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domingo, 25 de diciembre de 2016

80 Estados Desmienten a El Aburrido

Ya sabemos que las memeces que dice Urkullu aburren a cualquiera, pero es importante que sepamos cuando dichas memeces van en contra de los derechos de todo un pueblo, paradójicamente, su pueblo.

Ahora bien, que a él hablar de soberanía y de autodeterminación le parezca muy del siglo XIX en clara alusión a Sabino Arana, pues bien, porque a los españolazos esos dos conceptos les parecen mas bien del siglo XVIII, así que vamos de gane.

Lean ustedes este artículo publicado en Euskaria Fundazioa:


Alots Gezuraga

Preámbulo de la Constitución Alemana: “Los alemanes y los Lander…han alcanzado la unidad y la libertad de Alemania en la libre autodeterminación”.

Constitución portuguesa artículo 7.3: “Portugal reconoce el derecho de los pueblos a la autodeterminación, independencia y el desarrollo, así como el derecho a la insurrección contra todas las formas de opresión”.

Hoy en día cuando alguien hace una afirmación desde el desconocimiento o manipulando datos, es fácil demostrar que está equivocado o que miente, es lo que tiene el mundo globalizado y las nuevas tecnologías: que están al alcance de cualquiera y en cualquier lugar del mundo.

El Sr. Iñigo Urkullu, a la sazón uno de los 17 presidentes de una Comunidad Autónoma española, ha afirmado que: “El concepto de independencia es del siglo XIX (…). En un mundo globalizado, la independencia es prácticamente imposible”. Por supuesto que los Estados interactúan y tienen cierta “dependencia” mutua como la han tenido siempre, pero lo que define a un Estado es la soberanía: él es el que manda en su territorio y decide qué puede hacerse y qué no, con quién relacionarse y con quién no. Esta es la diferencia fundamental entre un Estado y una Autonomía, departamento, región, Lander, cantón etc. En ellas, por muy extensa que sean sus facultades administrativas, judiciales o legales: la última palabra es del Estado. Por tanto, es evidente que cuando hace esta afirmación, lo que está el señor Urkullu negando en realidad es la creación de un nuevo Estado vasco (Euzkadi) o la liberación del Estado de Nabarra, pues es manifiesto que su intención es “pactar”, una vez más, con el Estado español una pequeña y mísera autonomía para sí mismo y sus amigos, todo ello y simplemente, porque no cree que este Pueblo pueda volver a ser libre.

El señor Urkullu es diplomado en magisterio por el seminario de Derio y experto en Gestión del Ocio por la universidad jesuítica de Deusto, de profesión maestro funcionario en excedencia porque se dedicó desde muy joven a la política, por lo que es probable que no sepa mucho de historia, pero en este caso es seguro que está intentando manipular la opinión pública mintiendo.

Es cierto que los Estados americanos se independizaron de España en el siglo XIX (por cierto, ninguno se plantea volver), al igual que muchos Estados europeos que parecen “de toda la vida” como Bélgica (1830), Grecia (1832), Italia (1861), Alemania (1871) o Bulgaria (1885). Pero en pleno siglo XX, en Europa, Noruega se independizó de Suecia en 1905, Finlandia y Polonia se independizaron del Imperio ruso en 1917, Hungría del Imperio Austro-Húngaro en 1920, Irlanda del Reino Unido tras 700 años de ocupación en 1921 (Inglaterra se unió a Escocia en 1707 y hoy se cuestiona esta unión) y por ejemplo Islandia se independizó de Dinamarca en 1948. Después llegó a finales del siglo la desintegración de la URSS (12 nuevos Estados) y de Yugoslavia (6 nuevos Estados) o la separación de Checoslovaquia, es así como el número de los Estados europeos… ¡se duplicó en el siglo XX! pasando de 24 a 48.

El señor Urkullu nació en el año 1961, en ese año se independizaron 3 países (Kuwait, Tanzania y Sierra Leona) y desde esa fecha han nacido en total 80 Estados hasta los 193 Estados actuales que hay en el mundo, es decir, casi 1 Estado y medio por cada año de vida de este señor. A este ritmo, antes de morir Urkullu, habrá el doble de Estados de los que había cuando nació. De entre los Estados independizados desde que nació Urkullu, 5 lo hicieron de Francia (4 colonias de ultramar y Argelia) y uno de España. Éste es el caso de Guinea Ecuatorial (1968), al que si le sumamos el Sahara español que se separó en 1976 (hoy ocupado por Marruecos), España ha perdido desde que nació este señor el 33% de su territorio.

Pero no se equivoquen, entre los 80 Estados independizados en los últimos 55 años, hay colonias de ultramar o africanas pero otros muchos países que no lo eran como hemos visto: Irlanda, Finlandia, Polonia, Hungría, Noruega… así como todos los Estados de la antigua URSS o los de la antigua Yugoslavia.

También es el caso del último territorio en independizarse, Kosovo (2010), el cual tiene 1,8 millones de habitantes y 10.000 Km cuadrados, no fue antes independiente, cuenta con una mayoría albanesa recién llegada al territorio (1912) frente a los serbios que habitaban hasta entonces en ella y que consideran a Kosovo la cuna de su Pueblo.

De hecho, no hay un Estado tipo ni un mínimo de condiciones. De los 193 Estados reconocidos por la ONU, los hay enormes o muy pequeños en extensión (desde Rusia hasta el Vaticano), los hay sobre poblados o los que casi no tienen población (56 Estados tienen 2 millones o menos de habitantes), las rentas per cápita van desde los 650 euros por habitante y año de la República Centro Africana a los 140.000 de Catar (según el FMI) y sólo 4 de los 10 Estados más ricos tienen más de 1 millón de habitantes: USA, Suiza, Noruega y Singapur. Tampoco condiciona para crear un nuevo Estado ser de una etnia diferente, ni tener un idioma diferente…y así ocurre con cualquier parámetro que pongamos.

Lo que sí tienen en común todos los territorios que se ha independizado o los Estados que han recuperado su libertad, es la voluntad inquebrantable de sus dirigentes y de su Pueblo para constituirse en Estado. En el 2008 el Pueblo kosovar proclamó unilateralmente su independencia pese a la amenaza Serbia de crear una masacre humanitaria, 2 años después la Corte Internacional de Justicia de la Haya, máxima instancia judicial de Naciones Unidas, el 15 de julio de 2010 proclamó: “No hay norma en el derecho internacional que prohíba la declaración de independencia”, aceptando de hecho la independencia de Kosovo.

Por tanto, cuando Urkullu dice que “la independencia es imposible”, lo que en realidad quiere decir es que: la independencia es imposible para los vascos. Lo de Urkullu se llama profecía auto cumplida o efecto Pigmalión negativo: no cree en la independencia o libertad de este Pueblo y pone todos los medios para que sea imposible.

Para colmo, estas declaraciones las hizo este funcionario español el 3 de diciembre, el día del euskera y de Nabarra, el Estado vasco. Es evidente que Urkullu no es nabarro, ni en su sentido reducido (CFN) ni en su sentido nacional: ciudadano del Estado de Nabarra, Estado que tras 1000 años de historia (600-1620) fue invadido por España y Francia pero que hasta 1841 mantuvo el título de Estado y sus Fueros o leyes propias, aunque gobernada a modo de una colonia con un virrey colonial incluido.

Incluso sin ser una colonia -como es el caso de Nabarra- es posible la autodeterminación como hemos visto. La Carta de las Naciones Unidas firmada por todos los Estados miembro (los 193), en el apartado segundo del artículo primero dice que su misión es “desarrollar entre las naciones unas relaciones amistosas basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos de los pueblos y del derecho a la libre determinación”.

¿Y qué es el derecho de autodeterminación? Lenin lo expresó así: “El derecho de autodeterminación de las naciones significa exclusivamente el derecho a la independencia en el sentido político, a la libre separación política de la nación opresora. Concretamente, esta reivindicación de la democracia política significa la plena libertad de agitación en pro de la separación, y de que ésta sea decidida por medio de un referéndum de la nación que desea separarse” (Obras Completas, t. XXII, p. 158).

Existen 38 Estados en cuya constitución se reconoce el derecho de autodeterminación: Alemania, Angola, Bangladés, Bolivia, Brasil, Cabo Verde, Catar, Colombia, Croacia, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Etiopía, Francia (que reconoce el derecho de autodeterminación pero sólo a los territorios de ultramar), Guinea Bissau, Honduras, Hungría, Irán, Kosovo, Letonia, México, Montenegro, Nicaragua, Paraguay, Filipinas, Portugal, Rusia, Serbia, Sudáfrica, Sudán, Surinam, Timor Oriental, Turkmenistán, Ucrania y Venezuela. En otras leyes estatales se reconocen también el derecho de autodeterminación de los Pueblos en el caso de: Canadá, Dinamarca, Italia, Finlandia, Reino Unido, Suiza o Estados Unidos. Es así como Obama en la Asamblea de Naciones Unidas de 25 de noviembre de 2012 proclamó: «La libertad y la autodeterminación son valores universales.»

Lo que el señor Urkullu debería de saber es que sin autodetermación no hay democracia ni libertad, ni “pactos” entre iguales, y quienes actúan contra este derecho universal de todo pueblo son agentes del imperialismo, pues el derecho de autodeterminación es el primero de los derechos y base de los demás: “Un régimen democrático sólo puede constituirse sobre los derechos fundamentales. No hay democracia donde no hay derechos, y no hay derechos donde falta el derecho de autodeterminación de los pueblos, primero de los derechos humanos y condición previa de los demás. El derecho de libertad, libre disposición o autodeterminación de todos los pueblos es el derecho de independencia incondicional e inmediata frente al imperialismo”.






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