Los jugadores del Athletic le agradecen a a la afición vascoestadounidenses por todas las atenciones prestadas durante su estadía dentro del marco de las actividades del Jaialdi 2015 mediante esta misiva dada a conocer en las páginas de El Correo:
Después de diez días fuera de casa con el Athletic, el cariño y la amabilidad de los vascos de la capital de Idaho han sido el combustible para seguir adelanteJuanma MalloEskerrik asko! Thank you, Boise! A pesar del jet lag, del calor que ha golpeado a la capital de Idaho estos días, solo podemos dar las gracias a ese numeroso grupo de vascos que nos han permitido disfrutar de una experiencia única, de la histórica visita del Athletic a una de las cunas de la inmigración de Euskadi en Estados Unidos. Todo ha sido amabilidad, predisposición, atenciones, preocupándose por nuestras caras de cansancio, nuestros problemas para entender algunas costumbres, y la desorientación propia de vivir cuatro días a 8.000 kilómetros de casa. Henar, familia Zubizarreta, Joe, Anne Mary, Argia, John, Jose Mari y tantos otros eskerrik asko por vuestras atenciones, sin vuestras sonrisas, ese cariño, no hubiese sido posible contar al detalle y retratar cada instante de la estancia de la escuadra rojiblanca en Estados Unidos. ¡Gracias por todo!Después de cinco días en Los Alpes austríacos, en Leogang, enclave conocido, la pretemporada del Athletic cruzó el charco hacia Boise, en el oeste de Estados Unidos. El equipo regresó a casa dos días; sin embargo, vía Múnich, nosotros encadenamos el viaje a la capital de Idaho. De Austria a la ciudad bávara en coche, luego de allí en avión a Houston y, por último, a Boise. Más de 19 horas de viaje, duro, pero con la increíble visión de Groenlandia desde el aire. Una imagen impagable, imborrable, difícil de explicar con palabras. Como les ocurría a esos vascos de Boise cuando se les cuestionaba por el hecho de que el Athletic les visitara. Solían tirar de "un sueño hecho realidad", pero para ellos era mucho. Se les veía un brillo especial en su cara, una emoción inmensa, como cuando se les cuestionaba sobre sus orígenes: Aulestia, Markina, Gernika, Lekeitio... Lugares lejanos pero que guardan en el corazón.Lo primero que impacta, a pesar de que ya se sabe, es de la facilidad con la que hablan euskera, el idioma de sus antepasados, de esa gente que emigró en busca de un futuro. Suena raro escuchar esta lengua con giros yanquis, el salto al inglés, y de vuelta al vasco. Luego seduce su amabilidad y la pasión con la que sienten Euskadi. El Basque Block bien podía estar en Markina, o en Aulestia, con el bar Gernika -delicioso-, o el Leku Ona. Un exquisito museo vasco y ese frontón en el hotel Anduiza, que hizo las delicias de los profesionales rojiblancos. Se ven lauburus, el árbol de Gernika, y también losas con los nombres de todos aquellos aventureros. Y la gente, siempre dispuesta ayudar, recomendando ese restaurante, aquel bar, ese paisano que guarda una historia interesante. Tantas cosas...El jueves, antes de la llegada del Athletic, flotaba en el Basque Center un ambiente de nerviosismo. Preparativo. Y hasta el aeropuerto se fueron para sorprender a los vizcaínos con una acogida que les impactó. Algunas chicas, con trajes de danzas vascas. Otra cosa que sorprende: la dedicación hacia esta faceta. Pero volvamos al jueves y a esos jugadores sorprendidos por tan grata bienvenida. Luego llegó, el viernes, el primer entrenamiento en ese césped verde colocado por George Totoricaguena, que con un ímpetu contagioso nos buscó para contarnos al detalle cómo fue el proceso para cubrir la hierba artificial azul del Albertsons Stadium, un asunto para los habitantes de Boise similar a aquella camiseta del ketchup. A la tarde llegó la explosión con la recogida de firmas de los jugadores. Estrellas. Selfies, fotos, escenas de nervios, y más tarde esa rueda de prensa de presentación del Basque Soccer City, en la que Josu Urrutia agradeció la invitación, colocó en la cima de sus experiencias en el Athletic esta visita a Boise, pero regateó la pregunta sobre el posible fichaje de Monreal y ya alertó que no era el día para hablar de asuntos de actualidad. En fin. Pocas veces lo son.El viernes terminó con una recepción a los patrocinadores del amistoso, entre ellos la Diputación y Petronor, con un lunch preparado por Jesús, un cocinero que el próximo 1 de agosto dará de comer al lehendakari en el Jaialdi. Y, salto al partido, a esa fiesta previa del sábado.Esa parrillada que inundó el aparcamiento del Albertsons Stadium con vino de Rioja, kalimotxo, tortilla de patata y pimientos de Gernika. Cómo no, una invitación surgía a cada paso. Con una sonrisa. Comida, bebida, agradables conversaciones... Y se celebró el partido, con la mala noticia de la lesión de Williams. Y el regreso, después de diez días fuera de casa, a caballo entre Austria, Alemania y Estados Unidos. Experiencia inolvidable, también esas imágenes de los colosos alpinos en Austria y las charlas con el resto de compañeros que viajarob a Centroeuropa. Pero en América, estábamos solos. Y vosotros, los vascos de Boise, lo hicisteis todo más fácil. Eskerrik asko!!!
°
No hay comentarios.:
Publicar un comentario