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miércoles, 25 de junio de 2025

Camino a Gaztemundu 2025

Desde las páginas de Deia traemos a ustedes este artículo acerca de Gaztemundu en su edición 2025:


Identidad, cultura y conexión: cuando ser vasco no entiende de distancias

El programa Gaztemundu conecta desde 1996 a jóvenes de la diáspora euskaldun con sus raíces

Alejandro López

En reconocimiento a su labor en la difusión de la cultura vasca en el exterior, Bizkaiko Dantzarien Biltzarra premiará esta iniciativa en la gala de los IX Esker Onak, que se celebrará este jueves, 26 de junio, en el Palacio Euskalduna de Bilbao. 

Los laberínticos pasillos del edificio de Lehendakaritza, en Vitoria-Gasteiz, ofrecen un refugio improvisado contra el calor sofocante. Este martes de finales de junio, los termómetros rozan los 34 grados. En este espacio se concentran distintos brazos del Ejecutivo de Lakua, entre ellos la Dirección para la Comunidad Vasca en el Exterior.

Allí, su directora, Ziortza Olano Astigarraga, ultima los preparativos de la próxima edición de Gaztemundu, el programa que permitirá a un grupo de jóvenes descendientes de vascos residir en Euskadi del 30 de noviembre al 14 de diciembre. Durante su estancia, se sumergirán en la cultura de sus ancestros a través del eje conductor de esta edición: la música tradicional vasca.

“Gaztemundu es un programa dirigido a jóvenes de los centros vascos del exterior, de entre 18 y 35 años. Cada cinco años se celebra el Congreso Mundial de Comunidades Vascas en el Exterior y, en la edición de 2023, como es habitual, se decidió el tema que centraría la edición de Gaztemundu del año siguiente”, detalla Manu Meaurio, técnico del Departamento.

Según cuenta los ejes temáticos en torno a los que se organizan las diferentes ediciones del programa suelen rotar. “A veces es gastronomía, otras gestión cultural, instrumentos musicales tradicionales —que es el eje de este año— o danza, que centró la edición del año 2024”, agrega.

Danza tradicional

Esta última edición, la más reciente hasta la fecha, es la que ha hecho merecedor al programa del reconocimiento que recibirá en los IX Esker Onak, que se celebrarán este jueves. Sin embargo, Gaztemundu puede presumir de un largo recorrido: está en marcha desde 1996 con el firme propóstito de fortalecer los lazos con la diáspora. 

“Dentro del propósito de Gaztemundu, nosotros lo ubicamos sobre todo en la parte personal. Por supuesto, tiene una dimensión de formación cultural —porque detrás de todos los temas hay cultura—, pero también es muy importante el espacio para crear relaciones y crecer como personas alrededor de ese tema”, especifica la directora para la Comunidad Vasca en el Exterior, Ziortza Olano. 

En cuanto al perfil de las personas participantes, alrededor del 60% son mujeres y hasta un 70% de quienes viven esta experiencia inmersiva en Euskadi proceden de Argentina, según señala la directora. Ella explica que la razón por la que este país sudamericano aporta tantos jóvenes radica en la gran cantidad de euskal etxeak diseminadas por su territorio. Dice, además, que hasta el momento Gaztemundu ha logrado movilizar a 900 jóvenes desde su puesta en marcha en 1996. 

Ahora, 29 años después, el programa se encuentra en un periodo de análisis, según señala la directora. Como reto de futuro, Olano subraya la importancia de dar espacio a la creación de un ecosistema vivo, en el que puedan convivir todas las ‘tribus’ que lo integran: personas mayores, gente en procesos de transición o jóvenes, entre otros perfiles.

“En definitiva, con todas aquellas personas con las que queramos conectar para generar un cambio y dejar un legado en la sociedad”, precisa Olano. Identidad, cultura y conexión. Gaztemundu sigue demostrando que ser vasco no entiende de distancias. 

 

 

 

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sábado, 25 de enero de 2025

Angulas a los Cerdos

Una juventud acostumbrada a comer mac hamburguesas, pizza de mostrador, rollos de arroz - llamados incorrectamente sushi - y ramen de microondas... hoy califica negativamente platos sofisticados o con tonos sutiles para el paladar.

Como dicen en México, qué mejor, entre menos burros, más olotes.

Aquí lo que nos informa el Diario Vasco:


Un clásico de la cocina vasca, en el listado de los peores platos del mundo

TasteAtlas, una enciclopedia gastronómica internacional, elabora este ranking anual para destacar las recetas más y menos apreciadas en todo el mundo

I. G.

Un plato tradicional vasco, las angulas a la cazuela, ha sido incluido en el listado de las peores recetas del mundo elaborado por la guía internacional TasteAtlas. Este ranking, que genera polémica cada año, clasifica las recetas menos apreciadas según las votaciones de miles de usuarios alrededor del planeta. En la edición de 2025, las angulas a la cazuela obtuvieron una puntuación de 2,3 sobre 5, situándose en el puesto número 19 del ranking.

La receta, un clásico de la cocina vasca, se prepara con ingredientes como angulas, ajo, pimentón picante, aceite de oliva y sal. El ajo y el pimentón se sofríen en aceite de oliva en una cazuela, a la que se añaden las angulas para cocinarlas hasta que estén calientes y chisporroteen. Tradicionalmente, este plato se sirve directamente en la cazuela y se come con un tenedor de madera.

Pero las angulas no son el único plato español que aparece en esta poco halagadora clasificación. Las faves a la catalana, un guiso originario de Cataluña elaborado con habas, butifarra negra, tocino y especias, han sido calificadas como el 16º peor plato del mundo, también con una puntuación de 2,3. Este plato, con recetas que se remontan al siglo XIX, es un símbolo de la gastronomía catalana, aunque parece no haber conquistado el gusto de los votantes internacionales.

Un clásico de la cocina vasca, en el listado de los peores platos del mundo

Por su parte, un plato valenciano también figura en la lista: el bocadillo de carne de caballo, habitual en el 'esmorzar' típico de la región. Este bocadillo, que combina carne de caballo con ingredientes como ajos tiernos, queso o tocino frito, ocupa el puesto 18º, igualmente con una puntuación de 2,3.

TasteAtlas, una enciclopedia gastronómica internacional, elabora este ranking anual para destacar las recetas más y menos apreciadas en todo el mundo. En la edición de este año participaron casi 600.000 personas, de las cuales unas 400.000 fueron reconocidas como votantes legítimos tras un riguroso proceso para evitar fraudes y votaciones sesgadas.

 

 

 

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domingo, 17 de noviembre de 2024

Los Guinness Vascos

Vamos a compartir este reportaje publicado por Deia en el que se habla de los récords que se han logrado registrar y que ponen a nuestro país en el mapa de manera, digamos, amena.

Lean ustedes:


Los récords Guinness más curiosos que ha logrado Euskal Herria

Este 21 de noviembre se celebra el día mundial de los récords Guinness. ¿Qué mejor momento para recordar todos aquellos que han logrado nuestros vecinos a lo largo de la historia?

Sara Cabrera

Si algo nos define en Euskal Herria es nuestra persistencia, nuestro tesón y nuestra fortaleza a la hora de perseguir nuestras aspiraciones. Y esas son precisamente las claves para hacerse con un récord Guinness, que este 21 de noviembre celebra su gran día.

El libro de los récords Guinness se creó de forma fortuita allá por el año 1955 y su origen es casi tan curioso como los logros que se premian. Tal y como explican desde la propia organización, la idea surgió a principios de los años 50, cuando Sir Hugh Beaver (1890-1967), director general de la cervecería Guinness, asistió a una fiesta de caza, donde él y sus anfitriones discutieron sobre cuál era el ave de caza más rápida de Europa y no lograron encontrar una respuesta en ningún libro de referencia.

“En 1954, recordando su discusión en una fiesta de tiro, Sir Hugh tuvo la idea de una promoción de Guinness basada en la idea de resolver las discusiones en los pubs e invitó a los gemelos Norris (1925-2004) y Ross McWhirter (1925-75), que eran investigadores de Fleet Street, a recopilar un libro de datos y cifras”, reseñan. A lo largo de la historia de este curioso libro, Euskal Herria se ha anotado unos cuantos récords. Estos son algunos de ellos:

Dos récords para Kortezubi

La pequeña localidad vizcaina ha pasado a la historia por sus maravillosas cuevas de Santimamiñe y por su bosque pintado por Agustín Ibarrola. Pero también por el que fuera su alcalde, José Antonio Bastegieta, a quien muchos conocen por el sobrenombre de Marko.

Él ha ayudado a lo largo de su mandato, al fin y al cabo, a muchos vecinos a cumplir sus sueños. En el 89, sin ir más lejos, un joven Andoni Basterretxea entró en el libro por comer la mayor cantidad de almejas en el menor tiempo, récord que batió en un programa de la televisión gallega.

Pero no solo eso. “La txapela más grande del mundo la presentamos en el caserío Lezika, de Kortezubi. Tenía tres metros de diámetro y estaba fabricada en la Encartada de Balmaseda”, aseguraba Marko en una entrevista a Deia allá por el año 2016. 

Sin salir de Bizkaia, el cubo de rubik manda

Aún en territorio vizcaino, conocemos a David Calvo, un experto en resolver cubos de Rubik que ha entrado en el libro Guinness de los récords ni más ni menos que cuatro veces. Este bilbaino, pues de Bilbao tenía que ser, se apasionó por este rompecabezas que durante décadas ha enamorado y traído por la calle de la amargura a muchos jóvenes, y ha conseguido a lo largo de su trayectoria con este puzle ser dos veces campeón de España, alzarse con 50 récords nacionales y cuatro Guinness -entre ellos, el de resolver el mayor número de cubos en una hora-. Sin duda, todo un crack.  

Araba, escenario de varios récords

Saltamos a territorio alavés para explorar algunos de los récords que se han ido cosechando con el paso de los años en Araba. Hablando de cosechas, cabe destacar el récord por la pisada de uva más masiva logrado en Labastida, en Rioja Alavesa, pueblo al que no le han quitado este logro desde 2010. 967 personas se pusieron a pisar uva aquel año, batiendo el récord del pisado más multitudinario que hasta entonces reposaba en territorio australiano.

Y no hay mejor maridaje que el vino para un alimento tan nuestro como la tortilla, otro récord que se intentó batir, en este caso en Gasteiz. Hace ya unos años la capital alavesa trató de realizar la tortilla de patata más grande del mundo. En ese entonces, en 2014, se creía que se había alcanzado aquel hito, pero meses después se supo que ese récord había sido denegado por parte de la organización de los Guinness.

En Araba son varios los récords por tanto que se han quedado sin alcanzar, pero otros sí se han logrado, como el del neumático más grande del mundo creado por Michelín, la baraja de naipes más grande o, en 2020, el récord alcanzado por Mario Blanco por estar 207 horas, un minuto y 16 segundos -que se dice pronto- presentando y pinchando música ante un micrófono de manera ininterrumpida en directo.

Como pez en el agua

Los récords guipuzcoanos están por su parte muy vinculados al agua. Y es que, allá por el año 2020, en plena pandemia, los Guinness reconocieron la aportación vasca a la primera vuelta al mundo. Así, Juan Sebastián Elkano y otros cinco marineros de Euskadi entraron en este codiciado libro con un récord tan inusual como especial.

Pero, si hablamos de agua no podemos olvidarnos a su vez de Carlos Peña, el tolosarra que en 2018 validó su récord mundial de nado al estilo espalda de forma ininterrumpida en el río Urumea. Además de tener un objetivo solidario, pues su iniciativa sirvió para visibilizar a la asociación Dame TVisión y concienciar sobre la retinosis pigmentaria. En total, estuvo nadando durante 24 horas, siete minutos y 58 segundos. Asimismo, Lezo entró en 2018 en el libro al reunir a 890 dantzaris, otro récord de lo más curioso.

Navarra, muy volcada con el deporte

De balones va la cosa, por su parte, en Navarra. Este mismo año hemos conocido a un padre y a un hijo, Javier y David Angulo, que han demostrado lo que es la perseverancia. Juntos se han alzado con el récord Guinness por la mayor cantidad de toques de balón con la cabeza, un total de 1.985 en 23 minutos y 12 segundos.

Y, siguiendo con los balones, cabe recordar aquel legendario momento en que Pamplona intentó entrar, allá por el año 2005, en este famoso libro al llenar una piscina olímpica con 25.000 balones de playa hinchables. Y es que, si algo han demostrado nuestros territorios es que quien la sigue la consigue, y que pocos retos hay que se nos resistan si nos lo proponemos.





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martes, 5 de noviembre de 2024

Jaialdi de Vuelta en 2025

National Geographic informa que el Jaialdi de Boise estará de vuelta en 2025 después del parón obligado por la pandemia del Covid-19. Recordemos que después de la semana celebrada en Argentina, esta es la segunda festividad más importante de la diáspora vasca.

Este es el artículo que El Diario Vasco dedica a la publicación de National Geographic:


Boise, el rincón vasco que al que recomienda viajar National Geographic para descubrir su festival

La compañía estadounidense destaca las fiestas vascas que acogerá esta ciudad el próximo verano, el Jaialdi 2025

J. Falcón

La gastronomía, con los pintxos incluidos, la cultura ancestral o un paisaje con frontón conforman algunas de las señas de identidad claras y reconocibles de la cultura vasca, con una gran imagen que atrae a turistas de todo el mundo, también fuera de la geografía europea. De hecho, un rincón vasco ha sido elegido entre los 25 mejores destinos a descubrir en 2025 por la revista National Geographic aunque está ubicado en Idaho, Estados Unidos.

La ciudad elegida entre los 25 mejores viajes para el próximo año es Boise. Su idioma oficial es el inglés y está a 8.300 kilómetros de San Sebastián pero es el rincón de este país con mayor presencia de la cultura vasca, llevada hasta allí por cientos de pastores a finales del siglo XIX y principios del XX. El principal motivo que ha llamado la atención a los expertos en viajes de la publicación con sede en Nueva York es su singularidad cultural, su entorno natural y, especialmente, la gran fiesta vasca que volverá este próximo verano.

Jaialdi es la gran celebración de la identidad vasca que acoge el centro de Boise cada cinco años para celebrar las raíces de buena parte de su población. La anterior edición, en 2020 tuvo que cancelarse por la pandemia del Covid y este 2025 volverá con fuerza como el evento más destacado de la ciudad. Allí se combinarán la degustación de lo mejor de la gastronomía vasca, kalimotxo incluido, con exhibiciones de dantzaris, herri kirolak, pelota o artesanía en un acto que espera reunir a más de 40.000 asistentes.

Un evento que se celebra entre los días 29 de julio y 3 de agosto con claro sabor vasco pero con ingredientes tan estadounidenses como algunos de sus patrocinadores, Coca-Cola o Alaska Airlines, aunque también está el Gobierno Vasco. Entre las actuaciones ya están anunciadas las de Gatibu, Neomak o Arkaitz Añorgako Dantzariak. Aquí tienes el programa completo:

 


 


Jaialdi tendrá lugar en el denominado Basque Block, en pleno centro de la ciudad que se llena cada verano, especialmente durante las fiestas de San Ignacio (conocido como el San Inazio Festival). La primera edición del Jaialdi de Boise se celebró en 1987 con 30.000 participantes. Fue tal su éxito que el gobernador de Idaho pidió una nueva edición para incluirla dentro de las conmemoraciones del centenario de la ciudad, en 1990 y después se decidió que se celebrara cada cinco años.

El jurado que ha elegido estos destinos está compuesto por un grupo de exploradores, fotógrafos y editores de National Geographic que han seleccionado viajes por todo el mundo. Una visita al Volcán de Fuego (Guatemala), escapada a los bosques de Ocala en Florida, inmersiones submarinas en aguas de Raja Ampat (Indonesia), los monasterios entre las rocas de Cenobitic (Italia), un viaje en tren de lujo por Malasia, descubrir la huella del imperio romano en Túnez o los futuristas museos de Abu Dhabi son algunas del resto de propuestas para viajar en 2025 que propone National Geographic.


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domingo, 22 de septiembre de 2024

Los Otros Museos Vascos

Dedicamos a los internautas que nos visitan y a los vascos de la diáspora esta selección de no tan conocidos museos ubicados en Euskal Herria, misma que ha sido dada a conocer en las páginas de Noticias de Álava:


Los museos más curiosos de Euskal Herria

La llegada del otoño, con el descenso de las temperaturas y las intermitentes lluvias, invita a hacer cada vez más planes de interior. A lo largo de estas líneas les invitamos a redescubrir algunas de las muestras más especiales de nuestros territorios

Sara Cabrera

El Guggenheim o el Bellas Artes en Bilbao, el Aquarium donostiarra, el Artium gasteiztarra o el Museo de Navarra. Sabemos que son muchas las opciones que pueden encontrarse en cada territorio, pero en esta ocasión les invitamos a ir un poco más allá, a disfrutar de estos museos pero también de otros que se centran en una temática concreta y cuya visita les servirá para empaparse de un trocito de nuestra historia.

Aprovechando que en lo meteorológico este fin de semana entramos en la estación otoñal, les proponemos a continuación un pequeño tour museístico con el fin de descubrir las sorpresas que albergan nuestros territorios en el ámbito más puramente cultural.

Esta es, en definitiva, una forma ideal de acercarnos a nuestros pueblos y ciudades y descubrir algunos de los secretos que ocultan de una forma diferente a la habitual, ya que podremos aprender sobre minería, trenes, o sobre delicias como las trufas o el pastel vasco. Sea como sea, toca prepararse para disfrutar de una auténtica aventura que pondrá a prueba todos nuestros sentidos, especialmente el de la vista, el olfato y el gusto.

Viajeros al tren

¿A quién no le ha llamado alguna vez la atención descubrir los mecanismos que impulsan los trenes desde antaño? Para conocerlo no tenemos más que desplazarnos hasta la localidad guipuzcoana de Azpeitia, concretamente a Julián Elortza Hiribidea, 8, donde nos espera imponente el museo vasco del ferrocarril. En esta exposición tendremos además la oportunidad de conocer su historia desde dentro, pues una de las modalidades de entrada nos permitirá visitar el museo pero a su vez realizar un viaje en el tren de vapor por el módico precio de 6 euros (3 en caso de que solo queramos visitar el museo).

Esta locomotora efectúa sus salidas desde Semana Santa hasta el 3 de noviembre los sábados, domingos y festivos. Además, antes de acercarnos a Azpeitia, podemos ver todo lo que nos vamos a encontrar una vez allí haciendo la visita virtual que nos ofrecen en su web. Se trata de una experiencia perfecta para hacer también en familia o con el colegio, pues en esa misma web encontraremos también una sección con unidades didácticas para los más pequeños, divididas por edades, así como juegos. Solo tenemos que entrar al apartado tren txikia.

No podemos abandonar Gipuzkoa, sin embargo, sin antes darnos un paseo por Eureka!, el museo de la ciencia de Donostia, ubicado en Mikeletegi Pasealekua, 45. En su web encontraremos toda la información de los eventos que, además de sus muestras, ofrece este museo, donde descubriremos por ejemplo que hoy a las 18.00 nos espera Kosmos, una cita donde nos hablarán sobre el otoño.

Una delicia por desenterrar

Seguimos nuestro recorrido en busca de secretos enterrados y llegamos a Navarra, donde nos espera, en Metauten, el museo de la trufa. En plena comarca de Tierra Estella tendremos la oportunidad de descubrir todos los detalles de tan destacada materia prima que se ha convertido en tendencia en los últimos años, combinable con todos los alimentos que nos imaginemos. Considerado el diamante negro de la cocina, en definitiva, en este museo podremos optar por diferentes modalidades de visita: la entrada general, la visita guiada o, por 12 euros, una visita guiada con degustación incluida, todo para poder disfrutar de los inconfundibles sabores de esta delicia.

La historia en una baraja

Ponemos rumbo a continuación a la capital alavesa, Gasteiz, cuna de incontables joyas culturales e históricas, para acercarnos a uno de sus más reseñables museos, el Fournier de Naipes de Álava. Se trata de uno de los pocos museos en el mundo dedicado exclusivamente a los naipes, donde tendremos la oportunidad de conocer su técnica, historia, arte y a lo largo de esta semana también magia.

¿Por qué magia?, se preguntarán. La ciudad acoge durante esta semana, hasta mañana concretamente, Magialdia, convirtiendo a la ciudad por un tiempo en la capital de la magia y el ilusionismo. Uno de los destinos de tan ilustre festival es precisamente este museo Fournier, pero hablemos de cartas. En su exposición permanente nos encontraremos con unos fondos que superan los 24.000 ejemplares, con barajas de los cinco continentes, fabricadas en distintas épocas y con diversas técnicas. “Además de las habituales cartas de juego, se exponen naipes ilustrados con una gran variedad de temas, y que permiten hacer un amplio recorrido por el arte y la historia, desde el siglo XV hasta la actualidad”, explican desde el museo.

La visita a este museo arranca en el patio del palacio de Bendaña, y podremos descubrir la maquinaria usada en esta labor. La muestra se divide en varias plantas cuyo descubrimiento nos permitirá acercarnos a la historia de tan célebre juego.

Una mirada a nuestro pasado minero

En territorio vizcaino es ineludible la visita a Meatzaldea, zona minera, donde nos espera el museo de la minería del País Vasco. En Gallarta, en el municipio de Abanto-Zierbena, se alza esta exposición que nos permitirá echar un vistazo a nuestro pasado minero. Tal y como cuentan desde la asociación que lo gestiona, es un centro dedicado al estudio y difusión del conocimiento de la cultura y la historia de la minería del País Vasco y especialmente de la zona minera de Bizkaia. En su web para los más pequeños también hay plantillas para pintar a la vez que aprenden un poco más acerca de nuestra historia.

Las virtudes del pastel vasco

Terminamos nuestra aventura en Le Musée du Gâteau Basque, en la localidad de Sare. En este museo, podremos aproximarnos a la creación de nuestro tan típico pastel vasco, donde tendremos incluso la posibilidad de ver de primera mano cómo se crea nuestro postre más emblemático. Tal y como cuentan en sus reseñas varios visitantes, las explicaciones las suelen dar en francés, pero cualquier oportunidad es buena para aprender de primera mano a preparar el pastel vasco que triunfa en todos los mercados y ferias.

Ya que estamos por la zona, podemos aprovechar además la ocasión para acercarnos al museo de las brujas de la cercana Zugarramurdi, con visita obligada también a sus cuevas, donde conoceremos toda la historia que gira en torno a los procesos inquisitoriales. Con el estómago lleno y la cabeza desbordante de ideas y conocimientos, nos despedimos de esta ruta cultural por todos nuestros territorios. 




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lunes, 24 de junio de 2024

"Jamón Goxua"

Como ya hemos compartido con ustedes en innumerables ocasiones, hablar de Euskal Herria es hablar de gastronomía.

Así que adelante, a sentarse a la mesa a leer este artículo de Naiz:


Del cerdo, hasta los andares importan

El chef de 7K se acerca al cerdo, al interesante trabajo de Maskarada en Lekunberri y a su contribución a la supervivencia del «euskaltxerri». Completa el artículo con sus recetas gastronómicas, todas relacionadas con este animal.

Javi Rivero | Cocinero

Pero qué bonitos son los cerdos en el campo… ¡cuando están en el campo! Amigos, familia, arranco el artículo de esta semana tarareando, porque cantar alegra la vida: la tuya y la de los que te rodean. Para que esto sea así, es importante cantar bien... igual de importantes que, si aplicamos el mismo ejemplo, son los andares del cerdo para el resultado de un buen jamón. También podríamos cantar a los cerdos y, si el cantarles no funciona, podéis probar a dedicarle cerca de una hectárea de terreno a cada ejemplar, como se hace en las mejores fincas; unas fincas, que más tarde, también son las que nos regalan los mejores jamones del mercado. La fórmula: Buen cante + una hectárea por cerdo = jamón goxua.

Porque, del cerdo, hasta los andares importan, ya que, sin unas buenas condiciones de vida y un buen cuidado, lograr un buen producto es prácticamente imposible. A ver amigos, ‘de dónde no hay mata…’, ni patata ni buen jamón. Pero cuando se hacen bien las cosas y se cuidan todos los detalles, empezando, en este caso, por la cría del cerdo y, terminando después, con una meticulosa elaboración de producto, el resultado baila solo. Los andares del cerdo se convierten en un desfile que ni en los mejores de París. Y el sabor de boca con el que uno se queda, no se puede comparar con nada más en el mundo.

De esto podrían presumir José Ignacio y Amaia, de Maskarada, en Lekunberri. Su proyecto salvó de la extinción a la raza de cerdo euskaltxerri, hace ya más de veinte años, dando toda la prioridad del mundo a la cría de este maravilloso animal. Hoy, Maskarada es la marca con la que se comercializan una serie de productos que hasta ahora parecían reservados a otras comarcas en las que la tradición jamonera marcaba el paso. Su objetivo, hace dos décadas cuando empezó el proyecto, fue el de desarrollar productos locales, elaborados con sus propios cerdos, que estuvieran a la altura del mejor producto ibérico.

Joxi, maestro charcutero, elabora con maestría jamones, lomitos, cabeceros, salchichones, chorizos, patés… También ofrece distintos cortes de sus cerdos en crudo y en congelado, por lo que uno se puede preparar una chuleta de cerdo madurada en casa, sin más esfuerzo que el de realizarles un pedido a través de su web. No digo más.

Y, ¿qué podemos hacer si nos da el capricho y hacemos un pedido a Maskarada? Pues cocinar, familia, cocinar; para eso estamos aquí. Por eso os voy a listar algunas propuestas con las que os podéis animar a defender desde la cocina esta raza de cerdo, pío negro y navarriko.

Chuleta de cerdo madurada: Para esta pieza no hay más secreto que la brasa. El secreto es asar una pieza gruesa a la parrilla y tratarla como si de la mejor chuleta de vaca se tratara: poquito hecha por el centro y tostadita por fuera. Con pimientos de cristal y un poquito de ensalada, ¡ideal!

Presa: Está cerca de la paleta y es la parte superior delantera del lomo. Lo mejor, o mi recomendación, es prepararla poco hecha. En este caso, os propongo cortar un pedazo grueso, como si de una chuleta de vaca se tratara, marcarlo vuelta y vuelta y, seguido, añadid una nuez de mantequilla y medio vasito de vino fino para risolar la pieza. Esto sería así: levantad la sartén por un lado, colocad la carne en la parte alzada y mojad continuamente con los jugos que forman la salsa de mantequilla y vino. Podéis añadir una ramita de tomillo fresco para dar más aroma y potencia a la salsa. ¡Queda espectacular!

Secreto: Os lo cuento solo si guardáis la receta… Bromas aparte, si hay una pieza que se puso de moda en esto de descubrir partes que hasta el momento se desconocían, es esta. Se trata de una pieza muy grasa, que recomiendo preparar a la sartén a fuego medio-alto durante un poco más de tiempo que lo normal, como si estuviéramos preparando un lomo, por ejemplo. Interesa que toda la grasa que tiene llegue a la temperatura ideal, para que se funda bien en boca. Dos minutos antes de sacarla de la sartén, probad a añadir mucho ajo muy picadito y unas gotas de lima recién exprimida, ya en el plato.

Pluma: Puede parecerse al secreto, pero no tiene nada que ver. El secreto es la axila del animal y la pluma está un poquito antes que el lomo. Esta última tiene mucho sabor y es de textura suave y tierna. Yo recomiendo la preparación a la plancha, retirando la grasa que va soltando. Un poco de sal y pimienta al final, un laminado fino y servido con mostaza antigua y algún que otro encurtido; unas piparras, alcaparras, cebollitas, pepinillos…

Panceta: No necesita presentación, así que vamos directos al cocinado. Primero, en trozos grandes, desde agua fría: 20 minutos de cocción suave. Esto retirará bastante grasa de la pieza. Seguido, se cuece en 4 partes de caldo de ave por 1 parte de salsa de soja y 1 parte de azúcar durante 1 hora con la cazuela tapada a fuego medio. Por último, se puede hornear 5 minutos a 200 grados para servir la panceta dulce, salada, tostada, crujiente y cremosa. Simplemente brutal. ¡Ah! Eso sí, mejor con picante.

Y esto no es todo, familia. Si no os apetece cocinar, si estáis con cuerpo de domingo y solo queréis que os sirvan, no tenéis más que reservar en su restaurante, reconocido con un sol Repsol, la recomendación Michelín, una estrella verde Michelín y Bib Gourmand Michelin, ahí es nada.

Es un auténtico lujo que una pareja defienda un producto igual que lo hacen Joxi y Amaia en Lekunberri y que, además, nos den todas las facilidades del mundo para que podamos llegar hasta él. ¡Eskerrik asko pareja, bejondeizuela!

Prometo, pronto, contaros mí experiencia probando su menú…

On egin!




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sábado, 23 de marzo de 2024

Cocinando con Georgianos

La gastronomía ha sido puente de encuentro entre Euskal Herria desde hace ya algún tiempo.

Es por ello que nos complace traer este reportaje a ustedes desde la página de Noticias de Guipuzcoa.

Buen provecho:


La conexión gastronómica entre Euskadi y Georgia: platos tradicionales

Chefs de Euskadi y Georgia tuvieron un encuentro singular en la región georgiana de Kakheti, donde se unieron tradiciones culinarias y vitivinícolas de ambos territorios; un hermanamiento que llega a parentescos singulares entre las dos culturas

Aitzol Zugasti

Promover y fusionar la cultura culinaria de Euskadi y Georgia era el objetivo principal de la iniciativa Culinary Connection, organizada por el Basque Culinary Center y el Gobierno Vasco. En palabras de Bittor Oroz, Viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco, “las dos culturas están relacionadas, así como la singularidad lingüística, sobre todo relacionadas con la agricultura o con los topónimos. De ahí viene realmente la teoría que relaciona a los pueblos que nacieron de una raíz común y luego se han separado en la historia porque en medio han pasado muchas cosas a lo largo de los años”.  

Esta gran celebración gastronómica reunió a más de doscientas personas, incluidos chefs de hoteles y restaurantes de toda Georgia, y contó con el apoyo del Ministerio de Economía y Desarrollo Sostenible de Georgia, la Administración Nacional de Turismo de Georgia, el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco y el Basque Culinary Center (BCC). Joxe Mari Aizega, director de BCC, valoraba el trabajo que se está realizando junto a Caucaso University desde hace un par de años.

La simbiosis entre la parrilla, el saber hacer, la técnica, el tratamiento del producto, la adaptación, el respeto y la creatividad, fueron los temas que se trataron en el debate La brasa como técnica culinaria, entre el chef Davit Narimanishvil, Igor Arregui (Rest. Kaia), Pili Manterola (Rest, Iribar), Xabier Gorrotxategi (Rest. Casa Julián), y Jon Ayala (Rest. Laia), y que fue moderado por Imanol Zubelzu, de Mantala Basque Gastronomy, que respaldó la iniciativa georgiana.

Además, hubo ponencias como la Sostenibilidad a través de los productos locales del chef Juan Carlos Caro, del Zelai Txiki donostiarra, que luce una estrella verde de la Guía Michelin, donde profundizó su saber hacer con el aprovechamiento del agua de lluvia, el compost y la huerta que gestiona. Enrique Fleishman presentó elaboraciones basadas en distintas técnicas y la mañana se completó con los show cookings de los chefs locales Tekuna Gachehciladze o chef David Narimanishvili.

La cena posterior, celebrada en Dergi Restaurant, de Nukriani, brindó una oportunidad única para degustar elaboraciones de los chefs de ambas regiones. Por una parte, Mahaia kolektiboa maridó sus creaciones con vinos representativos de Basque wines con la sommelier y joven talento Shua Ibáñez Rico (Restaurante Arzak) al frente, mientras que la pastelera Cristina García (CrisLa Sweets) se encargó de poner el toque dulce con Paisaje láctico; y por otra, de la delegación georgiana apoyaron la diversidad local y hubo una notable representación de cocineros y cocineras como Davit Narimanishvili, Tekuna Gachehciladze, David Nari, Keti Kvichidze y Daduna Glonti.

Davit Narimanishvili

Productos como las nueces, berenjenas, ortigas, cilantro, maíz de distintos colores, alubias rojas, el omnipresente estragón, carne de ternera y cordero, acompañado con la técnica de las brasas, son parte de la esencia de la cocina georgiana.  

Charlamos sobre ello con Davit Narimanishvil (Tiflis, 1983), cocinero afincado en el pueblo guipuzcoano de Irura, que nos acompañó en este maravilloso viaje a la desconocida Georgia. “La parrilla de sarmientos es lo más común que se emplea, aunque también leña, y todo ello asado en parrilla u horno cerrado. Así, las piezas enteras como cordero, cerdo, en cortes como la costilla, son perfumadas”, comenta Davit. “Y siempre acompañado con pan, en nuestra cultura es fundamental, y se realiza en un horno cilíndrico con apertura superior, parecido al del tandoor indio”, apunta.

Davit aterrizó en Barcelona en el año 2008 buscando labrarse un futuro mejor que el que le auguraba su lugar de origen en un momento histórico y complejo con la guerra de Osetia del Sur entre Rusia y Georgia, que marcaría los siguientes años de su país. Formado en la Escuela Superior de Hostelería Hofmann y con estudios posteriores de Máster en el Basque Culinary Center, su curriculum pasa por referentes como el DSTAgE o Viridiana, de Madrid en ambos casos, donde llegó a ser jefe de cocina de este último. Ahora se dedica a trasmitir la cultura gastronómica de su país en la apertura de restaurantes de cocina tradicional georgiana.

“Ahora estamos descubriendo lo perdido. Cuando pertenecíamos a la Unión Soviética teníamos cuatro platos y ahora se han ido recuperando las recetas antiguas. Sólo comíamos Khinkali (raviolis), Borch (una sopa de ukraniana), Cheburekin (una empanada típica de Kazajistán) y mucha carne como la fritura Kotlet en forma de croqueta, el estofado Gulash, Pilmeni y puré de patata”, recuerda el joven georgiano echando la mirada atrás.

Platos tradicionales

Narimanishvil nos describe los platos más emblemáticos:

- Chakapuli: es un guiso hervido que se cocina en la región de Kajetia. El cordero lechal se trocea y se dispone sobre capas (originalmente en cazuela de hierro fundido), sal, estragón (muy empleado en el país), cebolleta china, cilantro, perejil y la ciruela que aporta acidez. Añadido un chorrito de vino blanco, se pone a hervir el conjunto tapado durante dos horas. A pesar de no estar marcada la carne, el resultado, es delicioso.  

- Jachapuri o khachapuri: Cada región tiene su tipo, aunque en la visitada no lo cocinan. Jacha significa derivado el lácteo y es un tipo ricota; puri es pan. Es de forma alargada y con un hueco grande en el medio, con una yema de huevo, que simboliza el sol y los buenos augurios que se deseaba a los pescadores que salían al mar.  

- Khinkali: recuerda a una gyoza. Normalmente se rellena de carne –ternera, cerdo, cordero–, además de cebolla, pimienta, sal y ajo. En las ciudades se degusta con hiervas o en la montaña sin ellas.

- Satsivi: es un plato festivo de invierno que se disfruta en familia. El pollo o pavo se acompañan de una salsa de nueces –molidas en un mortero junto a fenogreco, cilantro, canela, clavo, hojas de caléndula y ajo–. “Cuando se calienta se convierte en algo mágico”, dice Davit.

- Badrijani: cortada la berenjena a lo largo, se le añade sal para extraer el agua y freírla después en aceite de girasol. Una vez rellena de pasta de nueces, perejil, ajo y especias como la albahaca, el azafrán o el fenogreco, se come siempre frío como aperitivo.

- Churchkhela: como si fuera una vela, este dulce lo realizaban pastores y guerreros que lo llevaban en sus viajes. Consiste en zumo de uva reducido hasta obtener una especie de mermelada natural. En ella se sumergen unas nueces troceadas con un hilo para dejarlas secar después.

Los vinos

El quevri, es un recipiente similar a una gran ánfora enterrada en el suelo. Las vasijas de arcilla son recubiertas de cera de abeja y enterradas bajo tierra, donde la temperatura se mantiene durante todo el año, lo que permite que el vino fermente en el frescor natural de la tierra. En la época de la vendimia, los hollejos raspones y todas las uvas pasan por ahí. La mezcla se conoce como chacha, y en Kaheti, que elaboran cuatro quintas partes de la totalidad del país, lo maximizan obteniendo a su vez un aguardiente llamado de la misma manera.

El vino quevri georgiano es el más antiguo y los hallazgos arqueológicos, entre los que se encontraron los primeros recipientes utilizados para la fermentación del vino, se remontan al año 6000 a.C.

Lo que distingue el quiebre de las tinajas es que siempre está enterrado. En ocasiones lo sellan con arcilla cuando la fermentación alcohólica y la maloláctica finaliza. Esto significa que no se requiere control de la temperatura y que el vino se asienta y se decanta de forma natural.

Además, debido a la forma cónica del fondo de la vasija, hace que su contacto con las precipitaciones sea mínimo.

Los quevri pueden ser de cincuenta litros para consumo doméstico o hasta 4.000 en una de las bodegas más grandes de Georgia. La vinificación con quevri, considerada en el pasado una reliquia pintoresca y folclórica, se practica y se valora cada vez más como una parte esencial de la singularidad del vino georgiano. La Unesco distinguió a este proceso en el 2013 como Patrimonio Cultural Inmaterial.

La uva más popular y masiva es Rrkatsiteli (kakheti), pero entre algunas clásicas y otras que se van descubriendo, están Kisi, Khikhvi, las Mtscvane (que significa verde) Manavis o Goruli, Tsolikauri, Tsitska, Chinuri, Ojaleshi, Aladasturi y Saferavi.

En la región de Kaheti podemos encontrar conceptos como Chateau Zegaanio o Pheasant’s Tears.

Chateau Zegaani está situado en la microrregión de Mukuzani, que, por sus condiciones climáticas y la composición de su suelo, ocupa un lugar especial entre los terruños de Georgia. En el Chateau, las 18 hectáreas de viñas disponen de certificado ECO para los mercados de Europa y USA. Con Saperavi de quevri obtienen un Zegaani Red wine, con el periodo de envejecimiento de dos años y con uvas Rkatsiteli. Con dos años de envejecimiento en el mismo recipiente, dan Zegaani Kakhuri.

También emplean vinos en barricas de roble francés, aplicando técnicas del siglo XIX y utilizando Saperavi envejecido durante dos años, dando el nombre de Mukuzani, la leyenda de la vinicultura georgiana.

Todos los vinos de Pheasant’s Tears, en cambio, se fermentan y envejecen en quevri. Han recuperado uvas que estaban perdidas y la bodega se construyó en el propio viñedo para minimizar el daño a las uvas en el transporte, lo que les permite cosechar y prensar más rápido. El tiempo de maceración depende de la variedad y del tamaño del qvevri, pero oscila entre tres semanas y seis meses. Todos los vinos envejecen exclusivamente en las vasijas, no reciben aromas de las barricas de roble y la variedad de 150 referencias diferentes pasan en su diversidad por blancos, tintos o naranjas, a cervezas realizadas con levaduras del vino para fermentar la cerveza.

Sus exportaciones llegan a las mesas de restaurantes mundiales como Nobu y Celler de Can Roca. 




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jueves, 24 de agosto de 2023

El Arotzenia de Urruña

La gastronomía vasca es reconocida en todo el mundo en sus dos vertientes, tanto la tradicional como la nueva - esa que se regodea en lo "molecular" - han hecho escuela.

Pues bien, este excelente artículo publicado en El País nos habla de todo un auzolan en favor de un establecimiento muy particular; el Arotzenia, ubicado en Urruña, a caballo entre Hendaia y Donibane Lohitzune.

Deléitense con la lectura:


Arotzenia, el restaurante vasco cofinanciado por sus vecinos que planta cara a la industria agroalimentaria

En este local ponen a prueba un modelo económico alternativo en la restauración, con un precio justo para sus productores, casi todos asentados a ambos lados de la frontera vasca

María D. Valderrama

¿Qué es un restaurante? La respuesta aparente a esta pregunta persigue al cocinero francés Antoine Chépy, desencantado de la ostentación de los restaurantes de la lujosa costa vasca en los que comenzó su carrera. “¿A quién alimento con estos menús a 100 euros?”, rememora Chépy en el salón de su restaurante, Arotzenia, en la localidad francesa de Urruña. Lo abrió en 2021 junto a su pareja, la brasileña Bianca Muller, exabogada en una multinacional de São Paulo, y con el respaldo del Albergue Asociativo Etxeberria, que creó para promover una cocina tradicional y sana que provenga de los productores del territorio. La asociación engloba ya a unas 800 personas, sobre todo vecinos. “Hay gente que descubre nuestro proyecto y quiere adherirse, pero no queremos que la asociación sea una burbuja. Los socios tienen que haber pasado por este lugar”, explica Chépy.

El local, dentro de una tradicional casona vasca entre Hendaya y San Juan de Luz, no tiene nada de excepcional. Pasando por delante, incluso si uno se para a probar sus gustosos puerros con vinagreta de huevo (8,50 euros), su potaje de patatas y puerros (7 euros) o su piperrada (11 euros), resulta difícil saber qué revolución se esconde tras la carta de Arotzenia. “No tenemos banderas ni dogmas. La gente viene y si pregunta le explicamos, pero no pedimos nada, ni que nadie se convierta. Es mucho más subversivo: los 20 euros que te vas a gastar irán directamente a los productores. Es una acción directa”, explica Chépy. Pero volvamos a su pregunta inicial, ¿qué es un restaurante?

El primer restaurante, situado en París, probablemente en la rue du Louvre, fue obra de un tal Boulanger que en 1765 inscribió en su negocio una frase sacada del Evangelio: “Venite ad me, omite qui stomacho laboratis, et ego restaurabo vos”, “Venid a mi casa, hombres que tenéis el estómago débil, y yo os restauraré”. El ‘restauran’, comida a la que se le otorgaban propiedades digestivas casi curativas, entró en 1835 en la Academia Francesa con la acepción que le damos ahora. Pero para Chépy la gastronomía se ha convertido en un parque de atracciones y el capitalismo ha arrasado con un concepto que ahora vive del espectáculo y, como casi todos los negocios, para pagar alquileres desorbitados. Esa fue su constatación tras 12 años trabajando en la alta gastronomía, restaurantes premiados con estrellas Michelin como el Hôtel du Palais de Biarritz, pero en los que, en su opinión, la calidad se pone en el savoir faire, no en los productos.

“Lo que aprovisiona hoy los restaurantes es la cadena industrial agroalimentaria. Hay excepciones: ahora se lleva subir fotos a Instagram con tu amigo el agricultor, con quien trabajas un producto o dos. Mi intención es hacer lo contrario: una cadena agroalimentaria campesina y del territorio”, explica Chépy, cuya idea ha recibido el respaldo de clientes como Anne, vecina enamorada de su cocina, que le prestó 10.000 euros sin intereses para lanzar este proyecto, dentro de un antiguo albergue familiar cerrado en 2019. Chépy y Muller han reembolsado ya la casi totalidad de esta ayuda.

En Arotzenia, los beneficios que da el restaurante se reinvierten en la mejora del local. Los adherentes, que pagan una cotización de entre 10 y 15 euros al año, contribuyen con su dinero a la compra de material, como una nueva nevera, pero también a la celebración de conciertos y acciones que buscan crear lazos entre vecinos y preservar una cocina tradicional en un ambiente popular. Es la tercera pata de este laboratorio culinario: restablecer el vínculo con los agricultores, promover una alimentación sana y local y mantener los vínculos sociales. Esto eran, también, los antiguos restaurantes.

Esta aventura le ha valido protagonizar el libro De la terre à l’assiette (De la tierra al plato), del periodista francés Quentin Guillon. Con el Arotzenia como estrella principal, Guillon intenta explicar cuáles son las amenazas que pesan sobre la seguridad alimentaria en Francia, un país donde la autonomía alimentaria de las 100 principales áreas urbanas se reduce al 2%, es decir, el 98% de los alimentos consumidos son importados de otras regiones o del extranjero, según un estudio publicado en 2017 por la consultora Utopias. Las originales experiencias de personas como Chépy y Muller y la red que han construido en torno a ellos, con productores independientes como Château Tour Blanc, uno de los primeros viñedos de las Landas en trabajar una agricultura biológica en 2001, muestran que implantar modelos de alimentación alternativos, en apariencia idealistas, es posible.

El sueño de Chépy llega tan alto como para reflexionar sobre una seguridad social de los alimentos: restaurantes de comida saludable en los que pagues en función de tus ingresos. Una idea lejana aún, pero que este cocinero evoca con sus pares y otros participantes de las reuniones sobre seguridad alimentaria que organiza el consistorio de Urruña. “El objetivo es que nuestros agricultores y nuestras parcelas alimenten de aquí a septiembre de 2024 los comedores de nuestros niños y ancianos”, dice la adjunta del ayuntamiento, Marie-Christine Elizondo, en el libro de Guillon. Con ciudades vecinas como Hendaya y Biriatou, los municipios tratan de encontrar una forma más eficiente de producir el millar de comidas que ofrecen guarderías, escuelas y residencias.

El producto dicta el menú

En Arotzenia, el producto dicta el menú. Chépy y Muller compran lo que hay, todo de temporada y procedente de un área aproximada de 200 kilómetros. Los platos se venden a un “precio justo”, que para ellos no equivale a barato. “El precio justo es el que permite a todos los eslabones de la cadena tener una remuneración justa”, dicen. El comensal —prefiere no llamarlos clientes— paga entre 20 y 30 euros por una comida saludable: potaje de verdura, sopa de pescado, ensaladas originales, caviar de berenjenas, verduras rellenas… El plato más accesible ronda los 6 euros y el más caro los 22. La copa de vino, de viñedos independientes y ecológicos, entre 3 y 4 euros. “Lo que me preocupa es el valor nutritivo de mis platos”, asegura el cocinero.

Chépy trabaja casi sin intermediarios y compra él mismo sus productos. A lo largo de una comida señala el origen de cada uno de los productos sobre la mesa, en su mayoría vascos. Las anchoas vienen de Cantabria. El queso es de las ovejas que cría su hermano en la misma zona. En una esquina de la habitación hay sacos de arroz y judías que le traen dos veces al año desde Navarra. Tan sólo se permite alguna excepción, las especias, el café y algún vino, de Borgoña.

Junto a ellos trabajan dos jóvenes, interesados en el desarrollo sostenible y la hostelería. El salario más bajo es de 1.000 euros, el más alto, el de Chépy, de 1.500 euros, y de vez en cuando otro cocinero pasa con ellos unos días para aprender de su sistema. Esta semana ha sido el turno a Emmanuel Shiavone, fundador del restaurante asociativo Casa Consolat, en Marsella.

Hace tan solo unos meses que Chépy empezó a cobrar, cuando el crecimiento del restaurante lo permitió. Hacen un único turno —este verano lo han pasado a las tardes—, y abrirán otro servicio si consiguen tener más comensales para contratar a un segundo equipo. “En tres años podré decirte si hemos conseguido el segundo objetivo de nuestro experimento: un modelo económico que funcione, con una tesorería al día”. En Arotzenia los pasos se dan poco a poco, con la ilusión de afianzarse como un lugar de referencia en el País Vasco y servir tal vez de inspiración a otros inconformistas.

Arotzenia

Dirección: 47 Rue Jean Fourcade, 64122 Urrugne, Francia.
Teléfono: +33 7 57 77 17 94
Horario: julio y agosto, abierto por las noches. De septiembre a junio abre a mediodía.
Precio medio: entre 20 y 30 euros.

 

 

 

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sábado, 8 de abril de 2023

El Karapaixo

Es la temporada así que aquí les compartimos información acerca de esta tradición en Euskal Herria:


Fiestas y tradiciones: karapaixo, garipua, mokotza

Desde el miércoles de ceniza hasta el domingo de Resurrección, hay un imprescindible para el paladar; el karapaixo. La ancestral tradición (desaparecida en muchos lugares), de regalarlo a ahijadas y ahijados sigue gozando de una excelente salud. ¿Quién no ha probado, aunque no sea goloso, la popular versión repostera de bollo y chocolate? «Cuando yo era pequeña, eran típicos los de pan y huevo duro que hacían en casi todos los caseríos, ahora se llevan más los de pastelería, y a mí me gusta mantener las tradiciones», explicaba el viernes una amama que cumplía con los nietos ante la ausencia de padrinos. A su lado dos madrinas y sus respectivos ahijados dilucidaban si optar por el clásico huevo de chocolate con sorpresa o la fauna de animalitos.

Karapaixo es un pan que se hace en algunas zonas de Euskal Herria, durante la cuaresma, como en Oñati, ese lugar privilegiado con fantásticas vistas hacia los montes Kurtzetxiki, Kurtzebarri, Anboto y Udalatx y rodeado de prados verdes, en donde varios caseríos han conservado sus hornos para hacer pan. Y lo que es más importante para los amantes de la gastronomía vasca, las recetas de productos tradicionales como el karapaixo. Pan, que los padrinos regalan a sus ahijados hasta el día que se casan, aunque, sé de gente que aun después lo sigue recibiendo. Ese día (boda), en alguno de los pueblos dejan de regalarles el karapaixo y les regalan zapatos.

El karapaixo más tradicional suele tener forma triangular y como relleno tres huevos y tres chorizos. Y, algo que puede parecer casual no lo es. Todo tiene explicación, aunque a veces hayamos perdido la capacidad de entenderlo. Hay que recordar que el karapaixo floreció y prosperó en un ambiente de profunda fe católica. Una fe que ha ido construyéndose sobre muchos pensamientos anteriores, entre ellos las corrientes filosóficas clásicas. Por tanto, mucho del saber de filósofos clásicos como Platón nos han llegado a través de un punto de vista cristianizado.

Para Platón, y otros muchos sabios de la Antigua Grecia que tenían en la geometría y las matemáticas algunas de las vías para comprender la Naturaleza, el triángulo era un elemento esencial y ladrillo de la base del Universo. Era la estructura básica de la quintaesencia de las cosas, la forma más pura. Por otro lado, ese triángulo se forma con tres lados que se unen, a su vez, en tres vértices. En numerosas culturas el tres representa el inicio de la creación, que no os parezca extraño, por tanto, que un triángulo equilátero sea la representación del ser más puro del cristianismo en sus tres formas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Además, la cristiana no es la única corriente religiosa con esa concepción del ser supremo y su pluralidad. También se usa el tres como representación de los tres astros mayores: Tierra (Amalur), Sol (Eki) y Luna (Ilargi).

Esta es una tradición antigua y en un tiempo se hacía en muchos caseríos. A pesar de ser muy antigua no se ha llegado a perder, hoy es el día que los niños y no tan niños lo reciben con muchísima ilusión. En un tiempo, los viernes de la cuaresma no se le ponía chorizo para respetar la vigilia. En el alto Deba se le conoce con el nombre de Karapaixo, Garipaua en Elgeta  y Mokotza en el Duranguesado. Dicen, que en su origen se llamaba garapaio y que es una costumbre anterior a la romanización. Se hacia para dar la bienvenida a la primavera y los huevos, simbolizarían la nueva vida. Cuando fuimos cristianizados, la tradición del «karapaixo-garipaua-mokotza» paso a celebrarse en la cuaresma.

Esta especialidad comparte características y tradición con otras “hermanas” de muy diversas zonas geográficas. Después de la temporada de Cuaresma, la Pascua, símbolo de la resurrección de Cristo, ha sido siempre celebrada con dulces especiales: En Santurzi se llama Cornite, en Gipuzkoa Opilla, en Levante Mona en Galicia Roscón o Trenza, en Andalucía Hornazo, en Asturias Frisuelos, en Castilla Bollos… son algunos de los dulces habituales de esta época. Las festividades de pascua, ancladas en los remotos ritos paganos del solsticio de primavera, tienen un símbolo por excelencia en toda Europa: el huevo. Con este símbolo se han identificado durante siglos la fertilidad y la nueva vida que la primavera entrante representa.

La tradición del regalo de pascua está ligada al símbolo del huevo y se celebra prácticamente en toda Europa. En gran parte del centro y norte de Europa eran simplemente huevos lo que se regalaba, y de ahí los huevos de chocolate que se han adoptado como un elemento de pascua también en nuestro país. Pero para nosotros el regalo de pascua ha tomado la forma de pastel o tortas, eso sí, con uno o varios huevos encima, que representan la vida. El hecho de que se ofrezca a los niños por parte de los padrinos, antiguamente era padrino el que tocaba al niño por primera vez, es la representación ritual de la primavera renacida tras el invierno. Por eso están también estos pasteles ligados a las bendiciones de los campos para proteger las cosechas, que se llevan a cabo en San Marcos, el 25 de Abril, y en lugares como Irún o Fuenterrabia las opillas se comen en una procesión por los campos del entorno.

 

 

 

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lunes, 29 de agosto de 2022

América y sus Vascos

El nuestro es un blog editado desde la diáspora vasca para la diáspora vasca, como ya lo hemos dicho con anterioridad.

Es por ello que nos agrada mucho compartir este meticuloso reportaje acerca de las migraciones vascas al continente hoy conocido como América así como la impronta que han ido dejando a lo largo de los últimos cinco siglos, mismo que ha sido publicado por la BBC.

Adelante con la lectura:


El legado que los vascos dejaron en América (además de los apellidos)

Marcos González Díaz

Amerikara noa ere nere borondatez / hemen baino hobeto izateko ustez… ("Me voy a América por mi propia voluntad / con la esperanza de vivir mejor que aquí"…)

Así comienza una popular canción en euskera —el idioma de los vascos— que describe el largo viaje que millones de ellos hicieron para migrar a países de América en diferentes etapas de los últimos cinco siglos en busca de nuevas oportunidades.

Esta migración fue común desde muchos países a lo largo de la historia. Pero quizá lo más llamativo es que los vascos, que se reparten entre la Comunidad Autónoma del País Vasco (o Euskadi) y Navarra —en el norte de España— e Iparralde —en el suroeste de Francia—, dejaran una huella tan notable en América siendo una población que hoy apenas ronda los tres millones de personas.

"Obviamente, no puedes comparar un grupo tan pequeño con los millones de italianos que migraron allí y la impronta que dejaron… pero, cualitativamente hablando, los vascos sí que dejaron un importante legado", valora Óscar Álvarez Gila, coordinador del postgrado sobre Diáspora Vasca de la Universidad del País Vasco.

Pero ¿cuántos vascos llegaron a migrar?

"No lo sabemos y nunca lo sabremos", responde tajante a BBC Mundo. "En las estadísticas no existía la categoría 'vasco' para catalogarlos [eran registrados como españoles o franceses], y muchos de quienes migraban en el siglo XIX lo hacían de manera ilegal cruzando la frontera con Francia y tomando un barco".

Sin embargo, basado en estudios, testimonios y la presencia actual de descendientes, el experto cita como destinos preferidos de aquellos vascos migrantes Chile, Cuba, el oeste de Estados Unidos y México; aunque superados ampliamente por Uruguay y sobre todo Argentina, donde se dice que en torno al 10% de su población actual tiene algún antepasado vasco.

A excepción de quienes salieron exiliados por razones políticas tras la Guerra Civil española en 1939, la mayoría de vascos que viajaron a América en diferentes corrientes durante los últimos siglos lo hicieron en busca de oportunidades de trabajo a países con economías en expansión y con políticas de acogida para migrantes muy favorables durante décadas.

Era lo que entonces se llamaba salir a "hacer las Américas".

"En alguno de esos países se pagaba mejor que en el País Vasco, así que viajaban para mejorar su vida y hacer capital con la idea de regresar convertidos en alguien, y muchas veces con la idea de ayudar a fundaciones, a escuelas… Así se convertían en figuras reconocidas. De ahí viene el concepto de 'indiano'", le dice a BBC Mundo Josu Ruiz de Gordejuela, historiador y autor de varios libros sobre vasconavarros en México.

En BBC Mundo recopilamos junto a expertos una pequeña parte de todo ese legado que la diáspora vasca llevó hasta América y que permaneció (o se adaptó) hasta la actualidad.

Apellidos

Quizá, aunque ni siquiera lo sepas, en tu familia hay raíces vascas si tu apellido es Iturbide (que significa "camino de la fuente" en euskera), Elizondo ("junto a la iglesia"), Ezeiza (de izei como "abeto"), Bolívar (bolu e ibar, "la vega del molino") y un largo etcétera. Según expertos, los vascos generaron unos 70.000 apellidos de los que hoy conservan unos 35.000.

Su presencia en América es tan amplia como, a veces, difícil de investigar. Primero, porque no todos son apellidos claramente identificables al no tener siempre una grafía en euskera; y segundo, porque muchos apellidos de origen vasco se extendieron después por otros territorios cercanos.

"El caso más emblemático es García, generado en el reino de Pamplona y que significa 'joven', pero que después fue llevado al resto de reinos de España. Por eso, tener hoy un apellido vasco como García no significa que tú lo seas. Es lo que llamamos 'apellidos vascos generalizados'", le dice a BBC Mundo Jorge Beramendi, historiador y miembro de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay.

Esta agrupación hizo un minucioso trabajo de investigación examinando guías telefónicas argentinas, padrones electorales y diccionarios para llevar a cabo la mayor recopilación de apellidos vascos en el país —unos 25.000— y que pueden consultarse en la web feriadellibrovasco.com

Otra dificultad para identificarlos es que muchos de estos apellidos fueron registrados al llegar a América de manera distinta por la similitud entre algunos sonidos (como "s" y "z"; "b" y "v", "c" y "k"…), por diferencias en las reglas ortográficas del euskera con los idiomas principales de los países donde se migraba, así como por la posterior estandarización del idioma en Euskadi y adopción de nuevos dígrafos como la "tx", pronunciada como la "ch" en español o "tch" en francés.

Todo esto dio lugar a que hoy existan múltiples variantes de un apellido, como ocurre con Etxeberria ("casa nueva", en euskera) y Echeverría, Echebarria, Etcheverry, etc. También con Otxoa y Ochoa (que significa "lobo", aunque escrito como otsoa), Jauregi y Jáuregui ("palacio"), Intxaurrondo e Inchaurrondo ("nogal"), Berasategi y Berazategui, Apodaka y Apodaca…

Nombres geográficos (y el legado de personajes históricos)

Debido al gran número de vascos que participaron en las primeras expediciones que llegaron a América desde España, es habitual encontrar su huella en multitud de los nombres que elegían para bautizar zonas o ciudades que encontraban a su paso.

Es lo que hizo Francisco de Ibarra cuando nombró parte del norte de México como Nueva Vizcaya, en honor a la provincia vasca en la que nació. Si bien el nombre y sus límites no se conservan, sí continúa existiendo su capital Durango —en homenaje a otra ciudad vizcaína—, que hoy preside el estado mexicano del mismo nombre.

Ibarra, en Ecuador, fue fundada por orden del vasco Miguel de Ibarra y Mallea, y comparte nombre con otra Ibarra en el País Vasco. Otros nombres se perdieron como el de Nuevo Bilbao en Chile, que en el siglo XIX pasó a llamarse Constitución pero que aún conserva en su escudo el de la ciudad vasca sede del Museo Guggenheim.

Y aunque no le dejó un nombre vasco, solo un dato sirve para comprender la enorme influencia de aquel pueblo en Argentina: la segunda fundación de Buenos Aires en 1580 —bautizada entonces como Ciudad de Trinidad— corrió a cargo del vasco Juan de Garay.

Los mexicanos también encuentran vascos clave en su historia si pasean por el Ángel de la Independencia, donde reposan los restos del general navarro Francisco Xavier Mina que luchó junto a los insurgentes frente a España. Otros héroes nacionales como Juan Aldama, Ignacio Allende o Mariano Abasolo también provenían de familias vascas aunque ya nacieron en Nueva España.

Es el mismo caso que el de Agustín de Iturbide, hijo de vasco y primer emperador de México que, según historiadores, se definía sin embargo como "vasco de cuatro costados". Él fue quien adoptó la bandera tricolor del primer gobierno mexicano con el verde, blanco y rojo vigentes en la actualidad, así como el águila sobre el nopal en el escudo.

Pero el más destacado de los herederos de vascos en la independencia de América fue sin lugar a dudas Simón Bolívar, descendiente de quinta generación de un vizcaíno vecino del municipio de Ziortza-Bolibar que migró a Venezuela a finales del siglo XVI. En su juventud, el propio Libertador viajó a Euskadi para reencontrarse con sus raíces antes de convertirse en la figura clave de la independencia de varias naciones americanas.

También en el ámbito cultural encontramos influencias vascas. Sor Juana Inés de la Cruz, una de las más importantes figuras literarias de Nueva España, era hija de un guipuzcoano e incluso intercaló en algunas de sus obras referencias al País Vasco y varios versos en euskera.

Frontones

Antes de que el fútbol y el béisbol se convirtieran en deportes de masas en muchos países americanos, la pelota vasca ya atraía a multitudes a los frontones donde se practica desde hace siglos en sus diferentes modalidades.

Este deporte traído por los migrantes —y el negocio de las apuestas que lo acompañaba— levantaba auténtico furor en el continente, hasta donde viajaban algunos de los mejores pelotaris (jugadores de pelota) vascos para protagonizar giras multitudinarias.

Si en México o EE.UU. el deporte rey en el frontón era el jai-alai o cesta punta —jugada con una cesta de mimbre—, en Argentina la modalidad que continúa arrasando es la paleta y en trinquetes de canchas cerradas (con paredes en ambos laterales, al contrario que la mayoría de frontones de Euskadi que solo tienen pared izquierda).

"En Argentina, el juego de pelota es todo un juego nacional en alguna de sus modalidades. En prácticamente todos los pueblos hay frontones donde siempre se jugó y se sigue practicando mucho. Es un legado muy tangible de los vascos en nuestro día a día", le dice a BBC Mundo Pablo Ubierna, historiador vascoargentino.

Solo en Ciudad de México llegaron a construirse al menos cinco grandes frontones, algunos de ellos inaugurados por el presidente de la época, Porfirio Díaz. Incluso el revolucionario Pancho Villa era tan aficionado que mandó construir un frontón en la hacienda en la que se acabó retirando en el norte del país.

Pero la llegada de más deportes, la legalización de las apuestas en otros ámbitos y cambios en las leyes de casinos hizo que los frontones perdieran su esplendor en muchos lugares. El año pasado, por ejemplo, EE.UU. echó el cierre al último del país en Dania Beach, Florida. En 2017, el Frontón México reabrió en la capital tras 20 años de inactividad en un intento por reflotar la tradición.

Gastronomía

La gastronomía vasca, reconocida internacionalmente y con un gran número de estrellas Michelin por metro cuadrado en Euskadi, dejó también su impronta en América.

En el oeste de EE.UU., por ejemplo, se popularizaron los hoteles donde los pastores vascos pasaban los meses de invierno, comiendo todos juntos en largas mesas corridas y, generalmente, con un único plato en el menú que se ponía en el centro de las mesas para compartir.

Una vez que la migración de pastores fue desapareciendo y esos establecimientos se fueron abriendo al público general, este peculiar estilo de organización de los locales se mantuvo hasta nuestros días en lo que se llama "estilo casero" o "estilo familiar" de disfrutar de los restaurantes vascos en EE.UU.

En su oferta actual pueden encontrarse productos tan típicos como las alubias hasta otros que no son especialmente populares en el País Vasco. Es el caso del picon punch, un cóctel muy representativo de la migración vasca en EE.UU. a base de licor de hierbas, agua de soda y granadina que, sin embargo, es un absoluto desconocido en Euskadi.

La cocina vasca también vivió variaciones en México, donde uno de sus platillos clásicos de Navidad es algo tan tradicional en Euskadi como el bacalao a la vizcaína.

Sin embargo, la receta original que llegó al virreinato de lomos de pescado con una salsa de pimiento, tomate y cebolla se mezcló después con otros ingredientes como chiles güeros, almendras, aceitunas o papas para adecuarlo a los gustos mexicanos, quienes lo consumen desmigado.

En países como Chile preparan algunos platos acompañados de una "salsa vasca", aunque en Euskadi no exista tal concepto.

Y en Argentina, amantes declarados de la carne, muchos consideran los restaurantes vascos como únicamente especializados en pescado… aunque de sus cocinas también salen deliciosos pintxos (pequeñas tapas atravesadas por un palillo) y chuletones de buey o vaca.

Empresas y actividades económicas


La población migrante vasca realizó diversas actividades económicas en América desde su llegada, aunque en algunos países son recordados por algunas dedicaciones específicas que llevaron a cabo como la de pastores en EE.UU., panaderos en México, lecheros u otras actividades agrícolas en Argentina (donde fueron clave para consolidar aspectos como el uso de la boina en la indumentaria de los trabajadores del campo)…

Es en este concepto de "los vascos lecheros" de Argentina en el que se enmarca el éxito de la empresa láctea La Vascongada, fundada en 1908 por el vascofrancés Pedro Uthurralt. Hasta su quiebra a finales del siglo XX, varias generaciones de argentinos y uruguayos disfrutaron de uno de sus productos más carismáticos: la leche chocolatada Vascolet.

Ya en la actualidad, quizá muchas personas no saben que una de las marcas de cerveza más representativas de México en el resto del mundo tiene ADN vasco. Sí, el grupo fabricante de Corona (o Coronita, en España) fue creado por Braulio Iriarte, un navarro de Elizondo que migró a México siendo muy joven.

Iriarte pasó de trabajar como panadero a tener sus propias tiendas, crear la primera empresa en el país de fabricación de levadura para pan y ser artífice de una de las empresas cerveceras más populares en el mundo.

Hoy en día, María Asunción Aramburuzabala -una de las herederas del emporio y con abuelo vasco- es la mujer más rica de México, según Forbes. Pero hay más casos de éxito en el país azteca.

Ángel Urraza, un joven vizcaíno llegado poco antes de la Revolución mexicana, prosperó hasta fundar Euzkadi, una compañía de llantas tan emblemáticas para el país que incluso en la película Goldfinger de James Bond se les hace referencia durante una escena ambientada en México.

Centros vascos

En arquitectura, hay numerosas construcciones herencia de la diáspora vasca.

El imponente edificio del colegio de las Vizcaínas en Ciudad de México fue el primer centro educativo laico para mujeres de toda América y el único que ha funcionado de manera ininterrumpida en el país desde que fuera fundado por vascos en 1767.

Pero si hay un lugar que simboliza la presencia de los vascos en el extranjero son las llamadas euskal etxeak o centros vascos, de los que el gobierno vasco tiene contabilizados cerca de 200 en el mundo. De ellos, casi la mitad están en Argentina.

Estos centros nacieron inicialmente como lugar de acogida y ayuda mutua entre los vascos que cruzaban el océano hace décadas.

En la actualidad, tratan de mantener viva la identidad social y cultural vasca impartiendo clases de euskera, charlas, conciertos, clases de baile o partidos de pelota, entre muchas otras actividades.

"Pero somos una colectividad que no se ha quedado anclada en lo folclórico sino que está muy comprometida también con las causas políticas", le dice a BBC Mundo Arantxa Anitua, expresidenta del Laurak Bat de Buenos Aires, el centro vasco en activo más antiguo del mundo tras su fundación en 1877.

"Nos sentimos vascos, no franceses o españoles; la sociedad argentina lo entiende perfectamente y tiene una imagen muy valorada de nosotros. Pero aunque somos muy vascos, también somos profundamente argentinos", dice con pasión la actual presidenta de la Federación de Entidades Vasco Argentinas.

Si en Boise —capital del estado de Idaho y considerada epicentro de la diáspora vasca en EE.UU.—, decenas de miles de personas se congregan cada cinco años en un gran festival de cultura vasca organizado en torno a su basque block (barrio vasco) y museo vasco, en la capital argentina es cada año cuando miles toman la Avenida de Mayo para participar en el gran evento "Buenos Aires celebra al País Vasco".

"Una vez me llamaron de la escuela de mi hijo para preguntarme si yo no era abogada, porque él había dicho que yo trabajaba 'de vasca', por eso de que es algo que menciono a todas horas", bromea Anitua.

Para ella, frente a otras nacionalidades presentes en Argentina que "se van diluyendo", el fuerte compromiso de sus componentes hace que la colectividad vasca en el país tenga el relevo generacional asegurado.

 

 

 

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miércoles, 24 de agosto de 2022

Viñedos "Separatistas"

Como ya se ha señalado con anterioridad en este blog, La Rioja -Errioxa- fue territorio vascón durante siglos, hasta que la expansión político militar castellana terminó por arrebatarlo a Nafarroa. La nomenclatura de ciudades, pueblos, ríos y otros puntos geográficos no deja duda de ese pasado.

Pues bien, resulta ser que un evento deportivo, ciclista para ser más precisos, ha generado polémica dado el tema de la dominación de origen de los vinos que se producen en la zona, dividida entre esa comunidad autónoma y Araba. El "separatismo" llevado al ámbito vitivinicultor.

Lean lo que informa El Diario:


La Vuelta deja dos millones de euros en Euskadi y una nueva polémica con la Denominación de Origen Rioja Alavesa

Bilbao es la capital más beneficiada económicamente, con dos etapas con llegada y salida que sirven a la ciudad de ensayo para acoger la salida del Tour

Belén Ferreras

La Vuelta dejará a su paso por Euskadi un impacto económico de casi dos millones de euros. Bilbao será la ciudad más beneficiada por acoger dos etapas, este miércoles y jueves, con meta de llegada y salida en la capital vizcaína. El ayuntamiento bilbaíno ha calculado en un millón de euros el beneficio económico que se quedará en la ciudad, que ha ratificado la apuesta por acoger grandes eventos. De hecho, estas dos etapas sirven de ensayo para la salida del Tour en julio del 2023. En Vitoria, la Vuelta ha dejado 800.000 euros, mientras que Irún, desde donde ha salido la etapa de este martes, fuentes del ayuntamiento señalaban que, pese a no tener cuantificado el impacto económico el balance “no puede ser más positivo” para la hostelería de la ciudad, por lo que trabajan ya para el año que viene puedan tener también una etapa con meta en la localidad.

En la Vuelta 2022 participan un total de 184 corredores de 23 equipos, acompañados de 6.000 personas acreditadas, de las cuales 614 son periodistas y fotógrafos, lo que ha permitido a los hoteles de estas ciudades colgar el cartel de completo, especialmente en el caso de Bilbao, que está celebrando su Aste Nagusia con gran afluencia de turistas. Este movimiento de personas se ha dejado ver también en llenos en bares y restaurantes al paso de la carrera.

Pero el mayor impacto de la carrera es el escaparate que supone. Hay que tener en cuenta que se trata de un evento deportivo que se sigue en 190 por países. Además, cuenta con 1.380.000 seguidores a través de redes sociales y app propia. Precisamente por el enorme impacto que tiene la Vuelta a nivel informativo, un rótulo de TVE en el que se podía leer este martes 'Denominación de origen Rioja Alavesa' sobre imágenes de viñedos, a la altura de Leza y Navaridas, que salió cuando faltaban 5,8 kilómetros para que el pelotón llegara a Laguardia, localidad en la que la Vuelta tenía meta de llegada, ha generado polémica en diversos sectores por la división que existe entre los bodegueros alaveses sobre la posibilidad de que los vinos de esa zona salgan de la denominación de Rioja para constituir una propia como Rioja Alavesa.

Esta es una postura que apoya el PNV, la de crear una denominación propia y el diputado general de Álava, Ramiro González, destacaba una captura de la imagen de TVE con el rótulo sobre la denominación de origen en un tuit en el que señalaba las “extraordinarias imágenes de nuestro territorio” que se habían podido ver en televisión.

Si Ramiro González aplaudía la imagen de TVE con entusiasmo, en el lado contrario se colocaba la presidenta de La Rioja, Concha Andreu, que también desde de las redes sociales respondía al rótulo de TVE: “Denominación de Origen Calificada Rioja solo hay una”, decía la presidenta riojana.

El tema de la nueva denominación de origen se está dirimiendo en estos momentos en Bruselas, ya que la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) ha traslado a la UE la petición de usar la nueva denominación. Mientras tanto, han pedido al Gobierno vasco vender en España vino con el etiquetado de ‘Viñedos de Álava’, aunque, de concederse por parte del Ejecutivo vasco este permiso, estaría condicionado a la decisión europea al respecto.

Tras su paso por Álava el martes, la Vuelta inició su quita etapa el mediodía de este miércoles en Irún, donde miles de aficionados han acompañado en las calles al pelotón y la caravana. La prueba ciclista, tras pasar por Donostia, ha finalizado en en Bilbao tras recorrer 187 kilómetros. Este jueves Bilbao será escenario de nuevo de la salida de la sexta etapa. En la capital vizcaína un total de 300 personas, entre efectivos de la Policía Municipal, personal de áreas municipales y organización se encargarán de garantizar el buen desarrollo de la prueba, que comenzó el 19 de agosto en Utrecht, en los Países Bajos.

 

 



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viernes, 12 de agosto de 2022

5 Décadas del Kalimotxo

Euskal Herria está de plácemes y no podría ser de otra manera; el kalimotxo cumple 50 años de ser el brebaje que no pude faltar en ninguna fiesta.

Esto es lo que nos cuenta al respecto Noticias de Navarra:


El 'kalimotxo' cumple medio siglo

El 12 de agosto de 1972, en las fiestas de San Nicolás del Puerto Viejo de Algorta (Getxo), la cuadrilla 'Antzarrak' puso nombre a la bebida mezcla de vino y refresco de cola

Hoy hace 50 años, el 12 de agosto de 1972, en las fiestas de San Nicolás del Puerto Viejo de Algorta (Getxo), se le puso nombre al 'Kalimotxo', la bebida mezcla de vino y cola, y despegó su popularidad.

En este cumpleaños las fiestas de este pequeño rincón pesquero de Getxo rinden este viernes un homenaje a la cuadrilla que lo popularizó hace medio siglo, 'Antzarrak'.

 Según recuerda el Ayuntamiento de Getxo, aunque la mezcla de vino tinto y refresco de cola ya existía en el Estado español en los años 20 del siglo XX, era una bebida minoritaria debido a que apenas había establecimientos que sirvieran el refresco americano.

La cosa cambió en 1953 con la puesta en marcha de la primera fábrica de Coca Cola en el Estado español y la mezcla se popularizó bajo diferentes denominaciones: Rioja Libre, Mochete, Tincola, Cuba Libre del Pobre o Cubata del obrero.

Pero fue el 12 de agosto de 1972, en plenas fiestas de San Nicolás del Puerto Viejo de Algorta (Getxo), cuando nació el 'Kalimotxo' como tal.

La invención del término se atribuye a la cuadrilla 'Antzarrak', que aquel año asumió la organización de los festejos. Sus miembros decidieron ir a San Fermín para aprender de las fiestas accesibles más conocidas y universales.

En la capital navarra sobrevivieron ocho días, a base de bocadillos de chorizo de Pamplona y manteniendo un nivel mínimo de higiene con baños diarios en el río Arga, según relatan en El invento del kalimotxo y anécdotas de las fiestas, la historia completa del kalimotxo narrada por sus protagonistas.

"Descubrimos los encierros, aunque para asistir a las corridas no teníamos dinero ni lo tendríamos para organizarlas en nuestras fiestas, y las peñas, que nos defraudaron por su escasa participación en la calle, ya que salvo a la salida de los toros y en algunos actos aislados, todos sus festejos los realizaban dentro de sus sedes". recuerdan.

"Callejeábamos incansablemente, conocimos a gente de todas las latitudes y culturas, incluyendo los más insólitos especímenes. Participamos, como animadores, en las partidas de brisca de unas jubiladas en el Caballo Blanco. Una mañana realizamos una pequeña aportación, pintamos con tizas una inmensa pista para jugar a iturris en toda la plaza del Castillo, y cuando nosotros acabamos nuestro juego, dejamos a muchos extranjeros haciendo sus recorridos individuales a gatas por la plaza, mientras los mas cultos de entre ellos debatían en qué pasaje de sus relatos, el escritor Hemingway habría descrito tan extraño juego. Con ello descubrimos que cualquier chorrada resulta atractiva, cuando no hay ni dinero ni nada que hacer", explican los inventores del kalimotxo.  

A la vuelta con su experiencia acumulada y el desparpajo propio de la edad acabaron de definir el programa de fiestas, para las que compraron 2.000 litros de vino tinto que, no se sabe si a causa del calor reinante o debido a la picaresca del vendedor, estaba "picado".

Como el dinero gastado para su compra había sido importante, tuvieron que buscar una salida al vino defectuoso que, aunque no era nocivo para la salud según les informó un médico conocido, tenía un sabor sumamente desagradable.

Después de varias mezclas probaron con el refresco de cola, dieron con la cantidad necesaria para disimular el mal sabor del vino y llegaron a la regla de que era necesario igualar la cuantía de vino y refresco.

De este modo deberían poder colocar a la clientela 4.000 litros de ese brebaje para desembarazarse de todas las existencias de vino.

Hubo quien opinó que ayudaría el no decir de qué se trataba el brebaje, así como ponerle un nombre atractivo.

Las ideas para el nombrecito no cuajaban, hasta que apareció un amigo de la cuadrilla, un erandiotarra apodado "Kalimero" pero más conocido con la abreviatura de "Kali", de aspecto poco agraciado; alguien comentó que en euskara feo se dice "motxo", con lo que la asociación del nombre 'Kalimotxo' fue rápida y unánimemente adoptado por todos y todas.

El éxito fue increíble. El término 'kalimotxo' se fue extendiendo por Euskadi y Navarra, popularizándose ya a principios de la década de 1980, y de ahí se extendió por las regiones vecinas y finalmente a todo el Estado.

Más tarde, la multinacional Coca Cola registró el nombre de la popular bebida. Incluso la Real Academia Española de la Lengua reconoce la denominación Calimocho como nombre de la mezcla de vino tinto con refresco de cola.

Hoy se cumplen 50 años del despegue de la popular bebida, tiempo en el que han cantado al 'kalimotxo' desde Pablo Carbonell a La Otxoa o la rockabilly estadounidense Eilen Jewell, y la bebida sigue vigente. No ganará concursos gastronómicos, pero es barata, simple y fresquita. 




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