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viernes, 1 de julio de 2016

John Arrillaga

Vaya, no habíamos leído de él desde aquella ocasión en que fue noticia por haber donado quien sabe cuantos millones de dólares al estadio del deporte sin nombre de la Universidad de Stanford.

Ahora, gracias a El Confidencial nos llega una reseña biográfica de John Arrillaga que bien podríamos archivar en nuestro expediente Kurlansky-Arzalluz.

Lean ustedes por favor:

Se llama John Arrillaga, tiene 79 años y es un estadounidense de origen vasco dueño de medio Silicon Valley. Y lo mejor: fue una estrella del baloncesto en Bilbao en 1960

Ramón Trecet
Si buscáis John Arrillaga en Wikipedia, aparecerá el perfil y los datos de un poderoso empresario estadounidense de origen vasco, que a mediados de los sesenta se plantó en medio de lo que ahora es Silicon Valley, entonces llamado Santa Clara Valley.

Arrillaga llegó a mediados de los sesenta a Santa Clara Valley, entonces un Valle del Jerte frutal, con un par de socios. Tenía 2.000 dólares en el bolsillo y unas ideas muy claras. Miraron con calma el panorama, las posibilidades y decidieron comprar y construir. Era el comienzo de lo que ahora llamamos Silicon Valley. Lo que no dice Wikipedia, ni este otro artículo, es que John Arrillaga, de origen vasco, comenzó siendo jugador de baloncesto y que, de origen  humilde, consiguió una beca deportiva de baloncesto en la Universidad de Stanford, entre 1956 y 1960.

Arrillaga llegó a mediados de los sesenta a Santa Clara Valley, entonces un Valle del Jerte frutal, con un par de socios. Tenía 2.000 dólares en el bolsillo y unas ideas muy claras. Miraron con calma el panorama, las posibilidades y decidieron comprar y construir. Era el comienzo de lo que ahora llamamos Silicon Valley. Lo que no dice Wikipedia, ni este otro artículo, es que John Arrillaga, de origen vasco, comenzó siendo jugador de baloncesto y que, de origen  humilde, consiguió una beca deportiva de baloncesto en la Universidad de Stanford, entre 1956 y 1960.

Stanford, la universidad de la que ha surgido el imparable aliento de las ciencias de la computación al máximo nivel, sobre todo un ambiente de creatividad y consciencia de la importancia de esta nueva era que no tiene parangón en aquella parte del mundo, en todo el globo.

Y ahí tenemos a a John Arrillaga, licenciado en Geografía, cómo no, teniendo en cuenta a lo que se dedica ahora. Arrillaga fue nada menos que All American, tercer equipo, en 1960. Si aquí en España hablabas de un All American, se desencajaban mandíbulas. Era puro viaje espacial.

Pero aquí viene lo bueno: Arrillaga decide investigar sus orígenes y, como no tiene dinero, decide venir a España para interesarse por sus ancestros. La mejor manera, BALONCESTO. John Arrillaga ficha por el Águilas de Bilbao, sí, un All American fichando en 1960 por un equipo de lo que entonces llamábamos Liga Nacional.

Arrillaga medía 1.95... El pívot de la selección en aquel tiempo, Alfonso Martínez... medía 1.94. Arrillaga jugaba de lo que ahora llamamos tres.

El Águilas termina segundo en Liga, tras el sempiterno Real Madrid. John Arrillaga es el segundo máximo anotador en la temporada 1960/61, con 469 puntos. El primero fue Llobet, del Orillo Verde de Sabadell. Yo me sabía los quintetos de memoria, pero ahora solo me acuerdo de aquello: Orillo Verde, Soro, Gombau, Llobet...

Los que vieron jugar a Arrillaga en el Águilas cuentan y no acaban. Entre ellos, Xabier Añúa, al que le dije el nombre y saltó como un resorte: "¡Buenísimo!".

Arrillaga, discreto, tímido, con la elegancia y la clase que entonces era común en el baloncesto universitario, vuelve a Estados Unidos. Tiene un breve escarceo con el baloncesto NBA, fichando por los San Francisco Warriors, antes Philadelphia Warriors y despues Golden State Warriors. Lo deja por motivos personales. "No me gustaba ver a compañeros casados acostándose con todas las 'groupies' que había en la puerta de los vestuarios cuando jugábamos fuera".

Arrillaga tiene ahorrados 2.000 dólares de la época, que eran un dinero. Pone en acción sus conocimientos en geografía. Llega el día en que visita Silicon Valley, (perdón, Santa Clara Valley), compra suelo y se lo vende a empresas 'techno' de la época. Luego crea además su propia empresa de construcción. Parte del dinero que gana lo invierte en el departamento de deportes de su alma máter, Stanford. Construye pabellones para los equipos de la universidad, a precio de costo. Cede terrenos. Reconstruye en 10 meses el estadio de fútbol. Una de las últimas cosas: el pabellón especial para los equipos de voleybol.

Le conocen los máximos dirigentes de las grandes firmas tecnológicas. Cuando hay que ampliar instalaciones en Google, Apple, Microsoft, Facebook... todos van a hablar con este jugador de baloncesto de la Universidad (claro) de Stanford, que jugó en el Águilas de Bilbao y que en este momento tiene 79 años. Todos los días, con sus zapatillas Under Armour, se hace unos kilòmetros andando a gran velocidad. No concede entrevistas. Va a ver TODOS los partidos del equipo de baloncesto de Stanford y la universidad sabe, y así lo dice, que el enorme prestigio de los deportes en Stanford, 'The Cardinal', no hubiese sido posible sin él.

John Arrillaga jugó en el Águilas de Bilbao. Un honor para John, para el Águilas y para todos los que amamos el baloncesto. Solo conozco una historia de emulación tan emocionante: la de mi Knickerbocker Bill Bradley... Pero Bill no jugó en España. Ni en el Águilas.

Este miniartículo no habría sido posible sin la dedicación de dos amigos de Vitoria: Roberto Arrillaga y Xabier Añúa: SON BALONCESTO.

John Arrillaga tiene, según 'Forbes', una fortuna personal de 2.300 millones de dólares.





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