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lunes, 3 de julio de 2017

Lluvia de Bilbao

Ver para creer.

Les dejamos con este artículo dado a conocer por EcoDiario:


¿Hay quien echa de menos la lluvia? Al parecer, los vascos, sí. Y mucho. En ciudades como Bilbao, donde la lluvia, al igual que los cielos plomizos, forma parte del paisaje cotidiano, sus habitantes desarrollan un vínculo especial con el fenómeno atmosférico. Tanto, hasta añorarlo cuando les toca vivir lejos del País Vasco.

De esto se dio cuenta Charly Rodríguez, un vasco que, disfrutando de un contemplativo día de lluvia, pensó que ninguno de sus conciudadanos debería vivir sin ella, a pesar de los avatares del destino. Y así se le ocurrió embotellar la llovizna en frascos artesanales y con un diseño rebosante de originalidad y enviarla a los más recónditos lugares, allá donde un vasco -o enamorado de la lluvia de Bilbao- pudiera reclamarla. De momento estas divertidas botellas han llegado a prácticamente todas las provincias de España, además de a Italia y Francia. En envío más exótico hasta el momento se ha efectuado a Melbourne, donde un estudiante vasco se vio en la necesidad de un poco de 'euskolluvia'.

"Está dirigido a la persona que son de aquí pero vivne fuera y tienen añoranza por lo nuestro. Es tener un cacho de tu tierra en tu exilio", explica Rodríguez a la cadena Herri Irratia.

La botella contiene 100 mililitros -con vista a que pueda transportarse en viajes de avión- y se vende por 9,50 euros en la web www.lluviadebilbao.com

El proceso de recogida se realiza con un ingenio desarrollado por este empresario, utilizando paraguas invertidos que conducen el agua directamente a un bidón. Rodríguez suele elegir lugares emblemáticos para su acuática cosecha, como San Mamés o el parque de Doña Casilda. Además, cada botella tiene un localizador impreso en su etiquetado, que aporta información a su propietario acerca de la fecha y el lugar donde fue recogida su lluvia.

El mayor porcentaje de ventas procede de la página web, aunque estos frascos con precipitaciones también pueden encontrarse en algunas tiendas de souvenirs artesanales en Vizcaya. El embotellador de lluvia bilbaína subraya el carácter artesanal de su producto, especialmente en el remate decorativo, con un pañuelo y la txapela típica elaborados manualmente por su mujer, Rakel.

Aunque el trabajo recae actualmente sobre su familia, el plan de Charly Rodríguez comprende que, una vez recuperada la inversión, la labor sea delegada a centros de trabajo de personas con discapacidad intelectual, para los que quieren destinar parte de los beneficios.






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