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sábado, 2 de julio de 2016

Gastronomía Interestelar Vasca

La cultura e identidad vasca se encuentran presentes en Washington, auspiciadas por el prestigioso Smithsonian.

La gastronomía de altura no podía faltar, según nos informa esta crónica publicada en Deia:

El sueño vasco en Washington se alimenta de estrellas

Los cocineros vizcainos José Miguel Olazabalaga, del Aizian, Txomin Gómez, del Lurrina, y Paul Ibarra, de Los Fueros, preparan la cena para 160 invitados
A las cinco de la tarde sale el último visitante de la Biblioteca del Congreso, la Thomas Jefferson Library, y por la puerta que queda abierta entra un ejército de medio centenar de empleados. En menos de una hora transforman el escenario.
La biblioteca se convierte en un restaurante de 16 mesas con vistas al Capitolio. El sueño vasco en Washington también necesita alimentarse. Y ayer se alimentó de estrellas. Una cena que apadrinó Andoni Aduriz (Restaurante Mugaritz, dos Estrellas Michelín) y prepararon los cocineros vizcainos José Miguel Olazabalaga, del Aizian, Txomin Gómez, del Lurrina, y Paul Ibarra, de Los Fueros.

Cocinaron para 160 invitados entre personalidades de la política estadounidense encabezados por el congresista John Garamendi, el diputado general de Bizkaia Unai Rementeria, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad Arantza Tapia, o empresarios americanos que compartieron conversación y mantel con los representantes de las empresas patrocinadoras del Smithsonian Folklife Festival.

La cena, vista desde los ojos de los cuatro cocineros, era una ocasión para mostrar a qué sabe Euskadi. "Es una oportunidad para el país, para dar una imagen de lo que somos capaces de hacer. Se intenta dar la fotografía de todo lo que tenemos allí, de mostrar nuestro potencial gastronómico. Se trata de decir a través de diferentes maneras, en este caso a través de la gastronomía, que somos un país pequeño, pero grandes en muchas cosas. Nuestra cocina es conocida en todo el mundo, también aquí, en Estados Unidos. Por eso esta cena es una oportunidad de reafirmar lo que somos. Es un guiño al público que ya nos conoce para que se acuerde de nosotros y una llamada a los que nos descubren para que vengan a visitarnos. Eso es lo que me gustaría que pasara tras esta cena", explicó Aduriz, quien recordó que Euskadi es por índice de población el país que más estrellas Michelín posee, y subrayó que de los 50 mejores restaurantes de la guía Restaurant, el 10% son vascos y dos están entre los diez primeros.

"Euskadi a nivel gastronómico tiene un potencial extraordinario que hay que seguir aprovechando para atraer a gente de todo el mundo", sostuvo Aduriz para destacar la importancia del menú elegido ayer en el que estaban representados los productos base de la cocina vasca. "Es un menú que teníamos que pensar muy bien para conseguir una representación de los productos del país que se pudiera maridar con nuestros vinos de Rioja Alavesa y txakoli de las tres denominaciones. También había que tener muy en cuenta que cuando cocinas para mucha gente tienes que hilar fino y mostrar cómo es nuestra cocina de base. Por eso elegimos productos como el Bacalao, tomate, anchoa, rabo… productos nuestros", sostuvo el cocinero del Mugaritz.

Para Paul Ibarra, cocinero de Los Fueros, la oportunidad de cocinar en un escenario como ese pesó más que ausentarse una semana de casa con un hijo de tres meses. "No fue fácil, pero no pasa muchas veces la oportunidad de vivir una experiencia así que se disfruta pese a los inconvenientes de trabajar en un lugar con tantas limitaciones para cocinar porque no está preparado para ello". Entre las restricciones, la prohibición de sacar los cuchillos de la cocina por seguridad, no prender ninguna llama o no servir vino tinto durante el cóctel para evitar ensuciar el suelo de mármol. "Pese a ello, una cosa así se disfruta. Es un reto personal y de país. En Euskadi somos humildes, pero cuando viajas y conoces otras culturas y otras gastronomías te convences de que en algunas cosas tenemos que dejar de serlo para mostrar todo lo que somos. Solo una pincelada de lo que somos gastronómicamente sirve para que la gente se sorprenda. Hay que enseñar lo que somos".

"El reto es conseguir seducir a la gente que prueba nuestra gastronomía para que luego vengan a Euskadi", explicó Txomin Gómez, del Lurrina. "Es complicado, pero también algo bonito y maravilloso por los compañeros con los que no tienes muchas oportunidades de cocinar y por el escenario. La satisfacción es estar aquí, es la propia experiencia. Eso es lo mejor que te llevas a casa", sostuvo el cocinero vizcaino, con quien coincidió José Miguel Olazabalaga, del Aizian, que valoró la "experiencia de cocinar en un lugar tan especial". Frente al Capitolio, en el corazón de Estados Unidos que desde el miércoles habla euskera y ayer se alimentó de estrellas.





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