Un blog desde la diáspora y para la diáspora

martes, 30 de mayo de 2023

Alternativa Real

Se llevaron a cabo las elecciones municipales en el estado español y allá, en las provincias insurrectas del norte, los partidos políticos estatales se contentaron con trasvasar votos del Unidas Podemos a Vox y al PP.

Por su parte, la coalición de izquierda EH Bildu se consolidó, siendo la más votada en todo Hegoalde, relegando al PNV a un incómodo segundo lugar.

Este es el editorial que Gara le dedica a la jornada:



Las encuestas habían identificado la pujanza de EH Bildu, pero se han quedado muy cortas en las dimensiones de este movimiento electoral. La coalición ha cosechado unos resultados espectaculares en los cuatro territorios de Hego Euskal Herria. De hecho, este es su mejor registro histórico. Ha vencido en muchos municipios, por ejemplo en Gasteiz, de la mano de Rocio Vitero. Con Maddalen Iriarte ha ganado en Gipuzkoa mejorando los resultados de 2011, cuando gobernó.

EH Bildu ha consolidado así su posición como alternativa al PNV, que obtiene unos resultados pobres, que le pueden permitir mantener importantes cotas de poder, pero que no pueden ocultar el desgaste que sufre. La gente está enfadada con su gestión y, muy probablemente, con la arrogancia de sus dirigentes.

María Chivite y el PSN aguantan el tirón y puede postularse a un segundo mandato. Sin embargo, no puede abstraerse de los resultados de EH  Bildu, especialmente en la capital, ni del rearme de la derecha en el Estado. Ferraz tendrá que valorar bien qué hace en Iruñea, donde permitir que gobierne la derecha ya solo favorece a la derecha, no solo en la capital sino en el Estado. Iruñea se ha ganado que su alcalde sea Joseba Asiron. El PSE también aguanta el tirón. Ni su alianza con el PNV ni la debacle del PSOE en el Estado le pasan una gran factura.

El unionismo democrático que surgió del 15M y confluyó con IU sigue sin un proyecto claro para este país. Sobrevive ensimismado en las trifulcas de la izquierda metropolitana. Debería recomponerse de cara a diciembre, y mirar más allá. No obstante, en algunos municipios vascos puede ser relevante.

UPN logra una victoria pírrica en la capital y poco más. Su aislamiento militante y la división de la derecha le empujan a un ostracismo que fía todo a la falta de coraje del PSN y a un cambio de ciclo en Madrid.

Para la derecha española estos comicios eran un ensayo de cara a las estatales de invierno. Y en el Estado les ha funcionado. Para ello, han manoseado a la sociedad vasca, pero los resultados de PP y Vox en tierras vascas siguen siendo marginales. Hay que mantener el pacto nacional para que siga siendo así.

Fin de un ciclo con un balance discutible

El EBB, en concreto Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu, deben reflexionar. Y dar explicaciones. Anoche prometieron hacerlo, pero su credibilidad está en horas bajas. Todas las decisiones que han tomado en relación a las candidaturas –por ejemplo, echar a Gorka Urtaran para poner a Beatriz Artolazabal– han dado unos muy malos resultados. La estrategia de seguir la rueda de Covite y poner tareas éticas a EH Bildu ha sido un estrepitoso error. Sus bases, la sociedad vasca, no premia ese estilo burdo y soberbio.

El sorpaso de EH Bildu es de tales dimensiones, que PNV y PSE pueden tener la tentación de enrocarse en su pacto general. La aritmética da para aprovechar la brecha entre votos y gobiernos, pero no va a ser fácil justificar algunas maniobras ni aguantar en algunos cargos con alternativas más legítimas y solventes. No es ético, y puede no ser inteligente.

Bases para un legado compartido

La institucionalización del país demanda una repensada. Los signos de agotamiento y decadencia son indiscutibles. El contexto estatal y continental no pinta bien. Los retos civilizatorios y de país exigen perspectiva, estrategias y liderazgos compartidos. Urgen soberanía y progreso.

Los resultados de ayer ofrecen un marco propicio para un ejercicio honesto. Pasada la euforia de la victoria y el escozor de la derrota, con serenidad, los partidos deben estar a la altura de la ciudadanía vasca y dar paso a una fase histórica bajo el principio rector de «todos los derechos para todas las personas».




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sábado, 20 de mayo de 2023

Egaña | Tinta de Chipirón

Como es costumbre, Iñaki Egaña no deja mono con cabeza en su análisis del panorama económico y político actual de Hego Euskal Herria. Aquí les dejamos su texto publicado en Facebook:


Tinta de chipirón

Iñaki Egaña

El desplome del vertedero de Zaldibar se llevó por delante la vida de dos trabajadores, uno de ellos Joaquín Beltrán aún sin aparecer. El incendio posterior provocó una nube tóxica en la población citada, Ermua, Eibar y otras de los alrededores. Las responsabilidades fueron disueltas en multas e indemnizaciones millonarias. La Unión Europea amenaza con sanciones a cuatro vertederos vascos, mientras que la incineradora de Zubieta paraliza una y otra vez su actividad, arroja vertidos contaminantes a la erreka Arkaitz y sus trabajadores van a la huelga exigiendo condiciones mínimas de salud. Los residuos no importan porque por encima de su gestión está el negocio. Mucho dinero.

Más de 300 actividades altamente contaminantes en Hego Euskal Herria. En Zorroza soportan cada año el procesamiento de 100.000 toneladas contaminantes en una fábrica que debería estar cerrada desde hace cinco años. Ahora anuncian que quizás en 2027. En Legutio, los vecinos están asqueados de las empresas que se dedican al reciclaje del material industrial. Su salud se resquebraja, como la de los vecinos de Erandio que en 1969 salieron a la calle a protestar por la polución y fueron baleados y muertos por la Policía. Hoy, incluso, su recuerdo ha sido borrado por supuesta apología.

La pandemia de la covid nos ha dejado más de 10.000 muertos en Euskal Herria, cerca de la mitad en residencias de mayores. Nos hemos enterado, por esta alta mortandad en residencias que ha hecho descender nuestra esperanza de vida en un año, de condiciones infrahumanas en algunas de ellas. Que habían sido privatizadas para ganancia de unos pocos y que los patronos habían hecho un cartel, como si se tratara de un ejercicio especulativo más. Traficar con la gestión de los vulnerables.

Los aplausos a los sanitarios que hicieron de freno a la expansión de la covid fueron el apartado lúdico para tapar la degradación de la sanidad pública. Una perversión que ha pasado por encima de organigramas técnicos para favorecer el clientelismo, que ha desmantelado la red sanitaria pública desde sus cimentos más cercanos (la limpieza), hasta sus órganos gestores naturales. Aunque parezca propio de Turquía o Sierra Leona, los directores generales de Osakidetza de las últimas décadas han sido imputados por diversas razones.

Tenemos una policía, en el tercio autonómico, desbocada, parasitada por el unionismo extremo. Acaba de amenazar con el boicot a una carrera ciclista internacional demostrando, con un accidente en la Itzulia femenina, de los peligros que conlleva semejante coacción. Que cada año que pasa se acerca más a la actividad histórica y ultra de sus vecinos, acumulando asaltos a protestas laborales, torturas señaladas por el IVAC y una actitud chulesca que le ha llevado a aplicar la Ley Mordaza con unas ratios espectaculares. Exigiendo incluso su mayoría sindical la no derogación de esa ley infame. Un modelo policial lejano al de cercanía, basado en una actividad de gasolinero, incendiando escenarios, en vez de apagarlos.

La vivienda, soporte activo para la existencia, después de que nuestros antepasados salieran de las cuevas, se ha convertido en un nuevo medio especulativo, de negocio lucrativo en el que han entrado incluso aquellos bancos que rescatamos con nuestros impuestos en 2008 para forrarse también a sus consejeros. Su carestía ha cambiado tendencias centenarias, ha modificado el curso de nuestra sociedad comunitaria, ha hecho descender la natalidad –junto a otras razones- y ha eclosionado como el primer problema de los jóvenes que acceden al patio vital. Pero el valor del metro cuadrado tiene más importancia que cualquier emoción original, que cualquier derecho democrático.

Atrapados entre bancos carroñeros y necesidades de subsistencia, centenares de hombres y mujeres, con los muebles a cuestas como en los éxodos bíblicos, han sido expulsados de sus viviendas, algunos arrojados al suicidio. Nuestras urbes se han convertido en un nido de multinacionales, con trabajadores mileuristas de contratos basura, mientras Añana, Gaubea o las Améscoas se despueblan. La gentrificación y el turismo están desplazando los colores de nuestro territorio. La estacionalidad está modificando nuestras raíces.

Esas mismas que han entrado en una venta alocada, sin subastadores que regulen un mercado en manos de truhanes sin patria. Tenemos el país en venta por unos cuantos platos de angulas y esos 26 millones que se llevaron cada uno de los consejeros de nuestra supuesta compañía telefónica. En medio de esos 600.000 vascos en la pobreza, las empresas aparentemente estratégicas ganan a espuertas, más que nunca. Sueldos insultantes, y obras de la misma magnitud, inútiles como las de la Super Sur, metro donostiarra o el Tren de Alta Velocidad. ¿Cuántos hospitales, cuántos puestos de trabajo, cuanto arrope a la vulnerabilidad?

La temporalidad en el sector público vasco es del 40%, la más alta de Europa. Signo, también, de la naturaleza de los gestores. Clientelismo, enchufismo, puertas correderas a los jefes descubiertos, arrope partidista, prisión para el director de la Hacienda guipuzcoana, soporte económico a De Miguel… Un falso oasis vasco que jamás ha existido.

Nada de lo anterior importa, sin embargo. El quid ha sido revelado desde las cloacas. Voluntarios de Gestoras pro amnistía, trabajadores de Herriko Tabernak, jóvenes de Segi, periodistas de Egin, militantes de Ekin y Batasuna, abogados de presos vascos, manifestantes contra vulneraciones de derechos humanos… y militantes de ETA, han conformado una variopinta terna de 44 hombres y mujeres criminalizados por engrosar listas, entre casi 4.500 elegibles de EHBildu. Una doble criminalización, porque excepto dos militantes de Herri Batasuna que jamás fueron condenados, el resto cumplió prisión gracias a un código penal excepcional. No hay redención posible, quizás en una próxima rencarnación. Nuevamente los presos, esta vez expresos, siguen siendo rehenes de una política vengadora.

 

 

 

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domingo, 14 de mayo de 2023

Entrevista a Mattin Aiestaran

Deia publica esta nueva entrevista a Mattin Aiestaran acerca de La Mano de Irulegi y lo que esto ha significado para el euskera escrito.

Adelante con la lectura:


“La mano de Irulegi nos ha abierto una ventana para poder conocer la escritura o las creencias de los vascones”

Mattin Aiestaran | Arqueólogo de Aranzadi y director de las excavaciones en el yacimiento de Irulegi | DEIA ofrece hoy la posibilidad de adquirir con el periódico el libro ‘La mano de Irulegi’, los secretos del hallazgo cultural de los vascones en la Edad del Hierro y el origen del euskera

Ana Ibarra Lazkoz

¿Qué material inédito recoge el libro impulsado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi que recoge la aportación de todos los investigadores que han trabajado en la puesta en valor de Irulegi ?

En el libro enseñamos el proceso de investigación y explicamos cómo llegamos a plantear las hipótesis que manejamos actualmente. Además aparece todo el equipo de investigación y creo que es algo importante, ya que subraya el carácter multidisciplinar del proyecto. Es un libro con abundantes ilustraciones y un estilo muy divulgativo, pero a la vez lo suficientemente riguroso para poder entender con claridad los resultados y el proceso de investigación que estamos llevando a cabo.

¿Qué balance hacéis de lo que ha supuesto este hallazgo cuatro meses después de darlo a conocer y dos años después del descubrimiento?

La verdad es que la excavación de la mano se realizó en junio de 2021, pero nadie sospechaba de la importancia de esta pieza hasta enero de 2022, fecha en la que la restauradora Carmen Usúa y los técnicos de restauración del Gobierno de Navarra realizaron la limpieza superficial de la mano y supimos que estaba escrita. Ahí comienza el proceso de investigación y todavía no ha culminado, pero podemos adelantar algo sobre el contexto y algunas certezas que tenemos acerca de este extraordinario testimonio epigráfico. En este momento el balance que hacemos es muy positivo, ya que el hallazgo ha causado un sentimiento muy positivo en toda la sociedad y ha suscitado un gran interés.

¿Hay nuevas investigaciones sobre la cultura vascona de esa época en ese mismo poblado de cómo vivía, se relacionaba y expresaba un pueblo en absoluto analfabeto?

Por un lado, está la investigación del poblado de Irulegi y su entorno, que es un proyecto de investigación enmarcado en la tesis doctoral que estamos realizando, y por lo tanto, es una investigación que está en curso, al menos hasta enero del 2024, fecha en la que tendremos que defender la tesis. En ese proyecto de investigación general entra la investigación centrada en la mano de Irulegi, y esta también todavía está en proceso. Además, este verano volveremos a excavar y seguro que obtendremos datos novedosos.

¿Va a haber nuevas excavaciones en la zona?

Este año prevemos volver al yacimiento para continuar con los trabajos de excavación e investigación y como nos sucede en cada campaña que vamos, cada hora de trabajo que realizamos siempre ofrece resultados que nos permiten trazar el pasado hasta ahora desconocido de nuestra sociedad. Además, vamos a prolongar hasta tres meses el periodo de excavación y ofreceremos visitas guiadas reguladas para que nos vean trabajar in situ de la mano de arqueólogos profesionales de nuestro equipo.

¿Qué es lo que más curioso te resulta de cómo vivían los pueblos vascones en la Edad de Hierro de los que apenas sabemos nada?

Es verdad que sabemos poco sobre los vascones de la Edad del Hierro en general, pero vamos sabiendo cada vez más de esos habitantes que vivían en Irulegi. Como arqueólogos que somos, investigamos los restos materiales que dejaron y es más sencillo investigar precisamente acerca de las cuestiones materiales de esas sociedades. Tenemos bastante más solidez a la hora de realizar hipótesis sobre cuestiones como la arquitectura que construían, la dieta que tenían, las tecnologías que utilizaban, etcétera pero a menudo tenemos grandes dificultades para poder investigar el mundo inmaterial de las sociedades del pasado. Lo más curioso de Irulegi y el hallazgo de la mano es que nos ha abierto una ventana para poder conocer aspectos inmateriales como la escritura o sus creencias, y eso es algo realmente extraordinario que pocos hallazgos y yacimientos permiten.

El Ayuntamiento del Valle de Aranguren está elaborando un plan estratégico para poder ofrecer a los visitantes unas condiciones mínimas para poder disfrutar no solo de la mano de Irulegi sino también del conjunto del valle. ¿A juicio de Aranzadi cómo tendría que ser esa puesta en valor del patrimonio?

Hemos tenido la enorme suerte de trabajar durante más de quince años en un valle y un ayuntamiento que valora e impulsa su patrimonio cultural y natural de una forma extraordinaria, y además lo hace teniendo en cuenta las necesidades e idiosincrasia de los habitantes del valle, implicándolos en los proyectos y haciéndoles protagonistas. De esta forma son las vecinas y vecinos del Valle de Aranguren los primeros interesados en preservar y cuidar su patrimonio, porque lo sienten suyo, y para ellos es algo importante. Desde la Sociedad de Ciencias Aranzadi intentamos ofrecer las herramientas metodológicas participativas como el auzolan o el voluntariado y el conocimiento científico a disposición de la sociedad, y este proyecto es uno de los ejemplos más destacados. A nosotros nos gustaría que el trabajo que hagamos repercuta también y sobre todo en la comunidad local.

¿Qué ha supuesto para Aranzadi este hito (Sorioneku=Zorioneko) que puede cambiar la historia de nuestra cultura?

En la Sociedad de Ciencias Aranzadi acabamos de cumplir 75 años y ha habido momentos especiales, hitos en la arqueología de nuestra tierra que hemos protagonizado en distintos ámbitos cronológicos. Este ha sido un paso importante en ese sentido, en el del conocimiento del pasado de nuestra sociedad, ya que una sociedad que no recuerda, que no tiene memoria, está condenada al fracaso y, en este sentido, la ciencia hace a las sociedades más libres.

¿Qué destacarías de ese largo proceso de investigación llevado a cabo?

Lo que destacaría sin dudar ni un segundo es el trabajo de grupo, y ése es el verdadero tesoro de Irulegi. En este proyecto lo tenemos bien claro y sabemos que la ciencia se basa en la cooperación. Pero también se basa en el trabajo riguroso y en la paciencia, algo que a los arqueólogos no nos puede faltar.

¿Hace falta mayor apoyo a este tipo de trabajos?

Efectivamente, a veces se dice que las arqueólogas y arqueólogos del siglo XXI somos los ilustrados de nuestra época, porque aunque nos especialicemos en algún tema en concreto, tenemos que saber sobre distintas disciplinas. Además de saber excavar bien, tenemos que saber de dibujo técnico, tener nociones básicas de geología, antropología química, biología, arquitectura, lingüística y epigrafía, etc. Es realmente apasionante el conocimiento que se genera mirando a los restos arqueológicos con “gafas” de otras disciplinas científicas y para poder trabajar así es indispensable el trabajo de grupo y una formación continua. En este sentido, nos gustaría que este hallazgo pudiera servir de palanca para consolidar el grupo de investigación que tenemos en Irulegi y poder trabajar de una forma más prolongada y continuada. Vemos a muchos arqueólogos y especialistas que se han formado con nosotros y en nuestras universidades, y tienen una enorme potencialidad, pero se van quedando por el camino por las enormes dificultades que acarrea la vida investigadora, por sus condiciones precarias. Tengo una beca predoctoral concedida por la UPV, y gracias a ello puedo dedicarme a la investigación a jornada completa con mi sueldo de becario y la ayuda de los familiares. La mayoría de jóvenes que han pasado por Irulegi terminan escogiendo otros caminos, y si siguen como arqueólogos se van a trabajar a otros países. Nos gustaría formar a un buen equipo que trabajara aquí, investigando los restos de nuestro pasado. 




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sábado, 13 de mayo de 2023

Egaña | El Lado Correcto de la Historia

Una vez más Iñaki Egaña nos regala una lección de historia y de memoria contrastadas con el panorama político actual de la CAV con este texto publicado en su perfil de Facebook:


Hace unos años, la policía francesa detenía en Baigorri a David Pla e Iratxe Sorzobal, a los que acusaba de pertenecer a una organización que, a duras penas, estaba ultimando su desarme, después de haber fracasado el intento de gestionarlo discretamente con la intermediación del gobierno noruego y un instituto suizo. Madrid vetó lo que Anna Buy y Myriam Prévost llamaron en su espacio radiofónico “Comment finir une guerre”. Los medios comenzaron entonces el cambio semántico. Del término “conflicto vasco” a “conflicto terrorista” tal y como lo ha saldado Wikipedia.

La semana de las detenciones, setiembre de 2015, Jeff Leips, William Reed y Katherine Sawyer, tres docentes de la universidad de Maryland (estado con el nombre de una reina francesa de origen, británica de matrimonio), avanzando ese final previsto, lanzaron un atrevido proyecto para avalar el desinfle del término “conflicto”. La confrontación que en las últimas décadas había provocado 1.400 víctimas mortales, 7.000 presos, 10.000 torturados, 40.000 detenidos y miles de protestas y manifestaciones apaleadas, con otros miles de heridos, se debía a una desviación genética.

Su tesis era simple, a la vez que rocambolesca. El conflicto se debía a una singularidad en el código genético de varias generaciones de vascos: ligeras variaciones en unas enzimas (monoamino oxidasas) y en el gen transportador de la serotonina, una sustancia presente en las neuronas. Esas desviaciones, precisamente, invitaban a los sujetos que las padecían a “la participación en actos de violencia política”. Es decir, se cargaban de un plumazo décadas, siglos… de conflicto. Francia y España sufrían desde tiempos de María Enriqueta (1609-1669), la que daba título a su estado norteamericano, la desviación genética de miles de vascos mutantes.

El proyecto de investigación fracasó, a pesar de los intentos de los tres profesores por conseguir conejillos de indias entre presos y ex militantes de ETA. Sorprende que un ministro del Interior como Jorge Fernández Díaz, que entonces dirigía su departamento con la ayuda de la Santísima del Amor (a la que concedió la medalla al mérito policial) o la de los Dolores de Archidona (cruz de plata de la Guardia Civil, probablemente como contestación a la mancha histórica de la narración del Cipote de Archidona) no financiara la “investigación”.

Desde entonces hasta hoy, las calificaciones y el relato oficial sobre la situación política en Euskal Herria durante estas últimas décadas va en caída libre. Leips, Reed y Sawyer tendrían hoy el apoyo de Marlaska e Itxaso que entonces no dio el ahora imputado Fernández Díaz (15 años por espionaje ilegal al ex tesorero de su partido). Parece mentira que el paso de tan poco tiempo haya dado lugar a semejante transformación. Y no sólo en los aparatos de Interior, sino también en el entorno. El PNV ha hecho desaparecer de sus publicaciones históricas, entre ellas la Oficina de Prensa de Euzkadi, los números que contrariarían a su discurso del conflicto en 2023, bien distinto al de 1973. Mientras, “Ertzainas en lucha” empapelan nuestros muros con el lema “No hay Tour sin acuerdo regulador”. ¿Se imaginan que algún grupo opositor al Gobierno lanzara una amenaza semejante? La manipulación y la impunidad continúan su recorrido.

En esta corriente renovadora del “espíritu nacional” (hispano) han sobresalido en las últimas semanas las declaraciones de diversos voceros del PSE-EE, sucursal del partido en el Gobierno central. Me han cautivado, por su contundencia, las de Miren Gallastegui, portavoz del grupo socialista en el Parlamento de Gasteiz. Rotunda al afirmar que “jamás ha habido un conflicto político en Euskadi”, en referencia a la Comunidad Autónoma. Añadió: “los asesinos son asesinos, y las víctimas, victimas” Quien no lo entienda tiene un “déficit intelectual y democrático”. De nuevo una alusión, no explicita, pero deducible, a la desviación genética.

Sin conflicto, ¿cómo explicar los centenares de casos anuales de torturas bajo la batuta socialista de Felipe González, Pérez Rubalcaba o Rodolfo Ares? Sin contienda de por medio, la única explicación que me viene también es la de la desviación biológica. El placer de torturar para disfrutar del sufrimiento ajeno. Un gesto repugnante. En la misma medida, al margen de la aplicación sistemática de la tortura, la creación de policías patrióticas, la contratación de mercenarios para amedrentar a la población, la elevación a los puestos de mando de los agentes de la dictadura… toda una tendencia que explica precisamente la toma de postura de los seguidores de Gallastegui.

¿Qué me dicen del desmantelamiento industrial como freno a la soberanía vasca que promovió el PSOE en sus años de Gobierno? De aquella Ley Corcuera, que vulneraba derechos civiles, tal y como la Ley Mordaza que Sánchez prometió derogar y hoy la mantiene con una actividad frenética. De esas ilegalizaciones que provocaron la imputación y el castigo a más de 600 hombres y mujeres vascos no relacionados con actividad armada, ni terrorista. ¿Por qué el indulto a torturadores, forajidos y mercenarios si no ha existido un conflicto político?

El virrey Denis Itxaso ha resumido estos días, dónde y en Galdakao, la sinopsis de ese flujo negacionista que intenta imponer su socialismo a la deriva: “Estar en el lado correcto de la historia”. Un lado que implica guerra, destrucción, apoyo a una política criminal que incita a la refriega -y de qué manera-, conflictos, eso sí, lejos de Bilbao, Madrid o el peñón de Alhucemas. Una explicación que sintetiza esa visión judeo-cristiana de la historia, soportada en la supremacía de supuestas “razas”, de nacionalidades impuestas, de derechos naturales que un día fueron los de pernada y hoy son los de territorio. No hay conflicto presente porque el lado correcto de la historia nos devuelve a la crónica de siempre, buenos y malos, vaqueros e indios, santos y pecadores, arios y degenerados mutantes.

 

 

 

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viernes, 12 de mayo de 2023

Cápsula del Tiempo

El 'Guernica', aún secuestrado por el franquismo borbónico en el peor de los lugares - hay que ser sádico para tenerlo en un museo con el nombre de una persona vinculada al nazismo como lo es Sofía, tomando en cuenta quienes bombardearon Gernika -, es el objeto de este análisis publicado en el Diario de Navarra:


‘Guernica’, una invocación encapsulada

El cuadro de Picasso de 1937 ocupa un lugar preciso en la historia del arte

Gabriel Cabello Padial

En la novela La estética de la resistencia de Peter Weiss hay un pasaje en que dos jóvenes, brigadistas en la Guerra Civil española, leen el número especial que, en 1937, la revista Cahiers d’Art había dedicado al recién pintado Guernica. Las páginas desplegables les muestran unas imágenes grises que contrastan con los naranjos del huerto valenciano donde están leyendo.

Aunque la formación de ambos es escasa, a través de las reproducciones se lanzan a descifrar el cuadro: la objetividad que la pirámide central da a la composición; los gestos desesperados de las figuras. El narrador entonces remacha: «Sin comprenderla del todo, vimos lo que ocurría en España. Recalcado en un lenguaje de pocos signos, la pintura contenía al mismo tiempo destrucción y renovación, desesperación y esperanza».

El especial de Cahiers d’Art que hojean los personajes de Weiss certificaba que Guernica siempre tuvo una doble vida. Por un lado, la de un cuadro, magistral y de dimensiones colosales, pero también la de un icono cuyas imágenes, a menudo fragmentadas, en adelante circularán y serán reorganizadas en contextos diversos.

Los jóvenes ven en la revista las fotografías con las que Dora Maar documentó el proceso de elaboración del cuadro, así como algunos dibujos relacionados con él que Picasso fue realizando en paralelo. Guernica se desdoblaba entre el cuadro y su imagen, o, mejor dicho, sus imágenes. El gobierno español editó también una postal para la Exposición Internacional de París a la que estaba destinado.

Adiós, cubismo

El cuadro que Picasso realizó en la primavera de 1937 ocupa un lugar preciso en la historia del arte. El lugar en que el mundo al que pertenecía el cubismo, el movimiento que el propio Picasso había iniciado, se desmorona con esta obra, ya que la cubista era aún una pintura de la intimidad, y eso es lo que se arruina en Guernica.
Del espacio interior del cuarto cubista, protector, palpable, deseable, como el espacio que en 1924 escenificaba Mandolina y Guitarra, apenas queda en Guernica el rastro de las baldosas en la parte inferior. Unas figuras monstruosas conviven en lo que el historiador T.J. Clark –seguramente quien más ha pensado recientemente el cuadro– llamaba en 2017, en el catálogo de la exposición sobre el cuadro que realizó el Museo Reina Sofía, una “proximidad sin intimidad”.

En el mundo de Guernica, que es sobre todo un mundo de mujeres y niños, los pezones y lenguas se vuelven conos, y las bocas se abren en un grito desesperado. Esas figuras sufren en un espacio que no es ni interior ni exterior, sino algún sitio literalmente inhabitable. Y, aun así, parecen intentar erguirse sobre el mínimo suelo de baldosas para mirar, aunque no alcancen a comprender, un horror que se les escapa, formando una comunidad surgida de la vulnerabilidad.

Pero, como afirmaba Christian Zervos, fundador y director de Cahiers d'Art, entre otros aquel número especial que ojeaban los personajes de Weiss, Guernica era también una suerte de conductor de emociones: su calidad, decía, «no radica en una intención estética sino en los sentimientos que le confieren sustancia».

El Guernica más allá del cuadro

No puede extrañar entonces la vida posterior de Guernica como tótem, como emblema de la comunidad que surge tras la Segunda Guerra Mundial. Ni tampoco la de sus fragmentos, ya convertidos en fetiches que pierden su contenido o ya reconfigurados en apropiaciones artísticas que vuelven a poner en escena, actualizándolas, las imágenes del cuadro.

Como las que recoge la página web Repensar Guernica del Museo Reina Sofía, que da cuenta de la vida póstuma de Guernica allí donde ha habido una violencia que denunciar. Cada una de esas apropiaciones, como las estudiadas en los libros de Elena Cueto Asín, Rocío Robles Tardío, Matei Chihaia o Pepe Karmel, realiza una tarea doble: volver a visibilizar Guernica, sus imágenes, más allá de su reducción al trivial fetiche sin contenido; y también producir, en cada recreación, una imagen del presente que se reconoce en ellas.

T. J. Clark menciona un poema sin título escrito por Picasso y fechado el 25 de diciembre de 1939 como la mejor descripción disponible del cuadro (Clark lo reproduce en las páginas 47-48 del catálogo de la exposición de 2017). El poema gira en torno a un águila que «vomita sus alas». Pero, estrofa tras estrofa, avanzando a través de una sintaxis que se desmorona, el texto no logra fijar una descripción. Igual que ocurre con esas figuras que se levantan sobre el mínimo suelo del cuadro para mirar pero que no logran ver.

Sin embargo, si tomamos en cuenta la dimensión póstuma de Guernica, su desdoblamiento entre un cuadro históricamente fechado y unas imágenes cuya vida parece actualizarse aquí y allá desde el primer momento, de la interpretación que hacían los personajes de Weiss a sus apariciones más recientes, quizá hay otro poema que nos pueda servir de guía.

Seguramente nada se ha repetido tantas veces sobre Guernica como que constituye un «grito». Y el poema en prosa “Sueño y mentira de Franco”, que Picasso compuso entre el 15 y el 18 de junio, a la vez que finalizaba el cuadro, termina precisamente con un pasaje donde se concatenan una serie de gritos de personas, de animales, e incluso de las más ínfimas cosas:

“…gritos de niños gritos de mujeres gritos de pájaros gritos de flores gritos de maderas y de piedras (…) gritos de olores que se arañan gritos de humo picando en el morrillo de los gritos que cuecen en el caldero y de la lluvia de pájaros que inunda el mar que roe el hueso y se rompe los dientes mordiendo el algodón que el sol rebaña en el plato que el bolsín y la bolsa esconden en la huella que el pie deja en la roca”.

La sucesión de gritos se acumula hasta que terminan escondidos «en la huella que el pie deja en la roca». Es decir, hasta que conforman un fósil. Y un fósil, huelga decirlo, posee una dimensión temporal. Es, como decía el filósofo Gaston Bachelard, una «vida dormida en su forma». En él quedan sellados los gritos, siempre heterogéneos con respecto al orden del discurso; siempre fisurando, como un estigma, la imagen. Como si el cuadro entero fuera una invocación encapsulada. Esperando despertar en cada presente que en ella se reconozca.

 

 

 

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jueves, 11 de mayo de 2023

Llevas Razón, Marta

En un aspecto lleva razón la "cantante" española y españolista Marta Sánchez, para los vascos, efectivamente, es muy duro vivir en un país en el que no están a gusto.

Y así lo han hecho saber durante mucho tiempo, la rechifla en La Cartuja es tan solo la más reciente de muchas otras ocasiones.

El que además de todo el Osasuna, uno de los equipos vascos forzados a jugar en la liga española haya contenido al Madrí de las megaestrellas no ha sido más que una muy poética cereza en el pastel.

Dicho lo anterior, les compartimos lo publicado al respecto por Naiz:


«Les debe ser muy duro vivir en España»; Marta Sánchez se pica con la afición de Osasuna

La doble interpretación del himno español en la final de Copa fue recibida por aficionados de Osasuna con pitos y la cantante Marta Sánchez, que la entonó primero, no ha podido ocultar su cabreo: «Debe ser muy duro vivir en un país en el que no estás a gusto»

Izaro Izu

El himno español fue pitado dos veces en la final copera del pasado sábado en la Cartuja de Sevilla: cuando se emitió por megafonía justo antes del partido a la llegada de Felipe de Borbón y un par de horas antes, en el concierto previo, esta vez entonado por la cantante española Marta Sánchez, que hizo una versión que incluye letra. Esta vez los silbidos no han trascendido tanto como en ocasiones anteriores, pero Sánchez se ha picado. Y ha dicho a Europa Press que cantar ese himno «es algo que me encanta hacer y que me siento muy orgullosa de haber hecho. Creo que es muy bonito, me siento muy española y me gusta cantarlo, y más si le he puesto música y letra».

La información apunta que su 57 cumpleaños se ha visto «ensombrecida» por esos abucheos. La cantante admite «tristeza». Pero a continuación ha tomado un tono entre condescendiente e impositivo: «Siento pena por ellos porque debe ser muy duro vivir en un país en el que no estás a gusto. Pero yo sí estoy muy a gusto y estoy muy orgullosa de ser española».

Poniendo en contexto lo ocurrido, Marta Sánchez no pasa los mejores momentos de popularidad, así que su intervención fue una de las primeras de un concierto que arrancó dos horas y media antes del partido. A esa hora apenas un millar de aficionados rojillos estaban en las gradas, y el resto (un total de 25.000) prefirió esperar en el exterior a la llegada del autobús del equipo. No obstante, entre ese millar de personas fueron muy patentes los silbidos a la versión de Sánchez, que entre otras cosas dice: «Rojo, amarillo, colores que brillan en mi corazón/ y no pido perdón./ Grande España, a Dios le doy las gracias por nacer aquí/ honrarte hasta el fin».

Posteriormente, la interpretación del himno fue silbada también a la llegada del monarca español y su hija, como destacaron los medios españoles. En ese momento se alzaron en las gradas que ocupaban la afición de Osasuna ikurriñas y banderas navarras, así como algunos símbolos de ‘Etxera’.

Para quienes no la conozcan, Marta Sánchez es una cantante madrileña que triunfó a finales de los 80 como vocalista del grupo ‘Olé olé’, y que luego disparó su popularidad con un posado en ‘Interviú’ y la actuación ante los soldados españoles que participaban en la Guerra del Golfo, en la fragata Numancia.

Un momento impagable de patriotismo español, militarista y machista, en la Nochebuena de 1990.

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En 2018 Marta Sánchez decidió además poner letra al himno español e interpretarlo en sus conciertos, en una acción que fue muy saludada tanto desde el PP como desde Ciudadanos, y criticada desde formaciones de izquierda española.

En los prolegómenos de esta final, los llamamientos a no pitar el himno español habían estado liderados por el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, que dijo en televisión que a él desde pequeñito su padre le había enseñado a cantarlo de pie.

 

 

 

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miércoles, 10 de mayo de 2023

La Sublevación de los Erchanchas

Nos hemos cansado de repetir que la Ertzaintza es un cuerpo represivo español con label a la Basque Country. Claro, lo anterior le ha venido como anillo al dedo a los jeltzales pues ha operado en favor de su desdén por el propio pueblo al que dicen representar.

Pues bien, en el escenario post conflicto los ertzainas han pasado de ser matones a sueldo a pretender chantajear a ese gobierno autónomo al que tanto han servido.

Atención a lo que se reporta en este artículo de Naiz:


En California tampoco hay ertzainas

El Movimiento Asindical reunió el lunes en Bilbo a centenares de ertzainas para presionar al Gobierno de Lakua y a los sindicatos. Al primero le amenaza con bloquear el Tour. A los segundos les acusa de traición y les pone condiciones inasumibles. Es el resultado de una gestión nefasta de años.

Iñaki Soto

El lunes por la noche, el guionista y director David Simon mostraba en redes sociales unas imágenes suyas marchando junto a otras compañeras en la huelga del Sindicato de Escritores de EEUU, a la vez que denunciaba que HBO había rescindido su contrato tras 25 años en la cadena.

Simon es conocido por haber retratado la realidad social norteamericana en series como ‘The Wire’, ‘The Deuce’ o ‘Generation Kill’. Una constante de su obra es la crítica a la degeneración y militarización de los cuerpos policiales. Precisamente, su última serie, ‘We Own This City’, es una crónica sobre un escándalo de corrupción y violencia en la Policía de Baltimore.

A la misma hora en la que Simon desfilaba con su sindicato en Hollywood, un nutrido grupo de policías que podría protagonizar una de sus series se manifestaba contra las instituciones y los sindicatos. No era en California, porque como decía la canción de RIP, la banda de Arrasate, allí no hay Guardia Civil, ni tampoco Ertzaintza. Era en Bilbo, donde cientos de ertzainas secundaban una convocatoria del autodenominado Movimiento Sin Convenio ‘No hay Tour’.

Los convocantes, que en otro momento firman como Movimiento Asindical, aseguraron que reunieron a 4.000 ertzainas en la explanada de San Mamés, cifra que el Ayuntamiento rebajaba a 2.000. Cabe recordar que el Cuerpo de la Ertzaintza está formado por cerca de 8.000 agentes. En 2017, 770 agentes estaban de baja a diario, con un absentismo del 10%, según datos de ‘El Correo’. Por mucho que en su nota los convocantes mencionaban a familiares y ertzainas jubilados, la cifra de participación no cuadra.

Eso no quita para que la cantidad fuese importante y cogiese por sorpresa a propios y extraños.

Quiénes son y qué piden

La plataforma es anónima, hasta el momento no tiene portavoces aunque responde a los medios, se comunica a través de redes y es independiente de los sindicatos y de la Consejería. Sus demandas son básicamente sindicales (subidas de sueldo y mejoras materiales, entre otras), pero precisamente denuncian que los sindicatos no les representan.

Ojo, la Ertzaintza lleva 12 años sin renovar el convenio, lo que no quiere decir que durante este periodo no hayan tenido sucesivas mejoras en sus condiciones. Precisamente, el rumor de que algunos sindicatos podrían estar cerca de firmar un acuerdo con el Departamento el próximo 15 de mayo es la razón de la manifestación y lo que ha causado que este movimiento interno haya cogido fuerza.

Su posicionamiento es antisindical, policiaco en el peor sentido y abiertamente chantajista. Aprovechando que el Tour saldrá de Euskal Herria, han decidido presionar a las administraciones vascas, prometiendo que si no se accede a sus demandas no se podrá garantizar la seguridad de la carrera ciclista.

Asimismo, advierten a los sindicatos de que no aceptan su legitimidad, les tachan de traidores y les ponen condiciones para negociar. El tono amenazante de la nota que sacaron tras la marcha, en la que les dan a las centrales de plazo hasta mañana para asumir su agenda, es inaceptable.

Un buen ejemplo es el cuarto punto de ese comunicado. En él se pregunta a los sindicatos: «¿Estáis dispuestos a que cada sindicato lleve un miembro del Movimiento a las mesas de negociación para que pueda verificar la transparencia del proceso?».

Para zanjar el tema, informan de que «el sindicato que traicione al colectivo sufrirá el rechazo del mismo y se expondrá a su desaparición (sic)». Añaden que las centrales que no les respondan correrán la misma suerte.

El orden y la ley

Semejantes actitudes provocan preguntas en cualquier ciudadano. ¿Qué cabe esperar de unos agentes públicos que no asumen el sistema de representación sindical y prefieren cogerse la justicia por su mano y ejercer la presión contra sus representantes? ¿Están capacitados para hacer su labor? ¿Pueden portar armas y tener el poder de sancionar conductas de ciudadanos y ciudadanas? Si tratan así a sus representantes, ¿qué pensarán cuando vigilen manifestaciones sindicales de otros sectores?

La Consejería de Seguridad comandada por Josu Erkoreka ha despreciado la retórica del Movimiento Asindical y ha informado de que seguirá negociando con los representantes sindicales.

El problema es que este Gobierno se ha caracterizado por una postura antisindical explícita, comandada por el lehendakari Iñigo Urkullu, que ha hecho alarde de ella en repetidas ocasiones. Tampoco es que sean originales: es una tendencia española, francesa y global de la derecha. Eso sí, luego se quejan de que no tienen interlocutores válidos.

Por otro lado, en un proceso de paz lógico y ordenado, la Ertzaintza tendría que haber sufrido una reconversión. Un cambio de imagen, de denominación, de estructura y, sobre todo, de cultura institucional. Pero en el relato oficial eso sería tanto como admitir que no fueron ejemplares en la «lucha antiterrorista». Como si los casos de malos tratos o las operaciones represivas, por no hablar de la percepción social aumentada por los cientos de heridos o por imágenes como las del cementerio de Tolosa, no fuesen suficientes para minar esa imagen heroica del Cuerpo. La triste gestión del caso de Iñigo Cabacas condensa todas las miserias de la Policía vasca y de sus responsables, operativos y políticos.

Defund The Police

Es terrible comprobar la falta de responsabilidad histórica de los dirigentes jeltzales, que han utilizado a la Policía como una guardia pretoriana particular y la han dejado degenerar hasta el punto de que surjan fenómenos preocupantes como este Movimiento Asindical.

Los síntomas alarmantes venían de antes. En privado, los jeltzales no ocultan su preocupación por las referencias de los nuevos ertzainas y alertan de que las primeras promociones están a punto de jubilarse, con lo que perderán gran parte de su control sobre la institución.

Por eso, para entender y combatir esta perspectiva policiaca y autoritaria, quizás convenga salirse del esquema tradicional de fases previas del conflicto. Podemos gozar escuchando a RIP o a EH Sukarra, pero lo que viene no se combate con nostalgia. Para articular una resistencia contra este modelo policial quizás hay que tirar menos de malatxito y más del imaginario de Simon.

Por ejemplo, hay un movimiento global, ‘Defund The Police’, que pide que se deje de invertir en un modelo policial autoritario e incompatible con una cultura democrática avanzada. Por otro lado, hay que poner coto al antisindicalismo rampante. Hay que diferenciar qué son derechos y qué son privilegios, qué es una lucha sociolaboral legítima y qué es puro chantaje.

 

 

 

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domingo, 7 de mayo de 2023

Egaña | Excepcionalidad Penitenciaria

Uno de esos textos que al régimen borbónico franquista preferiría no se escribieran. Pero se escriben. Aquí les traemos esto publicado por Iñaki Egaña en su perfil de Facebook:


Excepcionalidad penitenciaria

Iñaki Egaña

Con una naturalidad que escandaliza y con el sempiterno argumento de que el fin justifica los medios, hay una tendencia gubernamental y de sus acólitos que frivoliza y descarta la excepcionalidad carcelaria que han padecido al menos 7.000 hombres y mujeres de Euskal Herria. Bajo tres códigos penales ya de por sí altamente punitivos (1973 con el dictador, 1995 con el PSOE y 2003 con el PP), los derechos de los presos quedaron relegados a la nada, añadiendo a las condenas, la venganza del legislador y del ejecutor. Ahora, con la reconstrucción del relato, la represión carcelaria, en todas sus formas, ha sido anulada, como si jamás hubiera existido.

Esta estrategia forma parte de un todo más amplio, en cuyo vértice, siguiendo el estilo franquista, figuran la impunidad y la elevación a la categoría de héroes (condecoraciones, ascensos y jubilaciones esplendorosas), a los actores de las tropelías. Cuando, como ha sucedido, informes de Aranzadi o Argituz o del director de la cátedra de derechos humanos de la Universidad del País Vasco, han relatado las vulneraciones en el interior de las cárceles, incluso las torturas infringidas a los detenidos, los defensores del relato único e inmaculado han puesto el grito en el cielo. PP, PSOE, PNV y sectores de Podemos quieren desterrar de la narración el hecho continuado de las violaciones de derechos entre muros, en esa senda bien engrasada que están construyendo hacia el relato único.

Las mayores manifestaciones sostenidas en el tiempo, así como la mayor oleada soldaría y popular que ha conocido nuestro país en el último siglo ha estado relacionada con los presos. Con su circunstancia invisible y con la denuncia de su situación de rehenes para condicionar la vida diaria. Esta constatación también ha sido borrada de la fotografía general. Y de paso, junto al modelo represivo y penal, todas las consecuencias laterales.

Por el apoyo a los presos y la denuncia de su situación, la Policía y la Guardia Civil han matado impunemente a 18 vascos. La situación en el interior de las cárceles, el primer grado, el aislamiento y la presión de los funcionarios, llevó al suicidio de diez presos vascos y al de otros dos antes de entrar en la cárcel. Un total de 20 familiares de presos fallecieron en la carretera cuando iban a visitar a los suyos. Cientos de accidentes en esos millones de kilómetros que han recorrido allegados y amigos. Por enfermedad, algunas de ellas perfectamente superables con antibióticos, murieron 24 presos vascos, y dos a resultas de las torturas. Juanjo Crespo Galende falleció tras 83 días en huelga de hambre, reivindicando la mejora de las condiciones de vida en prisión.
Así que son al menos 73 muertos por la política de excepción carcelaria. Merecen un respeto, como el que se le ofrece a otro tipo de víctimas. Pero, al parecer, su recuerdo incomoda y hay que borrarlo del relato, retirarlo de los trabajos municipales y arrojarlo a la papelera de la invisibilidad. El Estado de derecho no tiene fisuras. O no puede tenerlas, según el guion “democrático”. De ahí esa descoloración en noticias e informes.

Las muertes son la muestra más dramática del presido, de la custodia que reclama el estado para su disidencia. Pero hay también otro aspecto, probablemente menos trabajado, incluso por los grupos solidarios con los presos, que demuestran esa excepcionalidad. Nelson Mandela dijo en cierta ocasión que, “un estado no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada”.

Naciones Unidas, organización a la que se adhirieron España (1955) y Francia (1945) ha regulado el tratamiento a los presos. Precisamente en el año en el que la dictadura española fue aceptada en la ONU, ahora hace 68, la institución mundial acordó las “Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos”. Tiempo suficiente para ser traducidas, entre otras lenguas al castellano, y para que fueran el catecismo de Instituciones Penitenciarias. Sin embargo, la excepcionalidad y el deseo perpetuo de venganza se cargaron la aplicación de las normas, tanto en dictadura como en la última época, la de la democracia monárquica.
La regla primera ya nos pone sobre la pista: “Todos los reclusos serán tratados con el respeto que merecen su dignidad y valor intrínsecos en cuanto seres humanos. Ningún recluso será sometido a tortura ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, contra los cuales se habrá de proteger a todos los reclusos, y no podrá invocarse ninguna circunstancia como justificación en contrario. Se velará en todo momento por la seguridad de los reclusos, el personal, los proveedores de servicios y los visitantes”. Por el contrario, la estrategia hispana ya la definió Pedro J. Ramírez en aquella misiva que escribió en 1981. “No hay derechos humanos en juego a la hora de cazar el tigre. Al tigre se le busca, se le acecha, se le acosa, se le coge, y, si hace falta se le mata”. Hablaba a etarras y presos.
Las reglas de Naciones Unidas se componen de 122 puntos desarrollados genéricamente. Tengo la impresión de que, en estas últimas décadas, Instituciones Penitenciaras, y por extensión quienes marcaban las pautas de su actividad, han violado los 122, han incumplido reiteradamente su validez.

En contra de las normas de la ONU, las presas y los presos vascos han estado aislados 23 horas al día, han sufrido malos tratos en traslados, sus familiares han desconocido destinos, la atención médica ha brillado, en muchos casos, por su ausencia. También les han negado la posibilidad de estudiar, han referido robos de pertenencias, han tenido prohibido hablar en euskara y han sido castigados reiteradamente por reivindicar sus derechos. La frase citada de Mandela bien que se podía transformar en la de “un estado no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a sus presos”. Y en nuestro contexto, la valoración suspendería rotundamente.

 

 

 

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sábado, 6 de mayo de 2023

El Euskera Escrito

La Mano de Irulegi volvió locos a los españolistas hace unos meses. Ellos quisieran despertar un día y encontrarse conque ni Euskal Herria ni los vascos ni el euskera nuncha existieron.

Pero la realidad les va a seguir recordando lo contrario.

Aquí lo más reciente con respecto al euskera escrito en un reportaje publicado por Deia:


Descubriendo nuevos textos en euskera

La labor investigadora sobre el euskera liderada por el mundo académico aporta descubrimientos al mundo de la lingüística, la historia, la cultura y la identidad, entre otros. Esta vez, unos documentos que confirman su uso en documentos oficiales

Nere Jone Intxaustegi Jauregi

El euskera no ha tenido un estatus de idioma oficial hasta el siglo XX, hecho que explica su casi nula utilización en la documentación antes de esa centuria. No hay que perder de perspectiva que la imposición del castellano como lingua franca desde la Edad Media y, especialmente, desde la Edad Moderna, supuso que otros idiomas llegasen a ser considerados bárbaros y salvajes. De hecho, quien deseaba realizar carrera profesional en la Monarquía, tanto de los Austrias como de los Borbones, debía conocer la lengua castellana.

Ese estatus de idioma oficial significó la redacción obligatoria en castellano de la documentación pública y privada en los territorios que formaban parte de la Corona de Castilla. El ordenamiento jurídico de Bizkaia –por aquel entonces, el Señorío de Vizcaya– estaba conformado por distintas obras, como son los textos fundacionales de las villas –en muchos casos, el Fuero de Logroño de 1095 fue la base–, el Cuaderno de Juan Núñez de Lara (1342), las Ordenanzas de Gonzalo Moro (1394), el Fuero de Avellaneda (1394), el Fuero Viejo (1452), o el Fuero Nuevo (1526), y todos ellos están escritos en castellano.

 Por su parte, unas actas recogían la información sobre todo lo acontecido en las Juntas Generales, y ellas reflejan que el idioma utilizado era el castellano, si bien en muchas ocasiones, como sucedió en abril de 1562 con el escribano Pedro Ortiz de Iturriaga, los escribanos tuvieron que traducir al euskera la documentación que se leía en voz pública o muchas cuestiones discutidas con el corregidor en esas reuniones, ya que parte de los representantes de las localidades vizcaínas solo hablaban euskera. Es más, en julio de 1620 se discutió y se obligó el conocimiento de la lengua castellana a los asistentes de las Juntas, pero como seguía habiendo representantes que no lo hablaban, en abril de 1625, los delegados de Muxika, Ereño y Berriatua fueron sancionados y enviados a la cárcel por necesitar traducción.

Finalmente, los contratos de matrimonio, donaciones, compraventas o testamentos también estaban escritos en castellano, e igualmente hubo casos en los que se recoge que los escribanos tuvieron que traducir “a lengua bascongada” la documentación. Esas traducciones eran necesarias porque, como indicó Juan Madariaga Orbea, profesor de la UPNA, la mayoría de la población vizcaína era monolingüe vasca: en el año 1600 entorno el 87% de la población de Bizkaia solo hablaba euskera, mientras que en 1800 era el 83,1%. Y, como bien señala Andrés Urrutia, presidente de Euskaltzaindia, esta coyuntura de monolingüismo vasco en lo oral, pero lengua castellana en lo escrito, se repitió a lo largo de las centurias hasta que, a partir del siglo XIX y de una manera muy gradual, el euskera empezó a ser utilizada como lengua escrita. Además, en palabras de César Gallastegi, profesor en la Universidad de Deusto, esta dualidad lingüística no supuso un enfrentamiento social porque los dos idiomas tenían un uso muy específico y, por lo tanto, un espacio concreto: el euskera en el ámbito personal y oral, mientras que el castellano en la producción escrita.

Este binomio no significa que no existiese documentación escrita en euskera. De hecho, los archivos así lo reflejan y, según nos acercamos al siglo XIX, la cifra de documentos escritos en lengua vasca aumenta; eso sí, sin poder realizar una equiparación con la documentación redactada en castellano. Además del uso oficial del castellano en lo escrito, muchas de las labores de traducción e interpretación ya indicadas que hacían los escribanos, las solían realizar de una manera oral, por lo que no solían escribir en euskera. Sin embargo, como se ha mencionado, sí hubo documentos redactados en euskera.

Por ejemplo, se pueden nombrar los siguientes dos documentos redactados en euskera: el Cuestionario de Zollo del año 1770, encontrado y publicado por los investigadores Eneko Zuloaga y José Alfonso Antequera, en el cual se puede leer las preguntas realizadas a testigos durante un juicio, o la Legislación de la Hermandad de 1805 de Lezama, publicada por el ya mencionado César Gallastegi. Estos dos documentos están en el Archivo Histórico Foral de Bizkaia, localizado en la calle María Díaz de Haro, en Bilbao, y en este mismo archivo hay más documentación escrita en euskera, que se procede a presentar y explicar a continuación.

Antes de centrarme en esos documentos, me gustaría agradecer públicamente el servicio, ventajas y comodidades que en este archivo ofrece el personal, encabezado por Julen Erostegi. En este caso, por el permiso otorgado para realizar y publicar las fotografías de estos documentos.

Orduña y su breve diccionario

Orduña, la única ciudad vizcaína estrictamente hablando, tuvo desde la Edad Media unas ordenanzas que recogieron, entre otros, la organización y el funcionamiento de la localidad. La existencia de una Aduana, donde se pagaban los impuestos de los productos que entraban a Castilla, la convirtió también en un centro importante de comercio.

En el Archivo Foral se puede encontrar un Libro de Cuentas de propios y rentas de la ciudad que abarca los años 1666-1686. En las dos últimas páginas, hay un breve diccionario; de hecho, solo se recogen algunas palabras escritas en castellano y que comienzan con las letras A y B, y a su lado la traducción al euskera. Como se puede ver en las fotografías, es posible leer palabras como abajo-vean, ablador-verbalduna, aceite-orioa, aqui-emen, asno-astoa, baca-beya, barba-biçarra, barriga-sabella, boca-aoa, o buey-ydia. No ha de sorprendernos esa grafía: la Real Academia de la Lengua Española se fundó en el año 1713, mientras que la fundación de Euskaltzaindia data de 1918; es decir, estas instituciones no existían cuando se escribió ese diccionario, de ahí que no se respeten las normas de ortografía vigentes en la actualidad ya que no existían. Por eso, los escribanos de la época, es decir, los encargados de la redacción de la documentación solían escribir a su libre albedrío. Por otra parte, que el escribano necesitase un diccionario para traducir palabras al euskera refleja, precisamente, el monolingüismo en euskera mencionado anteriormente o, al menos, el no dominio de la lengua castellana por parte de la población, a la que el escribano debía traducir y explicar lo que estaba escribiendo en castellano que, como ya se ha indicado, era el idioma empleado en la redacción de documentación de carácter oficial.

Otxandio y el texto denunciado

Fue en 1828 cuando Pedro José de Zabaleta, quien ejercía de médico en Portugalete, denunció a Tomás de Zaldibar, miembro del regimiento de Otxandio, y Cipriano de Larrea, cirujano y vecino de Amorebieta. Les acusaba de injurias y calumnias. Para ello, en el juicio que se celebró, presentó como prueba un texto en euskera y en verso, cuya autoría era desconocía, pero que Zabaleta atribuía a Larrea. En el proceso judicial se recogió diversas veces un libelo escrito en euskera; es decir, el texto en el que la figura de Zabaleta quedaba denigrada. Además, también aparece una versión bilingüe del texto, y eso es lo que recogemos a continuación –y en las fotografías–, respetando la grafía del texto original.

Texto en castellano

Don Pedro de Zabaleta
medico afamado
admirablemente ha dado
gusto en Zornoza

En el juego de abladurias
el mui listo
olbidando como esta
el pulso del enfermo

Parece que ha prentendido
la plaza de Ochandiano
estando acompañado (q quiere decir
recomendado) de carta de Basaguren

Esta ponderado
deque es mui sabio
parece que hade igualar
al asno del molino

El que quiera traher
por medico a este al Pueblo
merece que le den en su trasero
dos mil azotes

Texto en euskera

Don Pedro de Zabaleta
Medicu famatua
arrigarri emondu
Zornotzan gustua

Barriqueta jocuan
da mutil listua
astunic nola daguan
gaisuaren pulsua


Pretenditu emendu
Ochandioco Plaza
acompanaturi dauala
Basagurenen carta

Ponderaturic dago
dala gustis jaquinsua
igualatuco emendu
errotaco astoa

Au ecarri nai duenac
Medicu errira
ipurdian bialitusque
azoteac bimilla

Como puede leerse, la figura de Pedro de Zabaleta no sale bien parada en la descripción que se hace sobre su persona en este texto, ya que aparece descrito como poco profesional en el ámbito de la medicina y cuidado de enfermos, de ahí su denuncia contra quienes él creyó que le estaban denigrando y calumniando. Asimismo, es reseñable las denominaciones de las localidades, donde se puede leer la designación actual.

Últimas ideas

Desde mayo de 2022, Euskaltzaindia ha realizado una exposición itinerante llamada Hitzak Lege y que ya ha estado en las capitales vasco-navarras. En ella, es posible ver y leer distintos textos histórico-jurídicos o escuchar audios en euskera, todos ellos relacionados con los siete territorios históricos vascos. Por otra parte, este artículo ha publicado dos textos vizcaínos también escritos en euskera. No hay que descartar que salgan a la luz más documentos históricos en euskera, lo que ayudará no solo a enriquecer la historia de esta lengua milenaria, sino también nuestro conocimiento sobre nuestra sociedad y sus prácticas en el pasado.

La autora: Nere Jone Intxaustegi Jauregi

Doctora en Historia (EHU/UPV, 2017) y doctora en Derecho (UPNA, 2020). Trabaja como profesora de Historia del Derecho en la Universidad de Deusto e investiga sobre historia social e institucional vasca en los siglos XVI-XVIII.




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El Fusilamiento de Luis Álava

Cada vez que un español se rasgue las vestiduras por lo que acostumbran denominar "los años del plomo" hay que saber guardar la compostura. Recuerden, es una sucia artimaña que tiene como objetivo convertir al victimario en víctima, casi que por obra y gracia del Espíritu Santo.

Si ese español encima es españolista, peor aún.

Porque los crímenes cometidos por el españolismo en contra del pueblo vasco son tantos y a lo largo de tantos siglos que resultaría un ejercicio en dejadez intelectual sentir pena por sus alegatos.

Como muestra de lo anterior, traemos a ustedes este ejercicio de memoria histórica relativo a la Red Álava por cortesía de Naiz:


80 años del fusilamiento de Luis Álava, el médico que lideró una red de solidarios

La historia de Luis Álava es una historia de entreguerras, que narra la crueldad de los regímenes fascistas contra una red solidaria. Tal día como hoy de hace 80 años, este médico murgiarra moría fusilado en Madrid por ser el líder de una red antifascistas.

Marcel Pena

Luis Álava Sautu fue fusilado en Madrid por las autoridades franquistas tal día como hoy, 6 de mayo, de hace 80 años. Este médico de Murgia era el líder de una red clandestina en el interior que operaba para el Gobierno Vasco en el exilio, pero la entrada de las tropas nazis en París provocó que unos papeles del escritorio del lehendakari Agirre acabaran en manos enemigas. Álava lo pagó con su vida.

Miembro del PNV desde la década de los años 10, en 1936 Álava ejercía como presidente de la Junta Municipal del PNV de Gasteiz, si bien tras la caída de Araba en manos de los franquistas no fue detenido ni perseguido. Con el final de la guerra en Hego Euskal Herria y a instancias del propio lehendakari Agirre, se organizó una red de resistencia y apoyo a presos vascos en cada una de las provincias de Hegoalde. Entre sus labores también estaba esconder simpatizantes nacionalistas y facilitar su exilio a Europa. Luis Álava fue nombrado secretario general de esta organización.

Luis Álava daba nombre a la «Red Álava», un grupo antifascista conformado en su mayoría por mujeres que, a propuesta del Gobierno Vasco, ejercía labores de inteligencia durante la Guerra de 1936 y la Posguerra, pero también durante la II Guerra Mundial en favor de los Aliados, mientras realizaban una oposición no violenta contra la Dictadura franquista.

La guerra había terminado en Hego Euskal Herria en 1937 y desde entonces el Gobierno legítimo de José Antonio Agirre se había instalado en el Estado francés. Sin embargo, una nueva guerra estallaría pronto en Europa. Siempre en contacto con el Gobierno en el exilio, la «Red Álava» también realizó informes para los Aliados sobre la organización del Ejército franquista. Sin embargo, esos informes fueron la sentencia de muerte de Luis Álava. Después de que las tropas alemanas ocuparan París y, de paso, en la sede del Gobierno Vasco ubicada en la capital francesa, Álava fue detenido el 2 de enero de 1941 en Gasteiz. Junto a él, otros 27 miembros de la red de apoyo fueron arrestados.

En la ocupación y registro de la sede del Gobierno Vasco participó, entre otros, el policía español y agente de la Alemania nazi Pedro Urraca, principalmente conocido por ser quien entregó al president Lluís Companys en Irun a las autoridades españolas en 1940, para más tarde ser fusilado. Las relaciones entre ambos regímenes fascistas provocaron que los informes de la «Red Álava» acabaran en posesión del Servicio Exterior de la Policía franquista.

Sentencia a muerte

Hasta en dos juicios condenaron a Álava y el resto de acusados. El primero, celebrado en julio de 1941, acabó con condenas de entre 20 y 30 años para 19 miembros del aparato. A Álava, en cambio, se le sentenció a muerte. Una pena que provocó la movilización de dirigentes y eclesiásticos europeos, como el mariscal Petain, que solicitaron el indulto. El 18 de septiembre de 1942, esas condenas fueron ratificadas por el Tribunal Supremo de Justicia Militar.

De todos los solidarios detenidos, solo Luis Álava fue fusilado. Su condena pretendía ser un ejemplo para los opositores al régimen franquista. Murió el 6 de mayo de 1943, hace 80 años, en Madrid. Pagó el haber formado parte de una red solidaria y de haber plantado cara al fascismo, español y europeo, incluso después de la derrota en la guerra de 1936. Álava no murió solo, ya que aquel 6 de mayo también fue el final para otros diez represaliados, entre los que se encontraba el preso comunista Andrés Asiain, natural de Altsasu. Ambos estaban esposados uno al otro en el momento en que fueron fusilados.

Serenidad frente a la muerte

Luis Álava Sautu nació en Gasteiz el 18 de noviembre de 1890. Ingeniero agrónomo y químico de formación, estuvo ligado desde joven al mundo nacionalista, fue candidato a diputado a las Cortes y, al estallar la sublevación militar franquista en julio de 1936, era presidente de la Junta Municipal del PNV en Gasteiz.

Según algunos testimonios recogidos posteriormente, Álava afrontó con gran serenidad su condena a muerte gracias a una ferviente fe religiosa que incluso logró transmitir al resto de presos, anarquistas y comunistas, con los que fue fusilado. El cuerpo de Luis Álava fue trasladado a Murgia, donde descansa en su país.

Desde hace años, cada aniversario de su muerte el cementerio de Murgia es el escenario de un gran acto en su recuerdo. Este año, para conmemorar la efeméride, Sabino Arana Fundazioa organizó este jueves una conferencia para recordar el 80 aniversario del fusilamiento de Luis Álava titulada ‘Red Álava. Buceando sin bombona en el proceso judicial’ a cargo del abogado Txema Montero.

En 2018, coincidiendo con el 75º aniversario de su muerte, el Ayuntamiento de Gasteiz inauguró una placa de recuerdo en el Paseo de la Senda donde se explica el papel de Luis Álava y la «Red Álava» durante la guerra de 1936 y la II Guerra Mundial.

 

 

 

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Mediterranización

Desde Naiz traemos a ustedes este reportaje que invita a reflexionar acerca de los cambios en el entorno geográfico y sus posibles efectos a mediano y largo plazo.

Adelante con la lectura:


Euskal Herria está empezando a «mediterranizarse»

El cambio climático está presente, y Euskal Herria no se salva de sus efectos. Por ejemplo, tal como apunta el Centro Vasco de Cambio Climático, el tradicional sirimiri vasco cada vez es menos habitual, mientras aumentan las horas de sol y la temperatura, hasta 1,8 grados por encima del promedio.

La directora científica del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3), María José Sanz, ha afirmado que Euskal Herria «está empezando a mediterranizarse», que están variando los regímenes de temperatura y precipitación, y que hay que «adaptarse» a lo que ya está ocurriendo pero también tomar medidas para evitar que los cambios sean «muchísimo más importantes».

«El cambio climático está ahí», ha descrito esta doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de València en una charla con la agencia Efe en la que ha hablado asimismo de la necesidad de hacer una gestión más racional del agua, y de proteger los recursos hídricos, los ecosistemas y la cobertura vegetal.

«Los regímenes de temperatura y precipitación que conocíamos están variando, ya no llueve de la misma forma que antes», no es habitual el tradicional sirimiri vasco sino que se dan más episodios de lluvias fuertes. Además las olas de calor son «más intensas y frecuentes» y las temperaturas «más elevadas, incluyendo las nocturnas», ha descrito Sanz.

Y los datos así lo corroboran: 2022 ha sido el año más cálido en Euskal Herria desde que existen registros con una temperatura media de 1,8 grados por encima del promedio habitual, según Euskalmet,

La Agencia Vasca de Meteorología acaba de describir también el mes de abril de este año de «muy cálido y muy seco», con la mitad de lluvias de lo esperado y un 35 % más de horas de sol de lo que es habitual.

Ante esta situación, Sanz ha indicado que hay que «adaptarse» pero también adoptar medidas para que esos cambios que ya se han producido no se aceleren o no sean «muchísimo más importantes». «No porque tengamos cambios ya hay que pensar que esto es irreversible. Obviamente los cambios están ahí pero podrían ser peores y por lo tanto hay que atajar, mitigar», ha añadido.

Euskal Herria, país muy expuesto

Sanz ha reconocido que Euskal Herria es un país «muy expuesto» porque tiene una zona costera muy grande que se va a ver afectada por el incremento del nivel del mar por la desaparición de la capa de hielo polar y la intensificación de las tormentas. Pero también el interior, donde los efectos de «sequías más severas» y el cambio del régimen de precipitación van a tener efectos sobre el suelo, su erosión y la vegetación.

Esto tiene consecuencia sobre los cultivos. «Hay cultivos cuya producción y calidad van a variar para bien o para mal y por tanto habrá que tomar medias», ha añadido Sanz al tiempo que ha puesto como ejemplo el caso del cereal, cuya producción este año por falta de agua parece que va a «bajar muchísimo».

La directora científica de BC3 ha precisado que en este contexto el agua es un bien cuyo consumo tiene que ser más racional. «Cuando hay abundancia de agua no se piensa que el consumo tiene que estar más regulado. Eso aquí no se había dado antes», tampoco la necesidad de «agua aportada» a la agricultura, ha indicado.

Por ello ha asegurado que «habrá que pensar en cómo» evitar que se «desperdicie menos agua» y ha añadido que en este ámbito se puede aprender de otras zonas, como el Mediterráneo, que «llevan muchísimos años tratando de gestionar mejor» este bien.

Proteger los recursos hídricos

Sanz ha subrayado la importancia de proteger los recursos hídricos y para ello ha dicho que es necesario preservar los ecosistemas y la cobertura vegetal porque «la forma en el que un ecosistema se relaciona con la atmósfera muchas veces dispara las precipitaciones».

Vinculado con el agua, el BC3 participa en el proyecto europeo Life Urbaso que se desarrolla en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai junto a la UPV/EHU, el centro de investigación y ganadero Neiker, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y la Agencia EFE. Se trata de demostrar que protegiendo los suelos y la cubierta vegetal es posible mejorar la calidad y la cantidad de agua y reducir el tratamiento físico-químico en la potabilización para su consumo.

Entre las acciones que se plantean en el marco de este proyecto está la posibilidad de desarrollar un sistema de pago por servicios ambientales, como el que existe en países como Costa Rica, con el objetivo de que los propietarios de explotaciones forestales en la zona colaboren en una gestión ambiental más sostenible.

Sanz ha afirmado que defiende la existencia de un sistema de incentivos económicos para favorecer modelos de negocio más respetuosos con el medio ambiente y que el pago por servicios ambientales podría ser uno de ellos pero también ha dicho que se podrían activar otros de carácter indirecto que contribuyan a ese objetivo.

Sobre las estrategias para hacer frente el cambio climático ha reconocido que todas son adecuadas si se implementan. «Es mejor una estrategia ambiciosa, pero si no se implementa, de poco sirve», ha descrito.

«La raza humana siempre se ha adaptado»

La directora científica del BC3 ha asegurado finalmente que «la raza humana y el sector agrícola siempre se ha adaptado a los cambios y a las perturbaciones climáticas» pero ha emplazado a ponerse en una situación «no muy optimista para poder actuar».

«Si pensamos que esto va a pasar y no actuamos, igual nos encontramos en una situación muy difícil», ha reflexionado.

Por lo tanto ha abogado por considerar las proyecciones científicas, que «son bastante negativas», y empezar a tomar «medidas serias».

«Yo creo que adaptarnos nos adaptaremos. Siempre nos hemos adaptado, pero tendremos que hacer un esfuerzo mayor del que hubiéramos hecho si estas circunstancias no se estuvieran dando ahora», ha concluido.




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Retorno al Arenal

A doce años de su deambular en el panorama político, EH Bildu ha llevado a cabo un acto conmemorativo del cual nos da cuenta Naiz:


EH Bildu regresa al Arenal de Bilbo para recordar su creación hace 12 años

EH Bildu ha acudido al Arenal de Bilbo, el mismo lugar donde hace justo 12 años comenzó su camino. Lo que en aquel momento era el inicio de una campaña electoral se ha acabado convirtiendo en «un proyecto de país», tal como han recordado algunos de sus protagonistas en este aniversario.

Marcel Pena

Tras una gran movilización por el veto del Tribunal Supremo español a la candidatura de Bildu, las primeras horas de la noche del 5 al 6 de mayo de 2011 transcurrieron entre nervios en el Arenal de Bilbo. A las 00.21 de la madrugada llegaban las buenas noticias: la formación soberanista iba a poder presentarse a las elecciones forales y municipales de 2011.

En el mismo lugar que hace 12 años, EH Bildu ha celebrado este sábado el aniversario de su creación con un acto en el que han participado el secretario general de la coalición abertzale, Arnaldo Otegi; la candidata a la alcaldía de Bilbo, María del Río; y Arkaitz Rodríguez, Eva Blanco y Oskar Matute como representantes de Sortu, EA y Alternatiba, respectivamente. Como presentador del acto ha repetido el escritor Lutxo Egia, quien también estuvo en el acto del Arenal de ahora hace 12 años.

Sin embargo, no todos los participantes de este sábado pudieron estar presentes hace 12 años. Uno de los que no estaba era Arnaldo Otegi, por entonces preso en la cárcel de Logroño, quien ha rememorado cómo vivió aquel momento: «Aquella noche fue distinta para nosotros, se rompió la monotonía de la cárcel. No solo en nuestras celdas, sino en multitud de cárceles de los estados español y francés. Aquella noche hicimos magia, construimos un refugio edificado sobre la libertad nacional y la igualdad para este pueblo».

Otegi ha especificado que aquella «magia popular» se hizo frente a once personas que desde Madrid debían decidir «si el independentismo se presentaba o no en las elecciones, como si necesitara el permiso de nadie para presentarse en este país». En este sentido, ha advertido que el proyecto de EH Bildu sigue siendo para el Estado el que «hay que batir, hay que socavar, hay que debilitar permanentemente por tierra mar y aire». «Pero no combaten unas siglas; eso sería lo de menos. Lo que combaten es un acuerdo y un proyecto que no cuenta con el favor ni de los poderosos ni de los grandes medios de comunicación», ha defendido.

Por todo ello, Otegi se ha mostrado convencido de que el próximo 28 de mayo «nos vamos a volver a abrazar, a reír y a llorar de alegría en muchas plazas de este país», como ocurrió hace 12 años. «Estoy convencido de que el próximo 28 de mayo ganaremos los de abajo y que convertiremos el sur del país en una gran fiesta popular», ha avanzado, añadiendo que el día 29 «volveremos todos al tajo, porque esto no acaba hasta que seamos una república popular i de iguales».

«EH Bildu es la única alternativa»

Quien sí que estaba el 6 de mayo de 2011 en el Arenal es María del Río, ahora candidata de EH Bildu a la alcaldía de Bilbo, aunque en su caso se encontraba entre el público que llenaba aquel día el paseo. Evocando el grito del Mayo de 1968 en País, «sous les pavés, la plage» («bajo los adoquines, la playa») , del Río ha recordado que «la revolución que suma la izquierda soberanista vasca también comenzó en lo que antes era una playa».

A continuación, los representantes de Sortu, EA y Alternatiba han hecho un repaso al pasado, presente y futuro de la coalición. El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, quien al igual que Arnaldo Otegi hace 12 años también se encontraba en prisión, ha rememorado aquella noche: «En la cárcel todas las emociones se magnifican. Aquella noche estuvimos pegados a la televisión hasta muy tarde. Recuerdo que cuando recibimos la noticia abrimos las ventanas del celda y estuvimos hablando, porque no estábamos cerca el uno del otro». La celebración llegó al día siguiente, cuando se abrieron las puertas de la celda, con el abrazo de ambos.

Eva Blanco, secretaria general de EA, ha resumido el camino andado como «muy intenso», destacando los obstáculos que han encontrado a lo largo de este trayecto. «Para los independentistas, de izquierda, progresistas y feministas de los siete herrialdes de Euskal Herria, EH Bildu es la única alternativa que hay», ha proclamado.

Finalmente, el miembro de Alternatiba y diputado en el Congreso español, Oskar Matute, ha intentado pronosticar el futuro de la formación, recalcando el escenario donde empezó todo. «Desde esa noche hemos sidos fieles a lo que nos hizo empezar lo que algunos entendían que era una campaña electoral, pero que para nosotros era el inicio de un camino que nos llevara a alcanzar el poder para devolvérselo al pueblo». Este proyecto, que ha tenido las denominaciones de Bildu, Amaiur y finalmente EH Bildu, logró «unir a las fuerzas de la izquierda vasca» con el objetivo de ganar el futuro. «Esa es la dinámica que vamos a seguir, porque es la que nos puede llevar a la victoria», ha vaticinado.




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