Tras lo sucedido en Escocia, les presentamos este texto publicado por los compas del blog Borroka Garaia Da!:
-El referéndum de autodeterminación realizado ayer en Escocia, así como cualquier referéndum de autodeterminación donde los pueblos decidan su estatus político son las vías más democráticas y civilizadas para asentar libremente el derecho de todos lo pueblos a decidir su futuro y a que vivan en armonía entre sí.
-Los estados que niegan e impiden estos referéndums se colocan frente a la humanidad y cometen un delito contra la libertad. Esos estados son criminales. Y solo hay una cosa peor que un criminal contra la libertad, un criminal hipócrita, que aplaude y se congratula del NO en Escocia mientras impone a naciones bajo sus impuestas fronteras que no puedan decidir entre el Si o el NO. El referéndum de ayer da pie a desenmascarar estas prácticas. Y es ahí donde verdaderamente hay que hacer fuerza con la comunidad internacional de los de abajo, no la otra, que es de mentirijillas.
-Escocia paradójicamente ha decidido que por ahora no quiere decidir su futuro y deja en manos de Londres y Gran Bretaña decisiones que le afectan y que le van a afectar. Debido al NO, el gas y la electricidad no serán de propiedad pública, el neoliberalismo de la City hará que la pobreza vaya a más, que los salarios sean más bajos, que aumenten los contratos basura, que la sanidad acabe privatizada, que crezca la desigualdad, que aumente la austeridad para pobres, que los ricos sigan amasando fortunas y mientras todo eso ocurre, el dinero de la clase trabajadora escocesa será usado para sufragar guerras imperialistas y gestionar submarinos nucleares.
-Escocia pese al loable esfuerzo realizado no ha ganado, ha perdido. Lo que se ha impuesto es el miedo a la libertad. Campaña del miedo realizada desde todos los centros de poder británicos sabedores de que el miedo es de los factores subsconcientes más poderosos. Ante esa batalla del miedo impulsada por la reacción y el capital, el sector hegemónico del independentismo escocés (la centro-izquierda escocesa), ha intentado contrarestarlo paradójicamente alimentado más aun el miedo. Ante la propaganda de que una salida de la UE iba a provocar una tragedia, propuso la permanencia en la UE, ante la propaganda de las consecuencias catastróficas de dejar la monarquía atrás, propuso continuismo con la corona, ante la propaganda de que sin la libra se iban a morir de hambre, propuso la libra… La inmensa mayoría de las independencias se producen mediante la existencia de confrontaciones vitales. La batalla de ayer la ganó el neoliberalismo.
-Escocia ha perdido… pero no para siempre. El número de independentistas es alto y el neoliberalimo es un callejón sin salida y ante el previsible aumento de las contradicciones sociales un avance por la izquierda que deje atrás el pensamiento blando socialdemócrata y la traición a la clase trabajadora del laborismo institucional y sindical, será la garantía definitiva del salto a través de la lucha de clases . Nada fácil desde luego pero no imposible. Eso quedó constatado ayer en las zonas de mayor conciencia de clase como las de Glasgow.
-La enseñanza fundamental que deja la jornada de ayer de cara a Euskal Herria es que el sucursalismo imperial de “izquierda” y de derecha debe desaparecer del mapa político vasco y hay que hacer fuerza para que su debacle actual se intensifique y sea definitiva. Porque no solo son dañinos de cara a la independencia sino que lo son para el socialismo y no representan más que a la clase dominante. Deben ser historia pasada. Y hay que hacer todo lo posible para que así sea, sin ningún tipo de flotador. Con la burguesía autóctona tres cuartas partes de lo mismo. Deben ser confrontados, y la única forma de hacerlo es precisamente dando prioridad a la unidad y determinación del pueblo trabajador vasco, única garantía del salto a la independencia y el socialismo. Una clase obrera vasca fuerte y diversificada, concienciada nacional y socialmente que evite las manipulaciones del españolismo y el nacionalismo regionalista burgués, que evite el partidismo, con una visión clara hacia el ejercicio de la autodeterminación y con un proyecto de país valiente y favorecedor de los intereses objetivos para sí, que desde ya no espera a la independencia y el socialismo para dar pasos hacia ello, será difícil de parar.
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