El Tour de France no ha sido lo mismo desde el colapso del Euskaltel Euskadi, por eso los julios franceses ya no tienen el mismo sabor.
Al respecto, les compartimos este reportaje publicado en Deia:
Seis apellidos vascos
El menguante pelotón de ciclistas de Euskal Herria en el Tour centrará sus esfuerzos en trabajar para sus líderes
César Ortuzar
Deforestado el exuberante jardín botánico que fue Euskaltel, árbol genealógico de tantos apellidos que recorrieron el Tour, que lo hicieron naranja, el ciclismo vasco es apenas un vergel en la Grande Boucle que se anuncia en la casa Orange, en Utrecht. En dos años, la presencia de ciclistas de Euskal Herria se ha reducido a la mitad. Son los vientos desérticos que soplan desde el desmontaje del equipo naranja. Encogido el plantel, diseminado, seis serán los corredores vascos que pedaleen por el julio francés: Jonathan Castroviejo, Gorka Izagirre e Imanol Erviti (Movistar); Markel Irizar y Haimar Zubeldia (Trek) y Romain Sicard (Europcar). Todos ellos, salvo Haimar Zubeldia, el hombre a un Tour pegado, están configurados para el cuidado y la protección de sus respectivos líderes en una carrera tan caprichosa y traicionera como el Tour, que no hace prisioneros.
En el Movistar, que recogió a un buen puñado de corredores con pasado naranja, la tarea es clara, absolutamente definida: colaborar en lo posible para que Nairo Quintana, cabeza de cartel del equipo, conquiste su primer Tour de Francia. En esa misión asoman Castroviejo, Erviti e Izagirre, que llegan en un espléndido momento de forma al Tour. El vizcaino, campeón estatal contra el reloj, y el navarro, dos corredores poderosos, se postulan como parte de la guardia pretoriana del colombiano en las etapas llanas, sobre todo en la azarosa primera semana, donde con las fuerzas intactas la carrera es un ejercicio de supervivencia en estampida, más si cabe cuando el adoquín, algo así como un campo de minas, aparece en el perfil. Además, la presencia de Jonathan Castroviejo, un excelente especialista contra el crono, e Imanol Erviti se antoja imprescindible para la contrarreloj por equipos y la etapa del pavés, que puede ser decisiva.
En el reparto, Gorka Izagirre, segundo en el estatal de crono, está llamado a fortalecer a Nairo Quintana en las numerosas jornadas de montaña del Tour. En el equipo todavía se recuerda la arenga del guipuzcoano a Quintana en el Giro que logró el colombiano. En una etapa dantesca, con nieve, agua y frío, Gorka impulsó a Quintana, a un dedo de poner pie a tierra tieso como estaba por el frío. Izagirre se empleó a fondo para convencer entonces al colombiano de seguir luchando. Finalmente Nairo continuó adelante y ganó la etapa. En un Tour que mira a las cumbres, -la última semana es un empacho de montaña- su labor se antoja vital. El de Ormaiztegi es uno de los alfiles de Quintana.
Haimar, el hombre tour
En la nómina de ciclistas vascos, el patriarca, Haimar Zubeldia, merece una mención aparte. El guipuzcoano participará por decimocuarta ocasión en la Grande Boucle, un registro solo al alcance de un puñado de corredores en la extensa biografía del Tour. Empata en el libro de honor con Raymond Poulidor, Sean Kelly, Erik Zabel y André Darrigade. Disputa Zubeldia la carrera ininterrumpidamente desde 2001 -salvo en 2010 cuando se lo impidió una caída en la Dauphiné de aquel año-. En ese tiempo, Zubeldia acumula cinco top-10 -quinto en 2003, octavo en 2006, cuarto en 2007, sexto en 2012 y octavo en 2014-, y solo abandonó en 2004. Únicamente ocho corredores superan el registro de Haimar en el histórico de la Grande Boucle. El guipuzcoano tendrá libertad para desarrollar una carrera que conoce pulgada a pulgada y servirá de guía de montaña a Bauke Mollema. Regular al extremo, Zubeldia es un seguro para una completar una buena clasificación. Igualmente, su experiencia servirá de punto de apoyo para Mollema, el líder del Trek para la carrera francesa. Junto con Haimar también colaborará Markel Irizar, un gregario de lujo para los rápidas y peligrosos días de la primera semana y otro de los puntales para la etapa contra el crono, así como para la complicada jornada del pavé.
Romain Sicard (Europcar) es el último de la nómina de vascos que participarán en el Tour de Francia. El de Iparralde es un corredor que se desenvuelve bien en todos los terrenos y forma parte de una escuadra que se centrará en la recolecta de etapas. Romain Sicard, con buenas piernas para la montaña, -sin duda su punto fuerte-, puede ser una de las opciones del equipo francés para hacerse con alguna etapa en el Tour, donde finalmente enraizarán seis apellidos vascos.
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