Ibarretxe, en su calidad de lehendakari reelecto de la CAV, ya se ha reunido con Juan Carlos Borbón, el jefe del estado español, quien ocupa ese cargo por designación directa del dictador fascista Francisco Franco Bahamonde.
Este artículo de La Jornada nos detalla su segunda reunión en esa calidad, esta con el encargado de presentar una careta democrática ante la comunidad internacional, el presidente José María Aznar, hijo de un prominente franquista. Ojo, de esa reunión surgió una propuesta de trabajo conjunto en vías a la pacificación, que no es lo mismo que un proceso de paz. Pacificación es un eufemismo utilizado por los estados para referirse a la destrucción manu militari de cualquier tipo de resistencia por parte de un pueblo oprimido. Y es que de paso, han amenazado con extender sus medidas represivas a América Latina, no olvidemos que recientemente México extraditó a un refugiado vasco al estado español a pesar de tener esposa e hija mexicanas.
Y en medio de todo ello una amenaza más en contra de la izquierda abertzale en general y de Arnaldo Otegi en particular por sus declaraciones en el marco de las honras fúnebres de la joven militante vasca Olaia Kastresana.
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Acuerdan Aznar e Ibarretxe nueva etapa de diálogo para el País Vasco
Primera reunión desde los comicios en Euskadi
Armando G. Tejeda | CorresponsalEl jefe de gobierno español, el conservador José María Aznar, y el presidente del gobierno vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe, acordaron iniciar "una nueva etapa de diálogo para alcanzar la "pacificación" en el País Vasco, en su primer encuentro desde los comicios del pasado 13 de mayo, mientras miles de personas se manifestaron en la capital y distintas ciudades vascas contra la violencia del grupo armado vasco ETA, en las que además se recordó a las 12 víctimas de ETA de este año.
Aznar e Ibarretxe, quienes han protagonizado quizás uno de los enfrentamientos políticos más fuertes en la historia de la democracia de este país, hablaron durante más de dos horas de los temas en el conflicto entre Madrid y el País Vasco: pacificación, autogobierno, soberanía, Estatuto de Gernika y colaboración policial en la lucha contra ETA.
Tras del encuentro, Ibarretxe y el vocero de Aznar, Pio Cabanillas, leyeron una escueta declaración sobre el encuentro. Ibarretxe, quien la semana pasada se entrevistó con el Rey Juan Carlos, dijo: "Hemos comenzado una nueva etapa, con el objetivo que yo he querido plantear de acabar con la incomunicación, pues tenemos que dar paso a una nueva etapa de un diálogo sincero, que ha faltado en el pasado".
Aseguró que la prioridad de su gobierno "es no polemizar ni buscar el enfrentamiento cuando de la violencia de ETA hablamos. Las barbaridades de ETA deben ser rechazadas y combatidas por todos con toda la energía y los instrumentos de que dispone un estado de derecho".
Ibarretxe añadió: "Ha llegado la hora de hacer política con mayúsculas. Lo que no quiere de ninguna manera ETA es que en Euskadi se haga política, tampoco quiere que el Movimiento de Liberación Nacional Vasco y que Euskal Herritarrok haga política", y propuso crear una "comisión política al más alto nivel" para tratar de desbloquear una "ley incumplida" en referencia al Estatuto de Autonomía de Gernika.
El gobierno de Ibarretxe exige a Madrid más competencia en educación, pensiones y cuestiones carcelarias, cosa que rechaza el gobierno español alegando que éstas sólo competen al Estado.
El lehendakari finalizó con un mensaje: "He venido a Madrid para decir que tenemos cuatro años por delante para acercarnos o para alejarnos, lo inteligente es que acerquemos posiciones y posturas en términos políticos".
Cabanillas declaró que para el gobierno español la "prioridad absoluta es la derrota completa de los terroristas y de todos los que perturban la paz, la libertad y la vida", y reiteró: "la opinión del gobierno de que no hay cabida en términos democráticos a la estrategia de superación o ruptura del marco jurídico y político apoyado mayoritariamente por la sociedad vasca, plantear debates de esta naturaleza, negando la legitimidad de las instituciones y en unas condiciones de brutal agresión terrorista sería, en el mejor de los casos, una demostración de insensibilidad".
Aznar planteó a Ibarretxe una serie de iniciativas, encaminadas a luchar contra ETA, entre las que destacan una reunión urgente entre el ministro del Interior español, Mariano Rajoy, con el consejero de Interior del gobierno vasco, Javier Balza; la puesta en marcha de un plan "integral" contra la violencia callejera; y pidió a Ibarretxe su "apoyo activo" en el fortalecimiento de los "mecanismos de cooperación con Iberoamérica" para perseguir a presuntos etarras en América Latina.
En San Sebastián, Arnaldo Otegi, líder de Batasuna, considerado brazo político de ETA, agradeció ante miles de personas "la labor de todos los gudaris (soldados vascos) que han caído en esta larga lucha por la autodeterminación" durante el funeral de Olaia Castresana, militante de ETA que murió la semana pasada mientras manipulaba explosivos.
Otegi añadió que en Euskadi "existe una generación nacida con el Estatuto que se adhiere a la lucha armada para expresar su compromiso político, lo que demuestra que aunque la lucha siga siendo muy dura, ésta pasa de mano en mano".
Por estas afirmaciones el fiscal general del Estado, el ultraconservador Jesús Cardenal, presentó una querella criminal contra Otegi por "apología del terrorismo" ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
Por último, la familia de Enrique Rodríguez Galindo, el general de la Guardia Civil y dirigente de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL, grupo paramilitar que perpetró la guerra sucia contra ETA en los años del gobierno socialista de Felipe González); presentó ante el Ministerio de Justicia español una petición de indulto, apoyada por más de cien mil firmas, entre ellas las de destacados dirigentes socialistas y conservadores, así como militares y policías nacionales. Rodríguez Galindo, el general más galardonado de este cuerpo militar, fue el responsable junto con otras cinco personas, de las torturas, el secuestro y el asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, supuestos miembros de ETA que fueron ejecutados con un tiro en la sien en 1983.
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