Un blog desde la diáspora y para la diáspora

miércoles, 13 de julio de 2011

Pobres Jóvenes




Los que colaboramos en la publicación de este blog estamos realmente consternados por la suerte que correrán decenas de jóvenes que han caído en las manos de la mujer que el franquismo-borbónico usase como Caballo de Troya en contra de los vecinos de Lizartza. Así es, la impresentable Regina Otaola ha sido premiada con un curro en la capital de la metrópolis pues sus servicios de esquirolaje en Euskal Herria se han visto interrumpidos. En la ceremonia de toma de posesión la vasquita que tuvo la oportunidad por cuatro años de ser una auténtica españolaza mostró la obsesión que tienen los militantes del PPSOE con respecto al pueblo vasco, si no nos creen lean ustedes mismos esta nota publicada en el ABC:

«Aquí estaré más libre que en el País Vasco»

La nueva directora de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, Regina Otaola, juró ayer este cargo en presencia de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, y afirmó que en Madrid va a estar «más libre que en el País Vasco».

Otaola ha relatado que cuando Aguirre le preguntó si «estaba dispuesta a asumir esa responsabilidad», ella contestó que lo haría «encantada de la vida», ya que los menores «son algo muy importante». Otaola aseguró a Aguirre que asumiría el cargo «con todo el corazón y con toda las ganas de hacer una buena labor».

Para Otaola, la Agencia para la Reeducación y la Reinserción del Menor Infractor tiene unos ratios «estupendos de buen hacer» y «de gran profesionalidad». Por este motivo, espera «mejorar todo aquello que sea mejorable y mantener estos ratios», explicó en el acto de toma de posesión.


Imaginen a una persona con los principios y ética de una gamberra como Regina a cargo de un joven, ahora tomen en cuenta que ese joven es un menor que necesita reencontrar su lugar en el tejido social de su barrio o ciudad.

¿Entienden ahora por qué estamos angustiados?

Nadie merece estar en manos de una persona de tan baja ralea, sea la que sea la gravedad de la infracción que haya cometido


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