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jueves, 21 de octubre de 2021

Esparza Zabalegi | Si Fuéramos Uruguayos

Con motivo del décimo aniversario de la Declaración de Aiete, que llevaría al inicio del proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración de la organización antifascista vasca ETA -esa a la que cierta articulista de la revista Pikara Magazine se refiere con banda en una reciente reseña cinematográfica-, les presentamos este texto de Jose Mari Esparza Zabalegi que ha sido compartido en Facebook:


Si fuéramos uruguayos

Jose Mari Esparza Zabalegi

Durante décadas, la prepotencia española alardeó de haber exportado a las dictaduras americanas su modélica Transición. Es cierto que había similitudes: todas partían de golpes militares sangrientos y acabaron con apaños entre las élites para entrar, borrón y cuenta nueva, en democracias vigiladas. Las cárceles se abrieron y salieron de ellas los que más habían bregado por la libertad, con fierros generalmente: tupamaros, montoneros, ERP, MIR... En las cárceles españolas la mayoría eran vascos y de estos, la gran mayoría de ETA, la gran hostigadora del franquismo. Se suele olvidar que la dictadura española duró más que la de Chile, Uruguay y Argentina juntas, y había producido mucho mayor número de víctimas. Ergo, había aquí motivos más que sobrados para sublevarse y armas tomar, porque hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos recuerda en su prólogo que donde no hay derechos, el hombre se ve compelido «al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión».

Nos vendieron una España como exportadora de democracia, obviando que esos países del cono sur son repúblicas independientes, que volaron de la jaula española con alas propias. Con sus carencias, de sobra conocidas, su tradición liberal y sentido democrático es al español lo que el cóndor andino es al cuervo castellano. Nada que ver. Basta recordar que desde 1918 Uruguay se separó oficialmente de la Iglesia, que no sostiene ninguna religión y que en sucesivos referéndumes ha decidido que las principales infraestructuras del país no se puedan privatizar, como las telecomunicaciones, el agua y la electricidad. Como España, vamos.

Servidor tiene a gala tener grandes amigos tupas, montos, miristas y demás «terroristas» latinoamericanos, hoy devenidos en escritores, editores, cuadros dirigentes y ciudadanos conscientes, guiados en la paz por la misma ética y compromiso social que les guió en los años de plomo. Muchos de ellos trajinaron con vascos, haciendo zulos (tatuseras les llaman allí) y otras maldades, mientras el navarro Lucio Urtubia hacía pasaportes falsos para todos. «Patria y libertad», decían allí. Como aquí, en vascuence.

En 1977 se logró la amnistía. Si los 749 vascos que salieron libres, la mayoría de ETA, y los que volvieron del exilio, hubieran sido chilenos, uruguayos o argentinos, hubieran sido llamados héroes de la libertad. Como en Uruguay, todos los presos y torturados cobrarían una pensión vitalicia nada desdeñable. Los años pasados en prisión o en el exilio se contarían como cotizados a la Seguridad Social y los funcionarios recuperarían sus puestos de trabajo. Como en Argentina, los muertos, expresos y exiliados hubieran cobrado altas indemnizaciones. Como en Chile, los hijos de asesinados y torturados tendrían la Universidad gratis. Y a cuantos tuvieron que abandonar los estudios por combatir la dictadura, se les reconocerían los títulos no obtenidos, como justo homenaje.

Amén de todo esto, en esos tres países cientos de torturadores han sido juzgados, muchos están en la cárcel y, sobre todo, se escupe sobre su memoria. Hay espejos más recientes en los que mirarse: México acaba de aprobar una ley que deja en libertad a los presos que hayan sido torturados. Algo lógico, tanto por el brutal castigo ya sufrido, como por la invalidez de los juicios basados en ese método de inculpación. Con esa ley, todos los presos vascos en cárceles españolas deberían estar libres.

Qué es entonces lo que España exportó de su «modélica» Transición? Justamente todo lo contrario. Son los esbirros de la dictadura (Carrero, Araluce), los torturadores como Melitón, los militares golpistas y la policía franquista, quienes se llevan los reconocimientos y prebendas como «víctimas», mientras que quienes se enfrentaron a Franco, como Etxebarrieta, Asurmendi, Otaegi o Txiki, son tildados de «terroristas». En España, el mundo es al revés.

Mas, aunque resulte un disparate, bienvenida sea esa no diferenciación entre la dictadura y lo ocurrido tras aprobarse la Constitución «democrática», porque es el vivo reflejo de lo que piensan ciertas asociaciones de «víctimas del terrorismo» y sus apologetas. Es también el mejor regalo que nos han podido hacer a cuantos hemos defendido que la Transición fue un engaño, y como tal, combatible. Y ese continuismo neofranquista, que persigue la memoria de los luchadores vascos y aplaude a los franquistas «caídos» anteriormente a 1978, nos lleva curiosamente a un diagnóstico común: honran a los suyos porque defendían la unidad de España y condenan a los vascos por socavarla, les da igual que sea en régimen franquista o dizque democrático. Dime a quién honras y te diré quién eres.

Por eso, todos los que dicen defender a las «víctimas» y las exponen como «referentes de la democracia» no se deberían ofender tanto porque otros exijamos la salida los presos y queramos abrazarlos a la salida. La verdadera ofensa y vergüenza para ellos debería ser ese cordón umbilical que les une con el franquismo («atado y bien atado» ¿recuerdan?) y que, trascurridos cuarenta años, han sido incapaces de cortar.





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sábado, 9 de febrero de 2019

Agenda Vasca frente a los Tratados

Dedicamos esta misiva dada a conocer en Gara a todos aquellos kamikazes que dicen que en Euskal Herria ya no hay izquierda antineoliberal:


Gorka Martija, Silvia Piris, Amaia Pérez Orozco, Janire Landaluze, Urtzi Ostolozaga, Marije Etxebarria, Miren Basaldua, Miren Saiz, Ruth Pérez, Cony Carranza, Eneko Gerrikabeitia

Defendamos la vida frente a la voracidad corporativa. Bajo este epígrafe, una serie de organizaciones sociales y sindicales (ELA, LAB, Steilas, Ekologistak Martxan, Mundubat, Bizilur, Mujeres del Mundo, Ipar-Hegoa, Nueva Cultura del Agua, Colectiva XXK, OMAL-Paz con Dignidad) hemos elaborado una propuesta (https://labur.eus/MJXvo) que quiere contribuir a introducir en el debate político, institucional y social vasco la cuestión de la nueva oleada de tratados comerciales. Necesitamos una agenda vasca frente a los tratados.

A 11 años de la crisis-estafa, todo está cambiando. En el mundo y también en Euskal Herria. Las oligarquías locales y globales han emprendido una ofensiva integral para reposicionarse con ventaja en el nuevo mundo que se nos viene encima, caracterizado por una incapacidad de reproducción de las tasas de beneficio del capital, a lo que debemos añadir el cambio de paradigma que va a suponer el inminente agotamiento de recursos fósiles y el cambio climático. La tarta está menguando, y el capital imagina nuevas estrategias de dominación para garantizarse la apropiación de una porción cada vez mayor de la misma.

En este contexto surge la nueva oleada de tratados comerciales de la última década: TTIP, TISA, CETA, JEFTA... Sus objetivos son dos: más y mayor mercantilización de todos los espacios de la vida, con lo público y lo comunitario en el punto de mira; y un gobierno de las grandes corporaciones, colocando a las empresas en el centro de los procedimientos de toma de decisión política y anulando las capacidades soberanas de las administraciones públicas.

Esta agenda pretende ser un grano de arena en la construcción de resistencias a esta ofensiva corporativa en Euskal Herria. Una serie de propuestas de política pública que desde el movimiento social y sindical vasco trasladamos a ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos para que avancen en la construcción de barricadas normativas que obstaculicen al máximo la aplicación en nuestra tierra de cualquier tratado comercial vigente o por venir.

Así, proponemos una serie de líneas de actuación para que las administraciones vascas hagan frente a los principales dispositivos de los tratados, colocando la vida en el centro y desplazando al capital y sus lógicas del centro de gravedad de las políticas públicas.

En primer lugar, frente a la mercantilización capitalista a escala global, es preciso desplegar políticas para la sostenibilidad de la vida. Para ello, es fundamental que las administraciones vascas prioricen la defensa del territorio, los bienes naturales y las personas de las lógicas mercantilizadoras. Se trata de situar nuestra estructura económica fuera del «radar» de las grandes corporaciones y, por tanto, fuera del ámbito de influencia de los tratados. En este sentido, proponemos cláusulas sociales en la compra e inversión pública, priorizar la ESS, un impuesto de sociedades que realmente grave a las grandes corporaciones, revertir las políticas de «alfombra roja» al capital transnacional que aterriza en Euskal Herria, o un Centro Vasco de Empresas y DDHH.

La defensa de lo público mediante la reversión de las privatizaciones es otra línea central. Si los tratados incorporan cláusulas de irreversibilidad que impedirán republificar, nacionalizar o comunitarizar entidades y sectores ya privatizados o externalizados, es necesario anticiparse a su entrada en vigor y reconquistar el máximo posible de espacios para el sector público y público-comunitario.

En tercer lugar, apostamos por condiciones laborales dignas frente a la armonización a la baja de normativas laborales que prevén estos tratados: defensa del marco vasco de relaciones laborales, medidas que impidan la implantación de empresas de la economía digital a la cabeza de la precarización de las condiciones laborales (Uber, Glovo, etc.), y medidas para publificar, democratizar y desfamiliarizar los cuidados.

La defensa de la soberanía de territorios y personas es otro imperativo clave. Para ello proponemos en primer lugar la desobediencia a la regla de gasto, el impago de la deuda odiosa e ilegítima, o la desobediencia a los tribunales de arbitraje que prevén este tipo de tratados para resolver las diferencias inversor-Estado.

Una segunda línea de actuación pasa por generar alianzas multinivel frente a los tratados, dado que la inexistencia de redes de apoyo mutuo entre las entidades que se encuentran sometidas al chantaje del poder corporativo disuaden cualquier conato de confrontación democrática. Proponemos, entre otras, una red de entidades públicas por una Euskal Herria libre de tratados.

Por último hay que ampliar el conocimiento sobre los tratados y sus eventuales impactos en Euskal Herria. Frente a las negociaciones clandestinas, el empoderamiento de la ciudadanía vasca.

En definitiva, un conjunto de propuestas emanadas del movimiento social y sindical vasco para situar los tratados comerciales en el centro de la agenda de instituciones y organismos públicos en Euskal Herria, estableciendo vías de tránsito hacia una visión integral de la cuestión –farragosa y de difícil abordaje– desde horizontes emancipatorios. Pretende también ser un insumo para las articulaciones existentes, como la campaña Euskal Herriak Kapitalari Planto!, buscando nutrir las dinámicas colectivas que están encabezando hoy la lucha contra el poder corporativo. Construyamos un muro popular frente a los tratados, desde Euskal Herria hacia el mundo.






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lunes, 11 de diciembre de 2017

Nuevo Embate Neoliberal de la OMC

Desde la página de Komite Internazionalistak suenan la alarma con respecto a la implementación de nuevas estrategias neoliberales que serán impuestas a los estados por parte de la OMC, cuya cumbre ha iniciado en Argentina precisamente ayer.

Aquí la información:


Euskal Herriak TTIP eta CETA ez! y Euskal Herriko Eskubide Sozialen Karta

La agenda del capital en favor de la liberalización de los flujos de comercio e inversión globales sigue inexorable su curso: la Organización Mundial de Comercio (OMC) se reunirá del 10 al 13 de diciembre en Buenos Aires, en un intento por reflotar este instrumento para la gobernanza neoliberal tras el fracaso continuado de la llamada Ronda de Doha. Se busca así dar un nuevo impulso al viejo sueño de conformación de un gran mercado global desregulado al servicio de las grandes empresas transnacionales, a través de la firma de un acuerdo multilateral que recoja los principales hitos y elementos de la nueva agenda corporativa.

La OMC y la nueva oleada de tratados

Esta nueva intentona por situar a la OMC en el centro de la gobernanza económica neoliberal se enmarca dentro de una ofensiva más amplia con varios frentes complementarios. El más importante de ellos es la nueva oleada de tratados de comercio e inversión, que han subido a la palestra mediática en los últimos años, y que incorporan toda una serie de elementos novedosos, cada cual más lesivo para el interés de las capas populares. Son los llamados tratados de nueva generación.

La Unión Europea, y dentro de la misma el Estado Español de manera destacada, están jugando un papel de vanguardia en esta nueva ofensiva del capital. Así, el pasado 27 de octubre (el mismo día en el que se aprobaba la aplicación del artículo 155 contra el pueblo catalán) el senado español dio luz verde, con los votos de PP y PNV, a la ratificación del tratado CETA, entre la Unión Europea y Canadá. Un tratado-modelo a ojos de la UE, es decir, que recoge los principales dispositivos que se pretenden potenciar en esta nueva fase: eliminación de aranceles, mecanismos de resolución de las disputas entre empresas y estados (los famosos tribunales de arbitraje en los que empresas pueden denunciar a estados), y, sobre todo, la llamada convergencia regulatoria. A través de este mecanismo se pretenden armonizar, mediante la fijación de estándares a la baja, el conjunto de normativas que pudieran afectar a los flujos de comercio e inversión: derechos laborales, medio ambiente, servicios públicos, etc. Así, esta armonización a la baja tendría consecuencias inmediatas en nuestras vidas: destrucción de empleo, pérdida de derechos laborales, cuestionamiento de convenios colectivos, privatización de lo común y lo público (sanidad, educación, pensiones), obstáculos a la implementación de políticas dirigidas a lograr la igualdad entre mujeres y hombres, aumento de costes de medicamentos, disminución de los estándares de calidad alimentaria mediante la apertura de puertas a prácticas de procesamiento de alimentos prohibidos en la UE. Y un largo etcétera.

Europa está actualmente negociando tratados de este tipo con otros 25 países y organizaciones regionales, como Japón, Mercosur o la India entre otras. Destacan a este respecto dos acuerdos vitales, tanto por la importancia de sus firmantes a nivel político y económico, como por lo sensible de las materias que abarcan: TTIP y TISA. El primero, a negociar con los  Estados Unidos, fue definido como prioridad estratégica de la UE en 2015, pero está en un cajón actualmente por chocar con la agenda reaccionaria de Donald Trump, cuya estrategia definitiva respecto a este tipo de tratados está aún por tomar cuerpo. Aun así, el CETA abre las puertas de la UE a las principales multinacionales estadounidenses, a través de las filiales que gran parte de estas poseen en territorio canadiense. El segundo afecta a la gran tarta de los servicios, que representa casi el 70% de las actividades económicas de nuestra sociedad. Con el TISA el capital global quiere por un lado, que se eliminen las regulaciones que puedan obstaculizar su camino, para dejar el paso aún más libre a las corporaciones proveedoras de servicios transnacionales (importaciones, puertos, operaciones bancarias, movimientos de personas y mano de obra barata) y por otro, que los servicios públicos se abran aún más al mercado. Esta medida afectaría a ámbitos tan dispares como el comedor de una pequeña escuela gestionado con productos locales, hasta una administración que intentara remunicipalizar su servicio de aguas. En general constituye un ataque de enorme magnitud a la posibilidad de implementar una gestión mínimamente democrática de nuestros bienes y servicios comunes, como el transporte público o la educación, y no digamos a la posibilidad de ampliar la insuficiente oferta de servicios públicos de cuidados, imprescindibles para avanzar en términos de igualdad. Asimismo, la lógica única del máximo beneficio tendrá  un fuerte impacto en la protección de las consumidoras de los mismos.

En definitiva, estamos ante una ofensiva que, mediante una ininteligible sopa de letras que se negocia en la opacidad y el oscurantismo más absolutos, pretenden derribar los últimos resquicios del estado del bienestar, reduciendo nuestros derechos a meras mercancías en manos de una minoría. Y es en este marco donde surge la iniciativa de impulsar de nuevo la OMC como espacio de referencia de la agenda corporativa. Las personas y el planeta somos fichas de un tablero global, y la siguiente partida se juega en Argentina.

Buenos Aires: Una cita ineludible para los pueblos

La cumbre de la OMC de diciembre en Buenos Aires ocupa un lugar central en los intentos de consolidación de esta estrategia al servicio de las empresas transnacionales. Se trata de ampliar al espacio multilateral lo que hasta ahora se ha venido desplegando a traves de acuerdos bilaterales. Es, por tanto, un salto cualitativo que amenaza nuestros derechos y la soberanía popular, y es fundamental articular una respuesta a la altura de la magnitud del ataque.

Efectivamente, el capitalismo heteropatriarcal, a través de instituciones antidemocráticas como la OMC o el Fondo Monetario Internacional (FMI), operando de tú a tú junto con estos tratados de comercio e inversión, trata de fortalecer las bases de un modelo en el que somos simple mercancía, y una agenda, la de su modo de vida hegemónico. La desregulación de las finanzas, la reducción de nuestros derechos, la militarización, la xenofobia, la mercantilización de todos los aspectos de la vida, hacen peligrar nuestra propia supervivencia como ya peligra la de millones de personas, sumergidas en sus guerras económicas, desplazadas o en exclusión, que directamente “no sirven” desde la óptica del sistema.

En este enloquecido Monopoly aparece una nueva calle en disputa: el comercio electrónico y la posesión de datos. Este es precisamente uno de los objetos de discusión que se priorizarán en la Cumbre de la OMC de diciembre. En Buenos Aires se van a intentar dibujar las lineas maestras de estos nuevos mercados, promoviendo una amplia liberalización de los mismos. Esto afecta a ámbitos tan dispares como la no restricción del movimiento de datos personales y su posesión (para su mercantilización, o para la compra de tierras, por ejemplo), el recorte de libertades en nombre de la seguridad, el expolio del conocimiento o el control de las tecnologías.

En definitiva, la Cumbre de Buenos Aires es un hito central dentro de toda una estrategia para aumentar los espacios de mercantilización de la vida, al servicio de las cuentas de beneficios de unas pocas grandes corporaciones. En un contexto de crisis multidimensional como el que vivimos (alimentaria, de cuidados, económica, medioambiental…), las decisiones que se tomen en esta cumbre sólo agravarán más esta situación, pues supondrán una vuelta de tuerca a un modelo que es precisamente el que nos ha traído hasta aquí.

Hoy, los pueblos debemos de ser determinantes en esta lucha por la vida misma. Saliendo a la calle, fortaleciendo otras formas de vivir basadas en la solidaridad, la igualdad, el cuidado colectivo de la vida, la autogestión y el apoyo mutuo, reforzando los poderes locales y desobedeciendo la lógica criminal de los mercados y de sus cómplices. Para ello tenemos una primera cita con la movilización frente a esta Cumbre de la OMC, también desde Euskal Herria.









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miércoles, 26 de julio de 2017

Erkizia | Responsabilidad Histórica

Sin preámbulos, les compartimos este incisivo texto de la pluma de Tasio Erkizia que ha sido dado a conocer en las páginas de Naiz:


Esta colaboración del PNV se produce en un momento crucial en la configuración territorial del Estado español. Por lo tanto, no es un acuerdo puntual, no se trata de coincidencias coyunturales. Es un acuerdo básico en el proceso de configuración de la España del futuro. El PNV se alinea con la tesis mayoritaria de los españoles: España tiene derecho a veto para el futuro de Euskal Herria.

Tasio Erkizia | Militante de la izquierda abertzale

Para la ciudadanía que en un grado más o menos intenso hemos soñado con una Euskal Herria libre vivimos momentos políticos realmente cruciales. Diferentes a los que nos tocó vivir tras la muerte del dictador Franco, pero igual de importantes. Para nadie son tiempos indiferentes. Se estan construyendo los cimientos sobre los que vamos a pivotar muchos años. Y en consecuencia, no estar hoy a la altura de las circunstancias conlleva una grave responsabilidad histórica.

Y ha sido la audacia y la determinación del pueblo de Catalunya quien nos brinda la posibilidad de vivir nuevos y esperanzadores tiempos políticos, aunque nos vengan acompañados de negros nubarrones. Al igual que Euskal Herria ha sido el faro de una ruptura democrática no lograda durante muchos años, hoy nos marca el norte los y las bravas independentistas catalanas con un proceso imparable hacia el ejercicio del derecho a la autodeterminación. Nos están abriendo el camino.

Es evidente que ser pueblo libre significa mucho más que crear un estado, pero es seguro que sin esa condición no seremos libres. Porque la población vasca no podrá planificar su propia economía, no es posible recuperar el euskara, no podemos planificar con soberanía nuestras políticas sociales, es decir, no podemos ser dueños de nuestro futuro. La creación de un Estado Vasco no lo es todo, pero es la base imprescindible para una Euskal Herria libre y autogestionada.

Y precisamente en estos tiempos políticos tan cruciales, el PNV vuelve a ser el gran valedor de un Estado español corrupto, degenerado e inmerso en una crisis económica, política y moral sin precedentes. En otras encrucijadas hemos criticado la falta de audacia y valentía para enfrentarse al Estado español, pero en esta ocasión el partido de Urkullu y Ortuzar se ha convertido en el aliado y amigo de un partido que de manera premeditada crea tensión entre los vascos, sistemáticamente viola derechos humanos y aplica las políticas que más injusticia social crea en Europa. Es decir, hace suya la estrategia impositiva y antisocial del Estado.

Apoyan al PP no solamente para sacar adelante los presupuestos y poner techo a los gastos sociales, sino en temas tan importantes como en la privatización de los estibadores de todos los puertos del Estado español, y entre ellos, claro esta, los del puerto de Bilbo y Pasaia. Habla constantemente de transferir competencias estatutarias pero al mismo tiempo vota conjuntamente con el PP en favor del CETA, acuerdos comerciales que conlleva pérdida evidente de soberanía económica y política para nuestras instituciones. Y todavía más grave, parecen copiar de Mariano Rajoy la falta de estrategia para el sector industrial. Utiliza Kutxabank para aumentar el clientelismo partidista mientras abandona las industrias en manos de las multinacionales quienes van progresivamente desmantelando nuestro importante, y en muchos casos modélico, tejido industrial. También en esto parecemos copiar a la decadente España.

El fiscal general del Estado, siguiendo directrices evidentes de ese Gobierno del PP con el que el PNV se alinea, intenta desestabilizar la convivencia y crear tensión en la ciudadanía pidiendo penas escandalosas de 50 y 60 años de condena contra los jóvenes de Altsasu y marcando la misma dirección en el caso de los de Errenteria. Toda una estrategia, dirigida por la Guardia Civil y apoyada por el PP, que ahora recibe el espaldarazo del PNV en forma de estrecha colaboración. Que el PNV colabore en esas siniestras estrategias, resulta difícil de explicar y creo que nunca son aceptables las supuestas contrapartidas económicas por las que intentan justificar. Es evidente que una cosa es favorecer los intereses particulares del partido y otra apostar por el futuro de los hombres y mujeres de Euskal Herria. Todo lo contrario de lo que bien alto dijo en su día Ramón Labaien: «Lehenik aberria eta gero alderdia».

Y el dato más importante es que ésta colaboración del PNV se produce en un momento crucial en la configuración territorial del Estado español. Por lo tanto, no es un acuerdo puntual, no se trata de coincidencias coyunturales. Es un acuerdo básico en el proceso de configuración de la España del futuro. El PNV se alinea con la tesis mayoritaria de los españoles: España tiene derecho a veto para el futuro de Euskal Herria. El año 78 el Ejército impuso la división territorial entre Nafarroa y la Comunidad Autónoma Vascongada, y se le llamó democracia. El 2017 acepta que no podemos hacer nada sin el visto bueno de los partidos españoles. Divididos y sometidos «democráticamente».

Las buenas relaciones entre el PNV-PP no se pueden entender sin el «procés» catalán. Y en esas coordenadas, el alineamiento de la dirección del PNV adquiere especial gravedad e irresponsabilidad. Es una puñalada trapera. Así, bien recientemente, el domingo 16 de julio el propio Rajoy en Bilbao, definía como ejemplar la actitud de Urkullu y Ortuzar frente a la sinrazón de la rebeldía del pueblo catalán. De esa manera da alas a la actitud cerril española. Hablar de supuestas bilateralidades, que evidentemente sería ideal, pero que resulta de todo irreales porque no existe voluntad ninguna por parte española, da motivo a que el PP-PSOE intenten evitar de todas las maneras posibles un acto tan democrático como la celebración de un referéndum. Con la estrategia actual de la dirección del PNV no solamente se pone en solfa la vía política de la mayoría catalana sino que se apoya la actitud inmovilista del centralismo español, lo que constituye una grave equivocación para cualquier partido. Hablar de bilateralidad, cuando una parte no quiere, es aceptar la sumisión y dependencia como norma.

Vivimos en una coyuntura histórica en la que Euskal Herria podría jugar un papel fundamental en la configuración de otro modelo de Estado. Junto con Cataluña podríamos ser la gran palanca para lograr la imprescindible ruptura democrática, que posibilite que libremente decidamos nuestro futuro. Tanto en Cataluña como en Euskal Herria constituimos mayorías suficientes para dar pasos firmes hacia la soberanía. Pregunto a la dirección del PNV: ¿cuándo tendremos mejor momento para ejercer el derecho a la autodeterminación? Si planteamos de manera conjunta, el proceso sería imparable. Cuando en Cataluña entre la maquinaria represiva, entonces será más difícil. Y seguramente demasiado tarde.






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sábado, 27 de mayo de 2017

Creer en la Alternativa al Capitalismo

Recordemos que la izquierda abertzale no solo lucha por la autodeterminación del pueblo vasco frente a la ocupación tardo-colonialista de los estados español y francés, también lo hace en contra del brutal neoliberalismo que a la fecha ha definido la realidad que vivimos actualmente.

Les invitamos a leer este artículo dado a conocer por Naiz, la información es de interés para todos, pero se lo dedicamos especialmente a los que blanden el espantajo del "si se independizan, no podrán pertenecer a la UE" ante los procesos de autodeterminación vasco y catalán.

Aquí lo tienen:


¿Hay alternativa al capitalismo? ¿Se puede hacer frente a las políticas que Bruselas dicta como inevitables? ¿Cómo hacer frente al poder de las transnacionales? Un seminario internacional previo al Congreso de LAB abordó ayer estas cuestiones con varios invitados de sindicatos y movimientos sociales.

Pablo Ruíz de Aretxabaleta

Contando con las experiencias de diferentes organizaciones sindicales y movimientos sociales, el seminario internacional organizado por LAB la víspera de su IX Congreso abordó ayer en Gasteiz cómo articular alternativas al capitalismo y hacer frente al poder de las empresas transnacionales. Desde Irlanda, el secretario general del sindicato Mandate, John Douglas, relató la otra cara del ejemplo que la Troika pone como modelo a seguir en austeridad. Douglas subrayó que el Gobierno irlandés ha sido desprovisto del poder de decisión, que ha pasado a instituciones no elegidas, como el FMI o el Banco Central Europeo.

Y una de sus directrices llevó a socializar la deuda bancaria de 64.000 millones de dólares, que supone que «a cada ciudadano de la República de Irlanda le corresponden 9.000 euros».

«Irlanda ha salido del programa de rescate, pero con cicatrices. Los ciudadanos siguen pagando», advierte Douglas, que menciona la reducción del salario mínimo, los recortes de los derechos de los trabajadores, «el nivel de subempleo solo por debajo del de España», la falta de inversiones en hospitales o colegios y la demonización del sector público que ha acompañado la reducción de sus salarios. «Ni durante las hambrunas del siglo XIX ha habido tanta gente sin vivienda», destaca. Varios sindicatos, Sinn Féin y comunidades locales encontraron un elemento simbólico en la lucha contra la privatización del agua «en un país donde llueve 364 días al año». «Organizamos protestas masivas, actos de desobediencia civil, impagos de facturas...» que frenaron el proyecto gubernamental y que ha constituido un elemento aglutinador al que ahora tratan de dar continuidad.

Jone Etxeberria (Sortu) afirmó que «hay alternativa, pero hay que creer en ella», y fijó tres objetivos: cambiar el modelo socio-productivo, hacer frente a las consecuencias del capitalismo y poner los medios de producción al servicio de los trabajadores. «En este momento de opresión brutal, hay que centrarse en el segundo punto, pero teniendo la vista puesta en el cambio del modelo productivo, de lo contrario será poner tiritas». Añadió que «se esta volviendo a hablar de soberanía y no podemos dejar la soberanía en manos de la ultraderecha», recordando a Trump, el Brexit y el Estado francés. «Debemos potenciar lo que nos une en lugar de lo que nos desune», sostuvo Milagros de la Caridad, de la Central de Trabajadores de Cuba, citando a Fidel Castro. Subrayó el cambio de correlación de fuerzas por la «fuerte arremetida capitalista contra gobiernos progresistas» en Latinoamérica. Aun así, observó «síntomas de recuperación en capacidad de movilización de trabajadores .

En el caso de Cuba explicó el proceso de actualización validado en 2016 en la consulta a miles de trabajadores y las dificultades del último año, una situación que «exige que los sindicatos cubanos profundicen en la producción, en la sustitución de productos para evitar importaciones, el ahorro energético y el mayor control obrero contra el robo, la corrupción y la indisciplina».

Las trasnacionales

En la segunda parte del seminario, el europarlamentario de EH Bildu, Josu Juaristi, subrayó cómo los tratados de comercio como el TTIP o el CETA suponen «más trabas para desarrollar legislaciones progresistas» hasta en los ámbitos más locales, ante la posibilidad de las multinacionales de recurrir a tribunales privados. La imagen de Juaristi, como el resto de europarlamentarios, entrando uno por uno, en una pequeña habitación sin ventanas, con una caja fuerte y solo con un papel y un bolígrafo, después de firmar un documento comprometiéndose a no divulgar el contenido de las negociaciones comerciales bajo la amenaza de graves sanciones reflejó el secretismo en las instituciones comunitarias, «muy curioso y vergonzoso».

«Con las filtraciones hemos podido saber hasta dónde están metidas las transnacionales en la negociación». Explicó que la Comisión Europea está esperando una señal del reticente Donald Trump para negociar el tratado, a la vez que las multinacionales presionan. «No podemos estar esperando a Trump, sus motivos no tienen nada que ver con los nuestros», afirmó Juaristi, quien estimó que la UE ha fracasado en la cohesión social «y para darle la vuelta a esta situación es imprescindible el trabajo conjunto de sindicatos, movimientos políticos y sindicales».

Una de las acciones de esta dinámica conjunta la relató la boliviana Mónica Vargas, del Transnational Intitute, al explicar la campaña global sobre el Tratado Internacional para el Control de Empresas Transnacionales. Se trata, dijo, «de una respuesta desde abajo. Armar nuestro propio derecho, el derecho de los pueblos». El tratado identifica delitos y plantea propuestas jurídicas, como un tribunal vinculante sobre derechos sociales al que someter a las transnacionales. «Por ejemplo el Gobierno de Euskadi, que apoya internacionalización de empresas vascas, estaría obligado a vigilar para que respeten los derechos humanos allí donde se instalen». La iniciativa ha dado pie a que un grupo de gobiernos trabaje en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre este tipo de instrumentos. «No quiere decir que solo apoyamos esto. Es un espacio de lucha más», advierte Vargas.

Para el argentino experto en relaciones internacionales Alejandro Teitelbaum, «los trabajadores deben desempeñar un papel decisivo en esta lucha, que es una lucha contra el sistema capitalista». Y es que este miembro de La Federación Internacional de Derechos Humanos indicó que las transnacionales «son el núcleo del sistema capitalista contemporáneo, imperialista y superexplotador».

El hecho de que las políticas de los estados y de instituciones internacionales se subordine a sus estrategias «explica por qué han fracasado en los últimos decenios sucesivos intentos de establecer un control social» sobre sus actividades.

Aunque reconoció que los trabajadores se hallan actualmente en «una relación de fuerzas desfavorable» y que incluso «buena parte de los mismos parecen carecer de conciencia de clase», sostuvo que «este estado de cosas, ya insoportable, no puede modificarse positivamente de otra manera que socializando la propiedad y la gestión de los medios de producción».

Del saludo de Rafa Díez al relevo en la dirección del sindicato

Medio millar de representantes del sindicato abertzale y una larga lista de invitados tomarán parte en el IX Congreso de LAB, que se desarrollará entre hoy y mañana en Gasteiz. En la sesión inaugural, que dará comienzo a las 9.30, se recibirá a las delegaciones internacionales. A continuación, desde la prisión de El Dueso llegará el saludo de Rafa Díez Usabiaga, el ex secretario general de LAB que permanece encarcelado por sus actividades políticas en favor de la resolución del conflicto que sufre Euskal Herria. Luego se dará paso a la defensa del informe de gestión por parte de Ainhoa Etxaide, quien, en la jornada de mañana, dejará el liderazgo del sindicato en manos de Garbiñe Aranburu. Hoy también se votarán la ponencia sociopolítica y la composición del nuevo Comité Nacional.






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lunes, 31 de octubre de 2016

La Nocturnidad del CETA

Así que a pesar de todo, la Unión Europea ha terminado por aplastar a los valones para, con alevosía y nocturnidad, signar el CETA.

Al neoliberalismo pues le viene holgado eso de la soberanía de los estados cuando el asunto tiene que ver con cuestiones un potencial altamente perjudicial para los ciudadanos pero beneficioso para las trasnacionales. Hay que agradecer a los ninis por permitir tanta caradura a los halcones del poder económico y financiero.

Les presentamos esta editorial publicada en Naiz:

El CETA y la transparencia, más urgente que nunca

Resulta ciertamente complicado entender qué es lo que, en términos prácticos, la Unión Europea y Canadá firmaron ayer en Bruselas. Los titulares son aparentemente claros: tres días más tarde de lo previsto, debido a la pequeña rebelión valona, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, firmaron ayer el acuerdo de libre comercio conocido como CETA. Sin embargo, la letra pequeña expone algunas de las miserias del proceder comunitario. Y dista mucho de ser diáfana.

Para empezar, el tratado no se empezará a aplicar hasta que, en enero, pase por el filtro del Parlamento Europeo. Y sin embargo ya está firmado. El papel que la arquitectura institucional de la UE otorga a la Eurocámara, la única instancia comunitaria elegida directamente por los más de 500 millones de ciudadanos europeos, es irrisorio. Poco más que un mero maquillaje.

En el aire quedan también varios de los asuntos más polémicos, que deberán pasar por los parlamentos estatales. Entre ellos están los tribunales de arbitraje, una grave amenaza para lo que queda de democracia en la UE. Se trata de las instancias privadas a las que una empresa puede recurrir cuando considera que la actuación de un Estado perjudica los beneficios que esperaba obtener por una inversión determinada. Las informaciones publicadas sobre la apresurada firma de ayer no aclaran qué es lo que ocurrirá con estas instancias, que entregan a las empresas una tremenda capacidad de coacción sobre los Estados.

Todo el proceso de negociación, desde su inicio hasta su fin, está envuelto en la opacidad. Baste decir que, pese a que al acuerdo se le dio forma entre 2009 y 2014, las actas de las negociaciones no se conocieron hasta 2015. Y otro tanto ocurre con el TTIP, un acuerdo similar pero de mucho mayor impacto, dado que se negocia con EEUU. El precedente no puede ser lo ocurrido con el CETA.





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jueves, 27 de octubre de 2016

Se Atasca el CETA

La hasta hace poco desconocida Valonia ha hecho lo que en su momento se pensó iba a hacer la Grecia de Syriza.

Lean ustedes esta nota publicada en Naiz:

Cancelada la cumbre UE-Canadá para firmar el CETA por el veto de Valonia

La Unión Europea y Canadá han cancelado la cumbre bilateral prevista para hoy con el objetivo de firmar el acuerdo de libre comercio negociado entre ambas partes (CETA por sus siglas en inglés), debido a que aún persiste el veto de Bélgica al tratado que impide la rúbrica del bloque comunitario.
«Dado que no todos los Estados miembros están preparados para firmar el CETA, la cumbre UE-Canadá no empezará hoy como estaba planeado», han informado fuentes comunitarias, que añaden que Canadá sigue «preparada» para firmar.

Las negociaciones entre el Gobierno federal belga y Valonia terminaron este martes por la noche sin acuerdo.

Según la cadena de televisión RTBF, el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, ha contactado con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para informarle de la situación y se entrevistará a lo largo de esta mañana con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Por su parte, el primer ministro ha afirmado que la ratificación del acuerdo tendrá lugar «en los próximos días». «Confiamos en que en los próximos días veremos un resultado positivo para este acuerdo histórico», ha dicho ante la Cámara de los Comunes, según ha informado el diario local 'The Globe and Mail'.





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miércoles, 26 de octubre de 2016

Euskal Herria Contra el CETA

Desde Valonia sonaron la alarma, ahora es el turno de Hegoalde de tomar el testigo.

Les compartimos esta nota publicada en Naiz:

La Carta de los Derechos Sociales llama a movilizarse contra el CETA y el TTIP el 5 de noviembre

La Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria ha convocado movilizaciones contra el CETA y el TTIP en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria para el 5 de noviembre, unos acuerdos que consideran «diseñados por las multinacionales y por el capital financiero especulativo».
Los colectivos que componen la Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria ha convocado manifestaciones contra los acuerdos comerciales entre la UE y Canadá y EEUU (CETA y TTTIP) para el 5 de noviembre en Iruñea, Gasteiz, Bilbo y Donostia.

En un acto llevado a cabo en la capital bizkaitarra para llevar a cabo una campaña informativa y de sensibilización a la ciudadanía sobre la negociación de estos tratados de negocio internacionales han recordado que «las negociaciones de los mismos «se están haciendo a espaldas de la ciudadanía y con muchísimo oscurantismo» y están «diseñados por las multinacionales y por el capital financiero especulativo».

El 5 de noviembre, en Gasteiz, la manifestación partirá a las 12:00 desde la Virgen Blanca, en Iruñea lo hará a las 13:00 desde la antigua estación de autobuses, en Donostia a las 17:00 desde el Boulevard y en Bilbo a las 17:30 desde la plaza Biribil.

La representante de LAB Arantza Sarasola ha denunciado que tanto el CETA como el TTIP «buscan proteger los intereses del capital financiero especulativo incluso a costa de mermar y perjudicar el más básico nivel de protección de los derechos laborales, sociales y medioambientales». En su opinión, son unos tratados «profundamente antidemocráticos» que vienen a «beneficiar única y exclusivamente los intereses de una élite».

Por su parte, el responsable de ELA Mikel Noval ha incidido en que se trata de acuerdos que van en una dirección «nefasta», y ha defendido que «hay una alternativa». En este sentido, ha explicado que «se está tratando en la ONU la creación de un instrumento vinculante para obligar a las empresas trasnacionales a respetar los derechos humanos, económicos y medioambientales».

«Valonia ha decidido que no apoya la firma del CETA y desde Euskal Herria, las organizaciones que estamos aquí, que defendemos el derecho de los pueblos a decidir su futuro, vemos con envidia que en Valonia sean capaces de decir sí o no a si hay que aprobar el CETA y en Euskal Herria no tengamos esa capacidad», ha añadido invitando a reflexionar a Uxue Barkos e Iñigo Urkullu.






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lunes, 24 de octubre de 2016

Valonia se Atrinchera

Dando seguimiento a la negativa por parte del Parlamento de Valonia a respaldar la implementación del CETA por parte de la UE, les compartimos este artículo publicado en Naiz:

Hoy vence el plazo dado por el Consejo Europeo a Valonia para respaldar la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá, pero el presidente del Parlamento de Valonia, André Antoine, ya ha confirmado que no cumplirán con el ultimatum.

El presidente del Parlamento de Valonia, André Antoine, ha asegurado que no respaldarán la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA), pese a que hoy vence el plazo dado como ultimátum por Bruselas.
«Queríamos transparencia, queremos que la democracia sea respetada», ha añadido Antoine, que ha criticado «una falta de transparencia global» de los tratados comerciales europeos. No obstante, el político valón ha reconocido que en este caso «se han hecho muchas concesiones» y que nunca un acuerdo comercial «ha progresado tanto», pero ha añadido que esto «no es suficiente» para que la firma reciba el respaldo de Valonia.

Según indicó a la cadena pública RTBF un portavoz del primer ministro belga, Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le ha trasladado que Bélgica tiene de plazo hasta hoy por la noche para pronunciarse sobre el acuerdo, en vista de la cumbre UE-Canadá prevista para este jueves en Bruselas con objeto de firmar el tratado, cerrado ya hace dos años.

Los contactos han proseguido durante este fin de semana para tratar de lograr un compromiso que satisfaga a Valonia, con competencias en materia de política comercial internacional, que debe conceder los poderes al Gobierno federal belga para que respalde la firma del acuerdo.

Valonia, que cuenta con 3,5 millones de habitantes, considera el principal problema el mecanismo de tribunales incluido en el acuerdo para mediar en conflictos entre estados e inversores, ya que cree que ese sistema restaría poder a las jurisdicciones nacionales.

La oposición ciudadana a los tratados de libre comercio ha ido creciendo en los últimos meses, hasta el punto de movilizar a miles de personas en diferentes ciudades europeas para manifestar su preocupación por que se conceda demasiado poder a multinacionales y se rebajen los estándares de protección comunitarios.






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jueves, 20 de octubre de 2016

La Amenaza del CETA

Una vez más el neoliberalismo crea una herramienta que pone en peligro los más básico derechos humanos y sociales. Se trata del European Union-Canada Comprehensive Economic and Trade Agreement -tratado de económico comercial entre la Unión Europea y Canadá, conocido como CETA-.

Pues bien, resulta que hay un guijarro valón en el zapato y esta editorial en Naiz nos habla acerca de ello:

La UE inició ayer una cumbre para tratar, entre otros temas, de dar el visto bueno al acuerdo de libre comercio con Canadá (CETA, por sus siglas en inglés), cuya ratificación está paralizada por el veto impuesto por Bélgica.
Así lo anunciaron el martes la mayoría de titulares, obviando muchos de ellos que no es toda Bélgica la que se opone al acuerdo transnacional; es el Parlamento de Valonia. Lo que ocurre es que el sistema federal belga otorga a los parlamentos valón y flamenco diversas competencias en materia de política exterior, entre ellas la ratificación o rechazo de los acuerdos internacionales.

Tras un intenso debate, una amplia mayoría del Parlamento valón (desde los democratacristianos hasta la izquierda del PTB) rechazó dar el visto bueno a un acuerdo al que no ven «garantías suficientes», en palabras del presidente valón, Paul Magnette. Critican la opacidad con la que se ha negociado, la desregulación que podría traer a sectores protegidos por la legislación europea como el alimentario y el peligro de otorgar a las empresas una gran capacidad de coacción sobre los estados a través del Sistema de Tribunales de Inversiones (uno de los aspectos más polémicos del hermano mayor del CETA: el TTIP que se negocia con EEUU), un mecanismo de arbitraje privado en el que las empresas pueden demandar a los estados cuando consideren que sus inversiones han sido perjudicadas.

El federalismo real de Bélgica, que asume como propio el veto de Valonia, contrasta con la carcasa autonomista española. Desde Madrid han reivindicado en numerosas ocasiones que el español es el Estado más descentralizado de Europa, afirmación que cae por su propio peso cuando Margallo critica a Bélgica y asegura que «todo lo que sean competencias exteriores deben estar en manos del estado». La votación valona, pública y publicitada, también contrasta con el proceder español, cuyo Gobierno en funciones no ha tenido problema alguno en ratificar el CETA sin debate ciudadano ni parlamentario ninguno.






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viernes, 9 de octubre de 2015

Municipios Anti TTIP

El Diario trae a nosotros información acerca de la revuelta contra el TTIP protagonizada por distintos municipios de la CAV, inspirados por experiencias similares en Catalunya:


Las mociones llegarán a los consistorios de la mano de EH Bildu, Irabazi y Podemos Ahal Dugu, formaciones integrantes de la campaña 'NO al TTIP'

Natalia González de Uriarte

Los partidos vascos que forman parte de la Campaña TTiP Ez, No al TIPP,  EH Bildu, Irabazi, la agrupación formada por Equo y Ezker Anitza y Podemos Ahal Dugu, presentarán mociones en todos los ayuntamientos vascos para solicitar la declaración del municipio y territorio insumiso a TTIP, Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, al CETA, tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA, por sus siglas en inglés) y al Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA, también por sus siglas inglesas). En la declaración que debatirán los consistorios se muestra el apoyo a todas las iniciativas dirigidas a mantener el carácter público de la sanidad o la educación. Además, también pide que sean declarados bienes públicos no susceptibles de negociación de ningún tratado de inversión ni de transacción mercantil los servicios educativos, sanitarios, sociales, de pensiones, suministro de agua y energías.

Las propuestas irán llegando a partir de este lunes de forma paulatina a todas las instituciones locales para que los plenos de las corporaciones aborden esta cuestión y la posibilidad de declararse ciudades o municipios contrarios a estos tratados. A juicio de los proponentes estos acuerdos solo benefician a las grandes multinacionales. "Ante la ignorancia, indolencia y posible complicidad de quienes nos debieran de informar y defender, estos grupos llevarán a las instituciones locales estas propuestas. Entendemos que en democracia las cosas no se resuelven por cuestiones de fe, ni por renuncias al debate. Para poder emitir una opinión razonada en una sociedad madura es imprescindible una ciudadanía crítica e informada", exponen los impulsores de esta iniciativa.

Una de las primeras ciudades que ha tomado esta medida ha sido Barcelona. ERC, la CUP y Barcelona en Comú apoyaron la propuesta en la votación celebrada el pasado 30 de septiembre. 

Símbolo de unión de fuerzas contra el tratado

Para celebrar el éxito de la iniciativa ciudadana europea que ha recogido 2.950.862 firmas contra estos acuerdos organizaciones civiles, partidos y sindicatos celebrarán al unísono el mismo acto simbólico, el levantamiento de unos mosaicos, que por un lado, "reflejarán nuestro rotundo rechazo a TTIP, CETA Y TISA y por otro reflejarán todas las luchas que la ciudadanía vasca mantiene en aras a lograr una sociedad justa, democrática y solidaria, una sociedad en la que el centro sean las personas y no el capital".

Este acto se celebra de forma paralela a la marcha humana hacia Bruselas. Miles de personas de toda Europa se trasladan del 1 al 15 de octubre para encontrarse en Bruselas y visualizar su rechazo a la austeridad, la pobreza y el TTIP. "Cada vez más personas, ciudadanas de la llamada Unión Europea, acaban el día habiendo perdido el trabajo o viendo cuestionados y mermados los derechos a una vivienda y a una salud dignas, a una educación igualadora o unas pensiones suficientes. La llamada crisis financiera ha sido la excusa perfecta del capitalismo globalizado para reducir al mínimo los derechos ciudadanos y desposeer a los pueblos de su soberanía democrática".






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jueves, 1 de octubre de 2015

La Lógica del Ilógico TTIP

Les invitamos a leer este imprescindible texto dado a conocer por Rebelión:


Laura González de Txabarri | Responsable de relaciones internacionales en el sindicato ELA

Tras la jornada de acción global contra el TTIP del pasado 18 de abril, se van a llevar a cabo nuevas acciones del 10 al 17 de octubre a nivel internacional. Será una semana de acción por la democracia, la justicia social y los servicios públicos, en la que la batalla contra los acuerdos comerciales se vinculará a otras luchas sociales como la lucha contra las políticas de austeridad y la lucha contra el cambio climático.

Nuestra lucha no es sólo contra el TTIP, es también contra el TPP (Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica), TISA (Acuerdo de Comercio de Servicios) y CETA (Acuerdo Económico y Comercial entre la UE y Canada). No se denuncia sólo un tratado, se denuncia una lógica de comercio internacional que amenaza los derechos fundamentales de todas las personas y la propia pervivencia del planeta. Una lógica que considera que todo es mercancía, que todo se puede vender y comprar sin límites ni controles: desde los recursos naturales hasta los servicios públicos; desde el agua hasta el cuidado de la vida.

Aunque todavía para mucha gente estas siglas no sean más que una sopa de letras, hay que reconocer que se están consiguiendo algunos logros en la batalla contra estos Tratados. Así, hoy hay campañas contra el TTIP en prácticamente toda Europa, y en muchos países se da, incluso, un debate público sobre el tema. Cada vez más municipios y regiones se están declarando libres de TTIP y se debaten mociones contra el TTIP en ayuntamientos y parlamentos, también en Euskal Herria. Parlamentarios/as y políticos/as se ven forzados a explicar su posición sobre el tema. Todo esto está provocando que las negociaciones estén avanzando mucho más lentas de lo que quisieran sus defensores.

Son logros que tienen mucho mérito teniendo en cuenta el secretismo de las negociaciones, la complejidad de las cuestiones abordadas, la fuerza de la propaganda oficial (no olvidemos que los grupos políticos mayoritarios están a favor del Tratado) y el papel que están jugando los grandes medios de comunicación.

La propaganda pro-TTIP está arreciando a medida que la oposición crece. Así, las promesas de crecimiento económico, creación de empleo o de mayores beneficios para las pymes se siguen repitiendo pese a haber quedado acreditado que carecen de cualquier fundamento. También el argumento geopolítico se esgrime con fuerza. Es el llamado síndrome de China, que viene a argumentar que o bien Europa mueve ficha para seguir controlando el comercio internacional y seguir siendo una potencia económica o será China la que se imponga. (El argumento de China sirve para todo; desde bajar salarios hasta justificar el TTIP).

Hay que seguir combatiendo toda esa propaganda. Y las cosas no van a estar más fáciles en el futuro. Entramos en una nueva fase en la que el acceso a los documentos va a ser todavía más difícil. Si hasta ahora la única información disponible ha llegado gracias a la filtración de algunos documentos, en adelante no habrá filtraciones porque entramos en una fase de documentos consolidados de acceso aún más restringido. Mientras tanto, la CE sigue defendiendo que son "las negociaciones comerciales más transparentes de la historia".

Informar y movilizar. Por todo ello, es imprescindible seguir informando, sensibilizando y movilizando en torno a este tema. Seguir ejerciendo presión sobre parlamentos y gobiernos, para que cada uno tenga que responder ante la sociedad sobre su posición.

Este es el objetivo de las nuevas acciones y movilizaciones convocadas para octubre. Entre el 10 y el 17 se celebrarán acciones descentralizadas por toda Europa, y Bruselas será el epicentro de diferentes actividades y movilizaciones: marchas, conferencias y manifestaciones.

En Euskal Herria, el 24 de octubre se celebrará Alternatiben Herria, en Bilbo, donde también habrá un espacio para la denuncia de estos tratados comerciales. La lucha contra el TTIP será objeto de análisis en el marco del espacio Democracia, Soberanía y Participación, donde, entre otras actividades, habrá una conferencia de Susan George.

La lucha contra el TTIP está estrechamente ligada a la lucha contra el cambio climático. Ambas combaten un mismo modelo destructor del planeta y vulnerador de los derechos fundamentales. El impacto ambiental que comporta un acuerdo como el TTIP sería enorme: así, el incremento de las emisiones de CO2, consecuencia de un mayor flujo transatlántico, o el incremento de la utilización de la técnica del fracking son sólo dos ejemplos de este impacto. Hay que vincular ambas luchas y hacer que la batalla contra el TTIP esté también presente en diciembre en la COP21 en París.

Debemos aprovechar y reforzar todas las oportunidades de movilización. ¡Preparémonos para dar la batalla este otoño! ¡STOP TTIP!






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viernes, 12 de diciembre de 2014

El Dique Vasco

Les recomendamos la lectura de este artículo dado a conocer por Gara:


Bruselas reunió ayer a políticos, sindicalistas, agricultores y activistas sociales en contra del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea. Exigieron que se dé a conocer los detalles del mismo, porque su ocultación hace sospechar, por lo que va trascendiendo, que lo que pretenden es «entregar el poder a las transnacionales». La plataforma internacional Stop TTIP entregó casi 1,2 millones de firmas al presidente de la CE, Jean-Claude Juncker.

Juanjo Basterra

El Grupo Confederal de la Izquierda Europea-Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL), del que forma parte el europarlamentario vasco Josu Juaristi, organizó junto a la plataforma STOP TTIP en Bruselas una conferencia internacional sobre la situación por la que atraviesa el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP, en sus siglas en inglés). Entre las conclusiones del encuentro se apostó por avanzar «en cada pueblo, cada barrio, en cada estado en contra de esa decisión que solo beneficiará a las transnacionales», porque, a su juicio, «es necesario unir luchas para que se conozca y vea la luz», como dijo la activista Susan George, del Instituto Transnacional (TNI). Denominó «la estrategia del vampiro. Se saca a la luz, se ven las contradicciones y lo problemático que es y la ciudadanía rechazaría por sus consecuencias directas negativas para la sociedad en general, como ha ocurrido con otros tratados», afirmó.

En el encuentro participó, además, una amplia delegación vasca entre los que se encontraban representantes de ELA, LAB, STEE-EILAS y el sindicato agrario EHNE-Konfederazioa, que enviaron a sus representantes a Bruselas. Igualmente, miembros de Askapena, Fracking Ez!, Attac y la Red de Economía Alternativa y Solidaria (RAES) y de la organización juvenil Ernai asisten a la jornada.

En su intervención en Bruselas, el parlamentario vasco Oskar Matute señaló varias ideas clave. Destacó que «la mejor arma contra el imperialismo es el derecho a decidir» y admitió que «Euskal Herria será un dique de contención contra el TTIP». En la amplia jornada de debate se denunció que los lobbys instalados en Bruselas «no solo no están colaborando con esa estrategia del TTIP», sino que «son quienes están escribiendo directamente ese tratado», como se explicó en el encuentro internacional de Bruselas, que supuso «un impulso social y político frente a los intereses neoliberales».

Durante esa jornada, por otro lado, la organización Stop TTIP, formada por más de 320 organizaciones europeas, reunió a un grupo de unas 150 personas y presentó ante la Comisión Europea, en Bruselas, más de un millón de firmas recogidas en toda Europa en contra de ese tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, pero también contra el CETA, acuerdo de libre comercio con Canadá. «La entrega se ha hecho de modo simbólico el día del cumpleaños de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, que se ha negado a encontrarse con las organizaciones que se oponen a las negociaciones de ambos tratados». Durante la acción reivindicativa, la activista Susan George, del Transnational Institute y Attac, insistió en que «lo primero ahora es parar el TTIP» y añadió que es necesario alzar la voz «hasta que no tengan más remedio que escucharnos».

La jornada fue calificada de éxito. Sus organizadores llamaron a continuar la lucha.

La mayor brecha entre ricos y pobres de los últimos 30 años

La OCDE confirmó ayer a través del estudio «Las desigualdades pesan sobre el crecimiento económico» que «nunca en los últimos 30 años la brecha entre ricos y pobres ha sido tan pronunciada en la mayoría de los países de esta organización como en estos momentos». En realidad, tratados como el TTIP o el CETA, entre otros, permiten precisamente que esa desigualdad se instale de forma perpetua en la sociedad.

El organismo internacional, que agrupa a las economías más desarrolladas, admite que en su seno, «los ingresos del 10% de la población más rica es 9,5 veces mayor que el 10% de los más pobres».

En comparación con la década de los ochenta, del siglo pasado, esa diferencia entre ricos y pobres, que también era pronunciada, fue de 7 a 1, según este estudio. Saca a la luz otra vez que las recetas neoliberales, que se han impuesto en esta crisis económica, «han elevado» las desigualdades sociales por el impacto que han tenido los recortes y una contención elevada del gasto. A la vista del grave problema que se está enraizando a nivel social, la OCDE pide «reducir las desigualdades de ingresos para dar un impulso al crecimiento económico». A su juicio, «el aumento de la desigualdad ha costado más de 10 puntos porcentuales de crecimiento en México y Nueva Zelanda en los últimos veinte años», y «entre 6 y 9 puntos en los Estados Unidos, Italia y el Reino Unido», entre otros países.

La OCDE llama a atender la educación, «porque la limitación de las oportunidades está deteriorando a quienes más desigualdad de ingresos tienen y son más pronunciados».






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miércoles, 8 de octubre de 2014

Rechazo Vasco al Neoliberalismo

El pueblo vasco rechaza los acuerdos neoliberales que cocinan los grandes halcones canadienses, estadounidenses y europeos.

Aquí lo que nos reporta Gara:


Este viernes diversas localidades vascas se sumarán al rechazo al tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos y Canadá. En Bilbo, se celebrará una charla en el edificio de La Bolsa y después se abrirá un mercado transparente en la plaza del teatro Arriaga. En Iruñea también tendrán lugar iniciativas convocadas por la mayoría sindical y social contra un acuerdo que beneficia a las multinacionales, en perjuicio de la soberanía y las condiciones laborales.

Juanjo Basterra

La plataforma Gune, que agrupa a la mayoría sindical y a los colectivos sociales, proclamó ayer ante el Mercado de la Ribera en Bilbo su rechazo al tratado de libre comercio, (conocido como TTIP por sus siglas en inglés) porque, en realidad, «solo servirá para que las multinacionales se apropien del negocio de todos». Para este viernes han convocado en Iruñea y en Bilbo acciones de protesta contra el tratado, sobre el que se mantiene oculto lo que en realidad están negociando con él. En Bilbo habrá una charla en el edificio La Bolsa a las 10.00 horas y después se abrirá en la plaza del Arriaga un mercado transparente. En Iruñea, se celebrará una mesa redonda (19.00 horas, en Katakrak) en la que participarán, entre otros, los europarlamentarios Josu Juaristi (EH Bildu) y Marina Albiol (IU).

«La sociedad civil, los sindicatos, los agricultores y los grupos de activistas de base de Europa llamamos a un día de acción con el objetivo de parar el TTIP, el CETA -tratado económico y comercial integral entre UE y Canadá-, y otros tratados de libre comercio que están siendo negociados actualmente, y para promover políticas comerciales alternativas que contemplen como prioritarios los derechos de las personas, la democracia y el medio ambiente».

A juicio de la plataforma Gune, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre la UE y EEUU y el de Canadá son «los ejemplos más destacados de cómo el comercio y las inversiones se están negociando antidemocráticamente y en interés único de las grandes corporaciones multinacionales».

Lamentaron que la información pública existente es «mínima», al contrario de lo que sucede con «los lobbies corporativos», que están presionando en favor de sus intereses. «Si estos tratados salen adelante, las grandes empresas multinacionales tendrán derechos exclusivos para demandar a los gobiernos ante tribunales de arbitraje privados, que serán independientes de los sistemas legislativos nacionales y europeos», entre otras actuaciones.

Los portavoces de Gune advirtieron, además, de que en esos tratados «se reducirán los estándares vigentes de salud y seguridad como consecuencia de la armonización normativa transatlántica, y socavarán la autoridad de los gobiernos nacionales y locales para prevenir prácticas nocivas, como el fracking o el uso de transgénicos». Llamaron la atención de que con esas legislaciones «los servicios públicos esenciales se verán reducidos, cuando no privatizados, y los derechos sociales y laborales gravemente empeorados. Estas políticas presionan hacia una privatización de los servicios públicos esenciales en nombre de la austeridad, la crisis y la supuesta necesidad de incrementar la competitividad. La protesta visualizará nuestro desacuerdo en las calles de Europa».

Ante ello, pidieron abrir un debate a nivel europeo y permitir que la ciudadanía conozca lo que está en juego «porque nos jugamos el futuro».

«Podemos ganar juntos frente al poder multinacional»

En el encuentro ante los medios de comunicación, la plataforma Gune, que estuvo acompañada por el activista Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción y experto en esta materia, demandó la paralización de estos tratados y pidió a la ciudadanía que «se una a la respuesta unitaria y alternativa en Europa». Porque, como terminaron «podemos ganar esta batalla, juntos frente al poder multinacional».

Los tratados con Estados Unidos y con Canadá, afirmó, son «devastadores» para la población en general los pequeños comercios y las pymes. En otros lugares donde se han puesto en marcha operaciones de libre comercio similares han tenido seis elementos en común: «una mayor explotación laboral, porque se eliminan los derechos laborales, se deslocaliza, se reducen los salarios y hay un empeoramiento de la salud laboral». Pero, además, se deja «al mercado que se adueñe de los servicios públicos». La liberalización de los servicios públicos supone la privatización de los mismos a medio plazo. Otro elemento negativo es que la soberanía alimentaria» queda «eliminada en este proceso de libre comercio»; mientras que aumentarán «las amenazas contra el medio ambiente», porque las multinacionales petrolíferas y energéticas «tendrán manga ancha para actuar en un modelo contaminante y despilfarrador». Ya que estas transnacionales contarán con jurisdicciones ad hoc, lejos de la legislación de caja país con tribunales internacionales opacos. Todo ello, en una búsqueda del beneficio por encima de personas y pueblos.






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