La Jornada trae a nosotros este artículo en el que se detalla la más reciente apuesta por parte de la izquierda abertzale por romper el cerco que le ha impuesto Madrid desde aquel nefasto año de 2003 en el que, recurriendo a una legislación creada ad hoc, se ha estado privando al pueblo vasco de un acceso pleno a sus derechos civiles y políticos.
Aquí la información:
La Izquierda Abertzale presenta partido; condena la violencia, el chantaje y a ETA
El PP exige a Rodríguez Zapatero que impida a esta naciente formación contender en elecciones
Armando G. Tejeda | CorresponsalCon una condena explícita a la violencia, el chantaje y la extorsión, "incluido ETA", la Izquierda Abertzale (nacionalista) presentó hoy oficialmente una nueva plataforma electoral con la que aspira a volver a las instituciones y al debate político en el País Vasco. Batasuna, la coalición del nacionalismo radical vasco durante décadas, fue proscrita en 2003 en virtud de una nueva Ley Orgánica de Partidos Políticos que endureció los requisitos para formar un partido político o marca electoral y que posteriormente fue avalado por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
En un multitudinario acto en Bilbao, con destacados dirigentes de su propio ideario político y representantes de otras formaciones políticas, sindicatos y organizaciones civiles, el histórico dirigente vasco Rufi Exteberria presentó el ideario de la nueva formación, que cumplirá "sin escapismos literarios" la ley electoral española y la doctrina establecida por el Tribunal Supremo en la sentencia de ilegalización de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB).
Después de 12 años de "debate y reflexión", la Izquierda Abertzale decidió dar un paso adelante en las exigencias de la legislación española para permitir su regreso a las instituciones y ser considerada una formación legal y democrática. Después de dos procesos de pacificación fallidos –el de 1999 y la llamada experiencia de "Lizarra-Garasi"; y el del 2005, que culminó con el estallido de una furgoneta bomba en el aeropuerto de Madrid–, la Izquierda Abertzale tiene a la mayoría de sus dirigentes encarcelados y bajo proceso por diversos delitos de supuesta pertenencia o colaboración con organización terrorista. Precisamente el decreto del alto el fuego de ETA a finales del año pasado fue una de las exigencias de los líderes abertzales para iniciar una nueva andadura en la política parlamentaria e institucional, que todavía deberá pasar los filtros de los tribunales españoles.
Durante la presentación de la plataforma política, Etxeberria explicó: "sí vamos a cumplir la ley. Una ley que, queremos también denunciar, se viene aplicando con intereses netamente políticos, mas allá del carácter democrático o no de sus contenidos normativos". Durante su discurso, el líder vasco insistió en que una de las principales conclusiones de su debate interno es que es necesario y urgente un escenario de "no violencia" para el desarrollo de la región. Además aseguran haber acordado que su propuesta democrática pretende cerrar "un ciclo de confrontación violenta adoptando una posición clara y firme por las vías exclusivamente políticas y democráticas". Es decir, que desde esta nueva formación habrá una "exigencia de un escenario de no violencia con garantías y de normalización política progresiva como condiciones para cualquier diálogo y negociación política; es decir, no hay proceso de diálogo y negociación sin un escenario de ausencia de violencia con garantías y restablecimiento de mínimos democráticos".
La condena a la violencia es explícita y sin ambages, incluso citando a ETA por su nombre, tal como le habían exigido el resto de formaciones políticas durante décadas. “La Izquierda Abertzale rechaza y se opone al uso de la violencia, o la amenaza de su utilización, para el logro de objetivos políticos, y eso incluye la violencia de ETA, si la hubiera, en cualquiera de sus manifestaciones. De forma explícita el nuevo proyecto político y organizativo de la Izquierda Abertzale ni justifica ni ampara el uso de la violencia, cualquiera que sea el origen o naturaleza de la misma. Y, en consecuencia, rechaza el uso de cualquier tipo de violencia, coacción o connivencia política u organizativa con organizaciones que la utilicen para obtener fines u objetivos políticos”.
Esta idea será uno de los ejes de los estatutos de la nueva formación política, que se registrarán de forma oficial el próximo miércoles ante la sede del Ministerio del Interior en Madrid. Posteriormente un magistrado decidirá si la nuevo formación cumple o no los requisitos para concurrir a las próximas elecciones autonómicas vascas.
El acto político de la Izquierda Abertzale provocó un alud de reacciones tanto de las formaciones políticas vascas como españolas, que en su mayoría reconocieron el salto cualitativo de la formación política, tradicionalmente vinculada a ETA. El presidente del gobierno vasco, el socialista Patxi López, señaló que se "están dando los pasos para acercarse a los requisitos a los que se ajustan todas las fuerzas democráticas", pero matizó que "necesariamente las palabras y las declaraciones biensonantes" deben acompañarse de "hechos palpables para dar seguridad a la sociedad y despejar las dudas que siguen subsistiendo en la ciudadanía". Y añadió que es "positivo que quienes, hasta no hace mucho, justificaban a ETA, afirmen ahora su voluntad de hacer política sin la cobertura de la violencia y anuncien que van a cumplir los requisitos que se exigen en democracia a todos los partidos, rechazando el amparo al terrorismo y hablando incluso de justicia para las víctimas".
Reacciones dispares en Madrid
El gobierno encabezado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero advirtió desde el domingo que la izquierda nacionalista vasca radical no podrá participar en elecciones si no manifiesta de forma "irreversible, tajante y para siempre" que condena la violencia de ETA, según declaró el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui.
El vocero del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Marcelino Iglesias, fue bastante cauto sobre el paso de la formación abertzale, al sostener que "la democracia tiene que ser muy exigente con esos grupos después de haber estado tantos años apoyando la violencia, pero es verdad que hay una novedad importante, ya que es mejor ese escenario que cuando la apoyaban la violencia".
El principal partido de la oposición, el derechista Partido Popular (PP), exigió al gobierno que impida por todos los medios que esta nueva formación política se presente a las elecciones, al insistir en la idea de que "ETA y Batasuna son lo mismo y que mientras exista ETA, por más palabras que diga Batasuna, no se van a poder legalizar". El vocero Esteban González Pons afirmó que "estamos ante un partido trampa y ante palabras trampa y la sola mención del nombre de las personas que van a presentar los estatutos justifica la impugnación de la Fiscalía General. ETA está a punto de ser derrotada policialmente y nadie debe ahorrarle dicha derrota".
En sentido opuesto se pronunció el Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyo presidente, Íñigo Urkullu, aseguró que “la mayoría de la Izquierda Abertzale quiere hacer política y sólo política, y espero que hoy den ese primer paso que les permita hacerlo. Si cumplen la ley, las sentencias y los requisitos van a hacer 30 años después (de la transición a la democracia) lo que ya hicimos muchos: aceptar las reglas del juego”.
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