Un blog desde la diáspora y para la diáspora

lunes, 31 de octubre de 2011

De Paz y Condiciones

Por correo electrónico nos han hecho llegar esta nota publicada en  El Confidencial Digital:


 
Pierre Hazan, uno de los mediadores internacionales que asistió a la conferencia de San, Sebastián, ha explicado los términos en que se negoció la llamada paz en el País Vasco. Incluye el acercamiento a Euskadi de los 700 “prisioneros” de ETA (así los llama). Y habla de “todas las víctimas”.
En un artículo publicado el sábado en Le Monde, Hazan, miembro del Grupo Internacional de Contacto, autor de un libro titulado ‘La paz contra la justicia’, detalla así las condiciones negociadas por los mediadores:
1. “Una normalización política que incluya la legalización de todos los partidos que renuncian a la violencia”. (Aunque no lo cita, se da por supuesto que incluye a Sortu).
2. Cambios (la palabra que usa es “ajustes”) en la política penitenciaria. Y entre paréntesis concreta: “Como el acercamiento al País Vasco de los 700 prisioneros de ETA, 140 de ellos detenidos en Francia”.
3. Apertura de un diálogo multipartito.
“El último conflicto de Europa Occidental”
El artículo, que por título ‘Como ha terminado el último conflicto de Europa Occidental’, explica que, tres días después de la conferencia “sobre el conflicto vasco”, la “organización separatista ETA” anunció el abandono definitivo de la lucha arma. “El último conflicto de Europa occidental” finalizaba tras cuatro décadas de violencia y un millar de muertos.
“La paz se hace con enemigos, a pesar de la sangre derramada”, escribe Hazan, quien recuerda el conflicto en Irlanda, para decir que los problemas irlandés y vasco han sido a menudo percibidos como “hermanos”, “con reivindicaciones nacionalistas, decenios de violencia, y tantas vida cortadas o mutiladas para siempre”.
Afirma que una parte de la clase política española se pronunció contra los organizadores de la Conferencia de San Sebastián. Rajoy dio pruebas de responsabilidad, “guardando un prudente silencio”, pero el ex primer ministro Aznar denunció la equivalencia moral que se establecía entre terroristas y demócratas. Añade que era una crítica infundada, porque “no estábamos allí” para dar legitimidad a ETA, sino para llamarle a cesar “la lucha armada”.
Por qué ETA lo deja
En la reunión de San Sebastián hubo serias divergencias sobre la naturaleza del conflicto y el futuro del País Vasco, pero todos coincidieron en lo esencial: el final irrevocable de la violencia de ETA, “sin que eso signifique para sus militantes el final de su combate por la autodeterminación”.
Muchos han visto –añade- en los éxitos de la policía francesa y española la única razón de la renuncia de ETA a las armas. Pero esta explicación es demasiado corta. Y cita las mediaciones internacionales, el cumplimiento por ETA de su “alto el fuego” de enero, el cese de los atentados desde 2009, la desaparición de la exigencia del ‘impuesto revolucionario’ (recuerda que unos cuarenta empresarios han sido muertos por ETA y una cincuentena secuestrados y que 2.000 personas vivían con escolta).
En primavera, las cosas se aceleraron. El triunfo de los nacionalistas en las elecciones del 22 de mayo, con un 61% de los votos en el País Vasco fue importante: “mostraba el vigor del nacionalismo y confirmaba el éxito de una estrategia vinculada al rechazo de la violencia”.
Después, en septiembre, los 700 “prisioneros de ETA y los ex prisioneros” se pronunciaron por el final de la lucha armada. Ekin notificó su disolución, ETA anunció al día siguiente que aceptaba someterse a una verificación del alto el fuego: “Las condiciones eran favorables para convocar una conferencia de paz”.
El anuncio del final de la lucha armada abre una etapa crucial. “El proceso de normalización ha podido comenzar y conducirá al final a la legalización de Sortu, a la entrega de las armas por ETA y a su disolución”. Las diferencias sobre el futuro del País Vasco se dirimirán en el marco democrático.
Concluye Hazan que las víctimas, “es decir, todas las víctimas, las de ETA y las otras, incluyendo las de grupos parapoliciales (GAL), que mataron etarras en los años 1980 sobre suelo francés en total ilegalidad, no serán olvidadas. No habrá aquí, como tras el final del franquismo y la transición democrática española, pacto de olvido”.

Algo nos dice que partes de lo dicho por Pierre Hazan no le van a gustar a más de un españolazo.


°

domingo, 30 de octubre de 2011

Relato de No-Tortura




Este texto publicado en Gara se lo dedicamos a Pedro Miguel, Víctor Trujillo (Brozo), Ignacio "Nacho" Marbán y Enrique Jackson como respuesta a su rasgarse las vestiduras por la "violencia de los que están en contra de la democracia":

Axun Lasa | hermana de Joxean Lasa

Desahogo

Tras la declaración de ETA en la que esa organización daba a conocer su decisión de cese de sus actividades armadas, la hermana de Joxean Lasa, joven refugiado político que junto a Joxi Zabala murió a manos de guardia civiles de Intxaurrondo y cuya muerte reivindicaría el GAL, expresa su alegría por dicha declaración y hace públicos sus pensamientos y recuerdos, así como la confesión de una escalofriante experiencia que hasta ahora había mantenido silenciada. Un testimonio y unas vivencias durísimos que, sin embargo, no le impiden mostrar su esperanza en el futuro.

La buena noticia que hemos recibido por parte de ETA me ha llenado de alegría y me ha hecho pensar en todas las personas que han sufrido las consecuencias de sus acciones. Mi más sincero abrazo a cada uno de vosotros.

Desde todos los sectores, somos muchos los que en Euskal Herria llevamos trabajando duro para que la paz recupere la dignidad arrebatada. Y ese camino debe servir para que todas las víctimas recuperemos también la nuestra.

Quiero que quede constancia de que hablaré a título individual.

La prensa, los políticos y el poso que esos dos primos hermanos han ido imprimiendo en la sociedad siguen acusando sólo a ETA de haber sido la causa única de nuestro sufrimiento. Y, la verdad, no sé si me pasa sólo a mí, pero lo cierto es que estoy harta.

Harta de tragarme los sapos que nos escupen los medios; de aguantar la verborrea nauseabunda de los que viven a costa de mis impuestos; de mantener a los que callan, ordenan o cobijan a los torturadores (los míos seguramente seguirán durmiendo plácidamente en su cómoda cama, sin tener el más ligero remordimiento de su monstruosidad). Y harta de que nadie me pida perdón, de que nadie nos pida perdón.

ETA debe pedir perdón por el dolor causado. Así lo creo. Pero no sólo es ETA quien debe hacerlo. Otras muchas víctimas hemos sido ignoradas, abandonadas y no reconocidas por organismos oficiales, políticos y grupos mediáticos. Demasiadas familias hemos perdido a nuestros seres queridos y demasiadas personas hemos sufrido, en propia carne, el horror de la tortura de esos otros que, escondidos o no bajo siglas conocidas, bajo uniformes con medallas incrustadas, han secuestrado, torturado, asesinado y hecho desaparecer a nuestros hijos, hermanos, amigos...

Amparados por una orden de los jueces (esos señores intocables que también duermen en su casa, como si las celdas de las cárceles sólo se hubieran construido para los demás), esos otros terroristas nos arrebataron, a las familias, el derecho legítimo a enterrarlos dignamente. Y no contentos con eso, protegidos por la fuerza de la ley y de la porra, nos golpearon en el mismo cementerio, junto a los ataúdes.

Tras doce largos años de «desaparición legal», los familiares de Jose A. Lasa y Jose I. Zabala tuvimos la insensata osadía de creer que al fin había llegado la hora de poder acogerlos, llorar por ellos, sentirlos cerca, despedirnos. Esa ingenua creencia, esa falsa ilusión, por llamarla de algún modo, duró apenas un suspiro. Y es que enseguida supimos que pretender dar sepultura digna a los restos, y nunca mejor dicho, de mi hermano y de su compañero, era un error imperdonable.

Por aquel entonces, y con esa misma ingenuidad, desconocíamos que si ellos pertenecían a ETA, nosotros (padres, hermanos, amigos) también éramos miembros de la «banda», cuando no colaboradores, apólogos, cómplices o futuros integrantes. Quién nos iba a decir que, después de tantos años, llegaría el buen fiscal general de los españoles y nos haría el grandísimo favor de aclarárnoslo: Los familiares de miembros de ETA («el entorno etarra», así nos llaman) tenemos que «pedir perdón», tal vez «por lo que algún día hubiéramos hecho». Olé.

Cierto: Me disculpo por tener la desfachatez de firmar este artículo, creyéndome con derecho a ejercer, por primera vez en toda mi vida sin experimentar un pánico atroz, mi libertad de expresión.

Tengo la «suerte» de ser una de las pocas víctimas reconocidas «del otro bando» (para que me entiendan). Y aun así, no puedo quejarme, por ejemplo, de que Galindo, habiendo sido condenado por secuestro y asesinato (una vez más no hubo suficientes pruebas para condenar las jodidas torturas), recibiera condecoraciones y vítores por su gran labor en el ámbito del servicio y la protección civil.

Tampoco puedo quejarme de las torturas que recibí en comisaría, que nunca denuncié y sobre las que jamás hasta hoy había hablado públicamente.

Recuerdo que antes de salir del edificio oficial donde me torturaron, me hicieron firmar en un papel mi eterno silencio. Tal vez todavía no me haya perdonado por ello. Pero ¿quién me iba a creer? La bolsa, los electrodos, las flexiones, los tirones de pelo, el perro que soltaron, nada de eso deja huellas físicas. Tampoco el viaje, desde Donostia a Madrid, esposada, con el culo apoyado encima de una chapa metálica, en la parte trasera de un Land Rover sin asiento y sin respaldo. Ni las amenazas que me obligaban a escuchar sin permiso para levantar la cabeza. Ni la manta que me tapaba entera al salir del coche. Ni los gritos. Ni la obligación de permanecer de pie, delante de la mirilla de la celda, sin que pudiera sentirme cansada, cansadísima, muy muy cansada.

Tenía que estar erguida. Y yo, simplemente, no podía. Pero había que poder... y no podía...

¿De qué me iba a quejar, si no me habían tocado, si no me habían torturado? Porque... ¿quién dice que todo eso es tortura?

¿Quién dice que es tortura tener que mantener la integridad ante un hombre moreno, serio y fuerte con una cadena en la mano, envuelta en un plástico, que golpeaba fuertemente una mesa cada vez que me preguntaba por todo lo que sabía?

¿Quién dice que es tortura notar bajar por los muslos chorros de mi propia orina, una vez y otra más, y otra, y otra, al tiempo que contestaba angelicalmente «yo nunca he hecho nada de lo que me acusan»?

¿Quién dice que es tortura aceptar el permiso que me daban para morir en la celda, sucia, rota y sin haber tocado el agua en los siete días que duró aquel calvario?

Con los vaqueros mojados hasta la rodilla... ¿cómo explicarlo? ¿Cómo se siente alguien que tras haber sufrido semejante ultraje físico y emocional tiene la obligación de seguir viviendo, malviviendo, sobreviviendo, conviviendo... con el miedo tatuado para siempre en el cuerpo y con el alma enferma también para los restos?

Pensadlo bien: ¿A quién se le ocurriría decir que en Madrid (donde no me tocaron) fui torturada por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado español?

¿Por qué los salvaguardas de la democracia de ese mismo Estado español no tienen que pedirme/pedirnos perdón por eso?

A pesar de todo el sufrimiento del pasado, en gran parte superado, con mucha voluntad y la ayuda de personas entrañables, sigo teniendo esperanza en el futuro. Pero, a la vez, siento que todos los esfuerzos para conseguir la paz en Euskal Herria, que es también la paz interior de todas las víctimas del terror, no pueden seguir gestándose desde la omisión de la historia no oficial de este país.


°

Hablan los (Constitucionalmente) Violentos

Tanto hablar de los violentos, tanto hablar de disoluciones, tanto hablar de entrega de armas, tanto hablar de condenas, tanto hablar de pedir disculpas... y de pronto llega un españolazo y lo pone todo claro y bien claro. Gregorio Peces-Barba, uno de los impólutos demócratas que validaron la transición preñada de inmunidad para los genocidas del franquismo temprano (1936-1975) ha dejado bien claras dos cosas:

a) Catalunya es una nación europea colonizada por el imperialismo español.

b) Los españoles celebran sus sangrientas conquistas, somos testigos de ello cada 12 de octubre y Don Gregorio presume de los bombardeos a los que ha sido sujetada Barcelona en distintos momentos de la larga ocupación españolista.

Para saber de que estamos hablando, favor de leer esta nota publicada en Gara:

El Principat también se pregunta por qué se quedaron con ellos en vez de con Portugal

Gregorio Peces-Barba, uno de los llamados «padres de la Constitución», encendió el jueves la ira de los catalanes al declarar que a España le hubiera ido mejor de haberse quedado con Portugal en vez de con Catalunya. El último barómetro indica que los catalanes también piensan que les hubiera ido mejor sin España: un 45,4% se declara ya favorable a la independencia.

Beñat Zaldua

Esta semana comenzó en el Principat con un barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), según el cual, el 45,4% de los catalanes del Principat votarían Sí en un referéndum sobre la independencia, frente a un escaso 24,7% que votaría directamente que no. Si alguien en el resto del Estado español se pregunta sobre el porqué, todo un señor padre de la Constitución dio la respuesta más acertada el pasado jueves.

Gregorio Peces-Barba, abogado, militante del PSOE, ex presidente del Congreso de los Diputados y uno de los llamados padres de la Constitución española de 1978, demostró que la vejez ahuyenta las vergüenzas y, en el X Congreso Nacional de la Abogacía, declaró que a España le hubiese ido mejor si se hubiesen quedado con Portugal en vez de con Catalunya.

«El Conde Duque de Olivares se encontró al tiempo con el levantamiento de los catalanes y los portugueses. ¿Y qué hubiera pasado si nos quedamos con los portugueses y dejamos que se vayan los catalanes? Igual nos hubiera ido mejor», declaró el ilustre abogado, quien también indicó que es un signo que los catalanes «celebren sus fiestas llamadas nacionales por derrotas», en referencia a la Diada Nacional, que cada 11 de setiembre conmemora la resistencia de Barcelona contra las tropas borbónicas en 1714.

No contento con lo dicho hasta ese momento, Peces-Barba tuvo que añadir que no era pesimista respecto a la unidad de España: «Estaremos en mejores condiciones que en otras épocas. No sé cuántas veces hubo que bombardear Barcelona. (...) Creo que esta vez se resolverá sin necesidad de bombardear Barcelona».

Posteriormente Peces-Barba intentó arreglar el entuerto de forma desafortunada, pidiendo perdón si es que alguien se había sentido ofendido: «Háganselo mirar, porque son muy susceptibles a las bromas».

Las reacciones no tardaron y a más de uno se le calentó la boca, o mejor dicho los dedos, como en el caso del número 2 de ERC para las elecciones del 20-N, Joan Tardà, que señaló a través del Twitter que declaraciones como las de Peces Barba «sólo pueden responder a la maldad y (...) a ser un enorme hijo de puta».

Tampoco se quedó manco el diputado de Solidaritat en el Parlament Alfons López-Tena, que sugirió que a los catalanes les habría ido mejor si hubiesen quemado Madrid cuando la conquistaron en 1710. Más comedido, pero con su punto de ironía, contestó el Govern: «A padres que hacen tanto daño como Peces-Barba, mejor repudiarlos», declaró el president, Artur Mas.

Apoyo a la autodeterminación

Más allá de los excesos verbales de Peces-Barba, sus declaraciones no dejan de ser un síntoma de la inquietud que puede llegar a provocar en el Estado español un barómetro como el publicado esta semana, según el cual los catalanes del Principat a favor de la independencia se acercan al 50%. Las cifras de la encuesta del CEO, que fijan en un 45,4% el apoyo a la autodeterminación, suponen un crecimiento del 2,5% respecto al último barómetro, publicado hace apenas cuatro meses.

En el Estado español debe preocupar también que el porcentaje de ciudadanos a favor de un No a la independencia se queda en el 24,7%, una bajada considerable respecto al 28,2% que declaraba lo mismo en junio. Un 23,8% de la población se abstendría, mientras que un 6,1% se declara a favor de otras opciones.

Haciendo una proyección de voto directo, es decir, descontando la abstención, el barómetro indica que la independencia recibiría el apoyo de un 59,6% de los ciudadanos del Principat; prácticamente el doble de los que votarían que No, que se quedarían en un 32,4%. No es de extrañar que Peces-Barba se ponga nervioso.

La encuesta también refleja un panorama preocupante para el PSOE, ya que el sondeo señala que el PSC no ha encontrado el freno para parar su caída libre. Tan solo un 16,3% de los encuestados afirmó que votaría al partido de este «padre de la Constitución», lo que supondría un mínimo histórico para la formación, que por primera vez, dejaría de ser la fuerza más votada del Principat en unas elecciones generales. El PP también frena su ascenso respecto a la encuesta de junio y se queda en un 10,5%.

La encuesta resulta esperanzadora para ERC, cuyo nuevo liderazgo parece que ha recibido una lectura positiva por parte de la ciudadanía y alcanza el 5% de los votos. Sigue siendo un resultado que los deja lejos de los 3 escaños conseguidos en 2008, pero supone una recuperación respecto al sondeo de junio, en el que se le adjudicaba un mísero 3,2%.

Por su parte, CiU también ve estancado su crecimiento, pero se mantiene como primera fuerza indiscutible con el 22,5% de los votos, mientras que ICV-EUiA mantiene su siempre fiel base política y se queda con el 5,6% del apoyo.

Máquina de independentistas

La mayor parte de los analistas coinciden en fijar el punto de inflexión del auge independentista en la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatut; aquel infame día en el que diez jueces valieron más que la gran mayoría de catalanes que votaron a favor del nuevo texto estatutario.

A partir de aquí, la reflexión ha llevado a los catalanes a la conclusión de que no se puede avanzar más con el modelo actual. De ahí viene el auge independentista de los últimos años y el sentimiento del ciudadano medio catalán de que «no es que nos vayamos, es que nos echan».

Buena muestra de ello es que el movimiento independentista no está siendo liderado por ninguna formación política, sino que se trata de un sentimiento transversal. A favor de la secesión están, obviamente los votantes de la Esquerra Independentista, ERC, Solidaritat, Reagrupament y una mayoría de CiU, pero el mensaje también ha calado en militantes y simpatizantes de gran parte de ICV-EUiA y del sector más catalanista del PSC. Todos comparten la sensación de que el marco actual no da más de sí.

La transversalidad queda reflejada en movimientos como los de las consultas por la independencia celebradas en numerosos municipios del Principat e impulsadas principalmente por la sociedad civil. El proceso de las consultas tuvo su final el 10 de abril con el referéndum popular celebrado en Barcelona, donde participó más del 20% de la población, votando mayoritariamente por el sí.

El rechazo a una España que no deja avanzar tuvo su última gran expresión en setiembre, tras el auto del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) contra la inmersión lingüística -derivado de la sentencia del TC sobre el Estatut-. Solo PP y Ciutadans se mostraron a favor de desmantelar el modelo de normalización lingüística en las escuelas, gracias al cual se asegura que los alumnos acaben sus estudios primarios siendo, como mínimo, bilingües.

Como se puede intuir, la lectura del contexto estatal en el Principat es similar a la realizada en Euskal Herria. El Estado de las Autonomías, tal y como se ha conocido desde la transición, está agotado, por lo que urge un nuevo modelo. Incluso el Govern es consciente de ello y Mas ya anunció en el último pleno del Parlament que impulsarían una llamada «transición nacional», un concepto deliberadamente ambiguo que tendrán que concretar.

A la espera del 20-N

Este escenario que se dibuja de cara a los próximos meses tiene una variable que condiciona cualquier análisis. Se trata del resultado de las próximas elecciones generales del 20 de noviembre, o más que el resultado, la postura que adopte el PP si se confirma la mayoría absoluta que todos anuncian.

De momento, los partidos catalanes intentan hacer piña, al menos en cuanto al pacto fiscal, propuesta estrella de Mas en las elecciones autonómicas del año pasado. El viernes se presentaron las conclusiones de la Comisión del Parlament para el estudio del concierto económico y, con diversos matices, CiU, ERC e ICV-EUiA se mostraron dispuestos a remar juntos en la negociación con el Estado.

Para tener más fuerza en dicha negociación, los tres partidos ven con buenos ojos la convocatoria de un referéndum sobre el modelo fiscal deseado por los ciudadanos, consulta que, dependiendo del contexto que se viva entonces, podrá ser interpretada como un plebiscito simbólico sobre la autodeterminación.

Pero todo depende, como ya se ha dicho, de la postura que adopte Mariano Rajoy en la Moncloa. Si opta por una posición flexible y negocia con los sectores catalanistas más accesibles para ellos -el candidato de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, espera con los brazos abiertos-, se podrá abrir un escenario en el que funcione durante un tiempo el llamado «peix al cove», tan cultivado por el expresident Jordi Pujol y consistente en ir arrancando poco a poco pequeñas concesiones al Estado central.

Esto podría frenar momentáneamente el auge independentista actual, pero no sería mucho más que un parche temporal, ya que la conciencia de fin de ciclo y la necesidad de un nuevo marco de relación con el Estado han calado hondo en el Principat.

Si por el contrario, aupado por la mayoría absoluta, Rajoy opta por volver al más puro estilo aznarista, el auge independentista no sólo se mantendrá, sino que es probable que todavía se acelere más, haciendo inevitable el siempre presente «choque de trenes» entre Catalunya y España. Más vale que, según Peces-Barba, en esta ocasión no volverán a bombardear Barcelona.


Para mayor chuleria del ultranacionalismo español (pero esta vez de regreso en Euskal Herria) sólo lean las recientes declaraciones del principito, del gal-ante candidato (con respecto a uno de sus acipayados vasquitos) y de uno de los cagatintas del Ministerio de Propaganda Franquista. 
 
 
 



°

sábado, 29 de octubre de 2011

Cronopiando | Chascarrillo


Y con ustedes, a costillas de los navarritos, lo más reciente de Koldo:

Koldo Campos Sagaseta
Chascarrillo
 
Hubo una vez en Iruña un alcalde tan descerebrado que, por no dejar, ni dejó el nombre. Sólo se le recuerda por su apodo y por cierto etílico despendole que le sobreviniera al “Diez por Ciento”, (no confundir con Urralburu… tres por ciento) estando de vacaciones en Galicia.
Nadie creyó nunca que encontraría la muy ilustre ciudad de Pamplona otro alcalde más zafio, más por ciento, pero como “Navarra siempre p'alante”, (NASIPA S.A. le llamaba el “Diez por Ciento) muy pronto llegó el desmentido. Se llamaba Barcina el chascarrillo, y pulverizó todas las marcas registradas en el museo de la estulticia navarra, incluyendo la del mentado por ciento.
La última deposición de la Barcina fue también la más sonada. La entonces presidenta de Navarra, sorprendida con las manos en la masa, sin turbarse ni disgusto, argumentó en su defensa: “Hay que olvidar el pasado y hay que mirar al futuro”. 
En compañía de otros prominentes cómplices, era la Barcina parte de la “Comisión Ejecutiva de la Junta de Entidades Fundadoras”, pomposo alias que usaban de coartada para vaciar el erario público. “Siempre ha sido así” corroboró otro comisionado.
Razón tenían los dos. Llevaban apandillados en comisión toda su vida y ejecutando patrimonios ajenos toda la nuestra.
No sospechaban entonces que la ciudadanía iba a hacerles caso y, como bien proponía la presunta,  a mirar a un futuro que acabó por llevarlos a la cárcel y al olvido, aunque no recuerdo el orden. Creo que primero fueron los tartazos, tres, uno detrás de otro. De la Barcina, al final, sólo quedó este chascarrillo.


°

El Resbalón de Calderón




¡Ave María Purísima Sin Pecado Concebida!

Felipe Calderón Hinojosa, virrey de la Nueva España, pertenece (puede ser que sin saberlo apuntaría Baltasar Garzón) al entorno de ETA, tal como Kofi Annan, Jimmy Carter y Tony Blair.

Lean este fragmento en la nota publicada en la página de Grupo Fórmula:

El presidente de México, Felipe Calderón, se reunió con el rey Juan Carlos I y el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con quienes intercambió opiniones sobre la situación económica mundial, en especial la crisis del euro.

El encuentro celebrado en el marco de la XXI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno permitió a Calderón manifestar a los líderes españoles que México celebra la decisión de la organización separatista vasca ETA de renunciar definitivamente a la acción armada.

También pidió al rey Juan Carlos I y a Rodríguez Zapatero dar al pueblo español una felicitación por parte de su similar mexicano por ese histórico hecho, que contribuye a fortalecer la vida y las instituciones democráticas de España.

Ahí lo tienen, el súbdito azteca no únicamente se equivoca al llamar "organización separatista vasca" a los terroristas de ETA sino que incluso llega a al extremo de poner en tela de juicio la fortaleza de las impólutas y perfectas instituciones democráticas españolas. 

Y para mayor INRI se lo dice en persona al arquitecto mismo de tanta perfección democrática, un personaje que desde joven luchó en contra del franquismo y que nunca participó de ninguna manera en el régimen al que él mismo diera la estocada final cuando mandó encarcelar a quienes el 23-F le traicionaron a él y a todos los españoles pues eso de los fusilamientos ya no cabían en una sociedad tan progresista, respetuosa e incluyente como la española, el moderno Cid Campeador Don Juan Carlos I.

Oh Mouriño, ¿dónde estás cuando tu reino te necesita tanto?¿Quién queda ahí para mostrar el camino correcto a purémpecha al servicio de la democrática corona?


°

Cronopiando | Otra Cumbre Iberoamericana





Por ser este blog una página decididamente izquierdista, firmemente opuesta al fascismo y al neoliberalismo así como profundamente antimonarquica nos produce gran placer compartir este texto de Koldo Campos:

Koldo Campos Sagaseta

Otra cumbre iberoamericana

Echan humo las mullidas seseras de los tantos escribanos al servicio de presidentes y reyes invitados a esta nueva cumbre americana,  para que los ilustres mandatarios nos descubran sus tediosas monsergas.

Acabarán haciendo como siempre, cuando el tiempo y las prisas terminen por fundirles las neuronas que aún les sobrevivan y no haya ingenio que pueda barruntar algún sermón que nos parezca nuevo, desempolvarán las viejas peroratas y, simplemente, mudarán la fecha de la historia.

Los mismos discursos insulsos, las mismas arengas del pasado,  las mismas inútiles proclamas,  entre agasajos y fotos y bien surtidos postres de cumbres que no sirven para nada.

Y ya once naciones han dicho que no van a asistir a Paraguay, que se declaran hartas de tanta pendejada. Entre otras: Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Uruguay,  Cuba, Nicaragua,  la República Dominicana... Exactamente la mitad de los veintidós países invitados a una cumbre, acaso promontorio, a la que, por supuesto, no va a faltar el reino de España y que, además, aporta hasta cuatro comensales a la mesa: el presidente Zapatero, la ministra de exteriores, la reina y el monarca.

Negocios que se abren en pasillos, se acuerdan sin testigos y se cierran en alcobas, visitas altruistas a un humilde orfanato, a un convento de monjas, más fotos y escribanos que tomen buena nota, más ágapes y obsequios, y más y más palabras para que los obscenos prevengan la indecencia, los corruptos repudien el delito y los impunes reivindiquen la ley y la justicia.

¿Por qué no se callan? 






°

Egaña | ¿Son Iguales Todas las Víctimas?

Nos han hecho llegar este texto por correo electrónico:

Iñaki Egaña | Presidente de Euskal Memoria

¿Son iguales todas las víctimas?

El anuncio unilateral del cese definitivo de la violencia de ETA ha provocado varios terremotos simultáneos, en los que algunos protagonistas se abren paso a codazos, como queriendo imponer una determinada visión de lo ocurrido. En juego parece no estar la credibilidad, sino la inmediatez, haciendo viejo aquel adagio de quien golpea primero golpea dos veces. Como si, después de tantas falsedades y tergiversaciones, lo único importante del apartado de víctimas, el tema que me ocupa, fuera la portada mediática y no su tratamiento mesurado.

Mal empezamos en la cuestión de las víctimas del conflicto cuando las mismas las reducimos a las ocasionadas por ETA desde 1968. ETA es una expresión del mismo y no su origen, por lo que comprimir la tragedia a las causadas por la organización que nació diez años antes de esa fecha es una manipulación. Memoricidio, según el argot más moderno.

Tampoco es de recibo reducir la responsabilidad del Estado a cuatro excesos de funcionarios a sueldo y tapar, como es tendencia atávica, decenas, cientos de víctimas, a las que se esconde bajo la alfombra para trampear la realidad. En algunos de los casos, además, se convierte una ejecución en un acto difuminado de enfrentamiento o de casualidad. Un ejercicio, por otro lado, dedicado a condimentar con perejil democrático otro memoricidio de signo similar al anterior.

Como no creo que sea de recibo y de la misma manera, el partir del análisis que hace el Estado de tiempos, situaciones, espacios e incluso modos de matar y de morir. Si hasta ahora ese mismo Estado ha negado su evidencia, ¿va a cambiar ahora de la noche a la mañana de perspectiva? La experiencia nos dice que, en la medida que pueda, y para ello no importa quién esté en el poder, seguirá eludiendo responsabilidades. Le ha sucedido al PSOE, víctima en la guerra civil y del franquismo, que ha sustituido precisamente a los victimarios en la ocultación de la verdad de las épocas citadas en cuanto llegó a tener responsabilidad de gestión política.

El camino que debe hacer la sociedad vasca en el tema de las víctimas, según mi opinión, tiene que ser ajeno a los acotamientos que marca el Estado y en el que precisamente ha caído alguna de las asociaciones que ha querido mostrar un perfil más neutral. La sociedad vasca debe tener su propia iniciativa y para ello rodearse de los instrumentos necesarios. ¿Por qué negar evidencias y seguir la línea marcada por alguien tremendamente interesado en no reconocer su papel?

Algunos ejemplos servirán para ilustrar la idea. Quienes comienzan el recuento en 1968 (primera víctima mortal de ETA), lo hacen para evitar la evidencia de ejecuciones extrajudiciales de los años anteriores producidas precisamente por funcionarios españoles. Javier Batarrita fue muerto en marzo de 1961 en Bolueta porque la Policía lo confundió con un miembro de ETA. Batarrita tenía, y el recuento es de la misma prensa franquista, 49 balazos a quemarropa. Un fusilamiento en toda regla. Antes de 1968 continuaron las muertes.

Sobre la niña Begoña Urroz, muerta por una bomba del DRIL en la estación de Amara de Donostia, en junio de 1960, se ha escrito tendenciosamente. Hoy, ministerio español del Interior y homónimo vasco reconocen que fue un hecho ajeno a ETA. Probablemente porque la Policía estaba infiltrada en el comando que colocó la bomba y mejor no menear más el tema, no vaya ser que salpique a funcionarios del Estado. ¿Por qué ahora no se reconoce a Begoña Urroz como víctima en las listas oficiales aunque no fuera originada por ETA?

Porque si de lo que estamos tratando es tanto de un espacio, el vasco, como el de unos sujetos, vascos, las víctimas del conflicto deben ser reconocidas en su totalidad, no exclusivamente por interés político. La relación es por un conflicto (lo han dicho de una u otra manera desde Aznar-Mayor Oreja hasta Rodríguez Zapatero y Pierre Joxe), no por ETA.

Me llama la atención, por ejemplo, que en estas lecturas interesadas se achaquen a ETA muertes ocasionadas por organizaciones liquidadas como la Polimili, que ya hicieron su recorrido incluso el de arrepentimiento público del daño causado, hace 30 años. Bombas en Madrid como las de Atocha y Chamartín (6 muertos) o las de la cafetería Rolando (12 muertos) son nuevamente imputadas ahora a ETA. Si se trata de víctimas del conflicto la referencia es lógica, pero si de lo que se trata es de recabar la lista de las originadas por ETA la duplicidad es notoria. Si valen, y perdónenme la expresión tratándose de victimas, lo son para todo.

Me llama la atención, asimismo, que en la lista de organizaciones que han actuado en tierra vasca desde el nacimiento de ETA no están todas, a pesar de haber causado víctimas mortales. Y no aparecen por motivos estrictamente mediáticos o lo que es lo mismo, intereses políticos. A ETA se le suman los atentados polimilis, de Iraultza, Iparretarrak, DRIL... que si se trata en referencia al conflicto me parece, como decía, lógico. Pero se descartan los del maquis, que ocasionaron bajas a la Guardia Civil en Irati, en 1961, cuando ya la policía había matado en Bilbao a Batarrita o ETA ya había cometido su primer atentado. ¿Por qué? Obviamente por diferenciar a ETA del sentimiento romántico que impregna hoy en día al recuerdo de la guerrilla antifranquista.

Delimitar en el tiempo de ETA a las víctimas mortales (1968-2010) más que un error es una manipulación. ¿Por qué negar a los muertos por torturas en los años 50, entre ellos y por ejemplo al jeltzale Txomin Letamendi o al comunista bilbaino Manuel Fernández? Esa fue, precisamente, una de las razones por las que nació ETA. ¿Por qué ocultar la muerte del obrero donostiarra Antonio Goñi también torturado (1971) y, en cambio, ensalzar la de un torturador como Melitón Manzanas (1968), por el hecho de ser víctima de ETA?

Es sintomático, siguiendo con los ejemplos, que no se recuerde que en ese tiempo posterior a la muerte de Franco (ya en democracia según el estatus político) las fotos de la torturada Amparo Arangoa se convirtieran en la imagen de la Transición. Zeruko Argia fue secuestrada por publicarlas y la salvajemente torturada denunciada por la Guardia Civil por “delito de injurias y calumnias”.

En cuanto a la credibilidad, el punto negro del Estado, la misma parece no importar a los protagonistas que marcan en límite entre víctimas y no tanto. No voy a referirme ni a la AVT ni a Covite porque sus listas están contaminadas por otros intereses bien distintos a los asistenciales o memorialísticos. Mantienen abierta la hipótesis de atentado de ETA en la masacre de Madrid el 11M de 2004, incluyen a los fallecidos en el incendio de un hotel en Zaragoza (1979) e incluso, entre "singularidades", atribuyen un atentado a Jarrai en Itsasondo en diciembre de 1995, con el resultado de dos ertzainas muertos. No es ninguna sorpresa.

Si, en cambio, me produce estupor la renovada lista del ministerio del Interior español (829 víctimas de ETA) en la que se refugian instituciones, medios de comunicación e incluso alguna que otra asociación vasca pro derechos humanos. La lista, confeccionada por la “Subdirección General de Atención al ciudadano y de asistencia a las víctimas del terrorismo”, contiene errores de tal calibre que anulan su imparcialidad. Obviamente no ha ejercido el papel de notario, cuando ha imputado a ETA (y aquí el error supone definitivamente alineamiento con la manipulación), muertes originadas y reivindicadas por grupos parapoliciales.

Me produce también cierto desasosiego el hecho de que se den por buenos datos ofrecidos por el juez Baltasar Garzón en los relativo a muertos, acciones de ETA, de sabotaje, etc., en aquel auto del 26 de agosto de 2002. Desasosiego porque Garzón se atreve, al margen de acusar a ETA, HB, EH y Batasuna de "Crímenes contra la Humanidad", a ofrecer números, efectivamente, para desdecirse en un auto posterior, el del 16 de octubre del mismo año (35/2002). En esta nueva ocasión los pediría.

En ese mismo auto, lo disponía precisamente. Es de gran recuerdo en el mundo judicial porque Garzón confundió una practica habitual de los hospitales vascos a la hora de la inscripción en el Registro Civil (el derecho a inscribir a los recién nacidos en la localidad de origen y no en la del hospital del nacimiento) con "limpieza étnica de baja intensidad". Disponía la búsqueda de esa información que desconocía y sin embargo había tenido el desparpajo de arrojarla.

Y siento que la cita es un poco larga: "Cursar atento oficio a la Secretaría de Estado para la Seguridad para que dé las órdenes oportunas y realice gestiones que fueran necesarias para que la UCI y la Guardia Civil (Servicio de Información) con el apoyo de otros servicios de la Administración y otros ministerios (Hacienda, Educación, Cultura, Sanidad, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Estadística, Investigaciones Sociológicas) y otros organismos e instituciones como, las Confederaciones de Empresarios, Fiscalía General del Estado, Medios de comunicación, Sindicatos, Asociaciones profesionales, Consejo General del Poder Judicial, Ayuntamientos, Junta Electoral Central, Parlamentos, Gobiernos Autónomos,. Universidades, y, cualesquiera otros que fueran necesarios; para que elabore un exhaustivo informe sobre los siguientes extremos: A) 1.- Relación de atentados con resultado de muerte desde el inicio de actividades de la organización terrorista hasta la actualidad...". Etc. Jamás recibió contestación.

¿Por qué, en consecuencia, validar lo que el propio Garzón invalidó unas semanas después? La respuesta es muy sencilla. Para lograr esa credibilidad que falta al Estado. El juez ejercería en la actualidad de "tonto útil". No pudo juzgar al franquismo como deseaba, fue procesado incluso por ello... Su acercamiento a Izquierda Unida, su denuncia del hambre en el mundo, su defensa por las causas perdidas... darían esa credibilidad que los cavernícolas tiran por la borda un día sí y otro también. Pero no la tiene.

El gran tema que subyace junto a las víctimas tiene que ver con las mismas y su reconocimiento, con quién las causó. Y, por extensión, con la impunidad. El Estado español no ha reconocido jamás su daño, porque todos sus funcionarios implicados, desde torturadores hasta asesinos, han sido respaldados, cuando no felicitados y recompensados por sus violaciones de derechos humanos. Ejemplos para todos los gustos a la vuelta de la esquina.

José Martínez Salas, el guardia civil que mató a la ecologista Gladys del Estal recibió el día de la Fiesta Nacional española de 1992, la medalla al mérito militar. J. Antonio Gil Rubiales, condenado por haber infringido a Joxe Arregi las torturas que le produjeron la muerte, ascendió ininterrumpidamente en la escala policial hasta llegar hace cinco años a ser comisario general de Tenerife. Las muertes en comisaría de Mikel Zabalza, Gurutze Iantzi, Xabier Galparsoro... siguen a la espera de esclarecimiento como las de Josu Zabala, José Luis Geresta... He citado el caso de Amparo Arangoa, la torturada denunciada. Pero es que, en 2003, cuando cerraron Egunkaria y los detenidos denunciaron torturas, el Gobierno español presentó una denuncia contra los imputados por colaboración con ETA. Por realizar denuncias de tortura "por indicación de ETA para socavar las instituciones democráticas".

En cambio, la otra parte del conflicto ha pagado de forma notoria su condición. Por ser victimarios. Cientos de presos condenados según la legislación penal más severa de Europa. Lo han pagado, según una estrategia evidente de exterminio: aislados entre ellos y del resto. ¿No es el suicidio de un preso una consecuencia del conflicto?, ¿la confirmación palmaria de la estrategia represiva del Estado español? Por supuesto.

La cuestión de las víctimas es espinosa. No me cabe la menor duda. Pero es evidente que si abordamos el conflicto en su complejidad, las cifras, espacios temporales, líneas divisorias, etc. no se corresponden con las que nos ofrecen las agrupaciones e instituciones españolas. Tampoco con las ofrecidas por alguna asociación vasca pro derechos humanos. Ni de lejos. Miles de vascos han sido desplazados del lugar que les corresponde, también como víctimas. Han sido nuevamente ninguneados.

La solución, señalaba, es compleja pero el camino está desbrozado en otros lugares: la Comisión de la Verdad. Si hay voluntad, la mitad del camino estará hecho. El resto, con paciencia y esfuerzo compartido, rodará hasta alcanzar sus objetivos.






°

Disculpa Pública a Paul Ríos

En el pasado hemos criticado a Paul Ríos - quien al frente de Lokarri gestionó la Conferencia Internacional de Paz de Donostia - y lo hemos acusado de tibio y de estar obsesionado con la equidistancia. Ahora de forma pública reconocemos su labor y pedimos disculpas por cualquier comentario publicado en este blog que haya sido hecho de manera negativa hacia su persona o su trabajo.

Les compartimos aquí la entrevista publicada en Kaos en la Red:

Paul Rios (Coordinador de Lokarri): “ETA debe reconocer el daño causado, pero no pedir perdón”

Entrevista al coordinador de Lokarri fue uno de los organizadores de la conferencia de paz de San Sebastián. Asegura que lo urgente es abordar la legalización de Sortu y el acercamiento de los presos

Manuel Altozano

Nada más terminar la entrevista, a Paul Ríos (Getxo, 1974) le aborda una señora por la calle. “Muchas gracias, felicidades, mucho ánimo”, le dice. El coordinador del movimiento social pacifista Lokarri, de orientación nacionalista, fue uno de los organizadores de la conferencia de paz de San Sebastián en la que, el pasado 17 de octubre, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, el líder del Sinn Feinn, Gerry Adams, o el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern, entre otros, pidieron a ETA una declaración pública del “cese definitivo” de la actividad armada. La banda utilizó esa misma terminología en el comunicado en el que abandonó la violencia tres días después. Ríos asegura que ahora lo urgente es abordar la legalización de Sortu y el acercamiento de los presos. Cree que no será un proceso fácil. Y que los principales obstáculos vendrán de los que quieren un final basado en la derrota de ETA y los que consideran que, gracias a la violencia, se ha alcanzado la paz.

Pregunta. ¿Qué se pretendía exactamente con la conferencia de paz de San Sebastián?

Respuesta. Había tres objetivos. Poder reunir a personalidades internacionales representativas que habían seguido con interés lo que ocurría aquí. Conseguir la máxima pluralidad de fuerzas políticas y sindicales vascas y que hubiera una aportación que pudiese ser decisiva en este proceso de transformación para poder abordar un proceso de paz. Consideramos que se han conseguido. Se consiguió una foto inédita. Faltó el PP, pero la derecha francesa estuvo. La declaración final tiene un valor en sí misma por representar a la comunidad internacional. Ha sido el último empujón para que ETA declare el fin de la violencia.

P. Tres días entre la conferencia y el comunicado de ETA. ¿Era ese encuentro la condición de la banda para abandonar las armas?

R. La decisión de organizar la conferencia se toma cuando se ven condiciones como para que la aportación que salga de ahí pueda ser atendida por ETA, pero también pueda ser un aliciente para todos para iniciar una nueva etapa. Yo no sabía si iba a haber un comunicado de ETA después. Sabía, tenía la esperanza, de que lo habría pronto, porque personas de este nivel pidiendo el cese de la violencia era un llamamiento que ETA no podía ignorar. Las personalidades que participaron no sabían que iba a haber comunicado de ETA, pero tenían el convencimiento de que era lo único que faltaba para que no tuviera otra que hacerlo.

P. Desde algunos sectores se ha dicho que esa conferencia legitima de algún modo el papel de ETA como actor político.

R. Algunos habían pensado que la violencia se iba a terminar con un policía o un guardia civil deteniendo al último militante de ETA. El hecho de que sea la propia ETA de manera unilateral y sin condiciones la que decide poner fin a la violencia pues no les gustaba demasiado. El gran valor que tiene la conferencia es, por un lado, que se le pone a ETA en la tesitura de tener que responder de manera unilateral y sin condiciones, pero al mismo tiempo, consagra que las cuestiones políticas solo les corresponden a los partidos y a las instituciones. Que a ETA solo le corresponde hablar de las consecuencias humanitarias de estos años de enfrentamiento. El gran error de 2006 [del fallido proceso de paz] es que se mezclaron los dos temas: la violencia y la política. Ahora ETA o por convencimiento o porque no le ha quedado otra ha tenido que asumir el papel que le corresponde, que ya no es tutelar o garantizar un proceso, ni negociar sobre cuestiones políticas.

P. ¿Debemos estar satisfechos con el comunicado de ETA? No ha habido ningún tipo de autocrítica solo recuerdo a los suyos.

R. Creo que cualquier persona hubiera elegido otra escenografía y otro texto, pero eran ellos los que lo tenían que hacer. Dejan algo muy claro: el cese definitivo de la violencia. El que tenga dudas de esa voluntad tiene que tener en cuenta que hay tres barreras de seguridad que dejan a ETA sin alternativa. Que se lo pide la inmensa mayoría de los vascos, la izquierda abertzale ilegalizada, el sector que más cerca ha estado de ellos, y también todas estas personalidades que participaron en la conferencia. Si en algún momento quiere volver a la violencia, ETA sabe que tendrá que enfrentarse a estos tres colectivos.

P. ¿Este final de la violencia es la derrota de ETA?

R. Este tema de derrotas no me gusta ni me siento cómodo con él. Lo que creo que ha quedado muy claro es la derrota de la violencia como método de resolver los problemas que puede tener la sociedad vasca. Eso es lo que ha quedado más nítido y lo que más puede servir para construir el futuro.

P. Pero en el proceso anterior se reivindicó todo, la anexión de Navarra, la expulsión de las fuerzas de seguridad… Ahora todo ha quedado en la legalización de la izquierda abertzale y los presos.

R. Una conclusión del proceso de paz de 2006 es que no se puede abordar un proceso así cuando no has trabajado previamente las condiciones. No se pueden abordar todos los problemas al mismo tiempo. Ahora solo había dos condiciones fundamentales: el fin definitivo de la violencia de ETA y la legalización de la izquierda abertzale. Espero que al Constitucional no se le ocurra mantener la ilegalización de Sortu.

P. O sea, que el éxito de ahora se debe a que se han concentrado en esas dos condiciones.

R. Eso es. En poner un buen suelo. Ahora hay que construir la casa. En 2006 se mezcló todo. Se intentó poner el tejado antes del suelo. Hubo gran confusión sobre el papel que le correspondía a cada uno. La diferencia con 2006 está en que ha quedado muy claro en la izquierda abertzale que deben de ser ellos, los políticos, los que deben tener el liderazgo, la gestión de las cuestiones políticas. Y no ETA.

P. ETA no ha hablado de disolución. Mucha gente no cree por ello su comunicado.

R. Los que dicen eso no dicen la verdad. Hace cinco años decían que ETA tenía que declarar el final definitivo de la violencia. Ahora es la disolución, mañana será la entrega de armas, luego que pidan perdón, que paguen las indemnizaciones. La derecha tiene una insatisfacción absoluta porque le han quitado el juguete de las manos. La historia no se produce en un día, todo es cuestión de un proceso. Una vez en esta situación, dar los siguientes pasos es más sencillo. Evidentemente habrá que afrontar la cuestión relativa a las armas y demás. El IRA, por ejemplo, no se ha disuelto, ha ordenado a sus voluntarios que dejen la violencia y se pongan a hacer acciones políticas. Este tipo de cosas se podrán ir abordando. Veo condiciones para ello.

P. Uno de los escollos es el tema de la autocrítica de ETA, del perdón. ¿Es necesario ese perdón para la futura convivencia?

R. Más que perdón hay que hablar de reconocimiento del daño causado, porque con el perdón, a la otra parte la pones en situación de responderte. A ninguna víctima se la debe poner en situación de responder a una situación de perdón. Lo que hay que hacer es reconocer el daño causado, un daño irreparable para muchas personas. Eso es lo que en algún momento se debería producir para asentar las bases de que esto no se repita en un futuro.

P. Pero reconocer el daño es reconocer que la violencia no ha servido para nada.

R. El IRA también lo hizo. Dijeron que habían estado luchando por unos ideales y en el curso de esa lucha causaron un daño injusto a muchas personas. Creo que es un hecho objetivo el reconocer que empleando la violencia hay personas que han sufrido de una forma irreparable.

P. Ustedes se oponen a la violencia de ETA, pero también a la humillación que se pueda causar ese mundo ¿qué es lo humillante?

R. Lo humillante es lo de obligarles a pedir perdón. Es humillante para ETA, pero también para las víctimas. Es durísimo. Imagínate lo que tiene que ser hablar con tu familia para ver si perdonas o no. Eso no se lo merece nadie. Humillar es también esta idea de que saquen un comunicado diciendo que han sido derrotados y que todo lo que han hecho es un error absoluto. O exigir a la izquierda abertzale que renuncie a sus objetivos políticos por estar contaminados por la violencia. También la idea de venganza institucionalizada: exigirles que dejen la violencia y que, a pesar de reconocer el daño causado, cumplan 40 años en la cárcel.

P. ¿Qué deberían aportar las víctimas en este proceso?

R. Nadie tiene derecho a pedirles que aporten nada. Lo que ellos han pasado es muy personal, como quieran ver el futuro también es muy personal. Hay que darles arrope, escucharlas y nada más. Si no estaríamos pidiendo un esfuerzo especial a las personas que han sufrido más. Los esfuerzos los deben hacer los partidos, las instituciones y la ciudadanía.

P. Ustedes exigen la legalización de Sortu. ¿No está legalizada la izquierda abertzale con Bildu?

R. La izquierda abertzale está legalizada para participar en las instituciones, pero no para hacer política normalizada. Creo que la izquierda abertzale también quiere hacer su propia transición política y ello implica que puedan dar ruedas de prensa, celebrar asambleas o tener militancia como tienen otros partidos. Eso ahora no lo pueden hacer. Si en un momento dado se decide poner un espacio de diálogo para buscar pasos a dar en el futuro no van a poder estar porque son ilegales. Creo que la normalización y la inclusión exige que ellos también estén.

P. Pero si Bildu o Amaiur deciden mañana inscribirse como partidos no parece que nadie los pueda ilegalizar.

R. Ya, pero Bildu y Amaiur son coaliciones. Con el comunicado de ETA y con la sentencia de Bildu, la verdad, no veo ningún motivo para que el Constitucional decida que Sortu no es legal.

P. Aparte de rechazar la violencia, Lokarri también denuncia violaciones de derechos humanos respecto de los presos. ¿Cuáles son esas violaciones?

R. Creo que hay un castigo añadido, la dispersión. Pero también que a prácticamente todos los presos se les ha aplicado un régimen especial en la prisión. Siempre han estado en primer grado, con menos horas de patio, con más dificultades para los estudios, para las visitas… Creo que todo eso tiene que cambiar. En esta nueva situación no valen castigos añadidos.

P. Pero esa situación especialmente gravosa la ha elegido el propio colectivo de presos con sus protestas en la cárcel. Son ellos los que en la mayoría de los casos han rechazado acogerse a beneficios penitenciarios.

R. Ellos han dado instrucciones de que no se aceptasen los beneficios, pero en esta situación deben ser tratados como el resto de los reclusos. Este tema de la dispersión es una medida que se toma porque sí. Preso nuevo, preso dispersado. En este tema también debe haber un cambio en la política penitenciaria. También está la reflexión de lo que se debe hacer en el colectivo de presos. El tema de las amnistías es muy complicado, no solo porque lo prohíbe la legislación española sino por la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hay que pensar en soluciones de tratamiento individualizado. No es lo mismo Arnaldo Otegi, que está en prisión por actividades puramente políticas, que alguien que está condenado a mil años por nueve asesinatos. La opinión pública no está preparada para abordar todo al mismo tiempo. Tener en cuenta esos criterios ayuda a entender.

P. El Código Penal y la legislación penitenciaria exigen pedir perdón a las víctimas y rechazar la violencia para acceder a beneficios. ¿Crees que los presos están dispuestos a dar esos pasos?

R. No lo sé. El legislador que puso esa condición era, con todos los respetos, un completo ignorante en victimología. En Irlanda había tres condiciones: que la organización hubiera decretado el alto el fuego, un compromiso de no implicarse en actividades violentas y tampoco en otro tipo de actividades delictivas. También hubo un reconocimiento del daño causado. El problema del perdón no es solo para el preso. Pedir perdón puede ser muy difícil, pero a quien realmente le sale caro es a la víctima. Es trasladar una responsabilidad a la víctima. La segunda condición, la del rechazo de la violencia, ya se ha dado, porque ETA la ha abandonado.

P. Hay algunos presos, los que el Gobierno ha acercado a Nanclares de Oca, que sí han aceptado esas condiciones. ¿Cree que ese puede ser el camino a partir de ahora?

R. Por lo poco que conozco creo que lo que se ha hecho en Nanclares es un mal ejemplo. Se levantaron algunas expectativas en esos presos críticos con la violencia que el Gobierno o no ha cumplido o ha sido muy cicatero en su cumplimiento. Y eso lo ha conocido el colectivo mayoritario de presos y ha generado muchas dudas. Han pensado ‘si con estos que están en contra de la violencia el Gobierno actúa de esa manera tan rácana, qué van a hacer con nosotros’. Esos casos han tenido un efecto negativo.

P. Ustedes se oponen a los que quieren la humillación de ETA, pero también a los que dicen que la paz ha llegado gracias a la violencia. Sin embargo, estos últimos parece que son los que van a capitalizar el cese definitivo. Ahí están los resultados de Bildu y las encuestas que dan un magnífico resultado a Amaiur en las generales.

R. Cuando nos referimos a los que creen que mediante la violencia se ha alcanzado el fin de la misma no hablamos de la izquierda abertzale, Amaiur o Bildu. Su reflexión es que si se quieren solucionar los problemas de la sociedad vasca por la violencia no se va a conseguir. Solo por el diálogo. Sí que hay una parte extrema de estos sectores que dicen que gracias a la lucha armada se ha llegado hasta aquí. Yo digo que pese a la lucha armada ha llegado este momento y que lo único que ha conseguido la lucha armada es que este momento se retrase indebidamente en el tiempo. En otros procesos también se ha visto que aquel que ha hecho un esfuerzo por dejar la violencia luego ha tenido un buen resultado electoral.


Continúa con tu labor Paul, deja callados a tus críticos, sean propios o extraños.



°

Comunicado de Mugitu

Pocos españolazos han causado tanto daño al tejido social vasco en recientes años como la infumable Yolanda Barcina, una auténtica fundamentalista que ha embestido en contra de todas y cada una de las iniciativas por parte de individuos y colectivos trabajando en favor de Nafarroa como piedra angular de esa nación negada por los estados francés y español; Euskal Herria, la Vasconia de la antigüedad, la Nabarra osoa de la Edad Media.

Hace un par de días a la Barcina le ha tocado la versión nabarra de el zapatazo de Bush que se materializaron con un par de tartazos durante una presentación en público, y la represión no se ha hecho esperar, lo que ha obligado al colectivo que participó en la acción a convocar a una rueda de prensa de la cual nos habla esta nota en Gara:

Mugitu reitera que su acción contra Barcina fue pacífica y tacha de ilegales los arrestos

La Policía Foral detuvo a tres opositores al TAV cuando regresaban ayer de Toulouse. Les acusa de ser los autores de los tartazos a la presidenta navarra, Yolanda Barcina. Mugitu, que junto con la organización occitana Libertat ha reivindicado la acción, denunció los arrestos, que considera ilegales. Según indicó la autoridad competente para investigar lo ocurrido es la Justicia francesa, por lo que para realizar las detenciones habría sido necesaria una euroorden.

Aritz Intxusta

La Policía Foral detuvo a ayer a tres opositores al TAV a su llegada de Toulouse. Les acusa de «atentado contra la autoridad» por ser los presuntos autores de la protesta del jueves en la capital occitana, en la que la presidenta navarra, Yolanda Barcina, recibió tres tartazos durante la reunión del Comité de Trabajo de los Pirineos (CTP). El movimiento de desobediencia Mugitu, que reivindicó la acción, señaló ayer que los arrestos son «ilegales», puesto que el juez competente sería el de Toulouse y, por tanto, sería necesaria una euroorden suya.

Julio Villanueva, Gorka Ovejero e Ibon García fueron arrestados poco antes de las 16:00, al poco de llegar a Iruñea. Mugitu denunció la diferencia de trato entre un estado y otro. Según explicaron, después de propinar los tres tartazos a Barcina, fueron expulsados del edificio tolosano por la seguridad interna y ni tan siquiera se les identificó. De hecho, realizaron declaraciones a distintos medios de comunicación durante varios minutos.

El recibimiento en Iruñea fue bien distinto, ya que fueron asaltados en plena calle por agentes embozados, que se los llevaron a comisaría. Desde el Gobierno navarro alegan que la Policía Foral actuó de oficio. Les acusa de atentado contra la autoridad.

Pese a las detenciones, Mugitu mantuvo la rueda de prensa que tenía prevista para ayer por la tarde. Allí expuso que un tartazo es una acción no violenta, con tintes humorísticos, que no pretende causar daño a la persona, sino a su imagen pública. Además, afirmaron que no fue un acto contra Barcina en concreto, sino que se la eligió como objetivo por ser la representante de más alto nivel de los gobernantes de Euskal Herria que hacen oídos sordos al descontento social que genera el «ruinoso» proyecto del TAV. La acción estuvo coordinada entre Mugitu y el movimiento occitano Libertat, que también reivindica y apoya los tartazos.

Mugitu calificó de «victimista» la actitud adoptada por Barcina tras la protesta, quien lo describió ayer como «otro acto violento de un grupo ligado al entorno de ETA». Según el movimiento contrario al TAV, «el tartazo es una práctica que se utiliza en todo el mundo» y son muchas los «gerifaltes» que han sido objetivo de acciones similares, entre otros Bill Gates y Nicolas Sarkozy.

Las imágenes de Barcina con la cabeza cubierta de merengue han tenido una gran repercusión mediática y han suscitado infinidad de opiniones, entre ellas la condena del Parlamento navarro. Preguntados por el hecho de que la Cámara condenara el tartazo y obviara los porrazos a los alumnos que se manifestaron el jueves a favor de la Educación Pública, desde Mugitu apuntaron que «no es más que un reflejo de la situación que existe actualmente en Nafarroa; son las dos caras de la misma moneda».

El grupo parlamentario de Bildu se desmarcó de la condena, al abstenerse de votar la declaración oficial. Ayer, la izquierda abertzale hacía su propia valoración, en la que tachaba de «infantil» afirmar que Barcina ha sido víctima de una «agresión del entorno de ETA» y le reprochaba que intente levantar una cortina de humo para «huir del debate de fondo sobre el TAV». Tras conocer las detenciones, expresó su solidaridad con los arrestados y exigió su inmediata puesta en libertad.

Críticas institucionales

Mugitu comentó que ha recibido numerosas felicitaciones y muestras de apoyo por la acción. Considera que la repercusión mediática se puede calificar de un éxito -a la rueda de prensa de ayer acudió una veintena de medios-. No obstante, también han sido numerosas las instituciones que han criticado la iniciativa. Así, el Ejecutivo navarro la calificó de acción «violenta», mientras que el Gobierno español señaló que es «condenable» y el francés habló de acto «cobarde» contra su «invitada». Mariano Rajoy, el líder del PP, twitteó un mensaje de apoyo en la que invitaba a Barcina a seguir defendiendo «sus ideas en libertad a pesar de los cafres». CCOO y UGT también lo criticaron.

La acción del jueves pretendía abrir de nuevo el debate sobre el TAV, cuyo trazado en Nafarroa costará unos 4.000 millones de euros. Mugitu ha protagonizado varias iniciativas con el objetivo de concienciar a la ciudadanía sobre lo que considera un despilfarro y sobre coste medioambiental y social. Por ejemplo, colocó multas falsas en centenares de coches de Iruñea, marcó billetes con el coste por cada ciudadano navarro que tendrá el TAV (en ese momento se pensaba que eran 4.760 euros, pero ahora se sabe que costará más).






°


viernes, 28 de octubre de 2011

Defendiendo la Verdad




La memoria, la congruencia, la valentía para ejercer el derecho a hablar en un estado que sofoca la libre expresión, todo esto y más en este texto publicado en Kaos en la Red con respecto al olvido selectivo y los discursos triunfalistas de la última semana:
 
¿Reconciliación sin convivencia?

La reconciliación que algunos pretenden imponer como pase de página sobre vulneraciones de derechos sufridos por las distintas partes, pasa sin duda por la convivencia de varios relatos de lo sucedido.

Txarli Gonzalez Llorente eta Marisol Elustondo | Ezker Abertzale Historikoa

A fin de cuentas cuando Pagazaurtundua o Joseba Arregi dicen que tiene que existir un solo relato sobre lo ocurrido en Euskal Herria (el suyo), sobre el conflicto político que ellos tan descaradamente niegan, no hacen sino poner en evidencia su impotencia para convencer a la sociedad vasca de su propio relato. Peor aún, para convencer siquiera a la parte de la sociedad con sentimientos españolistas con una visión sesgada de la realidad, de la verosimilitud de su relato. Es por ello que sólo entienden como viable la imposición “manu militari” y judicial de sus teorías de buenos y malos absolutos, a una sociedad lo suficientemente crítica y madura para reconocer la realidad que ha tenido y tiene delante de sus narices: la existencia de un conflicto político que viniendo de mucho más atrás, alcanza cotas de genocidio durante el levantamiento militar, fascista y monárquico del 36 (con cifras similares a las de Bosnia en muchas localidades de Euskal Herria) y los posteriores años del franquismo. Y también su deriva a una situación de terrorismo de Estado continuado que se perpetuó con mayor o menor intensidad tras la reforma franquista,al no haberse depurado el Estado y que dejan, encima de la mesa, según las listas todavía abiertas de la asociación Euskal Memoria, la cifra de unos 450 muertos y desaparecidos en los últimos 50 años, además de decenas de miles de torturados,detenidos y encarcelados bajo legislaciones de excepción, heridos por fuerzas policiales y parapoliciales… Cifras suficientemente significativas como para hablar de terrorismo de Estado y no de de “excesos aislados de las fuerzas de seguridad”.

Y frente a ello la existencia de una lucha armada que también hagenerado múltiples “VICTIMAS DE VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS Y OTROS SUFRIMIENTOS INJUSTOS PRODUCIDOS EN UN CONTEXTO DE VIOLENCIA DE MOTIVACIÓN POLÍTICA,” por usar la misma terminología que usa el gobierno de Patxi López, con la bendición del PP, en su informe para la constitución de la ponencia parlamentaria para denominar a unas acciones que no son otra cosa que terrorismo de Estado. No deja de ser curioso que los mismos que se desgañitan negando la naturaleza política del conflicto se apresuren a proteger las tropelías de los funcionarios del Estado español a sus órdenes bajo el manto de “La motivación política” para asesinos y torturadores mientras que a la otra parte la definen como terroristas sin motivación política alguna. Volvemos a los “caballeros mutilados” ex combatientes del bando franquista con asiento reservado en el tranvía y los “putos rojos cojos”.

Porque la pregunta que algunos gurús del relato único se deberían de hacerse no es sobre las razones por las que “los de Bildu” no acuden a los homenajes a las víctimas de ETA, sino por qué no acuden a los mismos, una importante parte de la sociedad que, supuestamente y en función del relato correcto de la realidad, es inexistente.

Las patéticas cifras de asistentes a las últimas manifestaciones del buque insignia de la ideología del “relato único”, “Gesto por la Paz”, son el claro exponente del fracaso del intento de socialización de las teorías maniqueas de algunos, por más que toda la batería mediática de la que disponen, incluyendo unos medios públicos parciales y manipuladores hasta la náusea, se desgañiten haciéndoles la campaña aleccionadora. Miniseries televisivas cutres incluidas.

La cuestión que deberían de contestar es, por qué algunas víctimas de este conflicto, tienen el apoyo institucional, judicial, policial y mediático en el conjunto del Estado, y en Euskal Herria carecen del apoyo social; a la inversa de lo que sucede con otras víctimas que son ninguneadas, vejadas y apaleadas desde el poder, pero concitan el apoyo de miles de personas en actos de homenaje, ante los que no se les ocurre nada más original que la prohibición, la represión y la amenaza de cárcel, victimizando aún más a algunas de las víctimas y creando otras nuevas.

Algunos pretenden, con la FAES a la cabeza, dar a las asociaciones de víctimas de ETA el mismo papel que cumplieron las asociaciones de excombatientes franquistas en los años de la reforma política. Presionar para condicionar cualquier avance democrático que solucione de una vez este largo conflicto político y permita, en los próximos años, una mínima convivencia social entre las múltiples víctimas del conflicto y los sectores sociopolíticos, para así abrir las puertas a una reconciliación verdadera entre aquellas personas que libremente quieran dar ese paso que, en cualquier caso, es personal e intransferible.

Las víctimas del terrorismo de Estado tienen derecho, al igual que las del genocidio franquista, a la Verdad, la Justicia efectiva y la Reparación correspondiente, incluidas las garantías de no repetición. Algo que casi la totalidad de los colectivos a los que ETA y otros grupos armados han causado algún tipo de daños, ya han recibido. Mientras esto no se dé y se mantengan víctimas de primera y de segunda, no ya la reconciliación sino la convivencia normalizada será imposible.

La convivencia entre las diferentes sensibilidades nacionales y sociales del país, sólo podrá darse en un contexto de respeto a todos los proyectos políticos y la garantía de que cualquiera de ellos, incluida la independencia y el socialismo, se pueda concretar sin amenazas al uso de la violencia y la coacción por parte de nadie.

Algo que se puede resumir en aceptar lo que decida la mayoría respetando siempre y escrupulosamente los derechos de la minoría.

La tan manida reconciliación, que algunos pretenden imponer como un mero pase de página sobre las vulneraciones de derechos sufridos por una parte y la sacralización de las vulneraciones de derechos sufridos por la otra, pasa sin duda por la convivencia de varios relatos de lo sucedido, por que si no son capaces de convivir los diferentes relatos, las diferentes sensibilidades, los diferentes homenajes, no lo podrán hacer las personas. Pretender hablar de reconciliación cuando un relato es directamente delito y el otro se quiere imponer a marcha martillo con la misma filosofía que ya sufrimos en las escuelas vascas con la “Formación del Espíritu Nacional” a los hijos y nietas de las víctimas ninguneadas del otro lado, no puede traer sino el germen de futuros conflictos.

Euskal Herria, 27 de octubre de 2011



°

Falleció Bandrés




Por correo electrónico nos han avisado del fallecimiento de Jose Mari Bandrés, el envío nos llega junto con este mensaje:

Dime quien te aplaude y te condecora y te diré quien eres y lo que fuiste...

Aquí la nota periodística adjunta, para que entiendan el párrafo anterior, lo de la Díez no tiene desperdicio:

Fallece Juan María Bandrés, líder de Euskadiko Ezkerra

Juan María Bandrés, nacido en San Sebastián en febrero de 1932, fue fundador y único presidente de Euskadiko Ezkerra, diputado, senador, parlamentario vasco y eurodiputado, además de miembro del Consejo General Vasco, el gobierno preautonómico.

Abogado de miembros de Eta durante la dictadura franquista, fue uno de los letrados defensores en el Proceso de Burgos, en 1982 fue el encargado de negociar con el Gobierno de la UCD la disolución de Eta político-militar, lo que le valió ser amenazado por ETA militar.

Su trayectoria en la defensa de los derechos humanos le valió numerosos reconocimientos, como el premio Olof Palme, la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort o la Gran Cruz de la Solidaridad.

Bandrés, que se dio de baja del PSE-EE en 1994, dos años después de conducir a Euskadiko Ezkerra a la integración con el PSE, sufrió un derrame cerebral en octubre de 1997, por el que fue intervenido en Madrid y tuvo una larga estancia en el hospital guipuzcoano especializado en daño cerebral Aita Menni.

Este mismo viernes, el Consejo de Ministros ha concedido la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica al líder de Euskadiko Ezquerra (EE) "por su legado como legislador y representante político de los vascos", que merece el reconocimiento de toda la sociedad.

Líderes políticos de diversos partidos han dado sus condolencias a la familia. Algunos de estos mensajes son, por ejemplo, el del lehendakari Patxi López que ha dejado escrito en Twitter: "Ha muerto Bandrés. Un luchador por la libertad que por desgracia no ha podido disfrutar este nuevo tiempo en Euskadi por el que tanto peleó", ha escrito el lehendakari. También Rubalcaba manifestó a los periodistas en la isla de El Hierro que Bandrés fue una persona importantísima en la transición democrática y consideró que hay una cierta contradicción en que su muerte se haya producido días después de que Eta anunciara que deja las armas.

Por su parte, Mariano Rajoy ha destacado en un telegrama enviado a Olivia Bandrés, hija del fallecido, su papel en la historia reciente de la política española y su defensa de los derechos humanos. "En el nombre del Partido Popular y en el mío propio quiero transmitirte mi más sincero pesar por el fallecimiento de tu padre", dice el líder de los populares en el mencionado telegrama.

La líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, también ha lamentado la muerte de Juan María Bandrés, una persona "extraordinaria" que "aportó mucho a la política en España en un momento complicado y delicado". "Era un gran político, lo reconoce cualquiera", ha subrayado Díez en declaraciones a Efe-Tv, en las que también ha destacado la capacidad de Bandrés para "escuchar", así como su carácter conciliador.


En alguna ocasión algun pasota trasnochado llegó a decir que consideraba a Bandrés el estadista vasco más preclaro de los últimos cincuenta años, al pasota se le daba bien cocinar, que bueno que por lo menos se le daba esa gracia.



°

Entonces y Ahora




Les compartimos este texto publicado en Red Roja, nos parece interesante que como otros que ya hemos compartido el autor haga hincapie que este es un conflicto de siglos y que el mismo ha alcanzado cotas de exterminio por parte de los españoles en contra de los habitantes de Nabarra que bien pueden ser tipificados como genocidio y por qué no, etnocidio:

....harmak kenduko dizkidate
eta eskuarekin defendituko dut
nire aitaren etxea
eskuak ébakiko dizkidate
eta besoarekin defendituk dut
nire aitaren etxea                        (G.Aresti)


Decididamente parece que Euskal Herria ha empezado a ganar. No lo digo yo, es la reacción de quienes “jauntxos” poderosos dominadores y violentos están teniendo ante un posible cambio de escenario.

Posiblemente desconocemos el rigor de los capítulos con que en nuestra infancia nos adoctrinaban vacunándonos contra “la leyenda negra” de la anti-España. Pero por triste suerte, en Euskal Herria conocemos en nuestra piel los años vividos.

Escucho otra vez la vieja cantinela de “vencedores y vencidos”. Veo la arrogancia de quienes serviles siempre al gran poder, exigen pedir perdón y condenación. Es un discurso entre arrogante y victimista que en mi pueblo no se entiende.

Condenar es una decisión con voluntad ejecutiva contra un sujeto, que ejerce un mal incuestionable e insuperable en su actuación y que se supone, de acuerdo con una moral universal y única.

La condena presupone análisis de todas las causas, circunstancias y consecuencias tras la comprobación de todas las variables en ellas contenidas, es decir, supone infalibilidad, cosa de dioses.

Las legislaciones humanas, todas ellas nacidas de contenido histórico interpretado a través de la “ideología” (versión limitada de la realidad), concentran exclusivamente en el juez (triste profesión), la capacidad de juzgar y de condenar. Ello supondría en el juez, cosa que no ocurre en tiempos y espacios conocidos, su total independencia de la sociedad, la total sabiduría de la realidad analizada, y la total ecuanimidad del “buen juez”. Son valores totalmente cuestionados hoy por una absoluta mayoría de población universal, que pisa tierra y recuerda lo pasado. Juzgar y condenar supone vencedores y vencidos, dominantes y dominados.

La experiencia de nuestra área cultural ha recogido la negra historia de la Inquisición castellana, en nombre de un llamado cristianismo, que bajo el mando de la Corona de Castilla-Aragon desde 1478, ejécutó a miles de inocentes de los sectores populares más bajos, acudiendo a las más increibles disculpas. Aquellas terribles racias, la caza de cientos de brujas en Zugarramurdi, Endaia, Hondarribia, Durango, los tribunales especiales de Baiona , Calahorra y Logroño. Aquellos inquisidores como Pierre de L´Ancre y demás personajes del “eje del bien” que tantas vidas destrozaron, inocularon en la “genética social” la clasificación discriminatoria.

Y “había buenos porque había malos”. ¿Cómo no apuntarse a los buenos que casualmente coincidían en su “bondad” con la honrada limpieza de sangre y con bendiciones y prevendas progresivas?. Aquellos miserables manipuladores de moral ocultaban que el de Nazaret, era un maldito, que andaba con “malas gentes” y fue condenado y ejecutado como delincuente perdedor. Y todo ello había supuesto desde 1478, bajo la dominación de Isabel y Fernando, el modo de asimilación de los territorios vascos al alma castellana.

El pragmatismo anglosajón, facilitó la cuantificación kelviniana de toda acción humana y sus consecuencias, en resumen, “a cada cosa ...su precio”. La moral se iniciaría más tarde por la rampa del mercado. Toda actuación tendría un precio y en consecuencia, los de abajo de la raya , tendrán que elegir, como consecuencia de sus actos entre la pérdida de su alma (la identidad), con la “honrada sumisión” o la pérdida de su honor y demás atributos sociales, políticos y económicos, con la maldición de la condena.

En resumen, la vieja dominación había supuesto la linea divisoria entre poderosos, arropados con sumisos desalmados, en el lado del “honor” y dominados rebeldes pero malditos. Desde los primeros tiempos, pobreza, rebeldía y deshonor, iban en el mismo carro, al otro lado y dirección del camino del poder, la riqueza y la honra, fetiches de las primeras formas de dominación.

Desde 1844 (Manuscritos de Paris) hasta 1859 (tomo I del Capital) conocemos el proceso de la sociedad moderna nacida al servicio del mercado. El trabajador que vende en el mercado de trabajo, no solo parte de su vida, sino su proyecto vital (identidad) en el proceso de producción a cambio de un salario, convitiéndose en objeto paciente de la riqueza y formación social (pensamiento incluido) creada por su propio trabajo.

Todo ello deriba en el encadenamiento a una vida y valores que suponen la nueva ”identidad impuesta”.

Alienación o identidad, sumisión o rebeldía, buenos o malos, honorables o condenados. Es la historia de la humanidad, la de los condenados de la tierra, la idea que inicia en 1848 el Manifiesto Comunista.

Y de aquellos polvos estos lodos. Además de la bestial crisis económica consustancial con el sistema, además de las consecuencias políticas en un mundo sistemáticamente inmerso en la guerra latente, además de las trájicas consecuencias del masivo deterioro de los ecosistemas por el salvaje crecimiento, nos encontramos a estas alturas de la historia con un ejército mundial de sumisos productores que cambian su alma vendida en el trabajo por la barata realidad adormecedora que vende un mundo ajeno que ordena a su medida el objeto humano. Más duro que la marginación de la riqueza y el poder, más duro que la pérdida de la existencia es la pérdida de la razón de existir.

Hoy en Euskal Herria, desde los poderes negros y sus voceros, se está pretendiendo reconducir el creciente torrente de rebelde libertad para asimilarlo por las estrechas cañerías de la “formal democracia”a la corrupción del estado y sistema .

Medio millar de asesinados vascos, más de 3000 heridos en manifestaciones, los más de 50.000 presos vascos en el último medio siglo, los cientos de torturados, las campañas de demonización, manipulación y persecución contra nuestro pueblo… ¿Merecen el olvido?. Más aún, ¿merecen la condena histórica? El pueblo trabajador vasco no puede renunciar al componente histórico de su identidad.

Vivimos un ataque salvaje (del sistema) en todos los frentes. No hay piedad alguna. Y muy posiblemente, estamos asistiendo al golpe más definitivo que haya tenido la identidad humana en la historia. Posiblemente estamos llegando a un punto sin retorno. ¿Se les puede parar los pies?

En este mundo que algunos optimistas llaman aldea global, los centros de decisión del poder son algo inalcanzable. Los Zapatero, Sarzkozy, Merkel, Obama….le llaman mercado y obedecen ciegamente. Lopez, Urkullu y alguno más, obedecen a los que le obedecen y ….. son “demócratas” y algunos hasta “soberanistas”.

Empezamos unilateralmente. Cada dia somos más los que hemos decidido romper la cadena de la sumisión, de poderes, estados, patronos y leyes. No vamos a obedecer.

No vamos a comernos el mundo nosotros solos. Pero nos sentimos una chispa entre las muchas chispas que acaben en gran incendio. La vieja Euskal Herria siempre ha sido una chispa de rebeldía y libertad.

No vamos a renunciar a las raíces de quienes nos precedieron en todas las luchas libertarias de la historia. No vamos a renunciar a las luchas de nuestro pueblo por la independencia integral.

La lucha viene de largo. Y tras más de medio siglo en que nuestro pueblo ha iniciado su autodeterminación definitiva, nos acercamos a momentos críticos para iniciar pasos definitivos.

La organización socialista revolucionaria Euskadi 'ta Askatasuna ha destrozado la falsa contradicción “violentos versus demócratas” con que la oculta maquinaria del estado española y los eternos poderes negros, pretenden y hasta consiguen tapar, las verdaderas contradicciones de la dominación en todas sus formas.

Hoy vemos con más claridad el tronco y las ramas que las raíces de 52 años de lucha han dado la luz de nuestro pueblo. Y aunque silenciosamente el Pueblo trabajador ya ha empezado a agradecer a quienes le hicieron ser.

Quienes han luchado han sido parte, una parte duramente sacrificada que sabe y ha sabido respetar el dolor y sacrificio de los otros. Y nunca admitirán ninguna dominación. Quien no ha condenado no tiene que perdonar ni pedir perdón.

En nuestro lado no hay jueces, ni dioses. Hay mujeres y hombres que con aciertos y desaciertos, resistieron generosamente; luchadores por la libertad, por todas las libertades, que queremos para todosy todas. Cada quien tuvo sus motivaciones para arrancar. Y generosamente nos abrieron un paso a la libertad que muy pronto nos parecerá natural.

Hemos empezado a escuchar en el otro lado las quejas limosneras de quienes, posiblemente, pronto añorarán años pasados que quisieran recrear. Hasta hace bien poco todavía, sentiamos su arrogancia de jauntxos, de vencedores. Ellos se sentían buenos porque nosotros éramos malos. Ellos tenían que mandar para que los demás fuéramos sumisos. Nosotros éramos violentos, incultos, pobres y malos. Ellos eran rícamente “demócratas”.

Después de tantos años de resistencia, de una generación heróica que luchó en solitario, Euskal Herria ha empezado a ganar.

Nunca renunciaremos a las raíces que nos hicieron ser.



°