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lunes, 10 de febrero de 2020

El Proto-Euskera de Soria

Soria, localidad de Castilla y León, está ubicada a pocos kilómetros al oeste de Tutera. Deducir que está en la zona de influencia del euskera no requiere de un gran alarde intelectual, sobre todo si pone uno atención en los nombres que salpican a otros pueblos de la zona.

Dicho lo anterior, les invitamos a leer este reportaje publicado en el portal de Soria Noticias:


La existencia en Tierras Altas de unas 40 epigrafías, de ellas 30 estelas funerarias de los siglos I y II, recuerda la necesidad de crear un centro de interpretación con la riqueza arqueológica de la zona. Estas estelas aportan una renovada visión sobre el mestizaje étnico y lingüístico de la Celtiberia, en las tierras ‘fronterizas’ de las sierras sorianas y del valle del Cidacos.

Patxi Veramendi

El origen del euskera no está en Soria. Pero la existencia de una treintena de estelas funerarias de piedra en Tierras Altas, de los siglos I y II (Alto Imperio Romano), muchas de ellas con epigrafías de nombres escritos en un proto-vasco incipiente, sí aporta datos interesantes a los estudiosos de la evolución de las lenguas vasca y clásicas.

Asimismo, esas piezas funerarias “amplían el horizonte de miras sobre la movilidad y la relación de los pueblos en la Antigüedad”, más concretamente en el límite septentrional de la Celtiberia, que conforman las sierras del norte de Soria y de las tierras riojanas del valle bajo del Cidacos y del Ebro.

Así lo valora el doctor en arqueología Eduardo Alfaro Peña, responsable del ambicioso proyecto arqueológico, etnológico y cultural ‘Idoubeda Oros’, que investiga y divulga el patrimonio integral serrano de las Tierras Altas sorianas y sus proximidades, que incluye la investigación de las estelas mencionadas, las excavaciones del ‘oppidum’ comarcal celtíbero de Los Casares (en San Pedro Manrique), o la realización de un inventario de todas las ermitas que hay en la zona, entre otras iniciativas.

Explica que la presencia de las estelas, la mayoría encontradas durante las últimas cuatro décadas, y de un valor arqueológico y cultural sobresaliente, aportan nuevos datos que permiten replantear el esquema étnico que se defendía hasta la década de 1980, que hablaba de un territorio céltico dentro del general ámbito celtibérico.

Las epigrafías de las estelas evidencian, en opinión del arqueólogo soriano, que junto a la comunidad indígena mayoritaria y dominante, la celtíbera, en las sierras de Tierras Altas también parece que convivían grupos de vascones o ibéricos, además de los romanos que iban imponiendo su presencia y asentamiento en esa época.

Considera que esta circunstancia poblacional es lógica, teniendo en cuenta que la ganadería era una actividad económica fundamental. Es razonable que algunos pobladores de la zona riojana del Bajo Ebro subieran a las sierras sorianas próximas, donde encontraban un pasto muy rico y fino, en los entornos de Montes Claros y Sierra de Alba, por ejemplo.

Cabe pensar que existiera un ‘mestizaje’ étnico que, seguramente, compartiera el hecho de servir de parapeto indígena ante los romanos, a modo de franja fronteriza entre Numancia y el fondo del valle del Ebro, donde se asentaban las legiones romanas, señala.

200 años después

Este contexto histórico explica la presencia onomástica vascona en Tierras Altas, pero ¿por qué las epigrafías se han encontrado en territorio soriano, y no en otros lugares como el propio valle bajo riojano del Ebro, las provincias del País Vasco o Navarra? Tan solo se conocen varias encontradas en Calahorra, la localidad navarra de Lerga o en Guipúzcoa.

Las investigaciones apuntan a que el origen del euskera parece que hay que buscarlo al norte del Ebro, más concretamente al norte de los Pirineos (el llamado vasco aquitano), según indica Alfaro Peña, que aclara que no es lingüista y que, por lo tanto, no es un experto y solo traslada lo que otros estudiosos le han contado.

Dice que se pensaba que el uso del vasco en el sur del Ebro respondía a una euskaldunización tardía, también con el avance de los cristianos y la repoblación medieval con gente del norte, con vizcaínos, guipuzcoanos o navarros. “Pero las epigrafías de Tierras Altas de los siglos I y II demuestran que la presencia del euskera y de los vascones estaba desde antes”, aclara.

La ‘supervivencia’ de las estelas funerarias de piedra encontradas en la provincia de Soria se debe a la escasa presión humana que ha habido en Tierras Altas en los últimos 2.000 años. Además, a la ya de por sí escasa población de esta zona de Soria, hay que añadir la marcha de miles de personas entre las décadas de 1940, 1950 y 1960, que agravó la despoblación y el abandono de los pueblos.

Precisamente, fue con la vuelta de los emigrantes -a partir de 1970- cuando se empezaron a descubrir muchas de las estelas funerarias de piedra. Las obras de rehabilitación de casas como segunda vivienda, o la mejora de los pueblos propició que fuesen apareciendo esas piezas, que se habían utilizado en diversas construcciones públicas o privadas, conservándose a lo largo de los siglos sin graves deterioros.

Las inscripciones, escritas en latín, aportan nombres (el de los fallecidos) de un origen indígeno distinto, como el vasco, con términos y desinencias propias del antiguo vasco aquitano. Además, hay otras palabras de procedencia celta o íbera.

El euskera más antiguo, presente en las Tierras Altas

Resulta muy llamativa la epigrafía que aparece con nombres vascos, en el euskera más antiguo. Uno de los fallecidos que aparece en una estela es Antestius (indica la familia) Sesenco (nombre procedencia vasca). También hay una mujer llamada Oandissen; o puede leerse Udano o la palabra ‘lesuridantar’, con una desinencia de origen aquitano.

La exposición realizada el pasado verano en Santa Cruz de Yanguas sobre las estelas, ha reavivado el interés por este singular patrimonio arqueológico y lingüístico, muy especialmente en el ámbito vasco, ya que muchos medios de Euskadi y Navarra se hicieron eco de la muestra. Desde entonces, numerosos etnólogos, investigadores y lingüistas vascos y clásicos han querido conocer esas epigrafías.

Eduardo Alfaro menciona la reciente visita de Joaquín Gorrochategui Churruca, miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca, y responsable del Instituto de Estudios Clásicos de la Universidad del País Vasco. También ha estado en Tierras Altas el profesor Gómez Pantoja, de la Universidad de Alcalá, autoridad nacional en epigrafía clásica.

“Además, vinieron a la exposición muchas personas que no quisieron perderse la muestra. Interesados en el euskera, políticos, vascoparlantes y vascos, en general, sorianos -claro- y de diversos lugares de España. Tenemos un patrimonio arqueológico importante, que tenemos que poner en valor. Si se ha mantenido por la despoblación, ahora tiene que ser un recurso para mantener vivos nuestros pueblos y luchar contra esa despoblación”, remarca.

Centro de interpretación

Y es que Tierras Altas tiene muy claro que las instituciones provinciales y la Junta de Castilla y León tienen que apoyar, sin demorarse, la creación de un museo o centro de interpretación que coordine e impulse, para el turismo, el rico patrimonio arqueológico, natural y cultural de estas comarcas sorianas.

A las estelas funerarias y las excavaciones arqueológicas de castros celtíberos como el de Los Casares, se suma la ruta de las icnitas de dinosaurios, el Paso del Fuego de San Pedro Manrique, la tradición de las móndidas, el recuerdo muy presente y vivo de la trashumancia, la espectacular colección artística de la Fundación Vicente Marín de Bretún, los tapices renacentistas de Oncala, los propios pueblos serranos, la agreste naturaleza con joyas como el acebal de Garagüeta o el hayedo de Diustes.

Eduardo Alfaro insiste en que el valor y la riqueza de las cuarenta piezas con epigrafías encontradas -varias de carácter antropomorfo- merece “que se puedan conocer”, y afirma que las instituciones han acogido con “voluntad” su musealización, para lo que se cuenta con la buena predisposición de los propietarios de las piezas, que también quieren colaborar y apoyar a Tierras Altas.






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6 comentarios:

  1. La clave: el adn mitocondrial que transmiten las mujeres vascas

    Supongo que sabe el autor de este artículo que hicieron pruebas de ADN a los habitantes de Soria y que salió que un 70 por ciento de los habitantes de las Tierras Altas son vascos.

    Prioritariamente lo son por el adn mitocondrial (el que se transmite por la línea femenina: madre, abuela, bisabuela, etc). Importante: este adn es el que diferencia a los vascos del resto de peninsulares.

    El haplogrupo de ADN mitocondrial denominado U5 que entró en Europa durante el Paleolítico Superior es el que domina el territorio vasco y procede de tiempos muy anteriores a la línea masculina del Y-adn de los vascos, el DF-27 Íbero/vasco.

    Los vascos son diferentes del resto de peninsulares esencialmente por el haplogrupo U5. El U5 es un haplogroup considerado por los genetistas cromagnon.

    Los actuales vascos, más allá del minoritario U8a, poseen casi exclusivamente linajes U5b como el U5b1f, el U5b1c1 y el U5b2, este último minoritario entre los vascos franceses y mucho más frecuente entre los vascos españoles.

    Esto es ciencia, sobran mitos y falta gente que asiente la realidad científica del pueblo vasco.

    Saludos

    Genetista.

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  2. LOS VASCOS Y EL EUSKERA PROCEDEN DE LAS TIERRAS ALTAS SORIANAS (GENÉTICA Y LÁPIDAS)

    Eduardo Alfaro Peña está equivocado. La suya es una mera hipótesis.

    La teoría de Eduardo Alfaro Peña de que los pastos de las Tierras Altas -Acebal de Garagueta- atrayeron a pastores vascos a esas Tierras Altas sorianas y que de esa realidad parten las inscripciones en euskera halladas en las Tierras Altas sorianas corresponde al terreno de las hipótesis.

    He revisado con atención las pruebas de ADN de los sorianos de las Tierras Altas y pertenecen a los más antiguos linajes vascos del haplogroup U5, muy anteriores en miles de años a las lápidas en euskera encontradas en las Tierras Altas y a los pastores vascos que según el señor Alfaro las propiciaron.

    Por consiguiente, la presencia de vascos es muy anterior a los pastores vascos y a las lápidas en euskera hallada y la hipótesis del señor Alfaro de que todo parte de los pastores y las lápidas es falsa.

    Es evidente que, atendiendo a la genética, los sorianos de las Tierras Altas son el origen por lo menos de una parte de los vascos actuales, que tienen haplogroups de los mismos linajes U5 que los sorianos del norte, pero en muchos casos más modernos. Con este dato, también parece evidente que si las lápidas más antiguas en euskera que se han encontrado en territorio vasco son las de las Tierras Altas sorianas, el primer euskera procede muy probablemente de ese lugar en el que se encuentra el ADN vasco más ancestral.

    Saludos






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  3. El debate de facebook me lleva aquí.

    Un caso similar al de los sorianos vascos de estas Tierras Altas ha ocurrido con el Homo antecessor, los neandertales y los denisovanos.

    Los dedicados a la arqueología aseguraban que no tenían nada que ver con el Homo sapiens actual, con nosotros. Apareció el adn, se testó a los restos encontrados y esto ha reescrito la historia de la humanidad. Ahora resulta que no es que no tengan nada que ver, sino que son sus ascentros. Es decir que sin ellos el hombre actual no existiría como tal.

    El caso de los sorianos vascos con el adn vasco más antiguo y con las lápidas en euskera más ancestrales que se conocen, es idéntico. Los arqueólogos dicen muchas cosas, pero bajo la lupa de la genética los sorianos de las tierras altas son los vascos más antiguos y las primeras inscripciones en euskera son las de ellos. Y esto es lo que hay.

    El problema que puede existir en todo esto es que la Izquierda del País Vasco asuma la situación por ser de base racional, mientras que el PNV la rechace haciendo ver que no sane nada de la misma, porque le desmonta mucho folclore y teorías acientíficas que provienen en parte de Sabino Arana. Por cierto, los Arana no eran vascos, las pruebas de ADN realizadas a los Arana en el País Vasco han dado haplogroup Z-36, es decir celta alpino llegado a la Península Ibérica con los romanos que tenían este y otros haplogrupos del macrogrupo U-152.

    Agur

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  4. Nota. Cuando digo que los Arana no eran vascos, me refiero a que no eran de adn vasco. Eran vasquizados como una gran parte de la población del actual País Vasco que es de adn celta, no vasco.

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  5. Joakin Gorrotxategi: un académico pseudocientífico

    Joakin Gorrotxategi de la Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca) ha presentado las estelas vasconas del norte de Soria en medios, etc. debido a la exposición de San Telmo.

    En la presentación, insistió Joakin Gorrotxategi hasta la saciedad en que en las estelas lo hallado era vascónico, aquitanio, no euskera tal como hoy se entiende. Se pasó demasiado rato con eso. Y cual es la lengua que hablaban los celtas que habitaban en el actual territorio del País Vssco en esas fechas, amigo? Nada relacionado con lo vasco ni por asomo hasta el siglo VI, ENTRE OTRAS COSAS PORQUE ERAN CELTAS HASTA QUE FUERON VASQUIZADOS. De esto, no habló ni habla Joakin Gorrotxategi.

    Joakin Gorrotxategi después insistió en la hipótesis de que las estelas fuesen de pastores vascos de la trashumancia llegados de Calahorra. Tesis falsa según las pruebas de ADN realizadas a los sorianos del norte de Soria. El ADN de los sorianos del norte es anterior a las fechas que maneja el historiador en la teoría de los pastores.

    En ningún momento dijo Joakin Gorrotxategi, que niega la ciencia y actúa y habla como un folclorista, un dato cinetífico muy revelador. Del sur de los Pirineos, las estelas de Soria son las de mayor antiguedad encontradas en una lengua vascónica. Curioso.

    El etnocentrismo de las posiciones nacionalistas en el País Vasco actual no quiere reconocer que ellos son celtras vasquizados en época tardía y que los vascos eran otros en su origen: sorianos del norte, riojanos (La Rioja perteneció a Soria hasta hace cuatro días), navarros, aquitanos.

    Escuece, y entonces entra el foldlore y el misterio en las teorías, apartándose la ciencia y la genética.

    Penoso es poco.


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  6. "Para la historia del euskera, el de tierras Altas de Soria es sin duda un conjunto fundamental, el mayor en volumen de antroponimia vasco-aquitana que se puede encontrar al sur de los Pirineos", anunció la exposición de estelas vasconas que realizó el museo Laboratorium de Bergara el año 2020. Allí el trato a las estelas no fue nacionalista, sino independentista, de izquierdas y científico. Mucho más serio. La estirpe de Arana no da para más, por mucho que se presenten como académics.

    A tener muy en cuenta:
    Los sorianos del norte son vascos convertidos culturalmente en castellanos.
    Las pruebas de adn que les hicieron hace un par de años a los soerianos de la zona norte (Tierras Altas, etc) dieron adn-vasco, con mayor porcentaje incluso que en el centro o sur de Navarra.
    Un 70 por ciento son etnicamente vascos.
    Salió en varios medios.

    Saludos


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