Los escoceses han abierto el camino con un ejercicio democrático que fracturó los pilares de la concepción decimonónica del estado en la Europa Occidental, una concepción de estado monolítico que impone la cultura dominante para detrimento de las expresiones culturales propias de las naciones que quedan encapsuladas por fronteras abritrarias, fijadas más por el poderío militar que por auténtico sentido de pertenencia a la metrópoli invasora.
Desafortunadamente, esta vez, optaron por el no a la independencia.
Aquí la nota al respecto publicada en Naiz.info:
En un proceso democrático ejemplar y en un referéndum con una participación del 84,6%, los escoceses han optado por decir «no» a la independencia. Con el escrutinio finalizado, los unionistas han obtenido un 55,3% de los votos, mientras que el «sí» ha recabado un 44,7% de los apoyos.
En un ejercicio de autodeterminación, un total de 2.001.926 escoceses han optado por votar «no» a la independencia, lo que, una vez finalizado el recuento en los 32 distritos, supone el 55,3% del censo electoral.
El «sí», por su parte, ha reunido el 44,7% de los votos al haber recabado 1.617.989 votos. Con el 100% de los sufragios de las 32 circunscripciones escrutados, el «no» a la independencia ha ganado la consulta con una diferencia de 383.937 votos, según los datos facilitados por el organismo electoral escocés.
La victoria independentista en la principal ciudad de Escocia, Glasgow, con un 53% de los votos, no ha sido suficiente para alcanzar al bando unionista, que se ha impuesto en la gran parte de los concejos.
En Glasgow se ha registrado una participación del 75%, de 364.664 censados, por debajo de la media cercana al 85% en toda Escocia.
El «sí» se ha impuesto en cinco distritos: el ya citado Glasgow, Dundee, East Dunbartonshire, North Lanarkshire y West Dunbartonshire.
Los resultados de algunos concejos han resultado una sorpresa, como es el caso de Aberdeenshire, ya que se apuntaba a una victoria del «sí» y finalmente los unionistas se han impuesto con un 60,4% de los votos.
También la diferencia de votos en Aberdeen ha supuesto un jarro de agua fría para el «Yes», que ha tenido que conformarse con el 41,4% de los votos frente al 58,6% del bando unionista.
Durante la larga noche electoral, en la que el escrutinio del primer distrito ha sido dado a conocer tres horas y media después del cierre de las urnas a las 23.00 (hora de Euskal Herria), los primeros resultados ya daban ventaja al «no».
Poco antes de las 6.00 de este viernes, el anuncio de la victoria del «sí» en Glasgow, pero con un margen insuficiente, ha dejdao claro que se impondrían los unionistas, lo que finalmente han hecho con casi 400.000 votos de diferencia.
La participación histórica del 84,6% registrada en el referéndum confirma el acierto de las expectativas generadas ante la cita.
El récord de personas inscritas para responder en las urnas a la pregunta «¿Debería Escocia ser un país independiente?», un 97% de los mayores de 16 años que tenían derecho a voto, anticipaba ya una participación histórica que las colas registradas en los 2.608 colegios no han hecho más que confirmar. El porcentaje establece un nuevo récord, al superar al vigente hasta ahora, de 1951, cuando Escocia registró una participación del 81,2%.
Todo queda en manos de la juventud escocesa, que en unos años opten por volver a decidir.
Y bueno, ahora la bola está en el tejado catalán, esperemos que ellos sí sepan hacer lo correcto en favor de ellos y en favor de los demás pueblos que claman por su autodeterminación. Su cita con el destino es el 9 de noviembre, que al contrario que los escoceses, no desperdicien toda una generación para volver a intentarlo.
Y bueno, ahora la bola está en el tejado catalán, esperemos que ellos sí sepan hacer lo correcto en favor de ellos y en favor de los demás pueblos que claman por su autodeterminación. Su cita con el destino es el 9 de noviembre, que al contrario que los escoceses, no desperdicien toda una generación para volver a intentarlo.
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