Tras hablar de su pasado progre y de su tío republicano, aclarar que nunca se inclinó por el comunismo, don Baltasar entra en calor y por fin, al minuto 20 un excesivamente candoroso Pablo Iglesias habla de la "guerra sucia contra ETA" como si se estuviese hablando de una batalla en Narnia misma, cuando en realidad se trató de una estrategia de terrorismo de estado en contra del pueblo vasco en general.
Al minuto 21 el propio Pablo Iglesias, jefazo de Podemos, adopta la postura oficial diciendo que los casos de tortura en contra de los independentistas vascos "no han sido sistemáticos, pero sí frecuentes". Es entonces cuando Garzón agradece la volea y sin guardametas en la portería anota con una arrogante defensa de "la lucha contra el terrorismo desde la legalidad".
Se deslinda así de lo que describe con lujo de detalle durante los siguientes minutos, vistiéndose del gran héroe y adalid de los derechos de los ciudadanos aún en contra de las instituciones mismas, y así al minuto 26 nos dice que gracias a él se había vuelto a legitimar internacionalmente la lucha de Madrid "contra el terrorismo".
Y ya envalentonado, al minuto 30 con 21 segundos, casi ufano, reconoce ser el padre del la doctrina "todo es ETA".
Claro, inmediatamente después, y de muy Goebbeliana manera, Pablo Iglesias brinca al caso Pinochet, asegurando así que la cínica confesión del juez clown se pierda en el resplandor de su heroica gesta en contra del dictador chileno.
Vean ustedes:
Al minuto 21 el propio Pablo Iglesias, jefazo de Podemos, adopta la postura oficial diciendo que los casos de tortura en contra de los independentistas vascos "no han sido sistemáticos, pero sí frecuentes". Es entonces cuando Garzón agradece la volea y sin guardametas en la portería anota con una arrogante defensa de "la lucha contra el terrorismo desde la legalidad".
Se deslinda así de lo que describe con lujo de detalle durante los siguientes minutos, vistiéndose del gran héroe y adalid de los derechos de los ciudadanos aún en contra de las instituciones mismas, y así al minuto 26 nos dice que gracias a él se había vuelto a legitimar internacionalmente la lucha de Madrid "contra el terrorismo".
Y ya envalentonado, al minuto 30 con 21 segundos, casi ufano, reconoce ser el padre del la doctrina "todo es ETA".
Claro, inmediatamente después, y de muy Goebbeliana manera, Pablo Iglesias brinca al caso Pinochet, asegurando así que la cínica confesión del juez clown se pierda en el resplandor de su heroica gesta en contra del dictador chileno.
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