Con gran emoción compartimos este reportaje publicado en Deia:
El arte de un preso en su celda
Los cuadros del durangarra Oier Andueza podrán verse hasta el día 17 en el museo de la villa
K. Doyle
Aislado del mundo y en la soledad de su celda. Este es el lugar donde el durangarra Oier Andueza pinta sus obras. Lo curioso de sus cuadros es que los pinta utilizando sus manos como pinceles. Preso en la cárcel de Murcia, sus trabajos podrán verse desde el martes en el Museo de Arte e Historia de Durango. “Cuando cojo las pinturas me escapo de la cárcel, se convierten en ventanas sin barrotes”, explica el artista, que fue encarcelado el 22 de febrero de 2001 y que cumplirá 41 años el 5 de agosto.
Al poco de ingresar en prisión y gracias a un compañero, Oier comenzó a interesarse por la pintura. Hasta entonces nunca había probado el arte de pintar y poco a poco las pinturas y los lienzos comenzaron a convertirse en parte importante de su vida. Eran sus padres los que le llevaban libros de fotografía y él les marcaba las instantáneas que quería fotocopiar en papel de brillo para después realizar los cuadros con las yemas de sus dedos. “Oier realiza todos estos trabajos en la celda. Nunca ha tenido pinceles u otros elementos de los que habitualmente utilizan los pintores. Utiliza barras de pastel, sus dedos, algún papel, un palillo y tiempo”, apunta orgulloso Roberto Andueza, el padre de Oier.
De los aproximadamente cuarenta cuadros que se expondrán en el museo durangarra la gran mayoría serán de personas o escenas en las que casi siempre aparece alguien. “Veréis pocos paisajes. Me gusta pintar personas porque una mirada o un gesto me dicen mucho más que mil paisajes”, puntualizó el autor de las obras que disfruta pintando a su familia. Muestra de ello, es que podrán encontrarse cuadros donde salen sus hijos, Hize, que cumplirá 7 años en agosto, y Aiur, de dos años. También su mujer Araitz, su madre y familiares de amigos suyos son protagonistas en algunos de los trabajos. “Recuerdo cuando nació Hize. Le trajeron de Cáceres a casa para conocerla. Tuvo dos horas para estar con nosotros y le hicimos una foto que después la pintó en uno de sus cuadros”, explicó Roberto. En la actualidad, la mujer y los hijos de Oier viven en Gipuzkoa. Este fue el motivo por el que sus cuadros fueron expuestos allí por primera vez las pasadas navidades.
Durante todos estos años, Oier ha ido regalando muchos de sus cuadros a la gente que le visita, por lo que la familia tuvo que ir recolectándolos para poder realizar la exposición. La respuesta del público fue muy positiva y 500 personas presenciaron las obras del durangarra lo que supuso un récord de asistencia en el recinto cultural para ver una exposición pictórica.
Tras el éxito cosechado, el turno ahora será para Durango. El Museo de Arte e Historia de la villa acogerá la muestra hasta el próximo 17 de julio.
La jornada inaugural del martes dará inicio a las 19.00 horas y contará con un concierto de cuerda del grupo Hanneke. Además, la durangarra y amiga de Oier, Ohiana Etxegibel, ofrecerá unas palabras para inaugurar la muestra.
Los interesados en presenciar esta exposición podrán hacerlo de martes a sábado en horario de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas. El domingo el espacio estará abierto de mañana y cerrará por la tarde. “Os invito a acercaros a mis ventanas, a conocer los diferentes lugares a los que me han llevado mis escapadas”, zanjó el artista.
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