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sábado, 11 de enero de 2025

Lugares de Memoria

Trago amargo para el españolismo tener que reconocer como lugares de memoria a los sitios en los cuales han dado rienda suelta a su violencia terrorista en contra de los derechos humanos, políticos, civiles y laborales del pueblo vasco.

Lean ustedes esto que nos informa Naiz:


Gasteiz, Eibar, la prisión de Saturraran y el fuerte de Ezkaba, lugares de memoria en 2025

El Gobierno español tramitará en 2025 el reconocimiento de una treintena de lugares de memoria en el marco del 50 aniversario de la muerte de Franco. Gasteiz, Eibar, la cárcel de Saturraran y el fuerte Ezkaba contarán con una catalogación como la que ya tiene el casco urbano de Gernika.

Gasteiz, por los sucesos del 3 de marzo cuando murieron cinco obreros; Eibar, la primera localidad donde se proclamó la República española; la prisión de Saturraran, cárcel franquista de mujeres de 1938 a 1944, o el fuerte de Ezkaba, uno de los penales más duros del régimen franquista, serán reconocidos este año como lugares de memoria.

El Gobierno español ha puesto en marcha un programa de actividades a lo largo de 2025 enmarcado en el 50 aniversario de la muerte del dictador español Francisco Franco. Aprovechando esta ocasión, el Ejecutivo ha comenzado a tramitar el reconocimiento de más de treinta lugares de memoria, una figura recogida en la Ley de Memoria Democrática de 2022 y que se ha aplicado ya a una veintena de casos, como el casco urbano de Gernika o el Valle de Cuelgamuros.

Así, impulsará como lugar de memoria otros momentos históricos relevantes, como la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, las grandes manifestaciones a favor de la democracia tras el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 o los sucesos de Gasteiz de 1976, cuando murieron cinco obreros al desalojar la Policía una asamblea de trabajadores del metal en una iglesia de la capital alavesa.

El objetivo es identificar y proteger aquellos lugares o acontecimientos históricos vinculados a hechos «de singular relevancia para la memoria democrática» del Estado español, según explica el Gobierno en la página web espanaenlibertad.gob.es, que recoge la programación prevista por los 50 años de la muerte de Franco, así como la propuesta de nuevos lugares de memoria democrática.

En el resto del Estado, el Congreso de los Diputados y la comisaría de Via Laietana en Barcelona son algunos de los lugares de memoria que el Gobierno prevé reconocer en 2025, con motivo de los 50 años de la muerte de Franco, a los que se suman momentos históricos relevantes, como la matanza de los abogados de Atocha por pistoleros de extrema derecha de 1977 o los juegos olímpicos de Barcelona de 1992.

Enclaves físicos

La propuesta de lugares de memoria por parte del Gobierno para 2025 incluye principalmente enclaves físicos, algunos de ellos muy genéricos y todavía por definir. La mayoría de enclaves son lugares muy concretos y cargados de significado, como el Congreso de los Diputados, la comisaría de Via Laietana, la tumba del poeta Antonio Machado en Cotlliure (Catalunya Nord), Eibar o el campo de concentración de Djelfa, en Argelia.

A todos ellos se suman otros enclaves vinculados a la memoria democrática española como la prisión de mujeres de Saturraran, la mina de la Camocha en Asturias, el fuerte de Ezkaba, el pazo de Meirás en A Coruña o la colonia agrícola penitenciaria de Tefía en Fuerteventura.




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67 Mil en la Manifestación 'Behin Betiko'

Más de 67 mil personas han acudido al llamado de Sare este sábado para participar en la manifestación de enero en favor de presas y presos políticos vascos bajo el lema Behin Betiko.

Aquí la relatoría por parte de Naiz:


Una multitud evidencia en Bilbo el deseo de un futuro sin presos y en convivencia

Sare ha logrado reunir en Bilbo a miles y miles de personas bajo un lema que apunta al horizonte final para las consecuencias del conflicto: «Behin betiko». Una calle Autonomía abarrotada muestra el anhelo de pasar esta página para las personas aún presas.

Agustin Goikoetxea

La pancarta de Sare con el lema ‘Behin betiko’, portada por personas de muy diferentes trayectorias e ideologías, avanza a duras penas por el recorrido de la movilización de este sábado en Bilbo. La calle Autonomía se ha vuelto a llenar, esta vez para expresar la reivindicación de que ya es hora de sellar las consecuencias del conflicto, con tres claves: «Resolución, paz y convivencia».

Desde primera hora de la mañana, a pesar de la adversa climatología, las calles de la capital vizcaina se han ido llenado de gente que acudía desde todos los puntos de Euskal Herria para sumar su grano de arena en esta movilización anual.

Portan la pancarta de cabeza un grupo de personas representativo de la amplitud que ha tomado esta demanda: el histórico alcalde de Bergara José Luis Elkoro, Emilie Martin (Bake Bidea), el periodista Martxelo Otamendi, la activista vasca-saharaui Garazi Hach Embarek, la profesora de la UPV/EHU Arantza Aldezabal, la abogada Amaia Izko, el actor Patxi Bisquert, Eba Ferreira (Harrera)...

Donde más se plasma esta pluralidad es en el terreno sindical, puesto que en Bilbo están los principales sindicatos vascos con sus máximos representantes al frente. Antes de la marcha han hecho declaraciones Mitxel Lakuntza (ELA) e Igor Arroyo (LAB).

Arroyo ha reclamado que «termine toda medida de excepcionalidad» contra los presos y ha reclamado a patronal e instituciones públicas que posibiliten su «incorporación al mundo laboral». Por su parte, Lakuntza ha indicado que  «no hay en nuestra opinión ningún tipo de razón jurídica, política o social para mantener hoy una política de excepción penitenciaria». Además ha destacado «a necesidad de reconocer al conjunto de las víctimas del conflicto. Falta todavía por reconocer a muchas víctimas, sobre todo las víctimas que han sido causadas por el Estado y sus aparatos policiales».

En el espacio político las ausencias resultan más evidentes. Han enviado representación EH Bildu (con Arnaldo Otegi a la cabeza y el senador Gorka Elejabarrieta como portavoz ante los medios), EH Bai y Sortu. Antes de comenzar el recorrido, Elejabarrieta ha remarcado que «ha llegado el día de poner fin a todas las excepcionalidades» y solucionar «de forma integral y definitiva la cuestión de los presos Euskal Herria se merece un escenario sin presos», algo que «sería una gran aportación para la convivencia».

Los familiares de las personas presas (122 en el listado de Etxerat) caminan entre aplausos y gritos de ánimo, entre los que sobresale el de ‘Euskal presoak etxera’. En la pancarta están representados además por Rafael Larretxea. No ha podido asistir por enfermedad Rosa Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea, muerto por disparos de ETA.

Sobresale en la marcha la implicación de dirigentes políticos y sociales catalanes. Así, destaca la presencia del expresident de la Generalitat Quim Torra. También la de Lluís Llach, ahora máximo responsable de ANC. También está Xavier Antich, su homólogo de Òmnium Cultural. Las fuerzas políticas independentistas han traído a Bilbo delegaciones potentes: el diputado Josep Pagès por Junts, Diana Riba y Joan Ignasi Elena por ERC, Berta Ramis y Su Moreno por la CUP. También han querido arropar esta reivindicación con su presencia BNG y Més per Mallorca (está en la capital vizcaina su diputado Vicenç Vidal).

La marcha, encabezada por un grupo de zanpantzar, se ha puesto en marcha pasadas las 17.10 con miles de personas aguardando en las aceras la ocasión de incorporarse, y avanza hacia el Ayuntamiento, donde se realizará el acto final.

Como es costumbre, se he hecho una parada al llegar a la plaza Zabalburu para que los portavoces de los convocantes, Begoña Atxa y Joseba Azkarraga, hicieran declaraciones a los medios. Han descatado que «decenas de miles de personas se han vuelto a dar cita en Bilbo para reclamar que se respeten los derechos de los presos vascos, el fin de las vulneraciónes».

Ambos se han dirigido a la Audiencia Nacional española para recordar que «hace dos meses se aprobó la ley sobre el cómputo de penas, la AN no puede seguir retrasando su aplicación, se ha hecho mucho daño durante los últimos años, cumpliendo penas de más. Ya es la hora de aplicar la legislación, sin trucos».

También han instado al Departamento de Justicia del Gobierno de Lakua a agilizar las concesiones de tercer grado, en las que acumulan «un retraso considerable. Hay medio centenar de presas y presos que legalmente podrían estar en tercer gardo y no están».

Los representantes de Sare han advertido que «si no se cumplen estos derechos violveremos a convocar a la gente las veces que haga falta. Esto no está reñido con el necesario respaldo a todas las vícitimas».

La movilización ha vuelto a retomar su ritmo, y pasada la hora de caminata la cabecera ha llegado a las escalinatas del Ayuntamiento. Tocaba esperar a que fueran llegando a los alrededores del edificio consistorial las miles y miles de personas que caminaban por detrás, antes de dar inicio a la lectura del comunicado final.

Como preludio, los cantautores Gorka Knörr y Lluís Llach se han colgado sus guitarras para interpretar el ‘Txoria txori’ de Mikel Laboa.

Al término del recorrido, Azkarraga en castellano y Atxa en euskara han dado lectura al manifiesto final, en el que han agradecido su presencia a todas las personas que han acudido y a quienes «dicen alto y claro que sin resolver la situación de las personas presas, no hay ni habrá normalidad posible. Porque la resolución es la base de la convivencia. Solo eso nos acercará a una paz justa».

«Entre todos y todas desactivaremos las políticas vulneradoras de los derechos de las personas presas. Entre todos y todas, las traeremos a casa, junto con los exiliados y deportados. Vamos avanzando. Vamos cubriendo etapas. Sin duda, más lentamente de lo que quisiéramos, pero vamos bien: hace tiempo que dejamos atrás las vulneraciones de derechos a los presos y presas vascos que supusieron las políticas de alejamiento; las celdas de aislamiento; la permanencia en primer grado hasta el final de las condenas. Y la última victoria arrancada a quienes se empeñan en mantenerse en el bloqueo y la crispación, el fin del no computo de penas, que ha representado una de las mayores aberraciones jurídicas a las que se ha sometido a estas presas y presos», han enumerado.

«Nos toca continuar empujando»

No obstante, faltan etapas que superar, y los representantes de Sare han destacado que para ello «nos toca continuar empujando, y esto solo podemos hacerlo si caminamos juntos, si nos conjuramos para hacer frente a todos los obstáculos que nos pongan por delante».

Han remarcado que existen «excepcionalidades que aún se mantienen, y no solo las derivadas de legislaciones que se aprobaron hace más de 20 años, en épocas que nada tienen que ver con las que hoy vive la sociedad vasca, sino las practicadas en el día a día de la gestión penitenciaria. En lo concerniente a progresiones de grado, permisos penitenciarios u otros modelos de cumplimiento, el tratamiento aplicado a los presos y presas de motivación política es discriminatorio respecto a otras personas presas».

«Ya basta que ciertos ámbitos políticos, judiciales o algunos medios de comunicación se erijan en evaluadores de las conciencias de las de los presos y presas de motivación política. ¿Quiénes son ellos para dudar de la veracidad, sinceridad y alcance de las voluntades que de manera individual vienen haciendo personas con muchos años de prisión a sus espaldas?», se han preguntado.

«Decimos con rotundidad que los presos y presas vascos han dado, desde el año 2011, más pasos en favor de la paz y la convivencia que la derecha política y judicial española juntas», han certificado Azkarraga y Atxa.

«Tenemos que volver a recordar que ETA ya no existe. Que ETA tomo sus decisiones hace tiempo y que ya es hora de avanzar. De romper muros y desatar nudos. Es hora de la paz. De una paz que es mucho más que la ausencia de violencia. Que es una paz con derechos. El derecho a no olvidar nada de lo ocurrido en este País, pero, también, el derecho a poder construir la convivencia entre todos. Sin odios, ni revanchas», han añadido.

«Desde Sare tenemos muy claro que es necesario fortalecer el respaldo y apoyo a las víctimas de las violencias. De todas las violencias. Porque siendo las víctimas iguales en sufrimiento, son desiguales para las varas de medir políticas y judiciales. Exigimos el mismo reconocimiento a las miles de personas torturadas, asesinadas por las fuerzas de seguridad, el terrorismo de estado y los fascistas. E igualmente para las abusadas por el poder o la Guardia Civil y que no tienen el beneficio del reconocimiento, pero sí la garantía de ocultación e impunidad de sus perpetradores», han reclamado.

 




 

 

 

 

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Egaña | ¿Un Futuro Distópico?

Vivimos un presente distópico en donde se entremezclan Orwell y Huxley, en donde el público se preocupa más por las mansiones de estrellas rutilantes de Hollywood reducidas a cenizas que por la destrucción sistemática de Gaza con sus decenas de miles de personas asesinadas.

Y ya que estamos en el tema, recurramos a este texto de nuestro amigo Iñaki Egaña para reflexionar y analizar ahora que inicia el año en el Calendario Gregoriano:


¿Un futuro distópico?

Iñaki Egaña

Anuncia el año y acude un periodo de reflexiones, para cuadrar los próximos doce meses, elevar intenciones sanadoras y compartir espacios. Es lo habitual. Ya no nos acordamos de los guías y las previsiones que hacían aquellos líderes de referencia y los directores espirituales desaparecieron de la escena antes de descifrar el genoma humano y de que Stephen Hawking nos descubriera que somos marionetas en absorción retardada por agujeros negros. Las redes están plagadas de laboratorios de ideas y gabinetes estratégicos. Pero, ¿qué credibilidad tienen cuando ya no sabemos distinguir la verdad del engaño? Desde 2012 circula una cita de Albert Einstein, “temo el día que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo sólo tendrá entonces una generación de idiotas”. Certera frase, pero falsa en su autoría. Sus biógrafos la desmintieron hace tiempo y, sin embargo, sigue circulando. ¿En quién confiar, aunque sean banalidades?

En mi entorno, siempre hemos confiado en los nuestros. Un observador externo, lejano me diría, contemplando la trayectoria colectiva, que quizás en exceso. No es una ecuación que me preocupe. La relatividad se aplica no sólo en el cosmos, también en las relaciones. Cuando haces una elección asumes la misma. No somos de echar marcha atrás a las primeras de cambio. En eso el azar genético tiene mucha culpa, no ese de las mutaciones, sino el de surgir en un espacio determinado y con una cultura militante desarrollada. El contexto físico e histórico nos ha hecho ser como somos.

Pertenezco a una generación que creció con certezas. Muchas de las cuales, a tardía edad, las mantengo. Crecimos y llegamos al siglo XXI decididos a crear condiciones para el cambio, para la revolución. Generar hegemonías como repetía Gramsci, aguantar el tirón del neofascismo, hacerle frente si hace falta para que no se repita la historia, ni como tragedia, ni como farsa. Hay que, decía la izquierda abertzale hace más de dos décadas, modular un trabajo de hormiga (txinaurri) para fortalecer posiciones y trasladar el relevo a otras generaciones. Hay que cocinar a fuego lento que vendrá inevitablemente, lo escribía Marx, la caída del capitalismo ante la concienciación de la clase obrera. La paciencia estratégica es parte del proyecto emancipador, de acuerdo. Pero… ¿y si no tenemos tiempo?

La sociedad occidental corre a una velocidad endiablada. Estamos frente a una transformación brutal que ni siquiera somos capaces de adivinar. Y en ocasiones seguimos pensando en clave del siglo XX, aunque lo hagamos referenciándola en sus últimos años. Todavía hay quienes desde una nostalgia salteada de gotas románticas vuelven más atrás, a los tiempos de Humboldt y Lord Byron, Xaho y Larramendi. No tanto por recuerdo, sino por añoranza evocacional, espero que no social. Otros, en cambio, se sumergen entre los pasillos palaciegos de cuando nuestros antepasados formaban parte de un reino, cuando los fueros eran ley, incluso cuando la inscripción “domuit vascones” jalonaba las crónicas de los invasores como trofeo. Y otros que enfrentan el marxista “18 Brumario de Luis Bonaparte”, con la transformación digital de Silicon Valley o los experimentos neurobiológicos de la Universidad de Stanford, por no citar a los insurrectos de las redes que preparan la revuelta sentados cómodamente frente a pantalla de un ordenador. Esa expresión cantada por Los Chicos del Maiz, “La nostalgia es reaccionaria, la memoria revolucionaria” forma parte de mi decálogo personal.

Nuestra generación se bañó con la utopía, aquel término que describió el británico Thomas More en una arcadia con esclavos. Sueños de su época. Mientras la clase lectora, apenas un puñado generalmente de clérigos, leía sorprendida a More, Hernán Cortés y Pizarro provocaban una sarracina al otro lado del Atlántico de magnitudes espectaculares, con sus virus, perros, espadas y catecismo. Y hoy, la brecha sigue siendo similar. Mientras nos acogotamos en una sociedad dirigida por los chatbots de Inteligencia Artificial y llevamos a la peluquería a nuestras mascotas, 15 millones de sudaneses se han desplazado por la guerra y están en situación, vaya eufemismo, de inseguridad alimentaria. Decenas de miles de niños han muerto bajo las bombas marcadas por la estrella de David. Pero esa similitud tiene una ligera pero notable diferencia. Hoy, los dueños de aquella revolución que comenzó con los “puntocom”, se han hecho con el control de la economía, ergo de la política. Elon Musk catapultó a Trump. Y ahora se dirige a Inglaterra, Francia, Alemania… para hacer valer su poder. Algunos politólogos, a medio camino entre la filosofía, la conspiración y la ciencia, han señalado que el capitalismo ha muerto y que hemos entrado en la época del tecnofeudalismo. Porque quienes rigen nuestros destinos son en realidad el citado Musk, Zuckerberg, Huang o Bezos. De la política de la posverdad a la economía de la posverdad.

Esta reflexión ha alimentado la idea de un futuro catastrofista, distópico. Una percepción que conlleva desmovilización, individualismo, el ascenso del nihilismo y el refugio, a veces, en que tiempos pasados fueron mejores. La nostalgia. Un concepto, por cierto, bien diferente a su significado en euskara, Herri mina. Si el futuro está sellado ¿para qué luchar? Oteiza decía al final de su vida (y esta cita es cierta), cuando desamparado dejó su legado al pueblo de Navarra y creó el museo en Azuza, que su desgracia había sido creer en la utopía. Es lo que tienen los juicios coyunturales. En cualquier mundo, escenario, futuro, siempre habrá motivos para luchar porque la estructura social ha sido y es tremendamente injusta. “Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”. Lo escribió Eduardo Galeano. Y esta cita cierta también, es la que pende en la entrada de mi casa, la que defendía Gabriel Aresti, junto al tradicional “Ongi etorri”.

 

 

 

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viernes, 10 de enero de 2025

Entrevista a Joseba Azkarraga

En vísperas de la movilización anual de enero en favor de los presos políticos vascos les compartimos esta entrevista que Joseba Azkarraga ha proporcionado a Naiz:


«Ya está bien, los presos ya han cumplido bastante y hay que sellar este conflicto»

Joseba Azkarraga | Portavoz de Sare | La satisfacción de Sare por las puertas que se van abriendo se combina con una exigencia creciente en el discurso de Joseba Azkarraga, porque «ya está bien», repite en varios momentos. En 2025 ya basta de vulneraciones de derechos y leyes excepcionales, remarcarán este sábado en Bilbo.

Ramon Sola

Empecemos por hacer balance del año. ¿Qué destaca positiva y negativamente?

Sin duda hemos avanzado mucho en los dos o tres últimos años. Parece un tiempo lejano ya cuando dejamos atrás la política de alejamiento con el alto coste humano que ha tenido, o las crueles celdas de aislamiento, o el cumplimiento en primer grado hasta el último día de las condenas. Pero vamos más lentos de lo que se debería.

La supresión del doble cómputo es la gran novedad de los últimos meses, ¿qué valor tiene?

Ha permitido restablecer la normalidad vulnerada por las Cortes Generales, pero por el camino se han cometido muchas injusticias. ¿Quién compensa a más de quince personas que cumplieron condena durante estos diez últimos años [desde 2014] por encima de los límites de cumplimiento debidos? Y a día de hoy 52 de estos presos y presas se encuentran en la cárcel en fases iniciales de cumplimiento, sin derecho a permisos o al tercer grado, porque las condenas impuestas en Francia no se han contabilizado, cuando muchos de ellos llevan en prisión de manera ininterrumpida desde los primeros años de este siglo.

La reforma se intentó sabotear en el último momento y ahí el PSOE se vio abocado a reconocer que se trataba de una excepcionalidad flagrante...

Es que es así, se ha recompuesto una normativa europea. Y hay que subrayar aquí que con esta modificación a los presos no se les regala nada. No se les reducen las condenas. Solo se hace algo tan lógico como evitar que cumplan privación de libertad por encima del límite marcado en el artículo 76 del Código Penal sobre criterios de acumulación.

Pidieron agilidad en la aplicación de esta reforma. ¿Estamos en plazo o hay que empezar a preocuparse?

Con la Audiencia Nacional siempre hay que preocuparse. La aplicación corresponde a diferentes secciones de la Sala de lo Penal. Pedimos que no se retrase arteramente la aplicación, porque la ley de 2014 generó daños y perjuicios que no se deben repetir y porque cada día que pasa sin que se enmiende aquel error es un día en que el daño se prorroga. Desgraciadamente, parece que hay que recordar continuamente a determinados órganos judiciales y a ciertos sectores de la judicatura que las leyes aprobadas en los parlamentos son de obligado cumplimiento. Este es un motivo más para llenar las calles de Bilbo el día 11, llenarlas de esperanza y de reivindicación. Estamos hablando de derechos, de derechos humanos.

También Lakua tiene deberes con esta reforma…

Sí. Estos 52 presos y presas van a ver su posición jurídico-penitenciaria claramente mejorada, muchos de ellos se situarán en niveles de cumplimiento que les permitan acceder al tercer grado o incluso la libertad condicional. Lo que harán en realidad es recuperar la situación que les hubiera correspondido hace diez años y que se les hurtó con aquella enmienda del PP en el Senado contra la directiva europea. En ese contexto la Administración penitenciaria vasca, en sus diferentes niveles, de Juntas de Tratamiento a Viceconsejería de Justicia, debe entender que la trayectoria penitenciaria hacia la libertad estaba retrasada de modo adulterado. Toca tomar decisiones claras y urgentes. Se frenó su camino hacia la vuelta a casa y ahora, una vez corregida la injusticia, toca acelerarlo.

¿Este logro debería abrir paso al debate sobre la principal ley de excepción, la 7/2003?

Tiene que ser un objetivo, porque además son ya muchos años de aplicación. Es una aberración que se mantengan leyes de excepción aprobadas en momentos que nada tienen que ver con los que hace años vive la sociedad vasca. Esta ley de 2003 obliga a cumplir condenas durante 40 años, supone una cadena perpetua encubierta y causa estragos en la salud física y síquica de la persona que lo padece. Los especialistas médicos están alertando de ello: una privación de libertad por encima de 20 años es irreversible en términos de salud.

El Departamento de Justicia de Lakua, y con ello la gestión penitenciaria, ha cambiado de manos también este año, del PNV al PSE. El nuevo discurso pone más énfasis en el arrepentimiento, ¿en la práctica también hay cambios?

Desde que el PSE administra las cárceles de la CAV se han aprobado once progresiones a tercer grado. Ninguna ha sido recurrida por la Fiscalía. Salvo que se considere que la Fiscalía y el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria están traicionando a las víctimas, a la unidad de España o cualquier otra mandanga por el estilo, este hecho refuerza la idea de que son decisiones conforme a Derecho. Y de paso descalifica las posiciones intransigentes.

En general, a los nuevos responsables les pedimos que tengan como norte el Modelo Penitenciario Vasco, un modelo aprobado por el Parlamento de Gasteiz, que apuesta por cumplir las penas de prisión en régimen de semilibertad y en consecuencia por facilitar la resocialización. Esta forma de cumplimiento no solo es beneficiosa para las personas presas sino para el conjunto de la sociedad.

En el último balance que hicieron en verano, destacaron los avances en progresiones pero constataron que era aún un porcentaje pequeño porque cerca de un centenar debería estar pisando la calle de uno o otro modo. ¿Cuál es la fotografía actual, tienen datos?

Sí. A día de hoy 39 presos y presas (37 en la CAV y dos en Nafarroa) estarían en condiciones de ser propuestos para progresión a tercer grado por haber cumplido la mitad de condena. Si le sumamos los que se verán afectados positivamente por la modificación de la ley 7/2014 [doble cómputo] serían 10 más. O sea, 49 en total. De ellos, además, 25 han cumplido dos tercios o tres cuartos de condena, por lo que les correspondería la libertad condicional. Insisto por tanto en que la Administración penitenciaria vasca tiene asignaturas pendientes importantes que tienen que ver con el Modelo Penitenciario Vasco. Si actúan de esta forma, apoyaremos esa gestión. Si no lo hacen, lo denunciaremos.

La cuestión de las víctimas siempre ha estado en la filosofía de las movilizaciones de Sare, algunas de ellas participan en las manifestaciones. Al resto, a los colectivos contrarios, les dijeron en agosto que «no puede haber satisfacción para las víctimas fuera del Derecho»…

Es que la aplicación de las leyes no puede condicionarse a circunstancias externas: ni a estas presiones, ni a las de medios de comunicación, ni a intereses partidistas… ¿En qué se traduce esto? En que si la ley dice que los permisos son posibles desde un cuarto de la condena cumplida, no es de recibo que se atrasen casi hasta el final. No es de recibo posponer el acceso a tercer grado, que cabe con la mitad de condena cumplida. O la libertad condicional, con tres cuartos. Exigir cumplimientos mayores a los previstos por la ley es contrario a cualquier principio legal básico y lesiona derechos de las personas presas.

Dicho esto, nuestro apoyo y respeto a todas las víctimas de todas las violencias vividas en este país es total. Para todas. No tiene por qué ser más doloroso para una madre la muerte de un hijo víctima de ETA que para otra la muerte de un hijo víctima del GAL o de la Guardia Civil. Sigue habiendo varas de medir diferentes en ello. Autocrítica, toda la haga falta. Pero todos. Si no, estaremos cerrando en falso un capítulo terrible de nuestra Historia.

¿Desde Sare tienen algo que decirles a las personas presas?

No, desde 2011 han dado más pasos en favor de la paz y la convivencia que la derecha política y la judicatura española juntas. Es verdad que a veces se plantea la exigencia de arrepentimiento para acceder a progresiones, pero desde Sare lo tenemos que decir con mucha claridad: eso no está recogido en las leyes y por tanto exigirlo quebranta el principio de legalidad. Y otra cosa: esos agentes contrarios no están legitimados para dudar de la sinceridad o veracidad de la voluntad manifestada por los presos de dar pasos a favor de la convivencia. ¿Es que tienen algún título universitario de evaluadores de conciencias ajenas? El Derecho no hizo para salvar almas, sino para ordenar la convivencia.

El hecho de que el número de presos vaya bajando y algunas situaciones se encarrilen, ¿diluye inevitablemente el ánimo movilizador? ¿Qué les dice a quienes piensen que igual este año no ven tan importante acudir a Bilbo?

Les recordaría que estamos hablando de la libertad de las personas. De hombres y mujeres que llevan muchos años privados de ella. Como decía recientemente el magistrado emérito Martín Pallín, «ya está bien, han cumplido suficiente». La edad media de estos presos está en unos 50 años. La inmensa mayoría lleva cumplidos más de 20, algunos han pasado de 30… Por tanto, a muchos se les pueden aplicar otros modelos de cumplimiento de penas, ¿a qué están esperando? ¿Por qué seguir dilatando esto?

‘Behin betiko’ es el lema. ¿Qué acogida ha tenido? ¿Engancha con un deseo general de solucionar esta cuestión?

Sí. Es que ya está bien, ya han cumplido lo suficiente, hay que cerrar este conflicto, hay que sellar sus consecuencias: la situación de los presos y la situación de las víctimas. Es necesario poner fin a una vulneración de derechos, la mayoría llevan más de 20 años de privación de libertad y hoy no tendrían por qué estar cumpliendo la condena dentro de una celda sino que podrían hacerlo con otros modelos de cumplimiento. Y esto es bueno no solo para los presos y sus familias, sino también para la propia sociedad vasca.

Lasterbidean o Hatortxu cierran sus ciclos. Sare acaba de cumplir diez años, ¿con qué ánimo y voluntad?

Es cierto que se han cumplido capítulos finales en vulneraciones de derechos, pero hasta que no salga el último preso tendremos este conflicto abierto y se perjudicará la convivencia ciudadana. Ojalá todo esto tuviera fecha de caducidad cercana, nos encantaría que fuera en 2025, pero para seguir avanzando la única receta es insistir. Y los avances dependerán de la capacidad de movilización, que siempre genera cosas.





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Al Inicio de 1932

Desde la página de Facebook titulada Casa del Pueblo Gijón traemos a ustedes un recuento de lo ocurrido en los albores de 1932 tanto en suelo catalán como en suelo riojano.

Lean ustedes:


Año nuevo de comunismo libertario

Huelga revolucionaria del Alt Llobregat y protestas de Arnedo en la Rioja en 1932
 
Todo Por Hacer

El año 1931 finalizaba en España tras haberse llevado de un plumazo a la carcunda monarquía borbónica, e instaurándose una República española que prometía reformas políticas y una sustancial mejora para las condiciones de vida de la clase trabajadora. Sin embargo, los políticos e intelectuales de clase media rápidamente vendieron como mejoras en medios republicanos afines algunas cuestiones que suponían pinceladas y que no pretendían subvertir el régimen caciquil, tradicionalista y de explotación instaurado. Las zonas rurales con miles de jornaleros concienciados ansiaban verdaderos cambios estructurales y una reforma agraria profunda. Si no llegaba mediante legislaciones a través de la movilización social del pueblo, las comunidades rurales de trabajadores no dudaban ni un instante en tomar las tierras en posesión de grandes terratenientes y trabajarlas colectivamente.

En este contexto social y político surgen dos levantamientos obreros en enero de 1932; uno en la comarca de L’Alt Llobregat en Catalunya, y otro en el pueblo riojano de Arnedo, bajo la resolución de la República de aplastar estas reivindicaciones jornaleras con represión policial. La mejor herramienta que tenían de hacer triunfar la emancipación popular es mediante el concepto que instituyó el anarcosindicalista Juan García Oliver, y que practicaron miles de obreros en todos los rincones del país, la «gimnasia revolucionaria». Ya a finales de abril de 1931, recién instaurado el régimen republicano español, el anarquista ucraniano Néstor Mahkno desde su exilio parisino aconsejaba lo siguiente en una carta a los anarquistas españoles como predicción de lo que sucedería en los inmediatos años:

‘El proletariado español debe unirse y desplegar la mayor energía revolucionaria para dar lugar a una situación en la que la burguesía no tenga oportunidad para oponerse a la conquista de la tierra, las fábricas y de las libertades completas; situación que cada vez sería más amplia e irreversible. Es crucial aplicar todas las energías para garantizar que los trabajadores españoles entiendan que si permanecieran inactivos y limitándose únicamente a aprobar resoluciones sin ningún buen resultado, estarían haciéndole el juego a los enemigos de la revolución, dejándoles ir a la ofensiva, dándoles tiempo y, como corolario, dejándoles sofocar la revolución en marcha.’

Y fue eso precisamente lo que se fraguó en los breves años de la Segunda República hasta julio de 1936, la tibieza con la que se trató desde las instituciones públicas al fascismo, a la burguesía fabril y terrateniente y los sectores reaccionarios de la sociedad, propició el crecimiento y la conspiración de esa ultraderecha autoritaria contra las clases populares que estaban más fuertemente organizadas que nunca. Un ejemplo de cómo las democracias liberales, lejos de resultar un cortafuegos para el fascismo, ingenuamente le otorgan un valioso espacio de construcción de su proyecto de terror contra los sectores marginalizados; exactamente la misma historia en la que nos encontramos sumidos en la actualidad. La Segunda República española obtuvo un apoyo social en decrecimiento continuado. Las élites nunca la apoyaron por ser un régimen demasiado reformista para sus férreos intereses explotadores, y las clases populares fueron desilusionándose rápidamente viendo que suponía más de lo mismo: represión política y falta de soluciones a problemáticas básicas de una vida digna.

A los sucesos que vamos a explicar le antecede el enfrentamiento en el municipio de Castilblanco, en la provincia de Badajoz, el 31 de diciembre de 1931 entre los campesinos de la localidad y los guardias civiles. Un pueblo inspirado en el espíritu literario de Fuenteovejuna, que se levantaba en contra de las condiciones inhumanas en que vivían los jornaleros extremeños y contra la brutalidad de la Guardia Civil. La tensión generada por los sucesos de Castilblanco fueron influyentes en el levantamiento de Arnedo el 5 de enero de 1932.

Los sucesos de Arnedo en La Rioja | El asesinato de once obreros por la Guardia Civil

En la semana en que se inició el nuevo año 1932 hubo levantamientos en otros municipios al calor de los acontecimientos en Castilblanco; concretamente en Zalamea de la Serena (Badajoz), en Épila (Zaragoza), y en Jeresa (Valencia), con manifestaciones que acabaron en enfrentamientos con la Guardia Civil. Pero sin duda el más importante sucedió el martes 5 de enero en la localidad de Arnedo, en La Rioja, con poco más de cinco mil habitantes, dedicados mayoritariamente al campo y la fabricación artesanal. En este municipio la empresa de calzado de la familia Muro, concretamente Faustino Muro, quien tenía fama de patrón autoritario y caciquil, había despedido a algunos obreros, y se inició una huelga convocada por el sindicato UGT. Ese día se reunieron en el Ayuntamiento el alcalde, algunos concejales, el Gobernador civil y el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, donde tras largas conversaciones se estaba decidiendo ante las presiones populares la readmisión de los obreros despedidos.

En la plaza de la República del municipio se congregó una gran cantidad de trabajadores en huelga por solidaridad con sus familias y otros vecinos que acompañaban a los delegados sindicales que se reunirían en el Ayuntamiento con las autoridades para firmar la readmisión de los obreros en otras fábricas del pueblo. La tensión era evidente porque el propietario de la empresa de calzados había comentado que cerraría la fábrica antes que acceder a la admisión de los despedidos. Al aparecer la Guardia Civil para apostarse junto al consistorio municipal tanto en el zaguán como en los soportales del edificio, los vecinos reunidos en manifestación irrumpieron en gritos contra ellos llamándolos ‘lacayos del capitalismo’ y exigiendo la disolución del cuerpo.

Los veinticinco guardias civiles que se encontraban en la plaza al mando de un único teniente abrieron fuego contra la multitud sin lanzar ninguna clase de advertencia previa. Según las propias fuentes orales, la refriega comenzó por el forcejeo de un obrero que defendió a su hija de quince años de edad, de la agresión que había sufrido de un guardia civil. Se realizaron al menos tres descargas de munición contra los manifestantes congregados.

Los disparos no cesaron hasta que el Comandante de la Guardia Civil que se encontraba en el Ayuntamiento bajó a la calle y ordenó al teniente que dejaran de disparar. El pueblo de Arnedo vivió trágicamente la víspera del día de Reyes, quedando en el suelo los cuerpos asesinados por las balas del terror benemérito. En el instante de los sucesos fueron cuatro mujeres muertas, entre ellas una anciana de 70 años de edad, un niño de 4 años, y un hombre. Sin embargo, en los días siguientes se alcanzó la cifra total de once muertos, con un balance de 45 heridos, de los cuales cinco quedaron mutilados para el resto de sus vidas. El impacto en la opinión pública fue enorme. El diario Ahora de Madrid sacó en su portada el 7 de enero la fotografía del bebé de pocos meses alcanzado por una bala y envió a Arnedo a varios periodistas, entre los que se encontraba Manuel Chaves Nogales, a cubrir la noticia. En los días siguientes el periódico publicó un extenso reportaje fotográfico que incluía imágenes del hospital con los heridos del pueblo.

El motor de estos sucesos, y por lo tanto, autor moral de los mismos, fue la ideología caciquil instaurada en la sociedad rural española, y la venganza de un cuerpo represivo como la Guardia Civil. Y aunque las simpatías en contrapuesta por la Guardia de Asalto republicana crecían al calor de estos acontecimientos, un año después en la insurrección libertaria en Casas Viejas, quedaría patente que ningún cuerpo policial permitiría la emancipación de los obreros. El General Sanjurjo, máximo responsable de la Guardia Civil en ese momento, y que protagonizaría en agosto de 1932 un intento de golpe de Estado, fue destituido de su cargo, aunque se le otorgó la dirección del Cuerpo de Carabineros. Sanjurjo echó la culpa a los Ayuntamientos socialistas, donde se había metido “lo peor de cada casa”, gente “indeseable” que “fomenta el desorden, amedrenta a los propietarios, causa daños en las propiedades y ha de chocar necesariamente con la Guardia civil”; declaraciones que evidencian la ideología interna del cuerpo de la Guardia Civil y su oposición frontal a los movimientos obreros. Un tribunal militar en enero de 1934 juzgó en Burgos al teniente de la Guardia Civil que ordenó disparar en Arnedo, y fue absuelto del delito de homicidio y lesiones por imprudencia temeraria por falta de pruebas para apreciar que hubiera incurrido en tal delito, y argumentando la misma circunstancia para los guardias civiles que llevaron a cabo los disparos.

Huelga en el Alt Llobregat, la semana en que triunfó el comunismo libertario en Fígols

La insurrección libertaria del Alt Llobregat fue la primera de las tres insurrecciones generales auspiciadas por la CNT en el periodo de la República española antes de la Revolución Social de 1936. Sucedió durante varios días en la segunda mitad del mes de enero de 1932 en los pueblos de la comarca del Berguedà entre el río Llobregat y su afluente el río Cardener. El arraigo de las sociedades obreras catalanas adheridas a la Asociación Internacional de Trabajadores tenía ya varias décadas de una práctica de numerosas asociaciones que propugnaban el antiestatismo y una sociedad sin clases. El capitalismo había llegado a esta comarca en forma de explotación en colonias fabriles de tejidos principalmente y en la industria minera. En estas colonias obreras, los patrones trataban de controlar las relaciones sociales de sus trabajadores, y evitar su sindicación a través de la amenaza de perder sus empleos, y por lo tanto las viviendas en que habitaban junto a los centros fabriles con sus familias.

El domingo 17 de enero de 1932 se convoca una huelga en el municipio de Berga, que se extenderá al día siguiente a otras localidades de la comarca, entre ellas el pueblo de Fígols, donde las mujeres del textil y los mineros de Sant Corneli inician la huelga para que sean respetados los acuerdos salariales alcanzados. La huelga será un éxito, y el paro total. Pero la huelga tenía un programa propio en este municipio, tornó en una huelga revolucionaria impulsada por colectivos anarquistas. De una asamblea entre hombres y mujeres del municipio surge el acuerdo de proclamar el comunismo libertario para barrer a los patrones industriales de la comarca. La CNT decide apoyar la iniciativa de los trabajadores insurreccionados; se desarma a la Guardia Civil y al Somatén (policía rural catalana), se cuelga la bandera rojinegra del Ayuntamiento de la localidad, se abole la propiedad privada y se asegura el abastecimiento de alimentos. Incluso el miércoles 20 de enero de 1932 se convocaron unas elecciones populares por sufragio universal para constituir la comuna libre de Fígols en la que fueron elegidos un delegado general junto a otros ocho delegados representativos. La tendencia revolucionaria de la huelga, sin embargo, no triunfa completamente en Berga o en Manresa, pero sí que fue un éxito en pueblos como Sallent, Cardona, Balserany o Súria.

Pocos días después no tarda en llegar la represión por parte del gobierno republicano a la comarca enviando al Ejército al mando del General Batet desde Barcelona y refuerzos de la Guardia Civil desde Zaragoza. Estos remontarán el río ocupando los distintos pueblos insurreccionados, y en concreto a Fígols llegarán el domingo 24 de enero, donde los mineros no pudieron presentar resistencia debido a la inmensa capacidad armamentística de los cuerpos represivos. Decidieron volar el polvorín de dinamita y huir a las montañas, de hecho algunos grupos de mineros serán detenidos en las montañas en los días siguientes. La represión por alzarse contra el orden industrial capitalista salió cara: un centenar de deportaciones al Sáhara y Guinea de algunos revolucionarios, entre ellos Buenaventura Durruti o el futuro guerrillero Ramón Vila ‘Caracremada‘, la prisión para numerosos anarcosindicalistas, prohibición de sindicatos y periódicos obreros. Entre otros diarios anarquistas quedaron clausurados ‘Solidaridad Obrera’ hasta el 4 de marzo de 1932, y también ‘Cultura y acción’, que no volvería a reaparecer hasta la primavera de 1936. Sin embargo, el periodista Eduardo de Guzmán describe muy bien en sus crónicas publicadas en el diario madrileño ‘La Tierra’, en los días 26 y 27 de enero, y en el semanario ‘Tierra y Libertad’, en sus números 50 y 51 del 6 y el 13 de febrero de 1932, respectivamente, la organización de los municipios en esta semana de comunismo libertario en L’Alt Llobregat.

La CNT organizó una gran campaña de protesta debido a las deportaciones, culminando con una huelga general el 15 de febrero de 1932. El secretario general de CNT, Ángel Pestaña, del sector treintista (o moderado), se entrevistó con el ministro de Gobernación, Casares Quiroga, y el presidente del gobierno, Manuel Azaña. No logró más que corroborar la posición inamovible del gobierno republicano en defensa de las élites y una estructura jerárquica que no permitiría ninguna emancipación obrera, y que acusaba al propio anarcosindicalismo de la represión. Se iniciaba una división entre el sector treintista de corte sindicalista, bajo su creencia de que en un marco de legalidad para la CNT y el movimiento libertario podrían construir de mejor manera una ‘presión política’ y alcanzar un punto donde la Revolución Social adquiriera mayor viabilidad. Y por otro lado, el sector faísta en la CNT, que auspiciaba un choque social inevitable con las fuerzas de poder y alcanzar mediante la acción directa la justicia social. Seguramente ambas tácticas de lucha libertaria aplicadas convenientemente en contextos y situaciones particulares distintas podían favorecer decantar la balanza hacia el lado de las clases populares; sin embargo los sucesos violentos contra el pueblo trabajador y el avance del fascismo preparaban el terreno por sí mismo para la Revolución Social en 1936.

 

 

 

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jueves, 9 de enero de 2025

Mujica Cierra Ciclo

Aunque nos ha causado uno que otro desencanto con sus decisiones, no dejamos de tener cariño por Pepe Mujica, digno representante de la diáspora vasca uruguaya.

Aquí les compartimos la cobertura de Naiz con respecto a su reciente anuncio involucrando su delicado estado de salud:


Pepe Mujica: «Se terminó mi ciclo. Me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso»

José ‘Pepe’ Mujica, expresidente de Uruguay, ha anunciado que el cáncer que le fue descubierto en el esófago se ha extendido al hígado y que su cuerpo ya no aguanta. «Lo que pido es que me dejen tranquilo. Se terminó mi ciclo hace rato. Me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso».

El expresidente de Uruguay José ‘Pepe’ Mujica ha informado en una entrevista con el semanario local ‘Búsqueda’ de que el cáncer que le fue descubierto en el esófago ahora se le ha expandido al hígado y ha asegurado que se está «muriendo».

«El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta», ha afirmado.

Asimismo, ha anunciado que no dará más entrevistas y que no se hará ningún nuevo tratamiento. «Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me acosen con entrevistas al pedo ni nada más. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso», ha enfatizado quien fuera presidente de Uruguay en el período 2010-2015.

Por otro lado, Mujica ha aprovechado la oportunidad para despedirse de sus «compañeros» y de sus «compatriotas».

Según ha confirmado a Efe, su doctora personal, Raquel Pannone, dará una conferencia de prensa en la que facilitará más detalles de la salud del exmandatario. El 29 de abril del año pasado, Mujica anunció en una rueda de prensa que tenía un tumor en el esófago.

«Necesito informarles que el viernes pasado concurrí al (centro médico) Casmu a hacerme un chequeo en el cual se descubrió que tengo un tumor en el esófago, que es algo obviamente muy comprometido y que es doblemente complejo en mi caso, porque padezco una enfermedad inmunológica hace más de 20 años», dijo ese día el expresidente.

Poco tiempo después, apuntó que el tumor era maligno y debía tratarse con radioterapia, procedimiento que se llevó a cabo en Montevideo.

En septiembre tuvo que ser intervenido por tener dificultades para alimentarse. Asimismo, el pasado 27 de diciembre, el expresidente fue sometido a una intervención quirúrgica en la que le colocaron con éxito un stent en el esófago. «Lo hicimos hoy porque la situación lo requería en este momento. Esto le va a permitir seguirse alimentando por vía oral», dijo Pannone tras la intervención.

Su última aparición pública fue en el final de campaña del Frente Amplio, en una intervención con sabor a despedida que ya se califica de histórica y que hizo derramar muchas lágrimas. Fue un canto a la lucha, a la esperanza y también a la educación.




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miércoles, 8 de enero de 2025

¿Y Carlos de Trastámara?

El muy cutre españolismo de los representantes del PP y de Vox ha quedado expuesto por su fallido intento por cambiar el sentido histórico del premio Príncipe de Viana.

Aquí lo que nos informa Naiz:


Solo el PP y Vox apoyan cambiar la denominación del premio Príncipe de Viana por «Princesa»

Solo el PP y Vox han apoyado la propuesta de cambiar la denominación del premio Príncipe de Viana por «Princesa», en referencia a Leonor de Borbón. El resto de los grupos les ha recordado que se refiere a Carlos de Trastámara, el nieto de Carlos III el Noble, rey de Nafarroa.

El Parlamento navarro ha rechazado una moción que proponía modificar el nombre del premio Príncipe de Viana por el de «Princesa de Viana», celebrar el acto de entrega del galardón en el Monasterio de Leire e invitar a la Familia Real española.

El texto, propuesto por el PP en comisión, solo ha contado con el respaldo de Vox, mientras que UPN ha apoyado la invitación de la Casa Real, pero no el cambio de nombre, y PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin lo han rechazado en su totalidad.

La parlamentaria del PP Irene Royo ha recordado que, desde la creación del Premio Príncipe de Viana, «estuvo ligado a la figura de don Felipe de Borbón, quien desde 1993 fue el encargado de entregar el galardón»

«Con la presencia de la Corona esa ceremonia lograba tener una proyección nacional [española]», ha asegurado, una visibilidad que ha perdido desde que en 2015 se decidió no volver a invitar a miembros de la Casa Real a la entrega del galardón, según Royo.

«Esta nueva forma de organizar el premio, más íntimo, no trasciende de las mugas forales, por lo que no sirve para poner en valor a Navarra en el exterior», ha denunciado.

Asimismo, ha apuntado que el premio, en la actualidad, «poco interés puede tener para los que viven fuera del territorio de nuestra Comunidad Foral si no hay en él otros motivos de atracción».

Maite Nosti, de Vox, ha defendido que «el premio, que tenía prestigio nacional [español], e incluso europeo, ha sido denostado» y ha denunciado que «se ha intentado desacreditar tanto al galardón como a la monarquía española», calificando ese hecho como «una estupidez».

Lecciones de historia

Por parte de UPN, Javier Trigo ha apuntado que el premio Príncipe de Viana «nace con el propósito de poner en valor la figura de Carlos III el Noble, que fue quien lo creó en favor de su nieto, Carlos de Trastámara».

«La denominación del galardón no está vinculada a la persona que ocupe el trono en el Reino de España», ha dicho, pero ha lamentado que, «desde que no vienen los reyes, ha tenido muy poca repercusión».

Ibai Crespo (PSN) ha coincidido en que «el premio Príncipe de Viana no está vinculado a un reconocimiento de la monarquía, sino que toma el nombre del príncipe Carlos de Viana por su labor de mecenazgo de la cultura, una figura relevante de nuestra historia como persona que impulsó las artes».

Además, ha destacado la oportunidad de promoción turística que ofrece el cambio de ubicación anualmente: «¡Qué mejor promoción hay que otorgar el premio de la cultura en diferentes entornos patrimoniales que tiene nuestra tierra para darlos a conocer!».

Mikel Zabaleta, de EH Bildu, ha calificado la moción como «un despropósito» y ha subrayado que «el premio está ligado a Carlos de Viana, no a Felipe de Borbón». Ha opinado que es «un intento de disolución de la identidad navarra en España, un intento de borrar lo que fuimos y lo que somos» y ha reivindicado que «somos republicanos y los Borbones no son bienvenidos a Navarra».

Desde Geroa Bai, Itxaso Soto ha criticado que «el intento del PP por feminizar este premio está muy lejos de conseguirlo y dista de darle la relevancia suficiente al género femenino» y ha recordado que «el homenaje a los reyes de Navarra que se celebraba en Leire conjuntamente a la entrega del premio Príncipe de Viana con los monarcas españoles debe ser un acto independiente».

Daniel López, de Contigo-Zurekin, ha subrayado que «el nombre no depende de un título nobiliario hereditario sino de una persona concreta, el nieto de Carlos III, que destacó por su dedicación al arte». Ha destacado que «uno de los grandes cambios que ha habido es que sea un premio territorial».




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Elordi y Scott

Desde la diáspora vasca felicitamos al actor vasco-australiano Jacob Elordi por su consolidación como actor.

Esto con respecto a su nuevo proyecto cinematrográfico de la mano de Ridley Scott lo ha dado a conocer Naiz:


El actor de origen vasco Jacob Elordi protagonizará la próxima película de Ridley Scott

El actor de origen vasco Jacob Elordi protagonizará la próxima película de Ridley Scott, ‘The Dog Stars’, ya que el principal candidato, Paul Mescal (‘Gladiator II’), tenía problemas de agenda para asumir este compromiso, según informe ‘Variety’.

Tras protagonizar ‘Gladiator II’ en el papel de Lucio, Paul Mescal iba a volver a rodar a las órdenes de Ridley Scott en uno de sus próximos proyectos, ‘The Dog Stars’. Pero parece ser que la apretada agenda del actor no lo permitirá y según las últimas informaciones, será el actor de origen vasco Jacob Elordi quien ocupe su lugar en la cinta.

Según informa ‘Variety’, el actor de ‘Euphoria’ y ‘Priscilla’ ya está en conversaciones para protagonizar el filme de Scott, una cinta de ciencia ficción en la que una pandemia ha arrasado el planeta y que será el siguiente que el cineasta aborde después del biopic de los Bee Gees que prepara para Paramount.

Inicialmente, el papel de esta aventura postapocalíptica iba a recaer sobre Mescal, pero el protagonista de ‘Aftersun’ ya tenía en su horizonte las películas sobre los Beatles que dirigirá Sam Mendes y en las que se rumorea que encarnará a Paul McCartney, por lo que Scott era consciente de que su participación en ‘The Dog Stars’ no estaba asegurada.

Proyectos de Elordi

Por otro lado, cabe decir que Elordi tampoco cuenta con una agenda precisamente despejada y es que el intérprete tiene pendiente de rodar la última temporada de ‘Euphoria’, así como la adaptación del clásico de Emily Brontë ‘Cumbres borrascosas’, que protagonizará junto a Margot Robbie. Dirigida por Emerald Fennell, está previsto que la cinta comience su producción en la primera mitad de este año.

Si finalmente Elordi llega a un acuerdo para ocupar el lugar de Mescal en ‘The Dog Stars’, el actor encarnará a Hig, un piloto que sobrevive a una mortal pandemia y se debe enfrentar a unos carroñeros llamados segadores en un mundo posapocalíptico.

Basada en la novela de ciencia ficción La constelación del perro, escrita por Peter Heller, la cinta de Scott contará con un guion de Mark L. Smith (‘Twisters’, ‘El renacido’) y Christopher Wilkinson (‘Géminis’).




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sábado, 4 de enero de 2025

Egaña | 2025, Retos, Temores y Recuerdos

Nuestro amigo Iñaki Egaña nos invita a la reflexión de inicio de año en el Calendario Gregoriano con este texto, mismo que ha publicado en su perfil de Facebook:


2025, retos, temores y recuerdos

Iñaki Egaña

Comienza el segundo cuarto del siglo XXI con augurios de diferente calado, según el prisma. Los gurús, como Goldman Sachs y J. P. Morgan, a los que la elite corporativa da pábulo, prevén un crecimiento económico sostenido para EEUU, un estancamiento de la Unión Europea, por los elevados costes energéticos que arrastran Alemania y Francia, una desaceleración de China por el aumento de los aranceles, y una escalada de las economías emergentes. Pero sus predicciones tienen calor bursátil y especulativo en exclusiva y desde la crisis de las subprime que vieron pasar sin pestañear al menos públicamente, su credibilidad nos deja bastante fríos. La colonización planetaria tiene siglos de recorrido. Su vigencia, a pesar de esos 193 estados que componen Naciones Unidas, y esas decenas que aspiran a la soberanía política, está presente en todos y cada uno de los análisis que realizamos desde este llamado Occidente. Personalidad principal, con destellos de supuesta progresía, y adjudicación subordinada al resto de la humanidad.

Quienes intentamos voltear históricamente el injusto estado del mundo y revertir las injusticias, las predicciones suelen ser de otro calado. También nuestra visión planetaria, ubicados en este pedazo de tierra cada vez más finito. No voy a aludir a aquel factor humano que elevó a Maurice Castle de la novela a la metáfora Graham Greene porque esa cuestión está permanentemente abierta. ¿Quién es capaz de asegurar que no habrá una confrontación nuclear? ¿Permitirá el Tío Sam un escenario multipolar? Aquellos que siguen a los citados auguran una bajada en las migraciones, pero se refieren a los efectos de las medidas establecidas por la administración de Washington. Según la OIM (Organización Internacional sobre la Migración), la población desplazada es cercana al 4% de la mundial. Y sigue en aumento. Cambio climático, catástrofes naturales, sequía, privatización del agua y la salud, esclavitud, vivienda, brecha salarial… son factores a añadir. Junto a esa ofensiva sionista bélica en los que llama siete frentes (Israel, Gaza, Cisjordania, Irán, Yemen, Líbano y comunidades judías) que expresa la desaparición definitiva del derecho internacional, de la vigencia de la Carta de Derechos Humanos que afloró al fin de la Segunda Guerra mundial y la prevalencia de una única norma universal: el poder del más fuerte, tanto militar como económico. A la espera de un nuevo manifiesto revolucionario que sustituya al histórico de Marx y Engels, el de Luigi Mangioni aplaca brevemente nuestras conciencias.

Y esa es la gran paradoja, a veces contradicción, de nuestro proyecto emancipador. Las urgencias planetarias son palpables, como también las locales, las de casa. El ascenso de una sociedad cada vez más uniforme, cada vez más individualista, la expansión del neoliberalismo, nos hace caer en una dinámica que a veces consideramos excesivamente coyuntural. Estamos atrapados en ella sin posibilidad de eludirla. Porque también es urgente, más aún después de un conflicto enconado que dejó una herida enorme y que hunde sus raíces en crónicas sin resolver. Nuestros temores son fundados y necesitamos recomponer nuestra pulsión nacional, reparar la brecha generacional, defender nuestra lengua y cultura, remendar nuestro tejido económico sumamente dependiente, avanzar en la decolonización de las estructuras y mentalidades impuestas por el capitalismo, salvaguardar los avances en la igualdad de género y la diversidad, ahogar al patriarcado... ¿Cómo no vamos a ver con recelo la llegada de la Inteligencia Artificial, de la digitalización de las relaciones, de las narrativas oficiales cuando aún está pendiente nuestro reconocimiento territorial, nuestro derecho a la soberanía política?

A esta ristra de cuestiones se suman las propias de nuestra trayectoria militante. De esas experiencias que nos han hecho desconfiar una y otra vez de quienes debieran ser nuestros aliados en la emancipación y que a las primeras de cambio se acoplan a los herederos de los verdugos que anularon las generaciones que nos precedieron. Ganar guerras virtuales es un consuelo, pero no una solución. Alguien de nuestro entorno apuntó que debemos administrar el futuro con luces largas, como las que usan nuestros vehículos en las noches oscuras cuando circulan en carreteras solitarias. Pero, ¿cómo convencer? ¿Cómo atraer al cambio, a la épica revolucionaria, a la organización popular para asentar ese músculo transformador? También con luces cortas.

Y esas luces cortas, abstrayéndonos de esa urgencia planetaria que quizás nos aplaste antes del fin de la hibernación, nos recordarán un comienzo de 2025 atribulado por la vuelta del trumpismo y su atronador eco internacional y un final con el medio siglo de la muerte de aquel dictador que jodió la vida de nuestros antepasados más cercanos. Entre medio, sin expectativas electorales tanto en España como en Francia (con permiso de Sánchez y Macron-Bayrou), el relato seguirá conformando buena parte de la personalidad franco-hispana. Ambos apoyados en su supuesta labor civilizatoria (en realidad colonizadora) y en superar sus debilidades narrativas. París con su expulsión acelerada del Sahel africano y Madrid con su comodín eterno, haciendo demócratas a aquellos que hace medio siglo ejecutaron a Txiki y Otaegi, junto a tres antifascistas del FRAP. Es cierto y fue ayer, en 2025 se cumplirán 50 años de la muerte de aquellos jóvenes que se atrevieron con el Ogro, que soñaron en mayúsculas a pesar de ser ese “pueblo pequeño que canta y baila al pie de los Pirineos” que garabateó Voltaire. Se cumplen 50 años de la muerte de Iñaki Iparragirre, Mikel Gardoki, Jesús Mari Markiegi, Blanca Salegi, Iñaki Garai, Josu Mujika, José Ramón Martínez Antia, Andoni Campillo, Ángel Otaegi, Jon Paredes, Nikola Telleria, Koldo López de Guereñu. Retos y temores para 2025. Y también, forma parte de nuestra naturaleza humana, recuerdos con los que me recostaré un día en Etchezar.

 

 

 

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martes, 31 de diciembre de 2024

La Falsa Españolidad

Cerramos el año compartiendo este texto no sin antes aclarar un par de puntos; que lo de ETA no fue disolución sino desmovilización y que no habría tantos vascos celebrando la oficialidad del seleccionado de Pelota Vasca de la CAV de existir ese españolismo que vende el tal Izarra.

Adelante con la lectura del artículo de opinión publicado por Naiz:


¿Los vascos abandonan el sueño independentista y se sienten españoles?

José Díaz | Licenciado con Honores en Política Internacional, Universidad de Stirling (Reino Unido)

El 26 de noviembre de 2024 se publicó un artículo en El Mundo cuyo titular rezaba "Los vascos abandonan el sueño independentista, también se sienten españoles" cuya autoría se atribuye a Josean Izarra, Jefe de Sección y Delegado de El Mundo en el País Vasco.

A esto quisiera responder lo siguiente: Sr. Izarra, teniendo en cuenta el sesgo ideológico y político de su línea editorial, con este titular tan aventurado, españolista y con aires de constitucionalista, apunta usted bien alto al Premio Sájarov o tal vez al Premio Princesa de Asturias que le queda más cerca y como fiel súbdito. Probablemente, hubiera tenido más papeletas al Premio Sájarov si hubiera tenido el valor y el coraje de haberlo publicado en los años 80 o 90.

No obstante, cualquiera que conozca de cerca la cultura política vasca, sabe perfectamente que lo que usted sostiene en esta publicación, no es más que una proyección psicológica de cosecha propia en el mundo de sus ideas, pero que objetivamente distan mucho de la realidad social, cultural y política actual de la que usted habla. Su planteamiento es una distopía en toda regla. En todo caso, podemos hablar de una normalización y pacificación en el ámbito de la política vasca, sin duda alguna. Ese siempre fue el quid de la cuestión, sobre todo para la izquierda abertzale en su amplio espectro.

Sr. Izarra, resulta cuanto menos desacertado por su parte sostener que los vascos renuncian a la independencia cuando a la vista queda que la hegemonía nacionalista vasca entre jeltzales y abertzales, con especial mención al auge de EH Bildu, pone en jaque su argumento. Por extensión, también es cuestionable que se sientan tan vascos como españoles como usted argumenta. No dudo que los haya al igual que usted, siempre los hubo y estuvieron representados en el seno del Partido Popular del País Vasco y organizaciones afines, pero de ahí a autoproclamarse mayoría social vasca, hay un gran trecho.

En cuanto a la independencia, siento la necesidad de corregirle. Que quede claro que la independencia jamás ha sido un sueño para los vascos, siempre se ha planteado como una aspiración política basada en el derecho a la autodeterminación de los pueblos y, dentro de cuya realidad social, cultural e histórica, se aspira a la configuración territorial de Euskal Herria en el horizonte político.

No se confunda usted, Sr. Izarra. Que Euskadi Ta Askatasuna (ETA) haya renunciado a la lucha armada y se haya disuelto, no implica un desistimiento de la voluntad popular vasca hacia un proceso de autodeterminación para Euskal Herria. Aquí hay que reconocer que en esta cuestión, Patxi Zabaleta estuvo muy adelantado a su tiempo al abogar por vías únicamente políticas. Puede incluso, Sr. Izarra, que la normalización y pacificación que se respira en estos momentos no sea el resultado del relato de vencedores y vencidos promulgado por Estado español. Tal vez deba usted reconocer el papel esencialmente determinante que ha jugado la izquierda abertzale, sentando las bases de esta nueva era en la política vasca. Y que la disolución de ETA atiende más bien a una lógica estratégica, pragmática y política en la coyuntura actual. De lo contrario, repetir eso de que ETA ha sido derrotada por la democracia española y el Estado de derecho resulta algo insustancial y presuntuoso, además de toda una imprecisión política que no se corresponde con la realidad ni con los hechos.

Estoy convencido de que sus palabras encuentran afinidad y simpatía entre sus correligionarios, además de su línea editorial. Su técnica es reminiscente a la de Joseph Goebbels entonando su mítica frase «una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad». Pero, lamento decirle que no es así. Desde mi prisma, su publicación en El Mundo sosteniendo que «los vascos abandonan el sueño independentista y se sienten muy españoles» puede hacerlo parecer verdad, aunque no sea para nada cierto. Y creo que ambos los sabemos.

En todo caso, Sr. Izarra, usted lo que percibe es una nueva era en la que tanto usted como muchos vascos pueden expresarse libremente sin temor alguno a represalias en este nuevo capítulo marcado por la ausencia de la violencia política. Lo que no quita que la voluntad popular del pueblo vasco haya disminuido ni haya sufrido un desgaste. Reitero que el auge de EH Bildu es un claro indicador de una tendencia política al alza que reafirma su aspiración política y reivindicación histórica por un proceso de autodeterminación mediante la configuración de los siete territorios que conforman Euskal Herria (sin renunciar a Navarra). Es una aspiración política y territorial legítima y respetable si así lo determina la voluntad popular del pueblo vasco.

La cultura política vasca tiene su propia idiosincrasia y le puedo asegurar que está en las antípodas de la cultura política del Estado español. Personalmente, no le encuentro ningún distintivo honorable a la cultura política del Estado español. La Constitución Española de 1978 no vale ni el papel en la que está impresa y que la Jefatura del Estado dependa de la Corona me resulta anacrónico, antidemocrático, además de ser herencia directa del franquismo.

Váyase haciendo a la idea, Sr. Izarra, que la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca y su horizonte político es y seguirá siendo Euskal Herria como fruto de una incansable lucha nacional exclusivamente por vías políticas. La mayoría social vasca reivindicará de forma democrática su voluntad hacia el reconocimiento de Euskal Herria como pueblo y como nación; y respetando además su derecho a decidir a pesar de los obstáculos que supondrán el Estado español, la Constitución y el ordenamiento jurídico.

Por una Euskal Herria libre y social, en defensa de lo público, los derechos humanos, el Euskara y la cultura vasca; y por una transición hacia una economía ecológicamente sostenible y justa.

 

 

 

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