Damos continuidad al asunto tremendamente pendiente de las agresiones sexistas durante las fiestas que se celebran a lo largo y ancho de Euskal Herria durante el verano.
Ya hemos compartido con ustedes información al respecto de lo sucedido este año en Iruñea durante los Sanferminak, así que le damos continuidad al tema con esta editorial publicada por Naiz:
En la cuestión de las agresiones sexuales los sanfermines de 2016 han marcado una línea roja sobre un fondo blanco. Un fondo que ahora toca rellenar con planes estratégicos, políticas públicas, liderazgos y una agenda feminista que sitúe a Euskal Herria como una vanguardia en este tema. No solo en clave de problema, que lo es y muy grave, sino en perspectiva de cómo construir una sociedad diferente, más igualitaria, decente y mejor. Dentro de una estrategia para socavar el patriarcado y dar pasos hacia otro sistema. Para ello será necesaria toda la voluntad política y la fuerza comunitaria que la sociedad ha demostrado en estas fiestas.
Las visiones más irresponsables y frívolas han querido subrayar la excepcionalidad de las agresiones en sanfermines, cuando lo realmente excepcional ha sido la respuesta ciudadana, institucional y judicial.
Prioridad en todos los sentidos y áreas
El principal cambio que ha operado en estas fiestas ha sido el situar la igualdad entre hombres y mujeres como eje principal del discurso público y, dentro de esto, las agresiones como prioridad política. En todos los ámbitos, los medios y las fuerzas se han enfocado a combatir esta lacra.
La violación de la primera noche suponía una dura prueba de hasta qué punto ese nuevo posicionamiento de la fiesta era real. Dentro de la tragedia, el comportamiento de todos y todas fue ejemplar, desde la ciudadanía hasta las instituciones, pasando por las policías municipal y foral. En este relato, siempre habrá que recordar el coraje de la víctima como punto de partida. La posterior repulsa, la asistencia, la transparencia, la persecución… mandaron un mensaje claro contra la impunidad. El compromiso era común y efectivo.
Protocolos, no solo declaraciones
Tal y como recogía el periodista Aritz Intxusta en su reportaje de balance [http://goo.gl/9lImJE], lo sucedido tiene poco de espontáneo. Ha sido fruto de una gran labor que ahora se ha sistematizado, coordinado y visibilizado como antes no se hacía. No es una cuestión de firmeza discursiva, sino de una política pública coordinada con la sociedad civil –por así decirlo, no es que Joseba Asiron esté más en contra de las agresiones que Enrique Maya, aunque sin duda que sea abiertamente feminista ayuda a que vea esta prioridad desde otra óptica–. Es una cuestión, entre otras, de medios.
El protagonismo ha sido del movimiento feminista, en particular del Grupo Sanfermines en Igualdad, y el liderazgo ha sido compartido con las instituciones y otros agentes sociales, desde las peñas hasta los medios de comunicación. Todo el mundo ha asumido su responsabilidad en este tema.
Empoderamiento y sexualidad emancipadora
Esta experiencia concreta se inscribe dentro de la gran batalla ideológica, cultural y sobre todo política que propone el feminismo. La activista Maitena Monroy expone algunas de las formas de romper con ese terror sexual interiorizado y expandido por el machismo. La autodefensa feminista y el empoderamiento son instrumentos de calado, que requieren un trabajo profundo.
En otro plano más general, es necesaria una reflexión sobre cómo avanzar hacia una sexualidad emancipadora. Entre una hipersexualización tan banal como peligrosa y una sexofobia desviada y castrante, tiene que abrirse un espacio para una sexualidad sana, igualitaria, libre y liberadora.
Dar forma política a todo esto
El municipalismo se ha mostrado como un terreno perfecto para implementar esta labor. Las iniciativas del Ayuntamiento de Iruñea han recibido un reconocimiento unánime y existen opciones para aprender de esta experiencia y desarrollarla en otros pueblos y ciudades de Euskal Herria. Pronto comienzan otras fiestas y conviene actuar rápido, porque la vida y la libertad de las personas dependen de ello. Entidades como los ejecutivos de Gasteiz e Iruñea tienen otros ámbitos prioritarios, como la asistencia y la Educación.
Este puede y debe ser un esfuerzo común de toda la sociedad vasca. Hay condiciones objetivas y subjetivas, hay modelos y consenso, luego lograr avances relevantes es cuestión de voluntad política y liderazgo.
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