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lunes, 25 de septiembre de 2006

Bienestar Independentista

Gracias a Mikel por hacernos llegar este artículo de opinión publicado en Deia:

Independetismo y bienestar

Pablo Beldarrain Solatxi

A finales de agosto, el Gobierno vasco publicaba el segundo informe del Sociómetro correspondiente al año 2006. Entre otros datos como la intención de voto, valoración de los políticos o grado de satisfacción con el funcionamiento de la democracia, aparecía otro dato que, por su importancia y por la satisfacción que nos produce a los abertzales, quisiera destacar. El número de independentistas se ha incrementado un 4% en cuatro años, mientras el número de los que votaría "no" en un hipotético referéndum se ha estancado. Los del "sí" a la independencia pasarían del 34% al 38% mientras los del "no" se quedarían en el 31%.

Unos días más tarde, el Departamento de Educación del Gobierno vasco ofrecía datos sobre la baja incidencia del fracaso escolar entre nuestros estudiantes, lo que contrasta con el Estudio de la OCDE que dice que cerca del 30% de los alumnos del Estado no concluye la enseñanza obligatoria. Siguiendo con encuestas y datos estadísticos, un estudio del Eustat sobre la economía vasca en el segundo trimestre del año, nos revela que la economía vasca crece más que la del Estado y la de la Unión Europea así como las de la Zona Euro y la de los Estados Unidos.

Relacionar independentismo con riqueza y calidad de vida es algo que hay que tener en cuenta. En Quebec, donde gozan del derecho de autodeterminación que aquí se nos niega, se ha observado un fenómeno, crece el número de independentistas a medida que crece su economía y su bienestar con respecto al resto de Canadá. Algo parecido ocurre en la Comunidad Autónoma Vasca, donde se crea más riqueza que en el Estado, el paro está a niveles más bajos, el sistema educativo vasco es de mayor calidad que el central y el grado de bienestar es también mayor. Todo esto ha contribuido a que el porcentaje de independentistas se haya incrementado un 4% en los últimos cuatro años mientras los contrarios a la independencia siguen estancados ¿Qué ocurrirá cuando la sanidad pública vasca recupere el puesto que nunca debió perder y la paz sea una realidad? Es fácil adivinarlo, el independentismo seguirá al alza en proporción directa a la economía y al bienestar a mayor satisfacción y bienestar, mayor número de independentistas.

Pero, a parte de la economía y el bienestar, así como de la expectativa de paz, hay algo más que ha contribuido, sin duda, a que el proyecto independentista cuente con más adeptos. Me refiero a la línea política que a lo largo de sus veinte años de existencia ha exhibido Eusko Alkartasuna (EA), quien siempre y en todo lugar, ha reivindicado la soberanía de Euskal Herria por medios no violentos, fruto de sus resoluciones congresuales y de sus Asambleas Nacionales, propagadas y divulgadas a través de sus actos políticos, discursos y documentos. Sirva esto de reconocimiento a su labor y como felicitación en su vigésimo aniversario.

Teniendo en cuenta la relación entre bienestar e independentismo, voy a permitirme hacer un juego con unos supuestos, que propongo a los escépticos de la independencia vasca, por ejemplo, al secretario general de los Socialistas Vascos, al señor Patxi López. Supongamos que la autodeterminación sea una realidad en Euskadi y que en el primer referéndum que se celebra triunfa con holgura la opción independentista. Al poco tiempo y en el marco de una Euskadi independiente tienen lugar las primeras elecciones presidenciales y al Parlamento vasco en las que, sigamos suponiendo, resulta vencedor el PSE y Patxi López es investido como primer lehendakari de una Euskadi soberana. Supongamos que durante su mandato el PIB sigue creciendo más en Euskadi que en el Estado español y en la Eurozona, se alcanza el pleno empleo, las exportaciones a un excelente nivel, el Sistema Educativo sigue siendo el más reconocido, la Sanidad Pública Vasca consigue recuperarse y colocarse a la altura de la mejor sanidad europea, siendo óptimo el grado de satisfacción de los vascos y vascas. Termina la legislatura y supongamos que Patxi López vuelve a ser investido lehendakari y, sigamos suponiendo, que todos los indicadores de riqueza, bienestar y satisfacción se disparan a los niveles más altos, parangonables con los de las grandes potencias. Acaba la excelente segunda legislatura y, supongamos por último, que hay un nuevo referéndum en que los vascos y vascas tienen que decidir nuevamente sobre su futuro. Estoy seguro y no es ninguna suposición, la independencia ganaría por goleada, siendo de esta opción el mismísimo Patxi López.


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