Desde Naiz traemos a ustedes este comentario editorial acerca de la jornada reivindicativa de los derechos de las mujeres vivida en Euskal Herria el pasado 8 de marzo:
Iraia OiarzabalEl despertar del 9 de marzo llega con una especie de resaca. El de ayer fue un gran día de movilización en las calles de Euskal Herria y hoy toca volver a revisar las imágenes que esa gran ola ha dejado grabadas en nuestras retinas, poner en valor lo logrado y aprovechar ese «chute de energía» para seguir trabajando desde el feminismo. Al igual que la jornada del pasado año, la huelga de ayer deja un poso que debemos acertar a aprovechar. Seguir sumando valores que aportan riqueza a este movimiento.«No hay un feminismo, sino muchos», estas palabras de Angela Davis bien sirven para definir lo que ayer quedó reflejado en nuestros pueblos y ciudades. Esta ola nace seguramente de diversas formas de acercarse al feminismo, probablemente se esté dando en diferentes ritmos en cada una de las miles de mujeres que se han subido a ella. Esto en sí mismo también es un gran valor en este fenómeno que irradia algo que favorece su unidad: una gran complicidad.Miradas de complicidad entre la madre y la hija que nunca llegaron a pensar que saldrían juntas a reivindicar el fin de una opresión que ha salpicado a ambas de diferente manera. Una generación de mujeres que han vivido ahogadas en la idea de falsas tradiciones, atadas a un concepto de familia y sujetas a obligaciones que en ningún caso eran exclusivamente suyas, también se plantó ayer en las calles. De fondo, la inconfundible voz de Aretha Franklin y su 'Respect', un himno que salta de generación en generación. Y junto a madres y abuelas, miles de jóvenes llenas de energía que tienen muy claro su objetivo: un futuro donde puedan vivir libres y en igualdad. Han aportado vitalidad y aire fresco a un feminismo que suma y sigue, que va a por todas.Hoy me inunda la sensación de que ayer miles de mujeres nos hablamos unas a otras en un lenguaje universal, a través de una mirada cómplice. Estamos juntas en la lucha por cambiar un sistema patriarcal y sexista que nos discrimina y oprime. Están con nosotras los hombres que nos apoyaron en las movilizaciones de ayer, el feminismo también ha despertado sus conciencias. «No existe un camino único hacia el feminismo. Las persona de distintos orígenes necesitan teorías feministas que se refieran directamente a sus vidas», hoy rescato estas palabras de Bell Hooks, cuya fabulosa obra se ha convertido en fuente de consulta esto días, para ratificar que, efectivamente, el feminismo es para todo el mundo.
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