español para transferir la propiedad de la sede que ocupó en París el Gobierno de José Antonio Agirre en el exilio se ha convertido en motivo de gresca entre este partido y el PP. La formación que lidera Alberto Núñez Feijóo lo está usando cada vez más como argumento principal para justificar el golpe que quiso propinar a Pedro Sánchez tumbando el «decreto omnibús», a sabiendas de que es muy impopular poner el foco en las otras consecuencias de su no: pensiones, desahucios y ayudas al transporte.

En esta ofensiva ha conseguido extender un debate sobre de quién debe ser ese edificio. En el Pleno celebrado el miércoles en el Congreso confluyó totalmente con Vox en la afirmación de que se trata de una propiedad española, obviando que fue incautada a la representación del Gobierno Vasco primero por el nazismo y luego por Franco.

Como recordaba en este reportaje en NAIZ el historiador Iñaki Egaña, «con la invasión alemana de París, la Gestapo y los servicios secretos españoles se hicieron cargo de la delegación vasca. En nombre de la embajada española, los funcionarios Pedro Urraca, Francisco Serrano y Pedro Macías se incautaron de la sede. Y este embargo provocó la confiscación de numerosa documentación que dejó la puerta abierta a una brutal represión en Hego Euskal Herria».

En 1944, recordaba Egaña, la sede de Marceau fue recuperada por un grupo de guerrilleros, cuando los nazis abandonaron París. Xabier Landaburu, vicelehendakari que había permanecido en París, recuperó para el Gobierno Vasco, pero la Embajada franquista protestó airadamente. «Fue en el verano de 1951 cuando el Gobierno francés expulsó sorpresivamente al Gobierno Vasco de su sede parisina. El proceso judicial, que parecía claro a favor del Gobierno Vasco, se decantó a favor del Gobierno falangista, cuando el dictador Francisco Franco anunció que cerraría el instituto y el liceo francés en Madrid si no se desalojaba al Ejecutivo vasco de su sede de la Avenida Marceau».

El chantaje surtió efecto y el lehendakari Agirre declaró: «Salimos de este edificio expulsados por la fuerza pública, en ejecución de una sentencia que califica al Gobierno Vasco de ‘ladrón’, sentencia obtenida durante la ocupación alemana bajo la protección del enemigo».

Desde entonces el edificio ha sido propiedad estatal y en los últimos tiempos sede del Instituto Cervantes. Hasta que ha llegado este acuerdo con el Gobierno español para su «devolución», largamente demandado por el PNV.

Doble discurso del PP

En el pleno del miércoles, y eludiendo todas estas evidencias históricas, el representante del PP Juan Bravo insistió en que el edificio es «patrimonio estatal» y que no cabe traspasar la propiedad para «beneficiar a un partido político».

Un día antes, el portavoz principal en el Congreso, Miguel Tellado, había encendido las iras del PNV afirmando que «todos los españoles vamos a pagarle al PNV una renta mensual para tener en ese edificio que hoy es público y mañana dejará de serlo para ser del PNV: La sede en Francia del Instituto Cervantes. Vaya vergüenza todo. Vergüenza el comportamiento del Gobierno de España y vergüenza la actitud y el comportamiento del PNV». Tildo a la formación jeltzale de «aprovechategi». Desde la tribuna del Congreso, Idoia Sagastizabal le devolvió el insulto: «Lotsagabe».

Este viernes, sin embargo, el presidente del PP en la CAV, Javier de Andrés, ha utilizado otro discurso, según el cual el palacete no es español, pero tampoco jeltzale, sino en su caso del actual Gobierno de Lakua.

Ha afirmado que existen «cuatro sentencias» que así lo acreditan: tres en tribunales franceses, «la última de 1951», y otra del Supremo español. Y ha acusado al lehendakari, Imanol Pradales, de no reivindicar la propiedad. «Su libertad e independencia acaban donde empiezan los intereses de su partido», ha dicho.

«Bastaría con que Gobierno Vasco fuera con estas cuatro sentencias y oponerse a que ese registro sea efectivo, pero Pradales prefiere meterse con el PP, porque nosotros estamos defendiendo los intereses de los vascos a través de lo que tendría que ser el Gobierno Vasco», afirma De Andrés.

El PNV se reivindica

Por su parte, el PNV no se echa atrás para reivindicarse como único propietario. Ya el día que se presentó el acuerdo, el Euzkadi Buru Batzar sostuvo que «está plenamente probado y demostrado que, si bien lo utilizó el Gobierno Vasco en el exilio, quien adquirió y pagó el edificio de la Avenida Marceau fue EAJ-PNV. La transferencia previa a su adquisición se formalizó el 12 de septiembre de 1936, cuando el Gobierno Vasco aún no existía. Ni siquiera se había aprobado aún el Estatuto de Autonomía que sustentó legalmente la existencia de aquel primer Gobierno Vasco».

En la misma línea, este viernes el coordinador del archivo de la Fundación Sabino Arana, Eduardo Jauregi, ha aseverado que el palacete pertenece al PNV porque se adquirió con donaciones de sus militantes, en concreto una transferencia económica de miles de dólares desde el Banco Nacional de México a la sucursal del Banco de Bilbao en la capital francesa por parte de la familia Belaustegigoitia a Elidoro de la Torre, primer consejero de Hacienda del recién constituido Gobierno de Lakua.

«Hay prueba documental de esa transferencia –remarca Jauregi–. Se hace el 12 de septiembre de 1936 antes de constituirse el propio gobierno de Euskadi (7 de octubre). Yo no sé de dónde han sacado la información de que el Gobierno de la República dio dinero al Gobierno Vasco. Nosotros desconocemos esos datos, lo que sabemos es que ese dinero vino de gente del PNV para ese asunto».

El coordinador de la fundación añade, en un recordatorio pertinente a PP y Vox, que las dependencias de París acogieron, además de a la Falange Española, a la denominada Comisión de Recuperación de Bienes creada «por el nuevo Gobierno franquista», que intentaba conseguir y recuperar todos los bienes que, según ellos, «los rojos» habían sacado de territorio estatal.

 

 

 

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