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domingo, 6 de octubre de 2019

Pueblos Inteligentes

Desde Noticias de Gipuzkoa traemos a ustedes este interesante reportaje:


Los 48 municipios guipuzcoanos de menos de 2.500 habitantes desafían a la metropolización de las sociedades modernas y presentan niveles de “sostenibilidad local de los más estables” con iniciativas que son “referencia” a nivel europeo.

Mikel Mujika. Fotografía Myriam Aranburu

En pleno siglo XXI, y después de la crisis global desatada a finales de 2007, el medio rural ha sufrido una descapitalización general en Europa, en favor de una concentración de personas y medios en grandes núcleos, lo que ha provocado la despoblación de muchos pequeños pueblos en varios lugares, con especial virulencia en alguna zonas del Estado español. Los amenazados son municipios de menos de 2.500 habitantes que, sin embargo, en Gipuzkoa han mostrado una capacidad de reacción “sorprendente” ante la adversidad y muchos de ellos se han convertido en referente para otras experiencias europeas en una sociedad en la que los grandes núcleos ganan espacio a los entornos rurales.

“Gipuzkoa es un sitio privilegiado, donde menos se ha notado” esta crisis, asegura Imanol Esnaola, coordinador de Gaindegia, el observatorio para el desarrollo socioeconómico de Euskal Herria, que acaba de elaborar para la Diputación de Gipuzkoa un documento con el diagnóstico y la catalogación de experiencias que han convertido a muchos de estos pueblos del territorio en referente.

Gaindegia analiza la sostenibilidad de los municipios de menos de 2.500 habitantes, y aunque detecta que “algunos de ellos llevan años perdiendo población” y muestran signos de debilidad, destaca la “inteligencia social, emocional y colectiva” y la implicación de sus vecinos, que les han ayudado a mantener una relativa buena salud demográfica en una sociedad cada vez más envejecida. De hecho, en Gipuzkoa los municipios más envejecidos son los de mayor población.

Según se desprende del análisis realizado por Gaindegia, los pueblos de Gipuzkoa han conseguido mantener y atraer gente joven en contra de la tendencia general, aunque aún tienen muchos retos por delante. Pros y contras que fueron analizados ayer en Beizama, en la segunda cita de las jornadas Pueblos pequeños inteligentes, organizadas por Eusko Ikaskuntza, con el respaldo de la Diputación.

Gipuzkoa cuenta con 48 municipios de menos de 2.500 habitantes y once de ellos ni siquiera llegan a los 250 vecinos, pero aún así muchos han activado iniciativas de las que hacer santo y seña.

Estos pequeños municipios, aunque ocupan dos tercios del territorio, “no tienen garantizado aún -según Gaindegia- el mantenimiento o el aumento de la población ni, por consiguiente, la supervivencia de dichas comunidades”. La situación es más grave en el conjunto de Euskadi, donde durante las últimas décadas han perdido población 280 municipios (más de la mitad de un total de 518), de los cuales la mitad no llega ni a los 250 habitantes. En Gipuzkoa los casos son contados.

En ese sentido, el territorio cuenta “con la evolución más estable de la población. Huelga decir que la homogeneidad territorial y la proximidad de los municipios pequeños con su entorno son razones nada despreciables”, refleja el informe, “para conservar la población de estos”. Pero también hay pequeñas localidades que han sufrido considerables pérdidas de población, como son Belauntza (-25,1%), Beizama (-16,1), Leintz-Gatzaga (-11,8%) y Hernialde (-8,7%).

“Los pueblos pequeños para asegurarse su futuro tienen que activar su inteligencia colectiva. Necesitan destacar una capacidad. La sostenibilidad local pondera diferentes aspectos, no solo los datos demográficos, sino de cohesión social, urbanismo, etcétera. Es cierto que algunos municipios tienen una situación peor, pero otros muchos no, y los pequeños municipios de Gipuzkoa son los que mejor están”, asegura el coordinador de Gaindegia.

Casos de libro

Nada que ver con situaciones límite que se están dando no muy lejos, en provincias españolas como Cuenca o Ávila, “equiparables a páramos de Finlandia y Suecia”, asegura Esnaola, atendiendo a los datos demográficos ofrecidos por Eurostat. Según el propio Esnaola, la gran ventaja de Gipuzkoa es que “está en un sitio muy especial, el eje trasatlántico París-Algeciras, que siempre le ha reportado una ventaja histórica. Y además es un territorio con una movilidad extraordinaria, con muy buenas comunicaciones, cercanía de los servicios y un reparto muy bueno de la industria”, que sigue ejerciendo en el territorio un papel vertebrador y homogeneizador en el que se sujetan muchas economías familiares de entornos rurales, asegura.

“En Gipuzkoa hay experiencias que se podrían incorporar a los libros de texto”, señala Esnaola. “Muchas de las cosas que se han hecho pueden ser muy importantes para reproducirlas en el exterior y ser un referente. Como la resurrección de Zerain, un pueblo que con apenas 200 habitantes diseñó toda una estrategia local, incluso hasta el punto de crear una agencia de desarrollo. Eso se ve en muy pocos sitios”, afirma Esnaola.

Para este analista, “el secreto es la inteligencia colectiva. Un esfuerzo colectivo y comunitario que tracciona” y que abre vías hacia el futuro. “Ahí tenemos Orendain, que fruto del trabajo de una legislatura, consiguió aumentar 160 habitantes. O Errezil, que ha construido una identidad propia alrededor de la manzana Ibarbi, explica.

Gaindegia también destaca otras iniciativas, como la apuesta de Alkiza por el medio ambiente aprovechando la proximidad del entorno de Hernio-Gazume, que se encuentra integrado en la Red Natura 2000. La fonda de Orexa, un proyecto iniciado tras un proceso de reflexión y que tenía como objetivo fortalecer la vida comunitaria y la juventud. La cooperativa Lur Alkartasuna de Aia, “un trabajo en equipo para ofrecer unos servicios que de otra manera no tendrían los vecinos del pueblo”, dice el informe. Landalab, un proyecto piloto compartido entre el barrio de Angiozar, en Bergara, Leintz Gatzaga y Zerain para la intervención social temprana en personas de edad avanzada en situación de vulnerabilidad. O el propio albergue ambiental de Beizama, basado en el agroturismo responsable, y su compromiso en ofrecer ocio para la familias y experiencias educativas para los alumnos.

“No hay fórmulas mágicas, pero son experiencias que han logrado un grado de cohesión alto en sus pueblos y han prosperado. Ese es el mensaje, que Gipuzkoa especialmente tiene una idiosincrasia propia. Una industria muy bien repartida y los servicios también. Es el territorio que mejor accesibilidad tiene de todo Euskadi, pero es paradójico cómo aún así algunos municipios están perdiendo habitantes. Lo que nos indica que no solo cuentan los elementos materiales. Aquí no hay culpables, pero la forma de revertir eso es construir un nuevo relato”, explica Esnaola.

En cifras

Agujero entre 15 y 29 años. Los pueblos pequeños de Gipuzkoa comparten las siguientes características: escasez de población de la generación comprendida entre los 15 y los 29 años, masculinización de la población en edad laboral y dificultad para atraer nueva población. Trabajan en la industria de su zona y la masculinización de dicho sector empuja a las mujeres a emigrar a la ciudad en busca de trabajo.

Las mujeres. En Gaztelu, Aizarnazabal y Amezketa la tasa de paro entre las mujeres es 10 puntos superior a la de los hombres. Y en Beizama, Leaburu, Baliarrain, Ikaztegieta y Altzaga, la tasa de actividad femenina es hasta diez puntos inferior.

Formación y renta. La población con alto nivel de formación se concentra especialmente en los núcleos urbanos en sus zonas adyacentes. Los indicadores más críticos relacionados con el nivel de formación son los de Errezil, Amezketa y Leintz Gatzaga. Sin embargo, el nivel de renta es algo superior en zonas rurales, gracias a la actividad industrial, ya que el segundo sector se ha mantenido bien frente a la crisis si se compara con otras zonas de Euskadi como Karrantza o la Margen Izquierda. La mayor afección se dio en Oarsoaldea.

Pueblos de Euskal Herria

518 | En Euskal Herria hay 518 municipios con menos de 2.500 habitantes y 190 de ellos no tienen más de 250 habitantes. Gipuzkoa tiene 48 pueblos pequeños, de los que once no llegan a los 250 vecinos.


Y lo complementamos con esta editorial de Naiz:
 
Pueblos pequeños, clave del equilibrio territorial

Eusko Ikaskuntza ha puesto en marcha el proyecto Municipios Pequeños Inteligentes, dirigido a conocer la realidad de los pueblos pequeños de Euskal Herria, identificar las oportunidades que tienen y mostrarlas a la sociedad con el objeto de intentar frenar la descapitalización que actualmente sufren. El proyecto ha comenzado con un análisis de las localidades de pequeñas dimensiones de Gipuzkoa y se ha completado con un catálogo de experiencias prácticas que han servido para activar, recuperar y fortalecer algunas de esas comunidades dispersas por toda nuestra geografía.

Una iniciativa meritoria en estos tiempos de culto a las grandes estructuras, a la concentración, la centralización y las economías de escala, donde las grandes urbes acaparan población y recursos mientras las pequeñas localidades sobreviven en un estado de precariedad permanente hasta que, finalmente, terminan por desaparecer. El proyecto subraya, además, que la magnitud de la cuestión es bastante mayor de lo que a primera vista reflejan los datos de población. Si tomamos en consideración que los municipios de menos de 2.500 habitantes suman tres cuartas partes del total de ayuntamientos y gestionan más de dos terceras partes del territorio de nuestro país, el reto adquiere una dimensión trascendental a la hora de dibujar el futuro al que aspiramos como pueblo.

Conviene reseñar, asimismo, que en el proceso se ha dado la palabra a la gente que vive y trabaja en estas localidades. Han lanzado dos mensajes claros. Por un lado, en estos tiempos de recortes sociales y de óptimos mal entendidos, subrayan la importancia que tienen para la supervivencia de estas comunidades los servicios públicos básicos, como escuelas infantiles y centros de salud; por otro, remarcan la urgencia de personal para dinamizar proyectos. Ambas ideas reflejan la necesidad de un amplio consenso institucional sobre estrategia y planificación que tenga como fin lograr un territorio más equilibrado.







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