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sábado, 20 de mayo de 2006

Aguirre Dice Adiós al Osasuna

Javier Aguirre Onaindia puede ser el mexicano a quien más se reconozca por su orígen vasco en tiempos modernos. En un país donde la presencia vasca puede ser rastreada hasta por 500 años y donde los apellidos y toponímicos vascos abundan resulta bastante curioso ver cuan poco conocimiento hay acerca de esta identidad en la sociedad mexicana, una sociedad multiétnica en donde los hijos de inmigrantes pronto encuentran total y completa aceptación entre sus coetáneos y las identidades étnicas y culturales pronto se diluyen salvo algunas excepciones.

A Javier Aguirre se le ha llamado "El Vasco" desde siempre, cuando jugaba para el América, equipo de fútbol perteneciente a un mexicano de origen vasco y de apellido Azcárraga, los locutores y comentaristas de la empresa Televisa, también propiedad de la familia Azcárraga por lo general se ahorraban nombre y apellido y con solo decir "El Vasco" todos sabían de quien se hablaba.

Hace cuatro años Aguirre se fue al estado español a dirigir al Osasuna de Pamplona, el equipo de futbol de la capital navarra Iruñea, equipo con el que ya había militado como jugador en 1987 después de haber jugado con el Atlante. Esto fue una inmensa fuente de alegría para la comunidad vasca de México que veían al hijo pródigo regresar a la tierra de procedencia. Aguirre hizo un excelente papel con el equipo que por cierto es el único en la liga del estado español con el nombre en euskera, osasuna significa "salud".

Pues bien, en Vascos México han anunciado la separación de Aguirre del Osasuna, aquí tienen la nota:

Aguirre se va con un "volveré"

Javier Aguirre oficializó ayer su marcha de Osasuna en una conferencia de prensa ofrecida junto al presidente del club rojillo, Patxi Izco, en la sala de prensa del estadio Reyno de Navarra. En ella informó de que el próximo miércoles será presentado por su nuevo club, el Atlético de Madrid. El técnico rojillo prefirió no pronunciar el nombre del Atlético al hablar de su futuro, a pesar de que el pasado jueves por la mañana cerró en Madrid el acuerdo por un año con los dirigentes del club colchonero, Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín. Su intención es llevarse al Atlético a su segundo entrenador en Osasuna, Nacho Ambriz, y al preparador físico Juan Iribarren.

Durante el acto de despedida, Patxi Izco le impuso a Aguirre la insignia de oro del club como reconocimiento a su trabajo durante sus cuatro años. Patxi Izco, que no pudo contener sus lágrimas durante casi toda la conferencia de prensa, fue el primero en intervenir para comentar que para él "éste era el día más triste, o el más especial, desde que soy presidente de Osasuna. Es el día en el que me toca decir adiós a un entrenador fantástico y, ante todo, a un gran amigo". Según Izco, Aguirre "ha conseguido inyectar en la plantilla el valor y el coraje que convierte a los equipos pequeños en aspirantes a grandes... Ha conseguido que Osasuna olvidase el discurso de modestia que nos ha caracterizado históricamente. Y desde el trabajo, la ilusión, la confianza en el grupo y la convicción en que no somos menos que nadie, ha logrado unos resultados deportivos históricos para nuestro club. Cuando esta directiva apostó por él, sabíamos que en esa apuesta había un maravilloso gestor de vestuarios que llevaba un pedazo de Osasuna en su corazón. Ahora que se marcha, hemos comprobado que la apuesta fue buena y se nos queda un pedazo de Aguirre en el corazón de Osasuna. Desde la directiva, y creo que en representación de todo Osasuna, lo único que podemos hacer es transmitirle el agradecimiento sincero de un club y de una gran familia osasunista por estos cuatro años que nunca se olvidarán".


JAVIER AGUIRRE


"Es un hasta pronto"

Una vez que Patxi Izco le impuso la insignia de oro del club, Javier Aguirre anunció oficialmente su marcha de Osasuna y respondió a las preguntas de los periodistas.

"En el día de mi despedida tenía dos planes -aseguró-; el plan A, ser formal, serio, escribir algo, ser obvio y racional. Rompí las notas porque no me gustaban, las tiré a la basura, y puse en marcha el plan B, que es ser como soy. Así me conocieron, así llegué y así me voy. Hoy he leído lo que dicen de mí, hablan de un hombre mexicano, distinto, enigmático inclusive, y así soy, sin vueltas, con el corazón por delante y que incluso les llegué a sorprender en el último partido al cambiar a toda la defensa. No soy obvio ni costumbrista. Trato de romper con moldes y esquemas... Desde que entré por la puerta a este club, noté algo especial en el ambiente. Me he sentido cómodo. Ha habido un respeto a mi trabajo y a mi persona, a los tuyos. Y eso para mí es fundamental. El que Silvia (su mujer), Ander, Mikel e Iñaki (sus hijos) se sientan como en casa es fundamental. Nunca en estos cuatro años me he sentido extranjero, ni foráneo... En cuatro años no me faltó nunca nada. Pedía un boli, y ahí estaba; igual con un informe de un jugador, con un lateral izquierdo, con un viaje en autobús, con un entrenamiento. Trabajar de esa manera, con esa tranquilidad, es a lo que aspiramos todos los profesionales... A la gente del club me los llevo en el corazón, al osasunismo entero que me hizo sentir partícipe del logro del club, al personal de oficinas, a mi cuerpo técnico que nunca me abandonó y a mis jugadores porque sin ellos no hay logro alguno; finalmente a Patxi Izco, porque en los momentos duros tuvo mas confianza que yo mismo en mi capacidad. Es un hombre íntegro y cabal, que confió en mi trabajo. No es un adiós, es un hasta pronto. Estoy seguro de que volveré. Ya nos veremos en el camino.

¿Por qué ha decidido marcharse?

Me voy porque creo en los ciclos de trabajo. Cuando yo estaba en Japón con la selección y Patxi Izco me invitó a compartir esta aventura hablamos de un proyecto de cuatro años, un proyecto de crecimiento. Patxi me dijo que en tres años estábamos en Europa y gestionando instalaciones nuevas y creo que no nos equivocamos. Entiendo que los tiempos deportivos fueron más deprisa que los administrativos. Creo que es lo mejor para el club; hacerme de lado. Osasuna tiene proyectos deportivos de crecimiento, en esa línea de paso lento, pero seguro; me da la impresión de que lo más sano para mí y el club es que venga otra persona y continúe con este trabajo.

¿Lo deja porque Aguirre ha tocado el techo con Osasuna o porque Osasuna ha tocado techo con Aguirre?

Lo dejo porque pienso que es el tiempo de que Javier Aguirre le deje paso a otro que venga a seguir con un trabajo que ya estaba, a ilusionar de nuevo al vestuario, a cambiar entrenamientos, a cambiar horarios, a romper con la manera de hablar del manito, a darles algo distinto a los periodistas, a la afición, porque la gente se cansa de esta cara, de esta manera de ser. Es bueno por el bien mío y del club, que venga alguien y que los involucre de mejor manera.

¿No le da pena irse sin poder dirigir a Osasuna en la Champions ?

Me da pena, pero la institución está por encima de Javier Aguirre. Osasuna estará en Champions y ya le he pedido dos entradas al presidente para el partido de agosto.

¿A quién se lleva a su nuevo club?

El miércoles seré presentado en un nuevo club y en principio no hemos hablado de llevarnos a nadie. No he trabajado aún con el nuevo club para saber qué necesidades tienen.

¿Juan Iribarren se irá con usted?

La idea es invitar a Nacho Ambriz y a Juan Iribarren.

¿Cuál ha sido su peor momento en estos cuatros años en Osasuna?

El peor momento como entrenador, el más vergonzoso, fue el 4-0 del año pasado contra el Levante. Me sentí indigno de sentarme en el banquillo de Osasuna. Sentí que no era capaz de conducir a un grupo de jugadores, que no representaba dignamente una camiseta. Otro momento duro fue el 1-6 contra el Málaga. Fue terrorífico, pero al menos, dentro de la debacle, vi una actitud de competencia. También hubo dos momentos puntuales. El primero en la jornada 10 del primer año, cuando el equipo venía de seis derrotas y no había dónde sostener al mexicano. Le dije a Silvia que probablemente nos tendríamos que ir si no ganábamos al Valencia. No tenía capacidad para más, pero ganamos 1-0 y me quedé. Al año siguiente, volví a pensar que no tenía capacidad para seguir como entrenador, pero volvimos a ganar 0-1 al Atlético.

¿Y los momento dulces?

Sin duda, el pasado martes. Ya sabía que me iba y así se lo había dicho a Patxi Izco, a mis jugadores, a mi mujer y mis hijos. Me costó mucho tomar la decisión, había llorado. Por eso, el mejor escenario fue el último. La afición estuvo volcada. El marco fue maravilloso. Eso te da la tranquilidad de saber que te vas con los deberes hechos, de saber que no le fallaste a esta junta, a los jugadores, a esta gente. Fue la mejor noche.

¿Le preocupa no encontrar en su nuevo equipo esa tranquilidad?

Siempre hay incertidumbre en el futuro. Ya la tuve cuando dejé un gran contrato con la selección mexicana para venir a Osasuna. Yo pensaba que conocía la Liga española y luego me di cuenta de que no. Allá donde voy tengo la incertidumbre de cómo se va a adaptar mi familia. Silvia va a hacer su 15ª mudanza. Ir a un sitio nuevo te genera dudas, ilusión...

¿Considera que el reconocimiento a su trabajo ha tardado en llegar?

Me sentí querido desde el primer día. Ver y escuchar que no iba por el camino adecuado, que mi conducta no era la deseada... Las críticas periodísticas son bienvenidas. Soy una persona joven que aún tiene que aprender. Si todo fuese maravilloso, yo estaría en una aureola de soberbia que no me permitiría ser terrenal.

Su regreso al club rojillo no ha podido ser mejor.

Como jugador me fui muy triste de esta ciudad en 1987. Cedí mi ficha al club, aunque tenía derechos laborales, para que viniese un jugador, Robinson, que venía en mejores condiciones. Me fui con la conciencia intranquila después de jugar 12 partidos de Liga y dos de Copa. Ese fracaso deportivo lo pude disimular con la lesión. Hoy sí me voy muy tranquilo, con los deberes hechos. Ni me deben ni les debo.

¿Se podía imaginar jugar una final de la Copa y estar en Champions ?

Era demasiado pedir. El proyecto era conseguir la permanencia y me atraía porque es la realidad de nuestro equipo, pero cuando vas conociendo la entidad por dentro, las tripas, me da la impresión de que podemos con eso y algo más. Y ese algo más es navegar en aguas tranquilas. Yo creo que a juzgar por los resultados, y los números, estar seis semanas en puestos de descenso y más de 140 en puesto de no descenso, generan una tranquilidad brutal. La final de Copa, la UEFA y la Champions es un postre que este club se merece porque ha trabajado bien.

¿En estos cuatro años quién ha crecido más? ¿Usted como entrenador u Osasuna como club?

Vamos de la mano. Yo he crecido como entrenador y el club como club. Todos hemos aprendido, mejorado y todos hemos puestos nuestro granito de arena. El club seguirá sacando jugadores con esa raza navarra y seguirán llegando gente que se contagiará de ese espíritu navarro. Hemos roto con esa mentalidad que no nos permitía creernos que podíamos ganar al Madrid en el Bernabéu o al Deportivo en Riazor. ¿Por qué no puede nuestro equipo jugar la Champions?


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