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viernes, 16 de septiembre de 2016

Una Chica Italiana


Ahora les compartimos esta reflexión que nuestro amigo Koldo Campos ha dado a conocer en esa red social, la autoría del la misma es de el usuario Pipo Premi:
Una chica italiana se suicidó ayer en su casa colgándose de una bufanda tras sufrir -durante meses- el acoso de todo su país. La chica se hizo famosa porque así lo decidió el chico que la grababa mientras ella le practicaba una felación en la intimidad, vídeo que pasó a sus contactos de Whatsapp. También lo decidieron así los que lo viralizaron sin compasión en Internet. A los insultos que esta chica sufrió en la Red y en la calle, se sumaron futbolistas famosos como Paolo Cannavaro y hasta un grupo de música que se mofó de ella con una canción, además cadenas de TV que bromearon con las escenas. También se hicieron camisetas y memes con la historia. Tanto el vídeo como el nombre y la cara de la chica estaban en poco tiempo por todos sitios.

Antes de suicidarse lo intentó todo: dejó su trabajo, se cambió de ciudad, intentó cambiarse el apellido y se embarcó en una batalla legal para que webs como Yahoo, YouTube, Facebook y Google retiraran el vídeo. Una semana antes de suicidarse, le confirmaron que lo había conseguido, pero que debía pagarles a estas webs un total de 20.000 euros por "compensación" -así lo llaman-, ya que estas empresas consideraron que el vídeo se había hecho con su consentimiento, y daban así por sentado que si te dejas grabar estás de acuerdo con que pueda verte todo el país. El juez les dio la razón en cuanto a que la chica debía compensarles.

Sólo en un mundo repugnantemente machista puede suceder algo así. Sólo una ciudadanía completamente impregnada de misoginia es capaz de linchar a la víctima de un vídeo de porno vengativo. Y no sólo existe este caso, el porno de venganza ya ha matado a más chicas en multitud de países. Porque el problema no es sólo que estos vídeos resultan muy graciosos y se viralizan en un sólo día, sino que la víctima sufre una segunda humillación, que es la del linchamiento y los insultos. Luego viene también el culparla a ella, y eso lo hacen constantemente desde el ciudadano de a pie a los medios de comunicación, desde casos de violación y maltrato hasta experiencias como las de esta mujer. "¿Y para qué se dejó?", "¿Y por qué lo hizo?". No faltan nunca tampoco los comentarios que, además de insultarla y culparla, banalizan el hecho en sí.





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