Jaque Mate Vasco en Bilbo

No, esta nota no tiene que ver con Hasier Arraiz, de hecho, tiene que ver con el juego de mesa.

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Euskadi asoma en el mundo de los peones

Santiago González de la torre y Eihartze Buiza, alumna del primero, son los referentes vascos del ajedrez

Irati Alonso

Como cada año, desde hace nueve, la élite del ajedrez centra su mirada en Bilbao por unos días. Miles de aficionados están pendientes de lo que pasa en la villa. La visita de algunos de los mejores jugadores del mundo para disputar la Final de Maestros convierte a la capital vizcaina en el centro mundial del ajedrez, al menos durante el tiempo que dura el torneo. Sin embargo, son muchos los que luchan cada día por llevar el nombre de Euskadi alrededor del mundo a través de este deporte. En ello están Santiago González de la Torre y Eihartze Buiza, presente y futuro del ajedrez. El primero ya es para algunos el mejor ajedrecista vasco de la historia. El vizcaino se ha ganado a pulso la denominación. El pasado mes de abril se alzó por sexta vez con el campeonato de Euskadi en la categoría absoluta y es, desde hace tiempo, un referente a nivel estatal. Con 35 años lleva mucho camino recorrido, pero solo piensa en el ajedrez como pasión. “Es muy difícil vivir de jugar a esto. Hay que ser constante, tener talento, y además se necesita suerte. En España solo hay dos o tres personas que vivan de jugar, no es lo normal”, afirma González de la Torre, uno de los comentaristas en el Teatro Campos.

Santiago no pierde la ilusión. Quiere llegar a lo más alto y no cesa en su empeño. Convertirse en gran maestro es ahora su objetivo: “Llevo mucho tiempo trabajando para superar esa barrera. Es complicado, pero yo voy a seguir intentándolo”.

Compitiendo a los cuatro años 

El ajedrez es un mundo complejo, más si cabe para las mujeres. Pocas son las que se atreven a adentrarse en él, y menos todavía las que triunfan. Esta idea, en cambio, no intimida a la joven pupila de Santiago. Eihartze Buiza, de solo 17 años, es ya una de las promesas del ajedrez vasco. Comenzó con tres años a mover los peones y uno después ya estaba compitiendo. “Empecé por copiar a mi hermano”, confiesa sonriendo. Gracias a él, Eihartze es hoy una de las jugadoras con más proyección del panorama estatal. Acaba de proclamarse campeona de España sub’16, y viendo su progresión, todo hace indicar que le espera una gran carrera. “Es muy joven, tiene tiempo, tiene ganas, tiene talento. Si trabaja bien puede llegar muy lejos. No tiene techo”, dice su entrenador. González de la Torre es muy optimista. Ella, por el contrario, se muestra reacia a hablar de lo que puede venir. No quiere adelantarse a los acontecimientos, y tiene claras sus prioridades. No duda ni un instante. Primero los estudios. El resto, incluido el ajedrez, es secundario. Pero las expectativas puestas en esta deportista son altas. Apunta muy arriba, aunque ella no es del todo consciente. “Yo todavía no me lo creo”, admite. No es fácil asumirlo. No ha cumplido la mayoría de edad y Eihartze es ya una de las esperanzas del deporte vasco.

Luchadores, perseverantes. Estos dos deportistas son un ejemplo de trabajo y constancia. El reconocimiento que reciben en cambio, es mínimo. Tienen claro cuál es el sitio que ocupa el ajedrez en el panorama deportivo, pero no por ello dejan de reivindicar un mejor trato. No tanto por parte de las instituciones, sino a nivel social. “Si alguien queda campeón del mundo de ajedrez se le debería recibir igual que si lo consigue por ejemplo en el fútbol”, reclama Santiago.

Para ello deben atraer al público y tienen claro de quien es la responsabilidad: “Somos nosotros mismos los que tenemos que acercar el ajedrez a la gente”. Tarea complicada la que tienen. Son muchos los que saben manejar los peones, pero pocos los que buscan divertirse viendo partidas ajenas. “El ajedrez tiene muchos elementos competitivos que son atractivos. Solo tenemos que saber transmitírselo a la gente”, apostilla el referente vasco de esta disciplina deportiva. 

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