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miércoles, 19 de octubre de 2016

Cuatro Peones y Una Reina

Le estamos dando seguimiento al asesinato de Berta Cáceres con este reportaje publicado por Investig'Action:


Alex Anfruns

En Honduras, a siete meses de la muerte de la  lider ecologista Berta Cáceres, reconocida mundialmente por su tenacidad en la lucha a favor de los derechos de la naturaleza y las comunidades indigenas, acaba de repetirse otra tentativa de asesinato contra Tomás Membreño, el nuevo dirigente del Consejo de Organizaciones Populares Indigenas de Honduras (COPINH).

Hablamos con Bertha Zúñiga, la hija de Berta Cáceres, para averiguar las causas de esta violencia generalizada, que se ensaña contra quienes denuncian la politica del gobierno hondureño junto al poder empresarial y mediático. A pesar de una serie de investigaciones judiciales en curso, nada parece presagiar la esperanza a corto plazo…

Sólo un mes después del asesinato de Berta Cáceres, el presidente del Banco Mundial Jim Yon Kim justificaba en estos términos la construcción de la central hidroeléctrica Agua Zarca por la empresa DESA : “dado que la gente necesita energía de fuentes renovables, los proyectos hidroeléctricos en países como Honduras se llevarán a cabo de todos modos”.

Así, la defensa del territorio por el pueblo Lenca y la muerte de Berta Cáceres fueron minimizados por una institución que pretende trabajar por “un mundo libre de pobreza” : “no se puede hacer el tipo de trabajo que estamos tratando de hacer y no tener algunos de estos incidentes”. No contaba con que 313 organizaciones de todo el mundo le dirigieran una carta en la que rechazaban sus palabras y le recordaban que “segun la politica interna del Banco Mundial, éste y otras instituciones financieras deben asegurar el respeto de los derechos humanos en los proyectos que financian”.

El sicariato sigue maniobrando en total impunidad

Todo indica que no se trata de unos incidentes aislados, sino de una represión cuidadosamente planificada. A finales de junio, un soldado del ejército hondureño sacó a la luz una lista de militantes “a eliminar”. El 10 de julio fue asesinada Lesbia Yaneth, madre de tres hijos y también miembro del COPINH. En el transcurso de una década, son ya 114 los militantes ecologistas que han sufrido el mismo trágico destino en ese pequeño pais. Antes del asesinato de Cáceres, se enumeraron hasta 33 amenazas de muerte dirigidas a militantes opuestos al proyecto de Agua Zarca en el Rio Gualcarque. Desde entonces, son cinco los asesinatos de opositores políticos a ese proyecto.

El pasado 9 de octubre, un grupo de desconocidos abrieron fuego en incidentes separados contra dos lideres de COPINH, entre ellos el actual dirigente de la COPINH, Tomás Membreño. Bertha Zúñiga nos explica cómo se encuentra actualmente su compañero y nos transmite un mensaje de inquietud ante este grave suceso:

“Esta tentativa contra Tomás tenía el objetivo de seguir sembrando el terror entre la gente que lucha fuertemente por la defensa del territorio. Queda claro que mientras prevalezca este clima de impunidad que ha permitido el asesinato de muchos de nuestros companeros/as, y el nivel de hostigamiento por parte de empresas como DESA, tarde o temprano acciones de este tipo van a cobrar otras vidas. El compañero Tomás se encuentra siempre firme en la lucha y tomando algunas medidas de seguridad para evitar exponerse, pero hay una preocupación generalizada por parte de quienes pertenecemos a COPINH.”

Desde hace varios meses, el proyecto de dos presas en el Rio Negro y el Rio Gualcarque han suscitado la movilización social de las comunidades. La COPINH intenta detener esos proyectos bajo amenazas e intimidaciones. Zúñiga señala indicios sobre quién pueda estar detras de esas agresiones repetidas: “Lo que está detrás es el interés económico de los grupos de poder que son los que pierden inversión ante la lucha beligerante de COPINH y sus comunidades, saben que derrotar a Agua Zarca significaría marcar un precedente victorioso en la lucha territorial. El miedo es parte de su estrategia para permitir la instalación en contra de la voluntad de las comunidades.”

Sacrificar a unos peones para salvar a la “Reina”

Bertha Zúñiga expresa serias dudas acerca del papel que puedan ejercer las autoridades del gobierno para detener la violencia contra las comunidades indígenas: “Las autoridades siguen repitiendo la actuación negligente e inepta que experimentó nuestra compañera Berta Cáceres. Siguen sin dar muestras de voluntad política en la protección de los defensores. Al día de hoy, siguen sin hacer efectivas las medidas cautelares otorgadas por la CIDH luego del asesinato de la coordinadora general de nuestra organización”.

A principios de mayo, fueron detenidos cuatro sospechosos del asesinato de Berta Cáceres, entre ellos tres empleados de la empresa DESA. Mientras que uno de ellos era un capitán del ejército retirado, el cuarto resultó ser un oficial activo con el grado de mayor de Infantería. En aquel momento, los familiares de Cáceres enfatizaron la importancia de los vínculos entre los detenidos y la empresa, considerándolos una “razón suficiente para suspender el proyecto hidroeléctrico…de manera inmediata y definitiva”.

Hoy en día, con la perspectiva de varios meses transcurridos, Bertha Zúñiga reflexiona sobre el alcance de esas conexiones: “los grupos oligárquicos tienen grandes influencias movilizando al ejército para reprimir poblaciones. Hay que decir que desde el Golpe de Estado de 2009 muchos militares se han convertido en accionistas de proyectos extractivos (hidroeléctricos y mineros, entre otros). Pero las mafias de corrupción también permiten el accionar de grupos criminales que trabajan en coordinación con empresas, como es el caso de DESA-Agua Zarca”.

El pasado 14 de octubre, el ex viceministro de la Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente, Dario Cardona Valle fue detenido por irregularidades en la licencia ambiental concedida en 2013 al proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca. Pero Zúñiga cuestiona la trascendencia de las investigaciones en curso : “Las detenciones que hasta ahora se han dado son una cortina de humo para crear un sentimiento de justicia, pero siguen sin tomar medidas sustanciales contra la empresa DESA directamente vinculada en el asesinato de Berta Cáceres. Si en un caso tan emblemático a nivel nacional pasa esto, ¿Qué podemos esperar de los demás casos que hace años está presentando COPINH contra otros de sus miembros? Más bien lo contrario, puesto que son los agentes del estado quienes participan hostigando, reprimiendo e incluso asesinándonos.”

Que su testimonio y alerta sirvan para crear un amplio movimiento de solidaridad internacional hacia las comunidades indigenas y el pueblo hondureño en Resistencia.








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