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domingo, 19 de noviembre de 2023

Egaña | Colapso Ético y Frivolidad

Nuestro amigo Iñaki Egaña como las ve las canta.

Ejemplo de ello es este magnífico texto que nos ha compartido en su cuenta de Facebook:


Colapso ético y frivolidad

Iñaki Egaña

Estamos asistiendo, en medio de la globalización, a un genocidio con imágenes diarias, mientras que, en la otra parte del mundo, la frivolización de la existencia, carga las redes de figurines prestos a mostrar sus extravagancias para lograr visibilización en este planeta que hace ya tiempo se colma con una especie invasora, la humana. El minuto de gloria se ha convertido en una carrera hacia la nada y, aparentemente, se ha trasformado en la razón de la vida.

La muerte infantil, el freno al brote de una nueva generación en Palestina, no cotiza en las bolsas, repletas de beneficios gracias a los bancos y a las industrias armamentísticas. Para convertirse en un flash informativo, como aquel infante sirio llamado Alan que, a los tres años apareció ahogado en una playa griega. Es necesario que un fotógrafo de una agencia internacional recoja la instantánea, quizás la cámara de un teléfono móvil para luego colgarlo en Instagram. El resto, el olvido eterno, la conversión en una cifra a lo mejor recogida por Save the Children o Unicef.

Simultáneamente, los medios occidentales seguirán con su teatro de vanidades, exponiendo el peinado de Ronaldo o de Shakira, el desfile de la pasarela de la moda primavera 2024, la solemnidad del cumpleaños de una tipa de sangre azul conocida como Leonor. Incluso en Tel Aviv, Moscú o Kiev, las futilidades inundan las redes, con una naturalidad absorbente. No se suspenden las ligas de futbol o de baloncesto en los países en guerra, siempre y cuando el escenario sea más importante que el del campo de batalla. El glamour y los acuerdos con las firmas anunciantes. En cambio, se anulan cuando el agredido apenas tiene para comprar unas zapatillas para brincar. La tendencia marcada por los algoritmos de las redes, superan a la ética que, dicen, debería guiar nuestros pasos.

La ciudadana alemana que ha fallecido entre miles del “otro lado” -pronto serán decenas de miles-, ha acaparado informativos y ya sabemos en qué colegio estudió y cuáles fueron sus primeras inquietudes. Tuvo la suerte de tener la tez blanquecina y el honor de nacer en un territorio que, un siglo antes, había espoliado a los de semblante negro para vivir hoy como soñaban el paraíso los parias de la tierra. Como respondían los micmac a los arrantzales de Terranova: “apaizak baino hobeto”.
Primo Levi nos avisó si podríamos hablar del término “humanidad” después de Auschwitz. Y ese fue precisamente, con toda la humildad del mundo ante otro genocidio como aquel de la Soah, nuestro problema. El embarazo de los blancos occidentales. Blancos contra blancos atiborran Hollywood y saturan bibliotecas. El resto de genocidios no tiene importancia. Guadalcanal, Waterloo, Cruzadas, Pavía, Trafalgar… son los iconos de nuestra civilización occidental. ¿Y el resto?

¿Recuerdan los europeos a la isla de Gorée, en las cercanías de Dakar, la actual capital de Senegal? Millones de esclavos partieron de esta isla hacia América ¿El genocidio de Washington en Filipinas, el magnicidio de José Rizal inducido por Madrid en la isla? Al comienzo del siglo XX, Alemania fue el verdugo de los pueblos herero y namaqua, en la actual Namibia. Más del 60% de la población de ambas comunidades namibias murió a consecuencia de la violencia alemana. ¿A quién importa que la familia de Guillermo, el káiser alemán de entonces, se emparentara con la borbónica España? ¿A Leonor? No, por favor, el foco en el vestido de la infanta. Los esclavos de Gorée, los bandidos de Luzón, los prietos de Namibia, son anécdotas, escoria en la evolución. Primo Levi se equivocó. La humanidad se desconectó mucho antes que Auschwitz.

Filósofos, psicólogos, sociólogos, politólogos, tertulianos, concentran el interés de nuestra sociedad planetaria en términos eurocéntricos, con otros medios, ecos y receptores renovados, pero, en realidad, los mismos que justificaron la obediencia a una ley divina, la civilización del “salvaje”, el progreso y la eliminación del diferente. Hace bien poco, a cuenta de las críticas al proyecto del Culaniry Center en la zona de Manteo, en Donostia, un texto en el DV machacaba a Félix Soto, uno de los opositores al proyecto privado en suelo público, con una frase sintomática: “Si fuera por él, los bueyes seguirían andando por las calles de Donostia, y tendríamos antorchas en lugar de tendido eléctrico”. Crear estereotipos para descalificar al diferente, tal y como hicieron los vándalos europeos para validar el progreso de una civilización superior.

Desde el Holocausto, Hiroshima y Nagasaki, Europa creó un relato de la ética, superando el histórico de los griegos o los más recientes de Kant y Spinoza. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la mujer, de la infancia, como si todos los habitantes del planeta fuéramos titulares de los mismos. El último embate sobre Gaza informa que fue palabrería, o en todo caso, aplicable únicamente a un reducido grupo, con permiso de Primo Levi, de la humanidad. Aquel “principio de responsabilidad” que recorrió nuestros centros de deliberación durante las décadas anteriores era, también, papel mojado.

Hoy, revueltos con la física cuántica que pone patas arriba la teoría de Einstein, y acogotados por los resultados aún incipientes de la Inteligencia Artificial, hemos inventado un nuevo término al que llamamos “Modernidad reflexiva” que plantea un vínculo con los tiempos históricos. Nuevamente un debate estéril, llamado a calmar algunas conciencias que prefieren lavar la hegemonía capitalista presente con expresiones como “perdón” o “disculpa”.

La ética antigua y moderna ha colapsado porque jamás tuvo recorrido planetario. Seguimos asistiendo a los tres principios que moldearon nuestra sociedad europea: expolio económico, racismo y vanidad. Una vanidad política y social presente en Instagram o Tick-tock a nivel inferior, pero también en las justificaciones de Netanyahu o Biden. El concepto de la ética ha colapsado antes de colocarse en la parrilla de salida.

 

 

 

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jueves, 30 de diciembre de 2021

Los Derechos Humanos Según la UE

Antes de leer este reportaje por parte de Cubainformación hay que tener bien presente algo; cualquier país sujeto a las leyes dictadas por el capitalismo privilegiará la acumulación de capital en unos cuantos por sobre todas las cosas, todas. Eso incluye pisotear todos los derechos de los que supuestamente gozamos por el solo hecho de ser seres humanos.

Estamos hablando pues de que para poder tener acceso a derechos como servicios de salud, educación, vivienda digna, accesos a un medio ambiente saludable, oferta de productos artísticos y culturales de calidad así como un largo etcétera... necesitaríamos estar viviendo en un país que no este sujeto a la barbarie del capitalismo... y eso sería un país socialista.

Dicho lo anterior, les dejamos con este contenido periodístico que nos debe invitar a la reflexión:


¿Cuál era el país mejor preparado ante una pandemia?

José Manzaneda | Coordinador de Cubainformación

El Parlamento Europeo ha aprobado, en tres años, cuatro resoluciones contra el gobierno de Cuba por supuestas violaciones de los derechos humanos, acompañadas por el consiguiente bombardeo mediático.

Ni una sola contra el gobierno de Colombia donde, solo este año, se han producido 92 masacres y el asesinato de 168 líderes y lideresas sociales. Un reciente informe de Naciones Unidas denuncia 63 muertes y 60 casos de violencia sexual, la mayoría a manos de la fuerza pública, en las protestas de abril en Colombia. País donde “554.000 menores de cinco años padecen desnutrición crónica”. Pero es Cuba, libre de masacres, de violencia policial extrema y -según Unicef- única nación de América Latina sin desnutrición infantil severa, la señalada por el Parlamento Europeo.

Que tampoco ha condenado al gobierno saliente de Chile, cuya policía causó, en las protestas de 2019, 460 víctimas por trauma ocular. Hace unos días se suicidaba  una de ellas, el joven Patricio Pardo, que había perdido un ojo. Ahora imaginen la dimensión mediática de este suicidio si se tratara de un “disidente” de Cuba.

Más hechos de coherencia de la élite política europea. En noviembre, días después de celebrar el aniversario de la caída del Muro de Berlín, doce gobiernos pedían levantar un muro para parar la emigración, en la frontera de Polonia con Bielorrusia. En la Europa que nos aburre con sus lecciones de “libertad de prensa”, el satélite Eutelsat cancelaba, hace unos días, la señal del nuevo canal Russia Today (RT) en alemán, por orden del gobierno… alemán. Días antes, había sido eliminada de la plataforma YouTube. Y es que el espacio que ofrece este canal ruso a las voces alternativas al pensamiento único occidental se ha vuelto ya… demasiado peligroso.

Noticias de cubanas y cubanos en el “capitalismo que funciona”. A finales de noviembre, la cantante cubana Dayami Lozada era asesinada en Cancún (México) donde, según la prensa local, se registra una veintena de homicidios por semana. De haber ocurrido en Cuba, ¿de quién sería la culpa? Del socialismo, por supuesto. El ex beisbolero cubano Óscar Macías que, tras ser sancionado por las autoridades deportivas de la Isla en 2003, emigró en balsa a EEUU, hoy mendiga en las calles… ¿de La Habana? No, de Miami. El reguetonero cubano Chocolate MC que, en septiembre, sacó una canción insultando al presidente Miguel Díaz-Canel, hoy se encuentra en una prisión de Florida por violencia machista. Tan machista y denigrante como los videoclips de este representante de la “disidencia musical cubana” made in Miami. Por último, mencionar el caso de Rodel Aguilera-Mederos, camionero cubano condenado en EEUU ¡a 110 años de prisión! por un accidente causado tras un fallo técnico en su camión. Es el “estado de derecho” que –nos repiten- no existe…en Cuba.

En EEUU, con solo el 4 % de la población mundial, está el 40% de todas las armas en manos de civiles: 120 por cada cien habitantes. Resultado: hay 43.000 muertes al año por dicha causa. Y la Asociación Nacional del Rifle se encarga de financiar a quienes, desde el Congreso, defienden que todo siga igual. Entre ellos, legisladores “cubanoamericanos” como Marco Rubio, Carlos Curbelo y Mario Díaz Balart. Los mismos que impulsan el bloqueo y piden una intervención en Cuba. Para que, un día, en este país, pueda haber tantas muertes por armas de fuego como en EEUU.

Allí, en la ciudad de San Francisco, se ha declarado el estado de emergencia en el céntrico barrio de Tenderloin, tras el fallecimiento en lo que va de año de 600 personas por sobredosis de fentanilo, y por las elevadas cifras de asaltos y tiroteos. ¿Leemos que “el sistema no funciona”? Ahora, imaginen que se tratara de Holguín o La Habana…

Por cierto, según Google, en Cuba –un país del llamado Tercer Mundo y bajo bloqueo- hay una esperanza de vida mayor que en EEUU. Que también han sido superados por China donde, en 1960, se vivía, como promedio, 26 años menos que en EEUU.

En 2019, el “Índice de Seguridad de Salud Global”, elaborado por equipos expertos vinculados al Centro Johns Hopkins para la Seguridad de Salud y a The Economist, colocaba a EEUU como el país mejor preparado del mundo para enfrentar una pandemia. Hasta que llegó esa pandemia. Y en el “país mejor preparado” han fallecido ya 817 mil personas, casi cuatro veces más –en proporción- que en esa pequeña isla a la que los EEUU limitan el acceso a medicinas y suministros médicos. Y que hoy presenta la más baja tasa de letalidad por Covid-19 de toda América: Cuba. ¿Qué sistema era el que “no funciona”?


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viernes, 13 de noviembre de 2020

Egaña | Operación Jaula

Desde su muro en Facebook traemos a ustedes la aguda opinión vertida por Iñaki Egaña con respecto a las restricciones puestas en marcha por el régimen ante la segunda oleada de contagios por SARS CoV-2.

Disfruten:


Operación Jaula

Iñaki Egaña

El confinamiento perimetral, locución de nuevo cuño, no es un concepto reciente, sino que ya tiene décadas de recorrido. La pandemia, a la que las instituciones siguen enfrentando de forma casi bélica, debe de ser acorralada, como si se tratara de un enemigo acogido a las convenciones de Ginebra. Guardias civiles y mandos militares han desaparecido del escenario, pero el mando sigue activado desde la retaguardia.

Durante esta llamada segunda ola de la pandemia, me ha llamado la atención el uso expandido de una expresión que se nos hace familiar: “Operación jaula”. Una rápida mirada en los buscadores de internet ya nos avisa de que, en España, los conceptos no se renuevan y, a la postre, vocabulario, ideas, argumentos… continúan usándose con una supuesta lógica “antiterrorista”.

Para quienes vinieron al mundo recientemente, refrescarles que desde Gobernación e Interior la “operación jaula” fue tratada como una especie de cierre perimetral inmediato, por usar una terminología actual, de aquellas poblaciones en las que ETA había provocado un atentado. Controles en las carreteras de salida, estaciones de trenes y autobuses, aeropuertos. En general se aplicó en Madrid, en la creencia de que el comando etarra abandonaría la capital inmediatamente después de acometer su operativo. No dio resultados y, sin embargo, provocó la muerte de civiles ajenos en controles y asaltos policiales.

Hoy, los medios que han recuperado la expresión, aluden a una supuesta experiencia de los antiguos expertos antiterroristas en la aplicación de los nuevos confinamientos perimetrales. Como si el virus viajara en un coche con la matricula doblada, con sus armas letales en el doble fondo del capó del automóvil. Una antigualla dialéctica que escenifica lo lejos que estamos de acometer los cambios estructurales que está sufriendo nuestro planeta y sus moradores.

La Operación jaula es la singularidad española para bautizar a lo que a nivel planetario se ha designado con un nombre que pasará a la posteridad: The Great Lockdown. Que viene a ser algo así como el Gran Confinamiento, término acuñado al parecer por Gita Gopinath, la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ya tuvimos cita para el crac financiero de 1929 (Gran Depresión) y la crisis financiera de 2008 (Gran Recesión). Ahora el Gran Confinamiento que, probablemente, se convertirá en la mayor crisis económica y humanitaria del mundo moderno.

La pandemia planetaria es una novedad en la historia de la humanidad en los últimos cien años, desde la expansión de la gripe española (1918) que mató entre cincuenta y cien millones de personas, entre el 3% y el 6% de la humanidad, sumida entonces en los estertores de la Primera Guerra mundial. La actual va camino de provocar una hecatombe económica y social que agrandará los tres grandes retos a los que se asoma nuestra especie: el cambio climático, las migraciones y la transformación digital.

Este Gran Confinamiento nos ha aportado resoluciones inéditas que nuestra memoria cercana ya ha arrinconado. En junio de este año, Naciones Unidas (con el apoyo de 172 estados) pidió un Alto el Fuego Global para los conflictos bélicos abiertos. Casi unanimidad. Sin embargo, decenas de miles de personas han muerto desde entonces en bombardeos o como consecuencia de enfermedades o hambrunas derivadas de la guerra. El postureo sigue siendo una de las actividades habituales de la clase política mundial.

El Gran Confinamiento ha afectado a 1.500 millones de estudiantes en el planeta. Muchos de ellos no han vuelto a sus clases, según UNICEF. Serán víctimas de violencia doméstica, sufrirán embarazos precoces y causarán millones de matrimonios infantiles adicionales. La pandemia ha agrandado las hambrunas, el paro se multiplicará exponencialmente y casi cien millones de personas más caerán en la pobreza extrema.

Las relaciones sociales se han deteriorado, elevando la digitalización y la despersonalización a la categoría suprema. La violencia de genero se ha disparado, las violaciones de menores han superado records, y hace unos días nos reportaban que las muertes por Sida, malaria o tuberculosis, por la derivación de medios para atajar la covid, se han disparado.

Los macro datos sobre el desplome económico asustan. Las remesas migratorias de los países del llamado Tercer Mundo se desploman. El Gran Confinamiento de 2020 nos va a cambiar radicalmente el futuro. Un futuro que ya venía matizado por la Cuarta Revolución tecnológica y que, según relataba recientemente Santiago Niño Becerra, engullirá incluso a la democracia liberal. Los signos son copiosos.

Mientras tanto, el despiste de nuestras instituciones es de la misma magnitud que el caos que se avecina. Como si la pandemia fuera un hecho temporal y controlado, como si la transformación planetaria fuera coyuntural, nuestros dirigentes siguen improvisando. Y lo que es peor, frivolizando como aquel Patxi López viajando en un tren cuando ETA anunciaba su fin, como cuando Urkullu se dio el apretón de manos en Kobaron con su colega cántabro para anunciar que la “guerra contra el virus” había concluido.

Somos una única especie planetaria, desplegada de una pequeña comunidad africana hace ya varias decenas de miles de años. Y como tal, deberíamos afrontar el reto unidos. Dando valor a lo que necesitamos: reforzar la sanidad, la asistencia social, el apoyo a los necesitados, la acogida y valorización de nuestros mayores, la hospitalidad con los huidos.

Es cierto que la economía es importante, pero no es menos cierto que los negocios especulativos, los pelotazos urbanísticos están de sobra en una sociedad pretendidamente igualitaria. Y es notorio, muy notorio, que, a pesar de la tragedia, el guion neoliberal sigue su carrera como si nada sucediera. Nos están convirtiendo en puntos suspensivos algoritmizados, mientras ellos siguen erre que erre a lo suyo, desviar dinero público hacia las corporaciones privadas. Mientras, nosotros, confinados en esa gigantesca operación jaula.

 

 

 

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jueves, 16 de abril de 2020

Niños y Coronavirus

Euskal Herria en su parte peninsular está sujeta a los dictámenes de Madrid en lo que se refiere a las medidas destinadas a contener el contagio del SARS CoV-2.

Muchas han sido las voces que se han alzado en favor de una estrategia más flexible en lo que se refiere al confinamiento y los niños.

Aquí lo que Naiz ha publicado acerca del tema:


El Ejecutivo español ha encargado este martes a un grupo de expertos un informe sobre las consecuencias del confinamiento en los niños y niñas, a efectos de permitir su salida de casa controlada y durante tiempo limitado. En Italia, cuya senda sigue Madrid con un retraso de entre una y dos semanas, se determinó hace quince días.

Hernani es una de las localidades vascas que se están distinguiendo en la demanda creciente de que el confinamiento se relaje en la medida de lo posible para los niños y niñas, que suman ya 30 días sin salir de casa, salvo los contados casos en que acompañan a la madre o el padre a hacer la compra. Estos días en los balcones hernaniarras han aparecido carteles con lemas como ‘Haurrak SOS’, ‘Umeak eutsi gogor’ o ‘Gu ere kontuan hartu’.

El Gobierno español había aplazado este debate ante la gravedad de los datos de contagios, ingresos y fallecimientos, pero esta semana por primera vez reconoce tenerlo sobre la mesa. Ha encargado un informe a expertos en pediatría, que están alertando de afecciones diversas desde estrés a obesidad, con el objetivo de delimitar cuándo y cómo proceder a permitirles las salidas. Se apunta a que puede flexibilizarse el domingo 26, cuando concluye la actual fase del estado de alarma que sin duda será prorrogado, pero tampoco se descarta que pueda ocurrir antes.

Las filtraciones dejan claro que la apertura sería muy condicionada en varios aspectos: los menores podrían salir solo acompañados por un progenitor, no por los dos; para dar un paseo alrededor de su casa, en un radio quizás no máximo a un kilómetro, en ningún caso para jugar en grupo; y durante un tiempo corto, no más de una hora. Es lo que se hace ya en Ipar Euskal Herria, por ejemplo, y en países como Alemania.

Todos estos detalles están a debate, en cualquier caso. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid ha indicado por la mañana que trasladaría hoy al Gobierno de PSOE-UP esta propuesta de un acompañante-un kilómetro-una hora para todos los menores de 14 años, pero la presidenta autonómica lo ha aparcado luego por el momento. El Gobierno de Lakua también ha dado a entender que es favorable a corregir esta situación.

Tampoco hay certeza de que esas salidas no fueran revertidas en un futuro si los datos de evolución de la epidemia así lo determinan. El temor de los epidemiólogos estriba en que los pequeños no enferman por el virus salvo en casos muy concretos, pero sí son portadores del mismo. Ese es el motivo médico de que sigan confinados, al contrario que ocurre con las mascotas, aunque ello haya sido criticado socialmente desde prismas diferentes como el de los derechos. La OMS ha recomendado este miércoles que cualquier paso en la desescalada, como sería esta, se adopte para un plazo máximo de dos semanas, a fin de revertirlo si se mostrara que es perjudicial.

Con todo, en esta fase hay también un motivo epidemiológico que juega en este caso a favor de las salidas de menores. Tras haberse contenido los contagios en la calle (bajando a cotas diarias del 2-3% cuando a mitades de marzo llegaron a ser del 30%), los expertos estiman que en este momento la mayor fuente de infecciones está siendo el propio hogar, al menos hasta la reanudación de la actividad no esencial este martes. Y en ese hogar los niños y niñas están expuestos al máximo.

Más lento que Italia

El Gobierno español está siguiendo básicamente la senda del italiano en lo que respecta al confinamiento, pero en este ámbito va un poco más rezagado. Así, Roma decretó el parón industrial el 22 de mayo y Madrid lo hizo una semana después, pero en el caso de las salidas controladas de los niños Italia relajó el veto el 1 de abril, hace ya quince días, mientras Sánchez todavía no ha dado ese paso.

Mientras diferentes asociaciones presionan para que se adopte esta medida y en cada hogar se capea la situación como se puede, Unicef ha lanzado un mensaje ponderado, que reclama comprensión a todas las partes: «Vivimos momentos muy complicados, en los que se han puesto en marcha medidas muy duras cuyo objetivo es frenar el número de contagios. Por ello hacemos un llamamiento a la calma y la responsabilidad de las familias. Entendemos las necesidades concretas de la infancia y así se lo hemos trasladado al Gobierno, pero hemos de tener en cuenta que las autoridades sanitarias toman las medidas que consideran más beneficiosas para todos, también los niños«, ha afirmado la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Unicer en el Estado español, Carmen Molina, en declaraciones a Europa Press.






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martes, 29 de octubre de 2019

Evo Morales y Otras Perlas

América Latina se encuentra convulsionada.

Hemos vivido intentos de golpe de estado en Nicaragua y en Venezuela mientras que amplios sectores de la sociedad se han manifestado fuertemente en contra del neoliberalismo tanto en Ecuador como en Haití y Chile. En México, el gobierno actual tuvo que tomar una decisión drástica hace unos días cuando los grupos de poder defenestrados un año atrás tendieron una trampa en la ciudad de Culiacán que pudo ser mortífera.

Y también hemos sido testigos del repunte de la izquierda partidista tanto en Bolivia como en Argentina. 

Establecido lo anterior, procedemos a presentarles este artículo de Cubainformación:


José Manzaneda | Coordinador de Cubainformación | Edición: Esther Jávega. Presentación: Lázaro Oramas.

La prensa española justifica y aplaude la sentencia de 13 años de prisión al vicepresidente de Cataluña, por haber convocado una consulta popular democrática y pacífica. Como justifica y aplaude que el gobierno español proteja al prófugo venezolano Leopoldo López, también condenado a 13 años, pero en su caso por instigar una ola de violencia que provocó 43 muertes en su país.

La prensa que jalea los cien años de cárcel por “sedición” a doce personas que pusieron urnas en Cataluña, exige respeto a los “derechos humanos”, por ejemplo, en Cuba. Porque allí es donde –nos aseguran- es perseguida la “disidencia”. Por curiosidad: que esta “disidencia cubana” reciba 20 millones de dólares, cada año, de la Casa Blanca; que apoye el bloqueo económico a su país; y que no respete la Constitución votada por el 87 % de la población, ¿sería considerado en España un delito de “sedición”?

“Niños indígenas colombianos buscan comida en un vertedero”, leíamos en el diario La Vanguardia. Publicada en la sección de “Sucesos”, la noticia se presentaba como algo extraordinario, poco común. Y no: responde a un problema estructural de Colombia, donde hay 560.000 menores de cinco años que padecen desnutrición crónica. Un problema inexistente –según Unicef- en Cuba, país del que –sin embargo- no dejan de aparecer reportajes sobre sus problemas económicos.

En el último mes ha habido levantamientos populares contra el neoliberalismo en Chile, Ecuador y Haití, con decenas de muertes por la intervención policial y militar. Pero ¿apuntan los medios a la “represión del régimen”, como nos repiten, hasta la saciedad, cuando ocurre algo en Venezuela? No, los culpables son otros: para la agencia EFE, por ejemplo, han sido las “violentas manifestaciones” las que “se han cobrado” numerosas “vidas y han sembrado de terror las calles” de Chile. “El ejército ha salido a las calles de Chile para intentar devolver el orden tras las protestas y actos vandálicos”, justificaba Antena 3.

El informativo de Televisión Española abría una noticia sobre Ecuador: ¿con la cifra de muertes, con las detenciones de líderes opositores? No: con el daño al turismo. “En la capital (Quito) ya se notan las consecuencias de los violentos disturbios. (…) La economía y el turismo de la ciudad se han visto perjudicados”, decían.

Son los mismos medios que convierten una victoria electoral sin paliativos, por más de 10 puntos, la de Evo Morales en Bolivia, en un “pucherazo” o “fraude”. Sin la menor prueba. La única: las “sospechas” del gobierno de EEUU y de la OEA.

La muerte de un bebé en Cuba fue noticia en decenas de medios, que aseguraron, sin ningún dato contrastado, que se debió al “uso de una vacuna vencida”. El diario español ABC titulaba “Otra menor fallece por negligencia” médica en Cuba, tratando de engañar a sus lectores al dar a entender que fueron varios –y no uno- los fallecimientos. Cada año, en EEUU, 250.000 personas mueren por errores médicos, no menos de 25.000 en el Estado español. Que generan… ¿cuántas noticias?

Son ataques que no son casuales. Existe una estrategia de desprestigio del sistema de salud de Cuba por parte del gobierno de EEUU, con la colaboración –consciente o inconsciente- de la prensa corporativa. Para desacreditar, por ejemplo, la cooperación sanitaria cubana, presente hoy en 65 países con casi 30 mil profesionales. Mientras, los premios y reconocimientos al ejemplo de la solidaridad sanitaria de Cuba -desde gobiernos y sociedades médicas, hasta la propia Organización Mundial de la Salud - solo los leeremos… en la prensa cubana.

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lunes, 9 de septiembre de 2019

Dictaduras Fracasadas

Cubainformación trae a nosotros un recuento de las inconsistencias informativas de que son víctima tanto Cuba como Venezuela en los medios de comunicación occidentales:


José Manzaneda | Coordinador de Cubainformación

El periodista Manuel Durán ha pasado un año y 100 días en una prisión. Pero como no ha sido en Cuba, sino en EEUU, donde fue arrestado mientras cubría una protesta contra la detención de inmigrantes, solo lo leemos en la prensa alternativa.

Hay decenas de notas sobre las penurias y la escasez de alimentos en Cuba, que apuntan a que, allí, el modelo económico, “no funciona”. Pero los escasos medios que hablan de la desnutrición en Honduras –que afecta al 77% de niños y niñas, según Unicef- no hacen la menor crítica a su modelo de libre mercado, supuesta solución a los problemas de Cuba. País –por cierto- con desnutrición infantil cero.

En Washington, una “pareja de ancianos se suicida por no poder pagar sus gastos médicos”. No es una simple noticia de sucesos. Es la realidad de un país donde, cada año, 530.000 familias se declaran en bancarrota por las facturas médicas. Un drama –por cierto- imposible de ubicar en Cuba, cuyo sistema universal de salud ha sido catalogado por la Organización Mundial de la Salud, en varias ocasiones, como “un ejemplo mundial a seguir”.

Nos dice “El País” que el actual “jefe del Ejército de Colombia dirigió una brigada acusada de matar a civiles”. Que estaría implicado en al menos 283 ejecuciones extrajudiciales, realizadas durante la presidencia de Álvaro Uribe, quien sigue siendo el jefe político del actual presidente Iván Duque. No leemos, sin embargo, condena alguna al gobierno, al “régimen” colombiano. Pero ¿verdad que cambiaría la “intensidad informativa” del caso de ocurrir en Venezuela?

En julio, más de 150 migrantes morían en Libia, en “el naufragio más mortífero” del año en el Mediterráneo, según “El Mundo”. Este diario atacaba a los “señores de la guerra”, por maltratar a los migrantes e internarlos en centros infrahumanos. Qué curioso. Porque “El Mundo” fue uno de tantos órganos de la propaganda contra Gaddafi de estos “señores de la guerra”, que convirtieron el país con mayor desarrollo social de África en un estado casi… medieval.

Colombia produce el 70% de la cocaína mundial, siendo EEUU el mayor consumidor. Pero la prensa corporativa nos asegura que el narcoestado es… Venezuela. En junio era detenido en Sevilla, con 39 kilos de cocaína, un militar de la comitiva del presidente brasileño Jair Bolsonaro. Fue apenas noticia de un día. Pero ¿se imaginan que el militar hubiera sido venezolano?

Porque Venezuela sigue siendo tema informativo diario. Una dictadura, nos dicen. Un tanto extraña, porque, en 20 años, el chavismo ha convocado 25 procesos electorales: 6 presidenciales, 4 parlamentarios, 5 regionales, 5 municipales, 2 constituyentes y 3 referendos.

Un país en “crisis humanitaria”, nos aseguran. Curioso, porque Naciones Unidas-Hábitat ha reconocido a Caracas como líder en el "derecho a la vivienda" para su ciudadanía, tras haber construido, en ocho años, 2.800.000 viviendas sociales. Una noticia que no leeremos en ningún medio corporativo. ¿Por qué será?


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martes, 20 de agosto de 2019

Sionismo Infanticida

Es un hecho que lo que Israel está haciendo en Palestina debe ser calificado como genocidio. Quien quiera negarlo o es tonto o es cómplice.

Este artículo publicado en el portal de Palestina Soberana aborda una realidad demoledora: Tel Aviv se ceba en la infancia palestina.

Lean ustedes:


Pablo Jofré Leal | Rebelión

En las últimas semanas, hemos sido testigos de un sionismo cebado en sangre, gozando de una impunidad que le permite seguir con su crónica conducta de asesinar palestinos y que estos días ha significado nuevos ataques contra la Franja de Gaza.

Una conducta de crímenes donde a la par de la demolición de cientos de viviendas de familias palestinas, suman la construcción de más y más asentamientos en Cisjordania en clara violación del cuarto convenio de Ginebra y por ende cometiendo crímenes de guerra. A lo que debemos adicionar acciones de agresión a países vecinos como es el bombardear Siria, sin que se apliquen sanciones a este proceder criminal.

Israel, como aquella fiera que probó la sangre humana, ha devenido en una entidad, que para mantener el actual régimen cívico-militar necesita masacrar al pueblo palestino como alimento vital y sostener así un poder anclado en una ideología definida por la Resolución N.º 3379 del año 1975 por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas “como una forma de racismo y discriminación racial”.

El sionismo es, por tanto, una creación abominable, una violación de los derechos del pueblo palestino y de todas aquellas convenciones y acuerdos internacionales firmados para la protección de los derechos humanos. El sionismo es la perversión hecha ideología, es el delirio exterminador que acompaña la vida de políticos, militares y parte importante de la sociedad israelí, que visualiza al árabe en general y al palestino en particular como un no humano, un Goyim – un no judío – y por tanto sujeto al arbitrio y a la violación de sus derechos más elementales. Un sionismo que se ha ensañado, sobre todo, contra los niños y niñas de palestina, haciendo realidad los deseos de exterminio que animan a la dirigencia israelí. Un régimen infanticida.

El viernes 26 de julio del año 2019, mediante un Informe presentado por el secretario general de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, ante el consejo de seguridad de este organismo internacional, se denunció a Israel y a la Casa al Saud como los regímenes más importantes en materia de la comisión de crímenes contra menores de edad en el mundo. “La ONU apunta el dedo acusador al régimen de Israel y la coalición liderada por Arabia Saudí por considerarlos como los principales infanticidas del mundo”.

La Monarquía Wahabita fue colocada, por tercer año consecutivo, como el régimen infanticida por excelencia, como responsable de la muerte y heridas – solo en el año 2018 – de 789 niños y niñas. Frente al documento elaborado por Virginia Gamba, la Relatora Especial de la ONU Para Niños y Conflictos Armados, Guterres afirmó que “Condeno el número cada vez mayor de víctimas infantiles, que a menudo son el resultado de los ataques aéreos a las regiones densamente pobladas y contra objetos civiles, incluidos escuelas y hospitales”.

Lo indignante es que a pesar de que el organismo internacional situó a Arabia saudí y sus aliados de la coalición que agrede a Yemen desde marzo del año 2015, en la lista negra de los regímenes criminales e infanticidas, en dicha lista no se incorporó al régimen israelí, en una clara muestra de las presiones que ejerce sobre el organismo, tanto Washington, con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, como también los lobbies sionistas en Estados unidos, Francia y Gran Bretaña.

Si bien la entidad sionista no aparece en la lista negra de los regímenes infanticidas, el propio Guterres se encargó de dar a conocer que Israel es culpable del asesinato de 59 niños y niñas palestinos y las heridas a 2.756 menores durante el año 2018. Las autoridades de la ONU, encabezadas por el portugués instaron a Israel a “activar de inmediato medidas preventivas y de protección, para poner fin al “uso excesivo de las fuerzas” contra los menores palestinos. Por su parte, un documento publicado el mes de abril por la Sociedad de Presos Palestinos (SPP) reveló que Israel ha arrestado desde el año 2015 a más de 6000 niños palestinos, la mayoría de ellos ha sufrido abusos físicos y psicológicos en las cárceles israelíes.

Hamas ha criticado a la ONU por no incluir a Israel en este listado de países criminales, en esta lista negra de regímenes infanticidas. En un comunicado publicado a pocas horas del informe del organismo internacional, Hazem Qasem, un portavoz de Hamas, denunció la inacción de la ONU ante los crímenes de Israel contra los niños palestinos, a pesar de haberlo calificado como uno de los “mayores infanticidas del mundo”. Dicha conducta, para Hamas responde a las presiones de Estados Unidos y su aliado israelí, lo que, a juicio de Qasem, anima aún más al régimen de ocupación a violar los derechos de los palestinos, en particular de los niños.

Para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) la postura de la ONU de excluir a Israel de su lista sobre países y grupos infanticidas, por cuarto año consecutivo es inaceptable. “Este fracaso es inexcusable, dado el pésimo historial de Israel en materia de derechos humanos y sus abusos documentados contra los niños palestinos, incluida la detención arbitraria de cientos de menores cada año, el uso de torturas contra ellos y otras violaciones graves», denunció en un comunicado la integrante del Comité Ejecutivo de la OLP, Hanan Ashrawi. Para la dirigente palestina, el silencio de la comunidad internacional ante las atrocidades cometidas contra Palestina anima al régimen israelí “a seguir cometiendo con bastante impunidad crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional y de derechos humanos”.

A pesar de que los informes, la constatación en terreno, las denuncias que se acumulan por miles, las propias declaraciones de la dirigencia del régimen cívico-militar israelí comprueban la política de crímenes contra la población palestina y en especial contra la niñez, nada se ha hecho por obligar al sionismo a cesar sus crímenes. No hay sanciones, bloqueos, no hay creación de zonas de exclusión aérea que obliguen a cesar los bombardeos contra la población palestina. No hay aplicación de la carta de las naciones Unidas en su capítulo VI que permita, vista la política genocida de Israel, pasar a ocupar el capítulo VII de la mencionada carta. Convertida hoy, en un documento a aplicar para los enemigos de estados Unidos y sus aliados incondicionales y en un freno para castigar a regímenes como el israelí.

Ya en febrero de este año 2019 el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) reiteró lo que han sido llamados continuos para que Israel cese todo tipo de ataques y violencia ejercida contra la niñez palestina. En aquella ocasión, el Director regional de Unicef en Oriente Medio y Norte de África, Geert Cappelaere, denunció el asesinato, a manos de las fuerzas de ocupación sionistas de dos jóvenes palestinos en el marco de las Marchas del Retorno en la asediada Franja de Gaza.

Para Cappelare “Este es otro recordatorio de la violencia significativa que los niños continúan soportando en el Estado de Palestina. Los niños son niños. Deben estar protegidos en todo momento. Los niños nunca deben ser un objetivo. Tampoco deben verse expuestos a ninguna forma de violencia, por ninguna parte” consignó al alto funcionario internacional en un comunicado difundido en las páginas oficiales del organismo. Cappelare denunció, además, que durante años, los niños en los territorios ocupados han sido blanco no solo de sufrimiento físico, sino también de emocional.

Paradigmático ha sido el caso del pequeño Muhammad Rabi Elayyan, un niño palestino de tan sólo 4 años, llevado a un interrogatorio a un interrogatorio por parte de las fuerzas ocupantes sionistas. En un claro y emotivo artículo referido a este tema, Hossam Shaker, columnista de Middle East Monitor señaló que “Lo que le sucedió a este niño palestino expuso la realidad de la violencia física y psicológica que las autoridades de ocupación israelíes infligen a los niños palestinos, la mayoría de los cuales tiene lugar fuera de la vista. El arresto y tortura de niños palestinos por parte de Israel no es nada nuevo, a pesar de la propaganda israelí en sentido contrario. sicológicamente, el terror más severo infligido a los niños palestinos es presenciar algunas de estas horribles experiencias en Cisjordania y Jerusalén cuando los israelíes arrestan a personas de sus vecindarios”.

Para Hossam Shaker “Las experiencias más traumáticas son las que tienen lugar dentro de los hogares palestinos cuando las fuerzas de ocupación asaltan casi a diario durante el amanecer las aldeas y pueblos para secuestrar a las personas mientras duermen. Estas violentas campañas intimidan a toda la comunidad palestina e intentan sistemáticamente disuadir a cualquiera de desafiar la ocupación. Los corazones de docenas de niños palestinos tiemblan cada semana al presenciar el arresto de sus padres, el símbolo de su protección, sus hermanos mayores o incluso sus madres y hermanas”.

Ante la brutalidad protagonizada por las fuerzas ocupantes, militares y colonos extremistas se han presentado numerosas denuncias tanto por organismos defensores de derechos humanos, abogados y organismos que representan a la sociedad civil palestina víctima de esta política de exterminio a manos del sionismo. Incluso con presentaciones ante tribunales internacionales que suelen quedar en nada por la complicidad con que regímenes aliados de Israel como es el caso de estados unidos y gran Bretaña operan en el seno de los organismos internacionales y en las políticas bilaterales, utilizando el chantaje, las amenazas o simplemente retirándose de organismos como la UNICEF, el consejo de derechos Humanos de la ONU, la UNESCO e incluso no reconociendo el papel que cumple la Corte Penal Internacional, en clara comunión de intereses y protección de la entidad sionista.

Es hora de reconocer, por parte de los organismos internacionales y darlo a conocer urbi et orbe que Israel del “mayor régimen infanticida del mundo” y su nombre debe estar colocado en la lista negra de los países violadores de los derechos de los niños. No existe excusa para ello como tampoco el no llevar a juicio internacional a criminales de guerra, civiles y militares que llaman a exterminar al pueblo palestino, como es el caso de Ayelet Shaked, por ejemplo. Ex parlamentaria y ex Ministra de Justicia del cuarto gobierno de Benjamín Netanyahu quien combina su conducta criminal infanticida – incluso a aquellos que aún están en el vientre materno – con el afán de asesinar también a las madres palestinas acusándolas de engendrar a quienes atentan contra el ejército ocupante y los colonos sionistas en tierras palestinas.

Refiriéndose a las mujeres palestinas Shaked señaló: «Deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes». Discurso que muestra el delirio y perversión de los políticos sionistas, quienes siguen en ello los pasos del jefe de los graduados militares de la Yeshiva, el rabino Eliezer Kashtiel, quien habla de la superioridad del judío sobre el Goyim – el no judío – y la necesidad de convertir a los árabes en general y a los palestinos en particular en esclavos.

Palabras que el diario israelí Haaretz denunció como parte del adoctrinamiento de las fuerzas de ocupación sionista de Palestina “ Si la ocupación significa humillarte, atacarte, morderte y destruirte, es malo. Pero si la ocupación significa: Tengo éxito, ven a mí. Te invito a ser un socio para el éxito. Cierto, quiero tu ocupación y anexión, para que seas un socio con gran éxito. Entonces será mejor que seas mi sirviente… Sí, somos racistas, ciertamente. Sí, hay razas en el mundo, hay rasgos genéticos de los pueblos, y esto requiere que nosotros (el pueblo judío) pensemos en cómo ayudarlos. El hecho de que alguien esté debajo de ti no es una razón para destruirlo, sino para ayudarlo”.

Palabras del terrorista Kashtiel, no muy distintas de otro rabino que en cualquier parte del mundo debería ser condenado por incitación al crimen, como es el rabino extremista Yitzhak Shapira que insta a matar a los niños palestinos. Sostiene este religioso en forma delirante “ Existe una justificación para matar bebés si está claro que crecerán para dañarnos, y en tal situación se les puede dañar deliberadamente, y no solo durante el combate con adultos”.

Por ello no es extraño que una sociedad como la israelí no se conmueva ante los crímenes cometidos contra miles de seres humanos, que viven allí, a pocos pasos del lugar que ellos ocupan ilegalmente. No sientan dolor alguno por los miles de niños asesinados, heridos, torturados, hechos prisioneros. No resulta raro que a la par de considerar que son la mayor democracia de oriente medio, como les gusta autodenominarse, a pocos kilómetros se comporten como el régimen nacionalsionista que son, estableciendo guetos, estableciendo cientos de check points, masacrando población civil, creando carreteras segregadas, estableciendo el régimen de apartheid, que han soñado los sionistas.

Y esto sucede con pleno conocimiento de organismos internacionales, de medios de información de los gobiernos del mundo, simplemente porque la impunidad se ha impuesto. Porque a la propia sociedad israelí se le ha inculcado que los palestinos no son humanos, no son parte de una entidad racista como la israelí. No resulta sorprendente visualizar que Israel, su casta política, militar y religiosa, contagian en cada uno de sus habitantes, en el corazón de su juventud el odio al árabe, al palestino, a quien es diferente. En Israel se anima el establecimiento de los antivalores de un régimen que se define a sí mismo como el estado de la nación judía lo que permite calificarlos, sin duda alguna, como la mayor entidad racista. Como la expresión del apartheid y sobre todo una sociedad infanticida necesaria de destruir para bien de la humanidad.






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viernes, 2 de agosto de 2019

Egaña | El Club de los Siete

En vísperas de la non grata cumbre del G7 en Miarritze traemos a ustedes este texto que Iñaki Egaña ha dado a conocer en su muro de Facebook:


Iñaki Egaña

Hace ya muchos años, como 75, el mundo fue repartido en dos áreas de influencia. Hubo tres tratados que lo confirmaron, en Yalta (Crimea), Dumbarton-Oaks (Washington) y Potsdam (en las cercanías de Berlín). Stalin, Churchill, Truman… los nombres son conocidos. Más desconocido, sin embargo, es el hecho de que la previa de Potsdam estaba programada en Biarritz.

En la ciudad costera de Lapurdi, los nazis habían ubicado su centro de operaciones, la sede de la Gestapo y esa estructura opaca que les llevó a controlar el sur vasco de la muga. Antes, una limpieza ideológica extraordinaria, comenzando por la detención de sus jóvenes, que fueron enviados a campos de trabajos forzados, y de la comunidad hebrea a campos de exterminio.

Cuando llegó la derrota militar de las tropas de Hitler, los norteamericanos se hicieron durante una buena temporada con el control de Biarritz. El general Eisenhower, que todavía no era presidente de EEUU, inauguró el llamado Centro Universitario Americano para soldados y marines. Unos 2.000 soldados se ubicaron en la costa lapurtana y tuvieron incluso una radio propia, AFN Biarritz, dirigida por el teniente Louis Adelman, que emitía 20 horas diarias ininterrumpidamente y exclusivamente en inglés.

Para la conferencia de Potsdam, Truman y Churchill (EEUU e Inglaterra) habían pactado un encuentro previo en Hendaia. Churchill apareció en el lugar elegido, el Palacio de Bordaberry, pero no así Truman. Las razones aún no se conocen, pero parece que fueron de seguridad. Aun así, las medidas de seguridad fueron impresionantes, se cortaron carreteras y al acceso a Hendaia, Urruña y Donibane Lohizune fue restringido.

Churchill fue agasajado al “estilo vasco”, con sesiones de canto, a cargo de dos sopranos, un partido de pelota entre pelotaris locales y, como era de esperar, con manjares de la tierra. Una situación que vamos a conocer de nuevo, con más fasto. Aparecerán dantzaris, se habilitarán los tópicos de la “histórica hospitalidad de los vascos”, se repetirá en la televisión pública vasca aquel documental en blanco y negro de Orson Welles. Y se intentará convertir en mundano lo que es un tremendo acontecimiento propagandístico de 25 millones de euros de presupuesto: la frivolización del crimen organizado.

Porque ahora llegan a nuestra tierra los monstruos de la hostilidad permanente, esos que han hecho posible que 26 personas tengan, al día de hoy, más riqueza que otros 3.800 millones de personas que comparten el mismo planeta. Esos mismos que avalan un sistema que diariamente provoca la muerte por desnutrición de 8.500 niños (Unicef). Los que gestionan que el hambre afecte severamente a 822 millones de personas (Naciones Unidas). Los que atesoran mientras 41,3 millones de desplazados huyen de la guerra, 25,9 millones se refugian en otros países y 3,5 millones solicitan asilo por razones políticas (ACNUR).

Nos dicen que el acontecimiento de agosto acogerá a los máximos dirigentes políticos de los siete grandes. En realidad, no son las siete economías más pujantes del planeta, sino aquellas que hicieron causa común contra uno de los bloques de Potsdam, el soviético. Han pasado 75 años y todavía el mundo se mueve con esas tendencias. Cualquiera lo diría.

Sabemos, sin embargo, que los presidentes y sus equipos que tomarán Biarritz para acometer su actividad propagandística, no representarán a siete estados-nación. Sino a los siete grandes de la economía mundial, las siete mayores fortunas. Recuerden sus nombres para que luego los medios no les engañen con segundones como Macron, Trudeau o Conte. Estos son: Bill Gates, Carlos Slim, Warren Buffett, Amancio Ortega, Larry Ellison, Charles y David Koch, Christy y Jim Walton y Liliane Bettencourt. En realidad son diez, pero qué más da.

Faltaría en esta lista el Vaticano, revestido también de un dirigente (Bergoglio) mediático que dice una cosa y hace la contraria. Al hilo de los tiempos. ¿Por qué el Vaticano? Porque es el nexo de unión entre nazis, Truman, Churchill, G7 y lo que toque. Y porque el Vaticano es la mayor fortuna del mundo. Sólo en reservas de oro, la iglesia católica posee 60.350 toneladas de oro, acumuladas de un despojo sostenido y milenario. Esa cifra duplica el tamaño de las reservas oficiales de oro del mundo y supone un 30,6% del extraído en la historia de la humanidad.

Han elegido Biarritz porque le tocaba el turno de los Siete a París. Porque quieren una ciudad de pedigrí aristócrata, con sus palacios al borde del mar. Porque en esa elección y desde 2009, ya no hay grupos terroristas vascos en la lista de la Unión Europea. Y porque hacerlo en la costa mediterránea o en la capital francesa, supondría un riesgo añadido por los precedentes yihadistas. La costa normanda hubiera parecido una sumisión francesa al relato del desembarco norteamericano en los estertores de la guerra mundial. Así que, por descarte, y por nudo de comunicaciones menor para las protestas, salió elegida Biarritz.

Sé que no sucederá, pero ya que han llegado a Biarritz, aprovecharé la ocasión para requerirles lo que hace ya unas décadas les exigió su alcalde, Guy Petit. ¿Qué hay de las 4.000 toneladas de residuos nucleares que un barco de bandera británica echó al mar en 1971 en el Golfo de Bizkaia, a 200 kilómetros de la costa de Biarritz? Entonces, otro ilustre como el comandante francés Jacques Cousteau se unió a la protesta, pero nunca contestaron. Hoy sabemos, que en ese Atlántico que nos azota, los residuos nucleares no fueron únicamente los 4.000 que denunció el alcalde de Biarritz, sino que han llegado en dos décadas hasta los 115.000. Ya saben que los residuos nucleares (Greenpeace) permanecen activos durante cientos, miles de años.

Así que vinieron para jodernos y ahora, como entonces, para proseguir con nuestros hijos y nuestros nietos. Que sepan que no son bienvenidos, a pesar de los sopranos, “pelotaris” y demás que saldrán a extenderles una mano sumisa.






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martes, 13 de noviembre de 2018

Robles y la Amenaza Saudí

La semana pasada Facebook se llenó de memes y videos con respecto a la muerte de Amal Hussein, la niña que se ha convertido en ícono del genocidio por hambre que Arabia Saudí -aliada estratégica de Israel y Estados Unidos- ha implementado en contra de Yemen.

Pocos días antes el mundo occidental se desgarraba las vestiduras por el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi en un consulado saudí en Turquía.

Hace apenas unas horas, nos enterábamos que Riyadh se posicionaba claramente al lado del genocida régimen sionista al prohibir el acceso de palestinos a La Meca.

Dicho lo anterior, les compartimos esta actualización acerca de la saga del bombero Ignacio Robles por medio de esta publicación en La Vanguardia:


Ignacio Robles se negó a colaborar en un envío de armas a Arabia Saudí y 'pagó' por ello. Su caso fue "un aviso a navegantes". Una advertencia a cualquiera que trabaja alrededor de estos cargamentos

Ángel Martínez

Ignacio Robles siempre ha sostenido que su caso fue "un aviso a navegantes". Una advertencia a cualquiera que trabaja alrededor de los envíos de armamento a Arabia Saudí. Este cabo de bomberos se negó a dirigir en marzo de 2017 un retén de seguridad durante el embarque en el puerto de Bilbao de un cargamento con "bombas y proyectiles de mortero" con destino al país árabe. Alegó objeción de conciencia, al entender que aquellas 720 toneladas de armas podían ser utilizadas en la guerra de Yemen, donde Arabia Saudí lidera desde 2015 una intervención militar e impone un bloqueo que ha acabado creando la peor catástrofe humanitaria de la actualidad.

La acción de Robles provocó un retraso de 14 minutos en el embarque de aquellas bombas y un expediente disciplinario por falta muy grave que pudo costarle entre dos y cuatro años de empleo y sueldo. Al expediente, abierto por la Diputación de Vizcaya, se añadieron después nuevas acusaciones, como "poner en peligro a la población", lo que suponía entre tres y seis años sin trabajo ni salario. Ningún jefe del servicio de bomberos se comunicó con Robles, quien conoció las acusaciones por la prensa.

"Hubo presiones, llamadas del puerto al Servicio de Bomberos para forzar la situación. Para el puerto de Bilbao, la naviera Bahri [la naviera nacional de Arabia Saudí] es un cliente muy bueno y no querían perderlo", asegura Robles a El Confidencial. Precisamente con Bahri se han producido "faltas muy graves de ordenación marítima", sostiene el cabo de bomberos.

"Con los envíos a Arabia Saudí se han falseado los registros, se han cambiado banderas [en los buques mercantes] o los cargueros han entrado en el puerto sin localizador", denuncia este bombero de Vizcaya. Consultadas por este diario, fuentes de la Autoridad Portuaria del Puerto de Bilbao aseguran que "todo buque y mercancía se gestionan cumpliendo la legalidad vigente" y añaden que "el buque (de la naviera Bahri) no atraca ya en Bilbao. Hace escala en Santander".

Tras mucho dinero invertido en abogados y muchas noches sin dormir, este bombero de Vizcaya 'ganó' la batalla legal: su caso se resolvió en febrero de 2018 y el expediente se quedó en una falta leve. "He gastado demasiado, por eso decidí no recurrir", dice.

La catástrofe que Robles intentó evitar

Debido a su cercanía a algunas de las mayores fábricas de armamento de España, el puerto de Bilbao es el principal punto de salida de armas para la exportación. Una actividad que el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul ha puesto de nuevo sobre la mesa al activar un debate que reaparece, como un alma en pena, cada cierto tiempo.

Tras más de 57.000 muertos, según cifras de Acled (Armed Conflict Location and Event Data), dos millones de desplazados y una epidemia de cólera sin precedentes, la situación en Yemen empeora. En una guerra que se ceba con los civiles —casi un tercio de los ataques aéreos realizados desde marzo de 2015 no iba dirigido contra emplazamientos militares—, las ONG advierten del grave deterioro de las condiciones de vida de la población. Y una de las causas del agravamiento de la situación es la ofensiva de las fuerzas gubernamentales —respaldadas por Arabia Saudí— en la región de Al Hudeida, un puerto clave para la entrada de alimentos y otros productos básicos.

La tropas yemeníes apoyadas por milicias aliadas relanzaron la semana pasada la ofensiva sobre Al Hudeida, que había sido suspendida en junio para intentar entablar consultas de paz entre los bandos con mediación de la ONU, que finalmente no se produjeron. El Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, apoyado por la coalición árabe, intenta recuperar el control de esta urbe estratégica, dominada por los hutíes desde finales de 2014, a través de que llegan al Yemen el 70% de los suministros básicos y la ayuda humanitaria.

La que ya es la peor catástrofe humanitaria de la actualidad se enfrenta ahora a una “enorme hambruna inminente”, según la ONU. Hasta 14 millones de personas, la mitad de la población de Yemen, pronto dependerán por completo de la ayuda humanitaria para sobrevivir, advierte el Consejo de Seguridad el jefe humanitario de Naciones Unidas, que asegura que dicha hambruna será mucho más grave de lo que ninguna organización humanitaria "haya visto nunca". Unicef cifra en 400.000 los niños yemeníes que ya sufren de malnutrición severa aguda.

No obstante, Médicos Sin Fronteras (MSF), que alerta del grave deterioro de las condiciones de vida de la población después de tres años de guerra, asegura que los datos recopilados en los centros de salud que apoya en las gobernaciones de Hajja, Ibb, Taiz, Amran y Saada “no indican focos de hambruna ni una hambruna inminente”. Eso no quiere decir que las tasas de desnutrición aguda severa no estén aumentando. Muchas áreas del país son inaccesibles por los ataques aéreos y los combates, por ello, MSF sostiene que no hay datos creíbles para declarar que la hambruna es inminente, al igual que tampoco se conoce el número real de víctimas mortales.



El asunto para Robles ha quedado en falta leve tras un largo y costoso proceso legal... ahora comparen eso con la suerte que ha corrido el Lobo Solitario de Terrassa.







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martes, 25 de septiembre de 2018

La Agenda Euskadi Basque Country 2030

Les compartimos al costo este texto dado a conocer por Deia:


Isidro Elezgarai

Construir un mundo mejor. Es el sueño al que ninguna persona quisiéramos renunciar. Sin embargo, cada día, las noticias negativas, como la escalada de violencia en Yemen o Siria, las guerras y desastres que impiden que 104 millones de niños y niñas vayan a la escuela o los escalofriantes datos sobre la mortalidad infantil inundan los medios de comunicación. Aun así, hay historias para la esperanza y hay sonrisas de niños como donut al entrar a un espacio amigo de la infancia de Unicef en Laos que nos invitan a seguir trabajando. Son la cara y la cruz de un planeta que desde hace tres años se ha propuesto 17 objetivos y 169 metas. Y es que tal día como hoy, el 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU dijeron sí a la Agenda 2030 y a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nos quedan doce años por delante para dar respuesta a este ambicioso plan de acción, una hoja de ruta a la que debemos observar y aportar desde nuestro día a día. Está en juego nuestro futuro compartido como comunidad mundial.

Erradicar la pobreza. Luchar contra el hambre. Igualdad de género. Paz y justicia. Reducción de la desigualdad. Garantizar una educación de calidad e inclusiva. Luchar contra el cambio climático. Son sólo algunos de los objetivos planteados sobre las cinco principales áreas de acción de los ODS: las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas. Y uno de los grupos más vulnerables de esta Agenda 2030 y de estos ODS es la infancia; son los niños, niñas y adolescentes de hoy en día quienes verán los resultados en el 2030. Por eso, estamos empeñados en resaltar que invertir en infancia y adolescencia es invertir en un progreso económico, político y sostenible. Porque, a pesar de haber conseguido avances como la reducción de la pobreza extrema o la mortalidad materna, aún queda un largo recorrido: la mitad de las muertes de niños y niñas menores de 5 años están atribuidas a la desnutrición, el progreso para conseguir una educación primaria universal se ha detenido, los niños y niñas de los hogares más pobres corren mayor riesgo de quedarse atrás, 1 de cada 10 niñas menores de 20 años ha sido violada o sometida a relaciones sexuales forzadas… Con estos datos entre las manos, nos preguntamos: ¿En qué situación llegaremos a 2030? ¿Son demasiadas las aspiraciones de esta Agenda 2030? ¿Tenemos los suficientes indicadores de evaluación para hacer un seguimiento de los datos a lo largo de los años? Y, lo más importante, ¿cómo puedo yo ayudar a que se alcancen estos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible?

En Euskadi contamos ya con una poderosa y pionera herramienta: la Agenda Euskadi Basque Country 2030, la aportación vasca a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que ya localiza los indicadores y nos acerca este desafío mundial a nuestra realidad. Porque cada persona, desde lo local, puede y debe aportar a esta Agenda 2030 global. Consideramos fundamental que los gobiernos locales y autonómicos implementen la Agenda 2030, una guía universal con carácter multi-actor en la que las alianzas entre lo social, empresarial, académico y público son clave para avanzar y transformar vidas.

Estoy convencido de que el mundo va a ser un lugar mejor en 2030, un sitio en el que nadie se quede atrás. No es un sueño. Estamos construyendo esa realidad. Tenemos delante de nuestros ojos una gran oportunidad.






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domingo, 4 de marzo de 2018

De Ghouta a Gaza

Una vez más la comunidad internacional se desgarra las vestiduras por las terribles escenas que nos llegan desde Ghuta, generadas por el embate por parte del gobierno sirio en contra de este barrio convertido bastión por parte de los grupos terroristas financiados por Washington y Tel Aviv, grupos que no han dudado en utilizar a la población civil como escudos humanos.

Y una vez más también se utiliza la gravedad de ese conflicto para ocultar la gravedad de la ilegal ocupación sionista de Palestina.

Afortunadamente, desde la página de Noti Últimas nos llega este artículo para poner los puntos sobre las íez:


Estos días las imágenes de los bombardeos sobre Ghuta nuevamente ponen a Siria en el centro de la atención internacional (sin olvidar los intensos combates en Afrin). Los medios occidentales no cesan de mostrar las desgarradoras escenas de la población civil masacrada [1] (se habla de varios centenares en menos de una semana), y los políticos no ahorran palabras de condena hacia los gobiernos de Siria y Rusia, responsables de los ataques.

María Landi

También el Papa pidió el fin de la violencia y que se permita la entrada de medicinas y alimentos en Ghuta. Hasta UNICEF afirma haberse quedado sin palabras ante “los niños asesinados, sus madres, sus padres y sus seres queridos”.

Es imposible no contrastar esta abundancia de condenas hacia los responsables y de empatía hacia las víctimas con el silencio intolerable respecto al genocidio silencioso y gradual que el régimen israelí está cometiendo contra los dos millones de personas que mantiene encerradas en esa gran cárcel que es la Franja de Gaza, que también están muriendo por falta de medicinas, alimento y agua potable, causado por el bloqueo feroz impuesto por Israel. ¿Por qué UNICEF y Save the Children no condenan con la misma energía la agonía impuesta sobre una población cuyo 40 por ciento es menor de 18 años? ¿Será que algunas catástrofes humanitarias son más intolerables que otras, dependiendo de si quienes las provocan son nuestros enemigos o nuestros aliados?

El infierno inhabitable en que Israel ha convertido a Gaza tiene más de una década –bastante más que la guerra de Siria. Las alarmas de los organismos humanitarios vienen sonando desde hace años; ya en 2012 la ONU afirmó que Gaza sería inhabitable en 2020. Eso fue antes del último ataque masivo llevado a cabo por Israel en 2014, en el que mató a 2200 personas (más de 500 de ellas menores de edad) y destruyó la mayor parte de la infraestructura civil; después de eso todos los pronósticos se agravaron, y hoy se ha llegado a un límite en que Gaza está sencillamente en estado de colapso.

No hay casi electricidad (apenas unas pocas horas diarias por falta de combustible para operar la única planta eléctrica), ni agua potable (97 por ciento está contaminada), ni combustible, ni medicinas y equipamiento hospitalario, ni sistema de saneamiento (110 millones de litros de aguas servidas son volcados diariamente al mar −seriamente contaminado− debido a la imposibilidad de tratamiento por falta de energía). El índice de suicidios ha crecido exponencialmente (sobre todo entre la juventud), al igual que el consumo de drogas (hay un mercado negro de Tramadol y similares), la criminalidad, la mendicidad, la violencia doméstica y el abuso sexual, todas expresiones de una sociedad sumida en la miseria y la desesperación.

Entre los índices que ilustran la catástrofe humanitaria están los pacientes de talasemia y de cáncer que no pueden salir de Gaza para tratarse en hospitales de Israel, Cisjordania o Egipto. Según informó recientemente la periodista Isabel Pérez, en el paso Beit Hanún-Erez (entre Gaza e Israel) se ha alcanzado el récord de menos permisos otorgados para casos médicos. En una nota de prensa conjunta, el Centro Al Mezan para los DD.HH., Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la británica Ayuda Médica para Palestina (MAP) y la israelí Médicos por los DD.HH., denunciaron que en 2017 murieron 54 personas (36 de ellas con cáncer) mientras esperaban el permiso para salir a tratarse.

En 2017, sólo el 54 por ciento de las solicitudes de salida para atención médica fueron aprobadas (el porcentaje más bajo desde que empezaron los registros en 2008). “Vemos que Israel niega o retrasa cada vez más el acceso al tratamiento de cáncer y otras enfermedades, tratamientos que salvan vidas fuera de Gaza. Vemos un número sorprendentemente alto de pacientes palestinos que mueren, mientras el sistema de salud de Gaza está sometido a medio siglo de ocupación y una década de bloqueo”, dijo Aimee Shalan, director ejecutivo de MAP. Por su parte, la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA) señala que durante todo 2017 Egipto abrió el paso de Rafah sólo 36 días.

El 22 de febrero las autoridades municipales de Gaza declararon el estado de emergencia. El Alcalde Nizar Hejazi dijo en conferencia de prensa que “Una gran parte de la ayuda financiera ha sido cortada, lo cual ha paralizado servicios básicos vinculados a la salud y el combustible”. Se refería a los recortes al presupuesto de UNRWA, la agencia de la ONU encargada de atender a las y los refugiados (dos tercios de la población de Gaza), y que cumple una función primordial para paliar la pobreza extrema provocada por el bloqueo israelí: el desempleo alcanza al 50 por ciento (más alto incluso entre la juventud), y más del 80 por ciento de la población depende de la ayuda exterior para alimentarse.

El 10 de febrero el Ministerio de Salud de Gaza advirtió que las vidas de cientos de bebés prematuros están en grave peligro debido a que los hospitales se quedaron sin Calfatant, un medicamento esencial para apuntalar el sistema respiratorio de dichos bebés. Hasta esa fecha y desde comienzos del año, habían muerto ya cinco recién nacidos. Una coalición de organizaciones humanitarias gazatíes informó que el bloqueo ha provocado la muerte de 1000 personas por falta de atención médica oportuna; 450 de ellas, por falta de atención médica oportuna.

A fines de enero, MAP alertó sobre el agravamiento de la crisis de salud en Gaza. A principios de febrero, un hospital y siete centros médicos tuvieron que dejar de operar debido a la falta de combustible. El Ministerio de Salud dijo que la situación entró en “una fase sin precedentes” y que era urgente actuar para evitar el colapso del sistema de salud. Gaza recibe 6-8 horas de electricidad al día, y debe cubrir las horas restantes con el uso de generadores, para los cuales se necesita combustible que siempre escasea.

El 29 de enero MAP informó que el hospital de Beit Hanoun (que atiende a 300.000 residentes del norte de Gaza) cerró sus puertas debido a la falta de combustible para los generadores. También el hospital más grande de Gaza, Al Shifa, cerró una unidad de esterilización para reducir el consumo de combustible. Y el hospital pediátrico de Al-Durra también está amenazado, habiendo ya tenido que reducir un 60 por ciento de sus servicios. A su vez, la sostenibilidad de los servicios de salud que provee UNRWA (en déficit permanente) está amenazada por la decisión de Estados Unidos de cortar 65 millones de dólares de su contribución al organismo.

Israel está empeñado además en aniquilar las pocas formas de subsistencia que le queda a la población de Gaza, atacando a sus agricultores y pescadores. En una franja de tierra ya reducida y además bloqueada, Israel ha impuesto una zona de exclusión, donde no permite el uso del suelo. Eso ha llevado a la destrucción del 35 por ciento de la agricultura gazatí. Esa zona además es considerada “de alto riesgo” y los soldados disparan a toda persona que se acerque; muchas han sido heridas e incluso asesinadas. El 17 y 18 de febrero las fuerzas israelíes lanzaron varios ataques con artillería, ametralladoras y bombardeos, matando a dos niños e hiriendo a otros dos. Por si fuera poco, los aviones israelíes fumigan con químicos hasta 700 metros más allá de la zona de exclusión, afectando seriamente las tierras agrícolas. Las autoridades sanitarias gazatíes han alertado sobre los daños a la economía, la salud, el medio ambiente y la agricultura que producen estos químicos, cuya composición ni siquiera es revelada por Israel.

Entre el 8 y el 9 de enero las fuerzas navales sionistas detuvieron a 8 pescadores palestinos y les confiscaron tres barcos; el 11 de febrero abrieron fuego en el mar y arrestaron a 2 pescadores; y el 25 de febrero abrieron fuego contra una barca que estaba a sólo tres millas náuticas, matando a un pescador de 18 años e hiriendo y arrestando a otros dos. En todos los casos las barcas estaban a dos y tres millas náuticas de la costa; aunque legalmente tienen derecho a adentrarse hasta 20 millas náuticas para pescar, las fuerzas israelíes les imponen una restricción arbitraria. Desde principios de 2018 las fuerzas israelíes dispararon a los pescadores en 37 ocasiones, arrestando a 10, hiriendo a 7 y confiscando o dañando 4 barcos de pesca.

Según el Centro Al Mezan, en 2017 asesinaron a dos pescadores, arrestaron a 30, confiscaron 13 barcas y destruyeron otras barcas e implementos de pesca en 7 incidentes. Un tercer pescador está desaparecido y se presume que fue muerto cuando un navío israelí colisionó con su barca. Estas agresiones constantes en aguas territoriales palestinas buscan despojar a la población gazatí de una fuente de subsistencia vital para su economía destruida y bloqueada (80 por ciento de la comunidad pesquera de Gaza está debajo de la línea de pobreza), y constituyen una flagrante violación del Derecho Internacional y de los derechos a la libertad, la seguridad, el trabajo y los recursos naturales.

El pescador Saleh Abu Reyala (18) asesinado por la marina israelí mientras pescaba cerca de la costa de Gaza el 25 de febrero.

Estas atrocidades cotidianas, y la crisis humanitaria que mantiene a dos millones de personas (más de la mitad de ellas, repito, menores de edad) en esa muerte en vida no es consecuencia de una catástrofe natural: es el resultado directo de decisiones humanas tomadas a pocos kilómetros de allí. Son políticas del Estado de Israel cuyo único objetivo es hacer miserable la vida de la población palestina y aniquilarla lentamente (manteniendo entretanto a Gaza como un gran laboratorio de experimentación).

El 21 de febrero el Consejo de Seguridad de la ONU abordó la crisis humanitaria que sufre la Franja de Gaza como consecuencia del bloqueo israelí, pero no resolvió tomar ninguna medida. Bien sabemos que cuando hay voluntad política el Consejo de Seguridad sabe cómo aplicar sanciones; sobre todo cuando se busca un cambio de régimen. Pero Israel no forma parte del eje del mal de Occidente. Ni siquiera preocupa que tenga unas 300 cabezas nucleares cerradas al escrutinio internacional, ni que actualmente esté apoyando −con el objetivo de combatir a Irán y Hezbollá− a por lo menos siete grupos yihadistas en Siria. Haga lo que haga, Israel sigue siendo un país ‘democrático y normal’ con el cual los gobiernos occidentales mantienen relaciones diplomáticas cordiales de cooperación e intercambio −desde científico y comercial hasta militar.

Por eso la agonía prolongada de la población palestina en general, y de Gaza en particular, no ocupa titulares ni primer lugar en el telediario, ni es motivo de condenas internacionales como las que caen sobre Ghuta. Pero cuando la magnitud de la catástrofe desborde incluso el muro de nuestra indiferencia, no servirá de excusa decir que no sabíamos.

[1] Aunque, como ha observado Robert Fisk, cuidándose bien de no mostrar ni hablar de los yihadistas de Al Nusra/Al Qaeda que controlan ese bastión, como si los ataques apuntaran únicamente a una población civil desarmada.

ACTUALIZACIÓN: Poco después de escribir esta columna, se conoció la noticia de que Israel obligó a Inaam al-Attar (12), una niña de Gaza con grave falla renal, a viajar para hacerse un trasplante de riñón en un hospital de Ramala sin su madre ni su padre, pues les negó el permiso para acompañarla. Sólo una semana después, y tras una indignación generalizada y presiones de todas partes (menos de la sociedad israelí) ante el llanto desconsolado de la niña, las autoridades concedieron a la madre el permiso para viajar desde Gaza a Ramala. No fue el primer caso, ni será el último. Este tipo de crueldades gratuitas ponen de manifesto cuál ha sido el plan sionista desde hace un siglo (oficialmente, desde hace 70 años): aniquilar por todos los medios posibles toda forma de vida palestina (o por lo menos hacer su vida miserable), empezando por las nuevas generaciones. En su plan colonial y racista de judaización, nunca hubo lugar para la población nativa árabe.






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