Recién terminábamos de leer la taimada amenaza que Robert Fisk enderezó en contra de los escoceses (y de paso los irlandeses) en una diatriba publicada en La Jornada cuando nos hemos encontrado este texto compartido en inSurGente con respecto a lo que está sucediendo en Catalunya:
La casta arremete contra el independentismo con argumentos también nacionalistas
Nacionalismo de primera y de segunda.
Hay personas que asisten estos días a lo que ocurre en Cataluña con preocupación e irritación. Incluso hay gente de izquierdas que ha asumido el argumentarlo de los prebostes del régimen, y repiten en las calles y bares de Cuenca, Huelva o Madrid que:
“Son nacionalistas” (dicho con cierto desdén y altanería). Sin reconocer en caso alguno que ello se hace no desde el internacionalismo anarquista o comunista que aborrece TODAS las banderas, sino desde otro nacionalismo, que rojigualda en mano vibra –por ejemplo, en el campo deportivo- con los triunfos de Nadal, Alonso, Contador, los moteros y otrora con las selecciones de fútbol y baloncesto de España.
Manipulación del pueblo por parte de la Generalitat con sus altavoces mediáticos. Escondiendo que la población en España también está manipulada -¡y cómo!- por sus políticos y medios de comunicación. ¿O es que los telediarios, países, mundos, copes y ondas ceros… son una lección permanente de imparcialidad internacionalista?
El nacionalismo se sitúa al margen de la ley. Olvidando que cuando interesa (caso del Artículo 135 de la Constitución que se cambió en una tarde con el apoyo de PP y PSOE, tal como ordenó la Troika) las leyes se modifican porque –obviamente- no son algo intocable.
No tienen historia detrás que los avale. Obvio, como no la tenían las naciones latinoamericanas o africanas cuando se independizaron de la metrópoli.
Tendrán que irse de la Unión Europea. Y esto, visto lo visto, es casi una buena noticia para los independentistas. La crisis ha demostrado que la UE y el euro no son más que armas de los poderosos (la banca alemana entre ellos) para exprimir a los países del sur de Europa.
Debería votar el conjunto de la población. Una aberración jurídica como han recordado estos días varios especialistas. ¿Los ingleses votaron en la independencia de la India o de EE.UU?¿Y los españoles en la de México o Filipinas?
Pujol, el corrupto, es la muestra de lo que son. Sin embargo, ese argumento no fue utilizado cuando los muchos corruptos que aparecieron en el marco patrio hispano. Esto es, no se dijo que Bárcenas, (por sintetizar en uno solo los muchos casos) es corrupto por ser español. Además, ese tal Pujol, sinvergüenza donde los haya, ¿no era hasta hace nada, ejemplo de hombre de Estado, político responsable y baluarte de la Transición?
La burguesía catalana está detrás de todo este tinglado. Sin recordar que el PP, PSOE, UPyD, banqueros como el fenecido Botín, grupos ultraderechistas, la monarquía, la Iglesia y demás fuerzas vivas de la causa nacionalista española se oponen con rotundidad a la independencia. ¿Lo hacen porque practican el internacionalismo proletario?¿O quizás por intereses espurios?
Perfecta respuesta para Fisk y muchos otros.
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