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domingo, 7 de agosto de 2016

Entrevista a Andoni Bastarrika

Su esculturas en arena son espectaculares, a algunas de sus creaciones lo único que les falta es respirar.

Aquí les presentamos esta entrevista publicada en Deia:

Andoni Bastarrika: “Quería hacer un cachalote de quince metros, pero no me han dado permiso”

Sus obras parecen tan reales que le han llegado a “mirar raro y alejarse” al confundir de noche la escultura de un hombre desnudo boca abajo con una persona de verdad

Arantza Rodríguez
Un surfista acechado por un tiburón en Arrietara, una ballena en la playa de San Antonio... El azpeitiarra Andoni Bastarrika empezó a escarbar en la arena a los 40 y descubrió su talento como escultor. Ahora, además de modelar, imparte talleres a los aprendices de rastrillo y pala.

¿De pequeño era más de castillo de arena o de socavón?

-Seguro que haría de todo.

¿Cuándo empuñó de nuevo la pala?

-En 2011 empecé a jugar con mis niñas en la playa y de golpe me poseyó el espíritu de la arena...

Y empezó a modelar tanto cuerpos humanos como animales.

-Sí, totalmente desnudos. Todos nacemos así, pero mientras los animales siguen con lo que trajeron, nosotros acumulamos mucho y olvidamos lo que somos y de dónde venimos.

¿Utiliza algo más que arena?

-Me gusta hacerlo con arenas de colores diferentes, pero a veces tengo que utilizar otros materiales para darle realismo, como polvo de cemento de colores, canicas de cristal y huesos de aguacate para simular los ojos.

¿Pala, rastrillo o a mano?

-Aparte de la pala, para recoger y transportar arena, solo utilizo mis manos, un palito de los que los chinos usan para comer y una pluma.

¿Cuál es el típico error de principiante al hacer una escultura?

-No hacer bien la base. Todos queremos un buen y rápido resultado con mínimo esfuerzo y dedicación.

Hay padres que arrebatan la pala al niño y no la sueltan. ¿Jugar con la arena es un vicio inconfesable?

-Yo fui y soy uno de esos. Ja, ja, ja. Espero que mis niñas me perdonen, ya que no puedo confesarme.

¿Sus obras se las lleva el viento?

-Sí. La esencia se la lleva el viento y así debe ser. Luego se encarga de esparcirlo por todo el planeta.

¿Le da pena que desaparezcan? ¿Se va de la playa mirando atrás?

-Ja, ja, ja. No. Yo ya terminé mi trabajo. En el malecón de Zarautz las hago y deshago el mismo día y hay gente que siente una pena terrible. Algunos hasta se enfadan. No entienden que si las dejo ahí, al día siguiente serán solo un montón de arena que alguien tendrá que recoger.

¿Ha pillado a alguien destrozando alguna por puro placer o esperando con cara de pillo a que se fuera?

-Sí, por gracia o por desgracia de esa persona, bastantes veces.

¿Qué les dice, si es que les dice algo?

-Que primero deben aprender a crear para luego poder destruir, porque cuando aprendes a crear puedes destruirlo con el mismo amor y respeto con que lo has creado. También puedes aceptar con desapego su destrucción natural.

¿Quién le gustaría que fuera devorado por uno de sus cocodrilos?

-La burocracia que a veces pone dificultades e impide crear libremente.

Rinocerontes, ballenas, tiburones... ¿Cuál es su escultura más grande?

-La iba a realizar este mes en la playa de Ondarreta. Era un cachalote de quince metros que pesaría diez toneladas, una ballena en tamaño real, pero no me han dado permiso.

¿Suele tener muchos espectadores a pie de obra? ¿Qué le dicen?

-Sí, de todo tipo. Me preguntan cómo lo hago, me felicitan, hasta a veces me aplauden... Qué vergüenza.

¿Cuánto ha recaudado en un día?

-No voy a decir lo que más he recaudado, pero sí lo que menos he sacado: nada, porque hay veces que, justo a punto de terminar, la escultura se te rompe en tus narices, pero esto también es parte del aprendizaje.

¿Qué será lo próximo que esculpa? 

-Será una sorpresa, pero tengo previsto estar los días 13 y 14 de agosto en la playa de Laga, el 20 y 21 en la playa de Laida y el 27 y 28 en Mundaka. 






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