Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 7 de julio de 2017

Las Ocurrencias de Victoria García

Les compartimos esta nota de Cubainformación  en la que se nos informa acerca del enfoque que la prensa de la monarquía borbónico bananera ha dado al ataque terrorista perpetrado por el histriónico piltoto venezolano Oscar Pérez:


José Manzaneda

Donald Trump escenificaba en Miami la vuelta a la política dura contra Cuba. Y recibía el aplauso entusiasta de la llamada “disidencia” a la que la Casa Blanca entrega, cada año, entre 20 y 30 millones de dólares.

Tras algunos años sin protagonismo, varios de estos “disidentes” han pasado ahora a la ofensiva. Y volvemos a escuchar noticias sobre “huelgas de hambre”, ahora sí jaleadas por la Casa Blanca y por grandes medios internacionales.

Es el caso de la Cadena Ser, radio del Grupo Prisa, cuya periodista Victoria García hacía seguimiento propagandístico de la protesta de Jorge Cervantes, miembro de UNPACU, grupo “disidente” partidario del bloqueo a Cuba y financiado con subvenciones que Washington entrega a grupos de la ultraderecha de Miami. En su crónica leíamos acusaciones gruesas como la siguientes: “Su familia quiere (…) denunciar los abusos de un régimen que (…) continúa con las palizas a las damas de blanco” y cuya “policía política, la de los Castro, amedranta a los que alzan la voz (…) y los tortura”.

¿Palizas a las “Damas de Blanco”? ¿Torturas en Cuba? ¿Dónde están las grabaciones, las fotos o los videos? ¿Qué tipo de periodismo es este que realiza acusaciones de semejante calibre sin la menor prueba, y cuyos únicos testimonios son los de quienes trabajan pagados por el Gobierno de EEUU?

¿Por qué la Cadena Ser no informa de quién es este supuesto “luchador por los derechos humanos”, Jorge Cervantes? ¿Por qué no nos dice que, en 1997, fue condenado a seis años de cárcel por robo, y que en 2011 acabó en prisión por el intento de violación de una joven, cuyo testimonio está disponible en Internet? “Empecé a gritar, comenzamos a forcejear, y cuanto más forcejeaba y lloraba, él más me daba, me partió toda la boca, la cara se me hinchó completamente de tantos golpes que me dio”, escuchamos el relato de la joven.

No es de extrañar que la periodista Victoria García defienda a semejantes personajes. Es la misma que considera que un militar golpista venezolano “que dispara granadas (…) sobre una fiesta con 80 invitados” –que, olvida decir, eran periodistas como ella- no es un terrorista, sino un “piloto (…) que se rebeló contra el gobierno de Nicolás Maduro”. Y que justifica este atentado porque –palabras textuales- “Venezuela está convertida en una dictadura de facto”, donde “han muerto más de 75 personas a manos de la policía”.

Definitivamente, Victoria García, en su propio país, estaría hace ya tiempo en la cárcel si se le ocurriera endosar al Gobierno español siquiera una sola de las muertes comedidas por grupos irregulares. Pero, tratándose del de Venezuela, sabe que tiene licencia para asignarle las decenas de asesinatos y linchamientos hasta la muerte cometidos por una oposición fascista, desatada gracias a la censura mediática internacional que tapa sus crímenes.

También invitamos al siguiente ejercicio mental: que alguien dispare un par de granadas sobre una fiesta de la Cadena Ser… Solo para saber qué le pasa.

.
.






°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario