Este patético tardo-franquista se aprovecha del buen nombre que le han dado los consorcios de comunicación para lanzar cuanto improperio se le ocurra. Se ha pavoneado frente a los suyos mostrando su obsesión en este momento, Catalunya.
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Rajoy asegura en Barcelona que «ni se celebrará el referéndum ni se fragmentará España»
El presidente del Gobierno español ha clausurado esta mañana la Convención del PP catalán en Barcelona con un discurso en el que ha repetido que está abierto al diálogo «sobre problemas reales y desde el respeto a la ley», pero dejando claro que mientras sea presidente «no se celebrará ningún referéndum ilegal» y tampoco «se producirá ninguna fractura en España». Acompañado por pesos pesados del Gobierno y del PP, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha clausurado esta mañana la Convención que el PP ha celebrado entre ayer hoy en la Barcelona con el objetivo de contrarrestar el discurso independentista y erigirse en baluarte del unionismo. El discurso de Rajoy, sin embargo, apenas ha comportado novedad alguna, más allá del simbolismo que pueda tener el hecho de que sea la primera vez que dedica una intervención entera al proceso independentista en territorio catalán.
Sin irse por las ramas, Rajoy ha entrado «al grano», como él mismo ha dicho, y en las primeras frases ya ha dejado claro que mientras sea presidente «ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España». El argumento: «La obligación del Gobierno es no permitir que se celebre ese referéndum, porque de lo contrario, además de abrir la puerta al desafuero, estaría violando la ley». «Votar es un derecho democrático, pero no en cualquier sitio ni a cualquier hora ni de cualquier manera, ni sobre cualquier asunto», ha añadido.
Tras loar las bondades de la Constitución, incurriendo en falsedades como que sin ella «no habría Estatuto, no habría régimen de autonomía, no habría Generalitat» -la Generalitat se restituyó antes de aprobarse la Constitución-, Rajoy ha recordado a la Generalitat que «cuando se trata de España, de lo que se quiere hacer con ella, sea un cambio de sistema político, o una fragmentación de su territorio, tienen derecho a opinar todos los afectados, es decir, todos los españoles».
Rajoy, que ha asegurado que lo que está pasando «crea un clima de tensión emocional entre los propios catalanes, que inevitablemente, lesiona la convivencia», ha echado mano también del discurso del miedo para advertir contra la posibilidad de independencia, al acusar a Mas de no explicar la verdad y no citar «la evidencia de que Catalunya sería más pobre, que saldría de Europa ‘sine die’ y lo mismo se podría decir del resto de organismos internacionales o del euro».
También ha intentado lanzar algún argumento a favor del unionionismo, aunque difícilmente convencerá a quien no lo está ya. Rajoy ha repetido que «España es la nación más antigua de Europa y Catalunya siempre ha formado parte de ella» y que «España es la mejor plataforma para construir un futuro de oportunidades para todos».
Ya al final, Rajoy ha hablado de diálogo, asegurando que no pone «ningún obstáculo a quienes desean dialogar sobre problemas reales y desde el respeto a la ley». «Pero que no se me busque en el campo de la ilegalidad, ni se me pida dialogar sobre lo que no es mío y por tanto no puedo dar porque pertenece a todos los españoles», ha matizado, justo antes de concluir su discurso repitiendo que mientras sea presidente «no se celebrará ningún referéndum ilegal» ni «se producirá ninguna fractura de España».
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