Con el problema de la cámara resuelto, era hora de aprovechar y tomar cuanta foto se pudiera de la icónica obra de arte de Eduardo Txillida, y es que El Peine de los Vientos se deja querer. Claro, también hemos aprovechado para denunciar las consecuencias del capricho de José María Aznar en su manejo del Prestige. Tras esto, nos hemos dirigido a la orilla oriente del Urumea cruzando el Puente de Santa Catalina
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