Uno de los esperpentos más crueles que ha inventado nuestra sociedad misógina y patriarcal es el de la ablación, también conocida como "circuncisión femenina". Si ya de por sí la circuncisión masculina es un tópico bastante cuestionable, ahora imaginemos lo que representa extirpar el clítoris y/o costurar los labios mayores de la vulva de una niña, adolescente o mujer.
Desde este blog nos oponemos a esta y cualquier otra práctica de mutilación que tenga como origen cuestiones religiosas, sobre todo cuando se hacen sin el consentimiento de la persona, algo que se da de facto por la edad de la mayoría de las víctimas. Lo anterior, en cualquier rincón del mundo, no solo en Euskal Herria.
En este tenor, les compartimos este reportaje publicado en Noticias de Álava:
En Euskadi viven unas 800 niñas que corren el riesgo de sufrir ablación
El Instituto Vasco de la Mujer ultima un protocolo global de prevención de la mutilación genital femenina en la CAV
Nekane Lauzirika
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica cultural ancestral que anualmente viola los derechos humanos de más de tres millones de niñas. Cada día, a 6.000 pequeñas en edades comprendidas entre los 4 y los 10 años les son extirpados sus órganos genitales. El Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde estima que en la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAV) hay unas 800 niñas de entre 0 y 14 años procedentes de países, principalmente del África subsahariana, que podrían estar en riesgo de ser mutiladas.
Según los datos analizados en el Mapa de la Mutilación Genital Femenina en España (MGF) 2012, en Euskadi residen unas 140.000 personas extranjeras, que representan el 6,9 % del conjunto de la población. De ellas, más de 11.000 proceden de países donde se practica la MGF, de las que 3.100 son mujeres, cuando en 2008 eran 1.300, lo que supone un crecimiento del 142%. En cuanto a las menores de 14 años, franja de edad en riesgo de padecer la MGF, “observamos que hemos pasado de 275 en 2008 a más de 800 niñas en la actualidad, crecimiento de un 198%”, explica con preocupación Izaskun Landaida, directora de Emakunde, organismo que inició el pasado mes de junio una ronda de contactos con agentes sociales conocedores de esta problemática, con la intención de abordar un protocolo para evitar nuevos casos de mutilación genital en Euskadi como los dos que tuvieron lugar en 2013 de dos preadolescentes de Guinea y Malí y que fueron denunciados por la Fiscalía del País Vasco en su última memoria.
En este proceso de elaboración del Plan colabora con Emakunde la antropóloga social Adriana Kaplan, directora de la Fundación Wassu de la Universidad Autónoma de Barcelona para la prevención de la mutilación genital y considerada una de las mayores expertas en la materia. “Hasta el momento se ha avanzado en el diagnóstico y en el contacto con circuitos y redes de trabajo y el fin es elaborar un Plan preventivo para todo el País Vasco. La intervención involucra a los profesionales de servicios sociales, educación y, especialmente, del ámbito sanitario, por lo que la coordinación entre todos ellos es imprescindible”, añade Izaskun Landaida. De hecho, la importancia de contar con todos los agentes sociales que trabajan con estos colectivos es clave, como lo ha ratificado que los dos casos denunciados por la Fiscalía fueron detectados por los trabajadores sociales después de que las familias solicitaran ayudas.
Investigación
Con el fin de generar el conocimiento necesario para la implementación de un programa global de prevención de estas prácticas en Euskadi, entre febrero y junio de 2014 se llevó a cabo una investigación cualitativa, mayoritariamente a través de entrevistas, de las experiencias en prevención de la MGF en todas las instituciones vascas con competencias en materia de sanidad, educación, asuntos sociales e igualdad de mujeres y hombres; es decir: Gobierno Vasco (Dirección de Política Familiar y Desarrollo comunitario, Educación y Salud), las tres Diputaciones forales y los tres ayuntamientos de las capitales Vascas (Áreas de Servicios Sociales, Igualdad, Inmigración, Infancia e Interculturalidad). “Además se mantuvieron encuentros con Organizaciones No Gubernamentales (Médicos del Mundo, Haurralde Euskadi y Cear Euskadi) y entrevistas personales con profesionales significativos por su implicación en el tema”.
Una petición común por parte de todas las personas contactadas fue la necesidad de un Programa Unificado de Intervención Preventiva de la MGF en Euskadi, que ampare y dé cobertura a las iniciativas que de manera local se están llevando a cabo. Un programa que tenga en cuenta las características territoriales y competenciales, y la distinta necesidad de intervenir según las mismas.
La panorámica mostró que hay posibilidades reales de un trabajo pionero desde el respeto a las diferentes culturas y la solidaridad con las personas, en el que se impliquen los profesionales de los distintos ámbitos de la salud, la educación, los servicios sociales y los colectivos de inmigrantes, trabajando conjuntamente en un mismo objetivo prioritario: lograr que las niñas residentes en la CAV cuando retornen de sus países de origen lo hagan sin haber sufrido ablación .
En general, insiste Landaida, la apuesta va en la línea de realizar un trabajo interdisciplinar coordinado por Emakunde. “El empoderamiento de los profesionales que trabajan con estas personas es clave. La población potencialmente en riesgo y afectada es limitada y está localizada, lo que permite una mejor intervención, sin alarmismos ni estigmatizaciones”.
Desde el respeto
Del diagnóstico realizado se desprende que hay que trabajar desde el respeto, el diálogo y la no culpabilización, transmitiéndoles la estima, el diálogo y la no culpabilización, poniendo en valor sus culturas y sus prácticas rituales, “lo cual es totalmente compatible con mostrar nuestro rechazo frontal a la MGF. Es importante trabajar en la formación con estas familias para que conozcan los daños físicos y psíquicos que esta práctica tiene en sus hijas. Asimismo hay que informarles sobre la legislación vigente, y las consecuencias penales que conlleva la mutilación en nuestro entorno”, explica la directora de Emakunde.
A lo largo de este mismo mes de octubre comenzará la primera fase de formación impartida por el equipo de WASSU-UAB a los agentes que serán designados por los responsables de las áreas de Salud, Políticas Sociales y Educación, del Gobierno vasco, y Diputaciones, así como los responsables de estas áreas de intervención, en los municipios con mayor presencia de las comunidades con prevalencia en origen.
“Tras la formación, que estará lista antes de que concluya este mismo año, pretendemos constituir el equipo interinstitucional de la CAV, que coordinará todas las iniciativas vascas. Uno de los resultados posibles del trabajo de este grupo es el protocolo unificado de prevención de la MGF en la CAV”, sentencia Landaida.
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